En casa de Joaquina.
Logré esquivar al monstruo.
Ayer tenía tanto miedo que, cuando terminamos de dibujar los panfletos, le pedí a la mamá de Joaquina que me dejara quedarme a dormir en su casa. Ella es buena y dijo que sí.
A mi mamá le pareció una buena idea.
Por primera vez en varios días, pude descansar sin tener sueños horribles. Monstruito se acurrucó conmigo en el colchón y ahuyentó las pesadillas.