•35 | Cosas de la vida.

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-Hablemos, Park. Acabemos con esto de una buena vez—pide sin demasiados rodeos una vez llega a su lado con expresión seria. 

Taehyung puede agradecer mentalmente que SeokJin haga un gran esfuerzo por no inmiscuirse de alguna manera con miradas llenas de dudas, sinceramente no podría manejar ahora mismo la curiosidad de las personas, mucho menos el tener que otorgar alguna explicación que obviamente no desea dar, ya que esto es sencillamente extenuante.

Es increíble cómo una situación externa pueda repercutir en tu cuerpo de esta manera tan desagradable, haciendo que te duela todo, que tus extremidades se sientan pesadas, casi como si no tuvieras fuerza para si quiera caminar. Dios. Realmente solo desea terminar con esta odiosa cosa de una buena vez para no tener que soportar nuevamente el insatisfactorio encuentro así tenga que evitar venir a traer el té de valeriana. 

Aunque está seguro que Jungkook no será tan considerado como normalmente es, espera que no lo corra de la empresa por este motivo en específico. Taehyung no es tan maldito como para poner a guindar de un hilo la economía de alguien, incluso, si ese alguien jugó con su estabilidad mental.

Aunque quiera empujarlo de un precipicio hasta cierto punto que puede o no ser entendible, él sabe en carne propia lo que es estar sin nada, debiendo dinero, con preocupaciones, estrés. Pese a que debería ser un hijo de puta, no es esa clase de persona que desea exactamente el mal de alguien, en este presente, definitivamente no lo es.

BoGum demora en reaccionar una eternidad al sus ojos quedarse fijos en aquel rostro que casi se había borrado de su cabeza con el pasar de los años, junto con la auto insistencia de dejar ir ese periodo de su vida del cual definitivamente no está orgulloso en absoluto. Pero una vez lo hace, sugiere mudamente que le siga por uno de los pasillos hasta una puerta doble bastante grande que se abren de forma automática hacia los lados una vez la credencial del hombre pasa por un lector de luz rojiza que se vuelve verde ante la autorización conseguida.

Al deslizarse dentro, Taehyung puede notar que el sitio es una sala de juntas excesivamente grande y lujosa como todo lo demás alrededor; una mesa alargada de Ébano con al menos 20 sillas de cuero negro perfectamente arregladas, centro de mesa con figurillas del logo de la empresa, algunas plantas que desconoce el nombre en elegantes macetas oscuras, y otros accesorios que no le importan inmediatamente; porque cree más importante sacarse los tres anillos de su mano derechas para poder hacer lo que su ser mas le pide entre súplicas.

El sonido de las puertas al cerrarse distrae su tarea, anunciando que es el momento de plantarse frente esto. No hay salida, no hay atajos que puedan evitar que tenga esa conversación que nunca se permitieron por más que estuvieron oportunidad de finalizar todo en el mismo lugar que comenzó los peores momentos de su vida, la universidad. Presionando el respaldo de una de las tantas sillas entre sus dedos, se obliga a tranquilizarse para actuar como una persona centrada y no como aquella fiera que quiere salir. Luego de una inhalación bastante lenta que logra oxigenar sus pulmones, se gira rápidamente hacia Park para estampar su puño deliciosamente en un costado de su rostro que lo termina mandando al suelo en un abrir y cerrar de ojos.

Sr. Jeon | KookvDonde viven las historias. Descúbrelo ahora