Opuestos En Común. Nomin

Par MyLostSoul98

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Jeno no era el alfa bueno que pretendía, Jaemin podía sentirlo. Había algo en sus ojos, cuando le miraba, que... Plus

Introducción
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31 (primera parte)
31 (segunda parte)
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Epílogo (Taeten)
MarkHyuck (Especial)
Nomin (Especial)
¡Aviso! Nueva historia ♥️

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Par MyLostSoul98

En retrospectiva, la decisión del profesor no era descabellada. Ambos habían pasado mucho tiempo juntos en la institución, ya se cómo amigos o pareja. Seguramente el hombre debía de estar demasiado ocupado como para saber la verdadera naturaleza de la relación que tenían además de todo lo sucedido públicamente de ellos. Su noviazgo, el compromiso de Jaemin y ruptura. No debía de tener ni idea.

La suave mano de Yeeun sujetó la suya sobre el banco donde había estado apoyada, como si quisiera darle un apoyo de manera silenciosa debido a que el profesor parecía haber deseado joderle la vida a sus alumnos. Claro que su silencio no duró mucho.

— Podría ir a hablar con él si te sientes incomodo trabajando con Jaemin. Podría llegar a explicarle la situación para que te hagan un cambio de compañero. No debería de ser tan difícil además...

— Yeeun.— El alfa la detuvo en su incesante charla. Suavemente deslizó su mano de la ajena para que ya no le estuviera tocando.— Es solo mi ex. No es el fin del mundo, no tienes que meterte en esto.

Sus palabras sonaron más toscas de lo que quiso y lo notó en la expresión dolida de ella pero de igual manera era mejor así. En más de una ocasión ella había tratado de averiguar qué había sucedido entre ellos y en cada ocasión le contesto que no era su asunto aunque parecía no entenderlo. Ese detalle en ella le molestaba, su constante insistencia cuando había obtenido desde el comienzo una respuesta claramente negativa.

No le importaba si ella pensaba que aún tenía sentimientos por el omega de cabello rosado, que de hecho así era, tampoco le importaba la opinión de todo el resto del salón. Tal vez de las únicas personas que quería saber su opinión era del trío de betas con quienes hablaba de vez en cuando por mensajes. Se sorprendió cuando los primeros mensajes después de su ruptura con Jaemin llegaron y, en cierta forma, eso le había hecho sonreír. Le hubiera gustado tener más amigos así en su vida.

Para el final de las clases, Jaemin ya se estaba marchando y aún no habían hablado de su proyecto por lo que, como pudo, casi corrió detrás de él con sus muletas dejando a una sorprendida Yeeun detrás.

— ¡Jaemin!

Le gritó desde la puerta del salón, estaba a tan solo unos metros de él junto a sus amigos. No pudo pasar desapercibido para nadie como es que este se tensó claramente al escuchar su voz llamarle. Cuando el omega se giró y le vio a los ojos con molestia, le dio una sensación ambigua en su pecho. Mark, Chenle y Renjun se marcharon en silencio para dejarles hablando a ellos.

— ¿Qué quieres? —El alfa levanto sus cejas sorprendido debido al tono que este usaba en sus palabras pero termino por sonreír.—

— Tranquilo Nana. Solo vengo por lo del proyecto que para tu desgracia te han puesto conmigo.

Tal vez estaba siendo un poco idiota con él pero algo en su expresión molesta le resultaba entre adorable y atractiva. Era como un pequeño cachorro molesto, solo faltaba que le estuviera gruñendo.

— ¿Lo hacemos en tu casa? —Le sonrió de lado y notó como es que el omega pareció sonrojarse ante el posible doble sentido de su frase.— El trabajo escolar Jaemin.

— No. Mi casa no, no quiero que pises donde vivo. –El alfa levanto una de sus cejas ante lo que este le decía.—

— No es como si no supiera donde vives Jaemin, hasta puedo detallar tu cuarto si quisiera. —Algunas personas a su alrededor estaban escuchando de manera poco disimulada y podía aportar a que estaban creando extraños escenarios en su mente.—

Sabía que estaba molestando al omega, sus ojos enojados y la expresión tensa le decían que tal vez estaba jugando con fuego pero había cierta diversión en lo mismo. Se había estado comportando siempre tan tranquilo y amable a su lado desde el comienzo que mostrarse un poco más descarado como en realidad era, no se sentía para nada mal.

— Mañana en la biblioteca pública del centro a las cinco. Trataremos de hacer todo en un solo día para que no debamos volver a juntarnos.

No tuvo tiempo ni de responder porque este le dio la espalda corriendo casi hacia el auto que le estaba esperando. Suspiró con algo de resignación antes de empezar a caminar hacia la salida. Aún debía ir a tomar el autobús que seguramente estaría llenísimo aunque, un pequeño lado bueno de tener su pierna herida, le darían un asiento apenas subiera.

Se suponía que esa tarde Haechan iría a verle pero nunca llegó, un mensaje de su parte le aviso que al parecer su celo se había adelantado. Hizo una mueca ante aquello, Jeno solía ir a la casa de su amigo durante sus celos quedándose simplemente en la sala de estar. No buscaba "ayudarle" o algo similar con el mismo, solo se quedaba allí pues en las calles de su barrio los alfas drogados no faltaban y, a pesar de que Haechan tomara sus supresores al pie de la letra, aún así se sentía inseguro sobre si algún alfa intentaría entrar a su casa a la fuerza debido al aroma que a veces podía llegar a superar al efecto del supresor. Admitía estar nervioso por no poder estar ahí para ayudar ante cualquier eventualidad pero no tenía opciones, Taeyong de todas formas no le dejaría quedarse en su barrio con una pierna así. Habían muchos que tenían un falso respeto y aprovecharían si le veían débil.

No le quedó otra más de acostarse en el sofá y ver malas películas en la televisión hasta quedarse dormido. Así fue como el sábado llegó y la hora de verse con Jaemin también se acercaba. Ten le miró con curiosidad cuando le vio salir pero no dijo nada para detenerle.

En otra situación hubiera caminado hasta la biblioteca pero con su pierna en ese estado no podría hacerlo. No le quedo de otra que volver a usar el transporte público. Al acomodarse en su asiento se dedicó a mirar por la ventanilla observando las calles pasar. Allí se preguntó si es que alguien de verdad le extrañaría cuando se fuera.

Al entrar a la biblioteca, el aroma de Jaemin llego tenuemente hacia su nariz por lo que le siguió  como si fuera un perro olfateando a su presa. Estaba allí sentado, tan hermoso como siempre, garabateando algo en su libreta pero deteniéndose en el acto cuando le sintió llegar. Se sentó frente a este y, sin ánimos de pelear, ambos comenzaron a realizar su proyecto. Las pocas palabras intercambiadas fueron dichas solo para hablar de la materia. Había un ambiente tenso innegable pero no se podía hacer nada para evitarlo. Casi tres horas después, ya estaban terminando todo o al menos la gran mayoría, solo faltaban detalles que cada uno podría arreglar por su cuenta en privado. Si Jeno pensó que todo eso iba a terminar en calma, estaba muy equivocado.

Había estado texteando casi toda la tarde con la madre de Haechan preguntando si todo estaba bien y con su amigo aunque este le respondiera de forma más esporádica. Jaemin no había pasado por alto aquello y, a pesar de que no quería, no pudo evitar sentirse un poco molesto por verle tan enfocado en su celular hablando con alguien.

Iban saliendo ambos del edificio, Jeno torpemente con su celular en mano y Jaemin serio sujetando con fuerza los libros en sus brazos. Terminó poniéndose frente al alfa quien chocó con él al estar distraído haciendo que casi perdiera el equilibrio.

— ¿Qué estas tramando con Yeeun?

La pregunta tan repentina dejó confundido al pelinegro quien le miró realmente confundido tratando de analizar un poco sus palabras hasta que una especie de iluminación llegó a su cabeza. Se rió por lo bajo negando con su cabeza.

— ¿A qué te refieres Jaemin?

— No te hagas el idiota Lee Je No ¿Qué pretendes con ella? Es una buena chica como para que te dispongas a jugar con sus sentimientos o a meterla en tus cosas.

Y aunque pareciera que Jaemin estaba genuinamente molestó porque pudiera jugar con alguien, Jeno sabía en el fondo que aquellas palabras junto a su expresión molesta no eran tan reales como parecían. Había otro sentimiento escondido que le hizo sonreír. Sorprendiendo al omega, se acercó a él con una sonrisa de lado que ante los ojos del otro parecía alarmantemente peligrosa.

— Yo no juego con los sentimientos de las personas pero quizás si con otras partes de ella.

En ese justo momento quería besarlo más que nunca, decirle que no debía de estar celoso de aquella chica porque aún no lograba sacárselo de su cabeza ni por un segundo al día. Suficiente acababa de decir, tenía que alejarse de Na Jae Min o solo sería peor.

Volteándose y huyendo lo más rápido que sus muletas le dejaron, dejó atrás a un pelirosado quien le miraba marcharse con una expresión confundida pero también curiosa por aquello. Quería ignorar el otro sentido en sus palabras todo lo posible. Se mordió sus labios antes de sacar su teléfono para llamar a la única persona que quizá tendría alguna respuesta para él.

Espero un par de timbrazos cuando una voz entre confundida y alegre le saludaba desde el otro lado de la línea. Suspiró levemente pensando en si debía de hacer aquello o no.

— Chittaphon ¿Tienes tiempo para hablar conmigo? Necesito que sea en persona.

Media hora después, estaba en una cafetería con té en sus manos esperando a la llegada del mayor quien parecía demorarse más que nunca. Había escogido un lugar discreto, el segundo piso y en un rincón. No había nadie más en esa zona por lo que agradecía eso. Cuando la cabeza del tailandés se asomó por las escaleras se sintió nervioso. Jaló pequeños pedazos de piel de sus labios sintiendo un pequeño ardor en los mismos pero importándole poco.

Las miradas de ambos se encontraron y los dos sabían en su interior que aquella charla no iba a terminar en nada bueno. Ten se sentó frente a él, mirando con una ceja alzada en té entre sus manos. Curiosamente, Jaemin hace días que se encontraba sin ganas de beber café aunque fuera una de sus más grandes adicciones en la vida.

El silencio fue largo, la tensión en el aire era notable. Jaemin aún estaba algo molesto por lo que el chico frente a él le había dicho en su fiesta de cumpleaños y de compromiso. Casi luego de diez minutos de no intercambiar palabras, el mayor suspyiro con pesadez y le miró.

— ¿Qué está pasando Jaemin? Algo me dice que esto no es por lo de tu fiesta.

— ¿Por qué aún estas con Taeyong? —Preguntó de golpe, sorprendiendo al tailandés quien se tomó un par de minutos para pensar su respuesta. —

— Necesito el dinero.

La respuesta fue seca, carente de emociones y evidentemente falsa. Se notaba lo ensayada de esta, que se la había repetido una y otra vez en su cabeza tratando de decirse a si mismo que eso era la verdad.

— La verdadera razón Chittaphon.

El nombrado bajó su cabeza mirando sus manos sobre la mesa y los detalles de la madera. Era difícil responder a ello, sobre todo cuando aún trataba de negárselo día con día aunque le fuera tan difícil como el dejar de respirar por su cuenta.

— Porque aún lo amo. — Salió de sus labios en un murmullo bajo.—

— ¿No le temes? Seguro ha dañado a otros antes ¿Por qué no lo haría contigo? O podría ser él a quien dañen ¿No temes despertar un día y saber que ha muerto por su estilo de vida?

La seria mirada del mayor se volvió oscura y vidriosa por las lágrimas contenidas que no dejaba salir. Respiró de manera profunda como si quisiera juntar fuerzas para poder seguir hablando.

— Cada día temo no volver a ver su sonrisa, en saber que lleva un arma por si debe defenderse. Siento que pierdo parte de mi alma cuando vuelve con golpes en su rostro y debo curar sus heridas. Estoy asustado todo el tiempo de perderle Jaemin. Mas a pesar de todo, sé que jamás me dañaría ni me tocaría un solo cabello si yo no le permitiera hacerlo, lo veo en sus ojos cada vez que me mira. Lo amo pero odio quien tiene que ser.

Las palabras del omega salieron casi ahogadas por el llanto que se negaba totalmente a dejar ir. Era realmente difícil, su corazón se apretaba en su pecho cada vez que le veía irse por la puerta después de recibir un llamado, siempre existía la posibilidad de no volver a verle. Cada ocasión podría ser la última. Era agobiante y por eso mismo se negaba a entablar una verdadera relación con él, no quería estar esperando como un cachorro abandonado al lado de la puerta a que volviera. Escondía todo aquello que sentía con un falso odio en busca de poder mantenerse a raya pero cada día era más y más difícil hacer aquello.

— ¿Cómo fue que te enteraste de que estaba metido con las drogas?

— Fue un accidente, obviamente él no quería que yo me enterara pero un día dijo algo que me preocupo. Yo sabía que él no vivía con su familia, se había apartado de todos y no mantenía contacto con ellos pero nunca me quiso decir la razón. Una noche me llamó diciendo que necesitaba verme, estaba en un bar y obviamente había estado bebiendo. Me asusté por en todo el día no me había contestado las llamadas o los mensajes así que corrí a verle.

El omega suspiró pareciendo perdido en sus recuerdos, Jaemin sabía que estaba metiéndose en algo doloroso para su amigo pero no podía evitarlo, creía que en ese momento debía de ser la única persona capaz de llegar a entenderle porque había estado, o esta, en una situación similar a la suya.

— Lo encontré sobre una de las mesas, estaba tirado sobre la misma llorando en silencio. Al verme, me abrazó y sollozó como más de una hora en mi hombro repitiendo "es mi culpa". Calmarlo fue difícil y hacer que hablara de lo sucedido aún más. No entendía mucho en ese momento, solo que su hermano estaba herido de gravedad y por alguna razón, decía que fue su culpa al no haber estado con él. De paso, se había enterado en ese mismo momento que su madre ya había muerto meses atrás. Estaba destrozado. Lo llevé a dormir conmigo ese día y al siguiente, una vez que estuvo sobrio, lo acompañe al hospital donde Jeno estaba. Llenó de heridas y golpes, era una imagen demasiado triste para que fuera de un chico de apenas quince años.

Pensar en Jeno de esa manera, en una cama de hospital y conectado a maquinas hizo que las manos de Jaemin temblaran. No era algo agradable de imaginarse, ni siquiera con todos los sentimientos negativos que estaba teniendo sobre el alfa en esos momentos.

— Nadie, por alguna razón, parecía decir que había pasado. Taeyong no se alejó de él en casi todo el día y solo me sacó de la habitación cuando recibió una llamada de que alguien estaba yendo. El señor Yang. Tae me dijo que fuera a cualquier otra parte y no volviera ni me acercara a la habitación de su hermano hasta que me llamara. Algo extraño pasaba y no era ningún ciego como para no verlo. Días después Jeno fue dado de alta y aquel día fue la primera vez que conocí en donde Taeyong había vivido. Solo me permitió estar cerca por los momentos en que necesito ayuda para atender a su hermano aunque jamás quiso decirme lo que había sucedido con él. Tae no me permitía ir hasta su casa si no era él quien me acompañaba pero un día quise ir, llegar de sorpresa para alegrarles el día.

Sabía que eso debía de ser el comienzo del desastre, el cambio en el tono de voz del mayor lo hacía evidente y solo quería saber que tan malo sería lo siguiente.

— Fui con cuidado, en silencio y tratando de no mirar demasiado a nadie hasta que escuche unos gritos. Siempre, hasta ese momento, fui demasiado metido y, pensando que era un robo, me acerque. Me indigne con la cantidad de personas que por la zona pasaban y no hacían nada. No entendí en ese momento. Quise ir a ayudar, habían unos tipos golpeando a un sujeto en el suelo en un callejón. Era como si golpearan a una bolsa de basura. Iba a gritar para que se detuvieran pero me paralice en cuanto uno sacó un cuchillo y apuñaló al sujeto antes de inclinarse para decir algo que no pude escuchar. Una mano en mi hombro me hizo saltar en mi sitio y, al darme la vuelta, vi a Jeno quien me dijo "Mejor vete de aquí antes que sea tarde Ten" pero cuando volví a ver la escena frente a mí, un sujeto encapuchado descubrió su cabeza y pude reconocer a mi entonces novio manchado de sangre.

El tailandés había comenzado a llorar de forma casi desesperada y Jaemin no podía imaginarse que tan traumático debió haber sido ver todo aquello. No podía imaginarse que tan desesperante y horrible debía de ser, la imagen formada en su cabeza era terrorífica y de hecho, se sentía asustado de todas las veces que había estado cerca de aquel alfa.

— Corrí de allí pero él venía detrás de mí. Estaba asustado y por mis lágrimas caí al suelo. Quiso sujetarme, ayudarme a levantarme del suelo pero en cuanto vi sus manos manchadas de la sangre de un extraño me desmaye. Desperté en su casa y trataron de explicarme pero no habían explicaciones que fueran lo suficientemente válidas. Huí y no quise volver a verle pero con el tiempo no fue posible.

Pasaron en silencio por un largo tiempo en donde lo único que podía llegar a ser oído eran los llantos del omega quien aún sentía todo como si lo hubiera vivido el día anterior. Los recuerdos eran fuertes, dolorosos y abrumadores, cada parte de sí mismo se sentía desfallecer en el momento en que los recuerdos de esa noche volvían.

— Taeyong jamás quiso esa vida, solo quería algo de dinero para poder sacar a su familia de donde estaba. Hubieron demasiadas malas decisiones en el proceso.

Jaemin mordió sus labios con desespero pensando en que decir, hacer o cómo actuar pero solo podía mirar la taza en sus manos con un té ya frío. Era difícil imaginar una vida como esa o que cosas hizo para terminar metido en ello. Por un momento pensó en Jeno, en cómo habría terminado de esa forma también, quería saber su historia, la razón de porque había jugado con él.

— Jeno hace días me dijo algunas cosas, entre las cuales yo estaba en medio. Fuí un trabajo, un juego para él y me duele demasiado saberlo eso. Era muy pronto como para decir que llegué a amarlo pero lo hubiera hecho, no tengo dudas. Ahora quiero saber otra cosa ¿Tú sabías de esto Ten?

El mayor le miró con ojos apenados y una expresión que pedía disculpas de forma silenciosa. Mordió sus labios mientras asentía levemente con su cabeza cerrando sus ojos con fuerza, no queriendo volver a escuchar las palabras de odio por parte de su amigo.

— Lo sabía, lo supe desde aquella fiesta en la que encontré por primera vez a Jeno. No podía decírtelo, tenía mis manos atadas Jaemin. De verdad. Espero que puedas entenderme o trates de hacerlo. Sé que mis palabras en la fiesta de cumpleaños fueron crueles y duras pero de verdad no deseaba que terminaras metido en esto como yo. Tal vez con Jaehyun no hubieras tenido la felicidad que querías o creías poder tener pero al menos hubiera sido una vida honesta.

Jaemin asintió levemente de forma pensativa. Ahora podía decir que le entendía mejor, llegaba a  comprender la razón de porque le había dicho tantas cosas. Su amigo había tenido una vida complicada, mucho más de lo que en el exterior proyectaba y jamás se dio cuenta. No sabía que tanta presión había sobre los hombros ajenos o cuántas cosas debió de llegar a ver con el paso de los años que estuvo con Taeyong. Él solo se enteró de que le habían disparado una vez a Jeno y casi sintió su alma salir de su cuerpo, vivir con eso día a día debía de ser un verdadero infierno.

— Creo poder ponerme en tus zapatos, no te preocupes. No se cómo describir la forma en la que estoy. Enojado, asustado, confundido y perdido. Ni siquiera entiendo lo que querían de mi o que se suponía debía de hacer Jeno conmigo. Dijo algo de llevarme a la cama, supongo que debe de estar relacionado con marcarme pero las razones o los porqués escapan de mi entendimiento.

— Yo no puedo darte esas respuestas Jaemin pero me alegra que estés fuera de esto.

No mucho más fue dicho entre ellos esa tarde, estaban sensibles y sus ánimos por los suelos. Se levantaron en silencio y Jaemin dejó dinero sobre la mesa pagando el té que ni siquiera había terminado de beber. Salieron del lugar y se despidieron sin ganas para cada uno tomar el camino que les llevaría a su determinado hogar.

El tailandés tenía su cabeza repleta de pensamientos contradictorios. Jeno había abierto la boca, había dicho lo que pasaba, o al menos en una parte, a Jaemin. Iban a matarlo cuando lo supieran, literalmente firmó su sentencia de muerte en el momento en que la verdad había salido de sus labios y eso le tenía demasiado confundido ¿Por qué había hecho algo como eso? No parecía nervioso, no estaba asustado por lo que se le vendría encima y estaba seguro que no le había dicho nada a su hermano quien parecía completamente ajeno a ello.

¿Por qué lo había dejado todo?

La pregunta daba vueltas una y otra vez, teniendo una posible respuesta que dejaba su boca con un sabor amargo. Volviendo a pensar en las consecuencias de lo mismo, sabía que Taeyong también las sufriría y, muy probablemente, también estaría cerca de morir si lo supieran. Jeno había puesto en peligro no tan solo su vida, sino la de su única familia también. Solo una razón demasiado grande podría ser la responsable de esta.

Corrió las calles que quedaban hasta su hogar, entrando de forma alocada al edificio chocando contra uno de sus vecinos en el proceso pero importándole poco. Sus manos temblaron al intentar abrir la puerta y cuando por fin lo logro, casi la azotó. Allí en su sala, con un expresión entre asustada y asombrada estaba Jeno mirándole mientras mantenía su pierna levantada.

— ¿Qué mierda has hecho Lee Je No?

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