Guardianes: El Legítimo Rey.

By GabrielaZaan

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*HISTORIA COMPLETA* El peligro asecha a Rixtor, el reino de Skander, quien acude a una Asesina para traer de... More

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24 - Último Capítulo
La Espada Ulfberth

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By GabrielaZaan

De los jefes de las cinco tribus que habitaban Jörd, su reino, a excepción de Tydeus, cuatro de ellos estaban sentados en sillas finas y decoradas con simbologías de cada tribu y Jade en un trono. Todos en un círculo rodeando al Sol y la Luna que decoraba el suelo del salón.

—Las tropas están listas, en cuanto usted de la orden atacarán. —Nix jefe de los elfos fue el primero en hablar.

Glorik, un enano, reprochó la idea.

—Mi Reina, usted sabe que mis guerreros están a su disposición, pero debe haber una forma de evitar una matanza.

—No busco una guerra. —respondió —Como ya dijo, la muerte será lo único que nos dejara esto, —miró a todos —sabíamos que esto pasaría algún día.

—¿Qué haremos ahora?

Por varios segundos el silencio gobernó.

—Mantener nuestra libertad. —respondió Jade

—¿Y qué debemos sacrificar para mantenerla? —Zeren, una mujer fauno hizo aquella pregunta en la que Jade pensaba desde que Skander hizo su propuesta.

—La libertad no tiene por qué costar nada; sin embargo, cuando nos sentimos amenazados y tememos perderla luchamos por ella, dando incluso la vida.

Zeren soltó una risa muda —Que caso tendría entonces.

—Tu alma sería libre y tu recuerdo será ejemplo de valor y lucha. —Tydeus recordaba a aquellos amigos que había perdido años atrás.

—¿Por qué no lo dejamos así? —Nix sugirió —De cualquier forma, no podrán cruzar el escudo.

La Reina ya había pensado en ello.

—Supongamos que lo dejamos así, como tú dices, —empezó —y que eventualmente ellos se retirarán cansados de no recibir respuesta, ¿cuánto tiempo tardarán en regresar? o ¿Cuánto tiempo pasará para que la gente de su reino venga por curiosidad, queriendo saber qué hay detrás del muro invisible que nos separa? ¿Cuánto hostigamiento estás, estamos, dispuestos a soportar antes de reaccionar? —suspiró —De una forma u otra terminaremos en guerra.

Todo quedó en silencio, nadie sabía cómo responder a ello.

—Entonces no hay salida de esto.

Jade se levantó deteniéndose en medio de todos.

—Todo esto es por el capricho de un Rey que cree que todo lo merece. Ya hemos pasado por esto antes. —los miraba mientras intentaba explicarse —No permitiré que eso vuelva a pasar; ya perdí un pueblo y no pasará de nuevo.

—Eras una niña Jade. —Tydeus la excusó —Ni tú, ni tu pueblo tenían la culpa.

Mirando a Tydeus, tragó ante el recuerdo.

—Ahora soy mayor y puedo pelear por sus gentes, por mi gente; que ahora son todos ustedes. —pensó sus siguientes palabras —Debemos evitar la guerra y para ello debo hablar con Skander, y no creo que quiera hacerlo como hasta ahora.

—Él querrá verte. —a Elliot no le gustaba la idea. —Has luchado por el anonimato y ¿piensas perderlo así de fácil?

—Hablando de sacrificios.

—Es nada comparado con las vidas que salvaríamos —replicó.

Glorik se levantó.

—¿Y crees que sea el único sacrificio que harás? Porque yo no. —su angustia era notable —Es tu decisión y de cualquier forma te apoyaremos. —todos se pusieron de pie e hicieron el mismo gesto del puño en el corazón que Tydeus. —¡Te seguiremos! —dijeron antes de retirarse.

—Jade. —Elliot la detuvo antes de que saliera del salón —Si me permites, quisiera acompañarte. —ella quiso detenerlo, pero él no la dejó —No te dejaré sola en esto.

—¿Y tú manada?

—Mi padre se ocupará, —la abrazó mientras caminaban a la salida —además aún no soy Alfa.

—Entonces, ¿qué haces aquí? En una reunión de jefes. —lo molestó.

—Soy el representante del Alfa. Jefe de los lobos. —le dio un apretón —Y no es por alardear, pero soy el mejor amigo de la Reina, que casualmente eres tú. —ambos rieron —Te seguiré a donde sea que vayas.

***

Foux voló hasta la carpa del Rey, donde estaban ya los representantes de cada reino y Aiden como el Capitán de las tropas. Ian y Beth escondidos en el pequeño cuarto extra donde dormiría el Rey. La pequeña mariquita se detuvo justo encima de todos, viendo y escuchando todo lo que se decía; y al mismo tiempo, a través de Foux, Jade no perdía detalle de esa conversación.

—Su majestad, debemos retirarnos. —un hombre de piel oscura sugirió. Traía puesta una túnica morada con bordados dorados y un pantalón negro.

—Estoy de acuerdo con Jabik. —todos sabían el porqué de la respuesta del hombre de vestimenta de colores, él provenía del único reino donde la nieve no existía y el frio era, quizá su peor enemigo. Lo que no entendían era por qué alguien de Upsala de dónde venían los mejores guerreros se negaría a la batalla —sé que les sorprende, pero no sabemos contra quien no enfrentamos, deberíamos...

—Lo que debemos hacer es romper el escudo y luchar. —el Rey lo interrumpió molestó por querer evadir una batalla.

Aiden, probablemente era el único capaz de hablarle a su majestad de una manera en la que el resto jamás lo haría por respeto.

—Al parecer las Völvas no tienen el poder suficiente para hacerlo y no podemos siquiera tocar a sus soldados ¿Cómo quieres hacerlo? —miró el mapa que estaba sobre la mesa —No hay manera de ganar, Skander, tenemos que retirarnos.

—¡No podemos dejarnos derrotar así! —golpeó la mesa —Estas tierras son fértiles, ayudarán a la prosperidad del reino. —los miró —De cualquier forma, volveré y haré que las Völvas se preparen.

El Príncipe Dante, el único de sangre real que había asistido se acercó.

—Su majestad, si me lo permite, podría sugerirle algo para acabar con esto de una vez. —el Principe se había mantenido en silencio, solo escuchando con atención.

—Adelante.

—Un duelo, pondrán sus condiciones. —su voz era neutra, como era normal de alguien de su reino. En Theia, la gente tendía a la prepotencia y narcisismo, llegando a ser un reino poco agraciado; ser ególatra era su marca de nacimiento. Su piel pálida dominaba en la mayoría de su poblado y el Príncipe no era la excepción a eso — Una vez saliendo victorioso podrá pedir lo que desee.

El resto de su reunión no era más que palabrería y molestia e inconformidad por parte de Aiden. Atacar tierras desconocidas por el simple capricho de querer más, no era una razón para que Aiden quisiera luchar; sin embargo, no era una decisión que estuviera en sus manos. Como Capitán tendría que acatar las órdenes del Rey.

Al escucharlos hablar, Jade tenía ya la noción de qué camino tomar; aceptaría aquel duelo, porque sabía que jamás sucedería.

***

Skander tomó posición frente al soldado; aquel que hablaba por Jade.

—Quiero hablar con tu Rey. —pidió con tranquilidad.

Habla. —respondió el soldado.

Resignado continuó; —Propongo un duelo. Tu mejor guerrero contra mi mejor guerrero.

No. —respondió rotundamente.

—Jade. —Elliot quiso saber el porqué de su negativa, sabiendo que sería la salida fácil de todo ese asunto.

Sabía lo que hacía.

Tú y yo pelearemos, y nadie más. Eres tú quien quiere mis tierras, lucha por ellas, si te atreves. —Aiden y Skander se miraron. El Rey pensó en ello y las posibles consecuencias —Si yo gano, te irás junto con tus tropas para nunca más volver.

—Si yo lo hago, tú te rendirás ante mí. —atacó.

Hecho. —ella aceptó y en cuanto lo hizo los soldados de humo desaparecieron sorprendiendo a los presentes del otro lado del escudo.

Skander se quitó su gran capa y le fue entregada una espada.

—¿Estás seguro de esto? —Aiden se veía tenso.

—¿Te preocupa tu Rey? —se acomodó el arma.

—Me preocupa mi primo.

***

Foux ya estaba a su lado derecho, no como ave o insecto, sino como una gran pantera. Elliot a su lado izquierdo iba transformado en lobo, su pelaje tenía manchas blancas esparcidas y difuminadas, predominando el café. Los tres caminaban listos para cruzar la frontera.

Del otro lado solo esperaban ansiosos el poder ver quién se escondía detrás del escudo. Vieron como dos animales atravesaban la barrera, seguidos por una mujer. Ella tenía los antebrazos cubiertos con piel de algún animal; ropa oscura y telas azules ciñendo su cintura y de no ser por su cabello blanco, Aiden e Ian no se abrían acercado a su primo preocupados por lo sucedido en Midgard.

—Skander, no lo hagas. —Ian intervino —Ella no... —sintió esa sensación familiar de ardor, de cuando intentaba decirle la verdad a Beth. —Aiden... —le advirtió tocando su adolorida garganta.

—Ella es... —al igual que su primo sintió una gran punzada. Quería advertirle quien era ella en realidad, pero en el fondo ya sabía lo que ella había hecho con ellos. Aquel hechizo que las Völvas habían puesto en Ian, Jade lo había puesto en ambos para impedir que hablarán. —No lo hagas —tragó con dolor.

Jade ya estaba lo suficientemente cerca para que Skander pudiera verla bien.

—Confieso que estoy confundido.

—¡Oh! Tu esperabas a un Rey. Un hombre —respondió burlándose de él —Espero que no sea un impedimento para nuestro duelo.

—No, no lo es. —indicó —Una mujer puede ser tan fuerte o incluso más, que un hombre —dio un paso más cerca de ella —No hay que demorarlo más.

Elliot y Foux estaban alertas a cualquier cosa.

—¿Cuáles son tus condiciones? —Jade preguntó.

—El primero en caer desarmado gana. —respondió —Si yo gano te rendirás ante mí y tus tierras me pertenecerán.

—Y si yo gano, te irás junto con tus tropas para no volver jamás y mantendrás alejados a todos del límite —pidió.

Jade y Skander tomaron sus espadas del mango; Aiden se interpuso, sabía que no podía hablar sobre ella, pero haría hasta lo imposible para impedir que el duelo sucediera.

—Su majestad, —se dirigió a la reina —le pido su indulgencia y otra oportunidad para resolver esto sin necesidad de empuñar arma alguna. —ella soltó la espada y mantuvo su rostro inexpresivo. Por dentro reía, debido al intento del Capitán por detenerla. Su mirada iba de uno al otro.

—¿Por qué lo haría? —giró un poco, lo suficiente para señalar el sitio donde los soldados habían muerto —¿Cómo puedo confiar? Ustedes atacaron primero; yo solo me defendí. —lo miró de vuelta —¿No harías lo mismo, si fueras tú el Rey?

Skander dio un paso al frente, aún con su mano en el mango de la espada, por lo que Foux y Elliot gruñeron en su dirección haciendo que se detuviera.

Ian se acercó a sus primos para hablar entre ellos.

—¿Qué están haciendo? —era obvia la molestia del Rey.

—Habla con ella. —pidió Ian —A solas —parecía más un ruego que una simple petición. Ambos intentaban convencerlo, pero él seguía sin poder entender.

Jade miraba a los tres chicos que intentaban ponerse de acuerdo hasta que el Rey se separó y caminó a ella con cierto recelo.

—¿Aceptaría una última plática?

Dejó pasar unos segundos antes de dar su respuesta.

—De acuerdo —aceptó.

Él la guio hasta su carpa, todo el mundo veía la escena sin entender. Dejó fuera de la plática a los representantes de los demás reinos, pero no a sus primos y a los acompañantes de Jade. Luego de entrar a donde nadie más los podía ver o escuchar, Aiden, sin perder tiempo la tomó del brazo como en el jardín del portal, jalándola hacia sí.

—¿A qué estás jugando? —demandó. Elliot fue el primero en reaccionar, seguido por la pantera; ambos tomaron posiciones de ataque, listos para matar a su presa —¿quién eres? —exigió sacudiéndola.

Jade detuvo a los animales y Skander lo detuvo a él zafándola de su agarre.

—¡¿Qué te sucede?! —la puso detrás de él.

—Ella me ayudó a traer a Ian de vuelta a Rixtor —replicó —Ella... —sintió como su garganta se apretaba y de pronto se sintió libre, la miró confundido. Jade tenía una sonrisa burlona.

—Ella estaba con nosotros —Ian intervino.

Skander creía estar escuchando a dos locos, caminó hacia Beth que escuchaba y veía todo desde el pequeño acceso que tenía la carpa, la tomó del brazo y la llevó con el resto.

—¿La reconoces? —le preguntó muy serio, lo que puso muy nerviosa a la chica.

Asintió —Sí, mató a varias personas... humanas, —rectificó, estaban atentos a sus palabras —pero también nos salvó —quiso ayudarla.

—Yo envié a la Asesina, hablé con ella y la contraté. —se alejó de Beth y caminó a la otra mujer con la espalda recta y una mirada sería en su rostro, analizando la situación —¿Quién eres?

Jade sonrió.

—Tú ya sabes eso. —dijo con tranquilidad, esperó a que hablará, pero no fue así —Soy aquella Asesina que contrataste para traer de vuelta a tu desertor primo y con él a una humana. —ahora ella se acercaba sin una pizca de miedo —Y déjame recordarte que están prohibidos. —lo rodeó —Para tu mala suerte, también soy la Reina de las tierras que tanto deseas. —terminó dejándose caer en una de las sillas que rodeaban la mesa.

—Así que eres una Asesina y una Reina a la vez —sentía cierto asombro. Ella solo levantó los hombros restándole importancia —Vaya.

—Su nombre es Jade —Aiden dijo mientras se acercaba a su primo —Es una amenaza.

Mientras ellos discutían, Beth observaba en silencio e Ian miraba a Jade, aun teniendo esa extraña sensación de haberla visto en alguna parte. De pronto ella hizo de nuevo ese gesto de la nariz, como en la carroza; esta vez algo hizo conexión en él. No se trataba de un recuerdo reciente, era algo más lejano, de cuando era pequeño, de cuando ambos eran pequeños.

—¿Jade? —dijo.

No era como si quisiera preguntarle algo, era su voz más trémula; era una combinación de confusión y nostalgia lo que hizo que los dos chicos dejarán sus palabras y le prestará atención a su primo.

—¿Qué? —dijo aburrida. No hubo respuesta, así que volteo a verlo y en cuanto lo hizo entendió lo que pasaba. Se levantó y las comisuras de su boca subieron, dando una pequeña sonrisa —Hola Ian. —confirmó lo que ya pensaba.

—Creí que... ¿cómo...?

—¿Vas a terminar alguna de tus oraciones? —llegó hasta él.

Aiden miraba de un lado a otro sin entender.

—¿Qué sucede? —tomó a Ian del hombro —¿Estas bien? —su primo estaba lívido y tenso.

Ian no podía dejar de mirarla.

—Es Jade. —lo miraron como si estuviera loco —No, no entienden ella es... una Blashwood.

—¿De qué estás hablando? —Skander estaba cada vez más irritado —Los Blashwood murieron junto con el resto de los Puros.

—Es ella solo que... antes tenía el cabello negro. —intentaba explicar —De niños jugábamos en el castillo.

Skander se acercó lo suficiente para examinarla intentando recordar y observando con detenimiento, hasta que lo hizo, trastabillo.

—Pero... creí que habías muerto —estaba incrédulo.

—Y yo creí que eras más alto. —destacó —Mentiras, mentiras. —dio un golpecito a la mesa —Ahora, volviendo a lo importante. —le hizo frente —Si tú no te largas junto con tus tropas me encargaré de que todo el mundo se entere que metiste a una humana a nuestro mundo. —lo amenazó.

—Tú ayudaste. —el Capitán atacó como si eso la hiciera temer.

Ella río —¿Alguien me vio con ustedes, antes de esto? —preguntó —Y no se te ocurra usarlos como defensa porque no podrás. —se dirigió a Skander —Ellos son tu familia, —señaló a sus primos —la gente dirá que solo siguen tus órdenes. Además, ella es pareja del "Príncipe" Ian. —caminaba con una feroz elegancia alrededor de todos —Vete o paga las consecuencias. —ordenó dirigiéndose a la salida.

—¿Cómo sobreviviste todo este tiempo? —la curiosidad de Ian ganó.

Se detuvo justo en la entrada.

—Eso no es de su incumbencia. Has lo que te digo o lo pagarás caro —seguida por Elliot y Foux salió y se encaminó hacia sus tierras.

Skander se quedó parado donde estaba, pensando en sus palabras. No podía perder así de fácil. Miró por donde se había ido, salió y vio a su gente confundida al ver a la reina yéndose con tanta tranquilidad ¿Qué pensarían de él? Caminó hacia ella sin detenerse. Aiden, sin saber que había decidido, lo siguió.

—¡Reina Jade! —gritó para que se detuviera, ella giró dudosa —Ha sido todo un honor poder hablar usted, pero quisiera que no solo fuera mi dicha, sino de todo Rixtor... —hablaba con suficiente fuerza para ser escuchado por los suyos. Jade apretó la mandíbula molesta, sabía lo que hacía y era algo que temía, pero ya lo esperaba.

—No lo hagas. —susurró Aiden.

—...Así que le ruego acepte mi invitación de venir conmigo al castillo y pase con nosotros las fiestas y por supuesto el gran baile. —quería mantenerla cerca, así tendría tiempo para pensar que hacer con ella.

Muy a su pesar sabía que debía responder.

—Tengo mis propias fiestas, pero gracias.

—Realmente me encantaría que fuera para así poder presentarla ante los demás Reyes y Reinas y reconocer a su reino como uno más... —no estaba segura de que pensar respecto a lo último —Siendo así cinco reinos oficiales.

De nuevo estaban frente a frente, por lo que Jade susurró para ambos

—¿Qué es lo que realmente quieres?

—Es difícil engañarte. —confesó —Te hablaré claro, si vienes dejaré tu reino tranquilo, incluso daré órdenes de proteger la frontera con tal de que nadie se acerque. —se acercó otro poco —Si tú, le dices a alguien de la humana, me encargaré personalmente de hacerte la vida imposible, aún si pierdo el apoyo de mi gente. De cualquier forma, seguiré siendo el Rey.

A pesar del frío aire ella dio una profunda respiración antes de responder, se separó de él y se dirigió a todos, no sin antes sonreírle.

—Será un placer acompañarlo en estas fiestas. —aceptó la invitación —Espero con ansias poder ver y hablar con los demás Reyes y Reinas.

Aunque confundido, Skander dio la orden de retirar a las tropas. Pensaba si sus planes eran buenos o quizás los de ella eran mejores que los de él.

Jade, Foux y Elliot de nuevo como un chico, esperaban la carroza para ir con ellos.

—Pareces muy segura sobre todo esto. —comento.

—Qué bueno porque no tengo idea de lo que hago, —reveló viendo la reacción de su amigo —tenía que parecer que si lo sé.

Aiden, Skander y Elliot iban sentados juntos, frente a ellos Beth, Ian y Jade respectivamente, todos montados en la carroza del Rey.

—Y que, ¿se te acabó el presupuesto para otra carroza?

—Así que, ¿Eres un hombre lobo? —todos voltearon a ver a Elliot.

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