The Ice Is Broken
Cap. 6
*Narra _____*
Cuando Alice y Thomas salen a velocidad vampírica del baño, cierro la puerta con llave, obedezco las indicaciones dadas por ellos dos y me desnudo.
Dejo mi ropa junto al lavamanos y me meto bajo la regadera.
Me relajo y dejo que el agua corra alrededor de mi.
Después de que salgo de la ducha, me miro al espejo, que está enfrente de la regadera. Bajo la sangre seca, los moretones y la suciedad que tenía encima, no parecía yo, o amenos no estaba acostumbrada a esa Yo.
Contemplo mi cuerpo: la piel blanca, casi pálida y mi cabello rubio resaltan mis ojos azules. Me quedo hechizada por mi reflejo un rato, hasta que el ruido de una puerta siendo golpeada me saca de mis pensamientos.
--_____. ¿Cuánto te tardas ahí dentro? --Oí a la voz de Thomas preguntar.
Enrollo mi cuerpo con una toalla; no valla a ser que Thomas abra la puerta y me encuentre... he... desnuda.
--Ya casi salgo. Nunca apresures a una dama en el baño --Le respondo.
Lo escucho maldecir a través de la puerta.
--¿Puedes apurarte? El desayuno está... servido --Pronuncia la última palabra con una emoción distinta, con la que podría jurar que se formó una sonrisa juguetona.
Suspiro.
--Ya casi salgo, Tommy --Le digo así de juego.
--Más te vale. Y no me llames así --Dice molesto, y lo oigo caminar por el pasillo.
Me seco bien, pasando la toalla por todo el cuerpo, y secándome el cabello con cuidado.
Cuando creo que la Fase de Secado ha terminado, me pongo la ropa interior y luego el vestido que Alice me dio. A decir verdad, ella tiene un gusto elegante y sexy.
Abro el cajón del elegante tocador, en el que hay un cepillo con los dientes separados.
Me paso el cepillo por el cabello hasta desenredarlo. Me enrollo el cabello en el dedo, para formar roles y chinos.
Al final, después de media hora desde que Tommy vino, abro la puerta y le doy espacio a la oscuridad.
Al abrirla, veo a Tommy sentado el otro lado del pasillo, antes de llegar a la curva hacia la derecha, por donde Alice me trajo.
--Cuanto te tardas. Te he estado esperando --Comenta en cuanto me ve salir.
Una sonrisita de suficiencia hace que mis labios se curven.
--Te advertí que iba a tardar.
De repente, me encuentro con su mirada. Esa profunda mirada, color café avellana y ojos grandes.
Esa mirada que está a sólo cinco centímetros de mi cara...
--Hum... bien... hem... ¿Qué hay de desayuno? --Pregunto nerviosa. Pudiera jurar que me puse roja. Estar cerca de él... me incomoda y al mismo tiempo me agrada.
Él retira su cara de golpe y señala con la cabeza el pasillo que está a nuestra derecha.
--Vamos. Velo tu misma --Dice, y me toma de la mano para guiarme por el túnel que está debajo de mi casa... ¿o dentro de mi casa?
Tommy me agrada cada vez más, y lo tengo agarrado de la mano. El rostro de Damon pasa por mi mente como un destello fugaz. Suelto la mano de Thomas y me rasco la nuca, como pretexto.
--Hem... Tommy... ¿ya puedes responder todas mis preguntas?
Él sigue caminando sin voltear a verme.
--Te daré un límite de diez preguntas. Incluida la anterior, así que sólo te quedan nueve --Dice sin apartar la vista del pasillo.
--Bien hecho. Cuando quiera contar cuántas manzanas me he comido, no dudes en que te llamaré --Le contesto con sarcasmo.
Él voltea a verme y una sonrisa se curva en sus labios, aún sin dejar de caminar.
--Ocho --y regresa la vista hacia el camino.
Frunzo el ceño.
--¿Qué? esa no contó. Ni siquiera fue pregunta.
--Siete --Sonríe ampliamente y se apresura, lo que hace que tenga que acelerar el paso para alcanzarlo.
Suspiro.
Una luz proveniente de la parte delantera del pasillo capta mi atención, y aleja mi mente de las preguntas.
Entramos a la habitación iluminada, que es donde me tenían anoche. Para mi sorpresa, la pasamos de largo.
--¿A dónde vamos? --Le pregunto.
Pone los ojos en blanco, divertido.
--Al comedor. Seis.
Por más mala idea que parezca, su comentario me hace sonreír.