Amnesia || Kingdom Hearts ||

By BaronMatias

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La vida siempre pone obstáculos a todos, sin excepción, y hay que aprender de ellos y entender que, sencillam... More

Preludio
Capitulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X

Capítulo VI

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By BaronMatias

         SOBRE LA ESCUELA Y SUS PROBLEMAS

          El lunes llegaba tan odioso, fastidioso y molesto como siempre, los estudiantes caminaban hacia la entrada de la institución; algunos perezosos, como Vanitas, otros calmados, como Terra y Riku, varios preocupados por no haber estudiado para sus exámenes, como Pence por ejemplo... Y estaba Sora, que al parecer el peso de los problemas no le afectaba lo más mínimo, e iba con una radiante sonrisa de oreja a oreja en el automóvil de su madre. También estaban Kairi y Naminé, quienes estaban justo en el ingreso principal al edificio y vigilaban a todos los que pasaban, como los ángeles en las puertas del paraíso... o los demonios en la entrada al infierno, depende de cómo lo veas.

—Aún no llega —dijo Kairi con un deje de tristeza en su voz— ¿Le habrá pasado algo?

—Cálmate, de seguro sólo se retrasaron un poco —contestó Naminé con voz tranquila y serena, sin embargo, en el fondo estaba igual de preocupada que la pelirroja.

          El Complejo Educativo Reino del Corazón era una institución bastante grande (Siempre superado por su acérrimo rival Castle White), dividida en dos; una escuela primaria, dirigida por Eraqus Van Licht, quien es mejor con los niños; y la secundaria y el bachillerato cuyo director era Xehanort Tenebris Der Nacht, que tenía más control sobre los adolescentes. La entrada era una pequeña colina pavimentada, circundada por un camino de árboles a cada lado y al llegar a la cima se encontraba una gran reja con el símbolo de la institución, detrás de ésta un "corto" estacionamiento para el personal y los padres.

          Riku se acercaba a paso ligero y al divisar a las dos chicas en el umbral hizo una mueca de confusión, aumentó la velocidad hasta quedar enfrente de ellas. Esto era completamente extraño por parte de ambas.

—Hola chicas —saludó con cortesía, pero ninguna pareció prestarle demasiada atención, por el contrario, ambas se movieron de su lugar puesto que el albino les tapaba la visión y respondieron con un simple "Hola Riku" sin quitar la vista de la colina— ¿Pasa algo malo con la entrada? —el chico volteo, pero nada parecía fuera de lugar. Por fin, Kairi se dignó a contestar.

—Sora no ha llegado.

—Seguro sólo se ha retrasado un poco —indicó el albino levantando los hombros.

—Te lo dije Kairi —exclamó la rubia con desdén mirando a la pelirroja.

—No empieces Naminé, además ¿Qué curioso que no estés preocupada aun siendo su "novia"? —dijo Kairi con una sonrisa de picardía, realizando énfasis en la palabra «novia» y haciendo las comillas con sus dedos.

—¿Qué estas tratando de decir? —Naminé comenzaba a enojarse.

—Chicas, por favor no de nuevo, ni siquiera han empezado las clases. —Riku estaba en medio, tratando de ser la voz de la razón y fracasando estrepitosamente «Ojalá Sora estuviera aquí, siempre logra calmar la situación» pensó.

          Para buena suerte del moreno las dos detuvieron su confrontación al escuchar un auto que se dirigía al estacionamiento. Y parecía que los dioses escucharon sus plegarias, porque la que conducía el automóvil era justamente la mamá del castaño. Sonrió alegremente al ver a su amigo sentado en el asiento trasero, mientras a Kairi y Naminé se les iluminó el rostro al ver a Sora bajar del auto. Los tres se acercaron al auto.

—¿Cómo está Sra. Shiroi? —Riku fue el primero en saludar, las dos chicas iban detrás de él.

—Hola Riku, estoy muy bien gracias por preguntar —habló Shiroi con dulzura— ¿Cómo ha estado tu mamá? Su pedido ya está listo, cuando gusten pueden ir a recogerlo —el albino asintió con una sonrisa y miró a su amigo, que intentaba sacar su mochila del asiento pues se había atascado.

—¿Cómo está Sra. Croos? —saludaron Kairi y Naminé al unísono con una sonrisa nerviosa, a veces les parecía que tenían la mala costumbre de hablar al mismo tiempo. De cualquier manera, no sabían cómo iba a reaccionar la mamá de Sora luego de la "amena" charla del otro día, en otras palabras: tenían miedo.

—Hola niñas ¿Que tal están hoy? —Shiroi dijo eso con una voz tan amable y cariñosa, junto con una mirada inocente y sonrisa de amabilidad tan pura y sin resentimientos que ambas jóvenes quedaron abismalmente sorprendidas. Fue por esto que no se dieron cuenta en qué momento Riku y Sora comenzaron a conversar con total tranquilidad.

—Por cierto, Riku tengo que pedirte un favor—le dijo el castaño— ¿Podrías ayudarme con los videojuegos? La verdad no he progresado mucho por mí mismo. —rió ligeramente y se rascó la cabeza.

—Claro no hay problema, al menos ya no me darás una paliza en el Naruto. — el albino le dio un pequeño golpe en el hombro y ambos rieron. Riku estaba aliviado de que la anterior situación se resolviera sin conflictos, pero habló demasiado pronto, pues cuando voltearon a ver las tres mujeres estaban observando su charla, cada una con una mirada diferente.

          Shiroi estaba feliz de ver que su hijo tuviera a un amigo tan bueno y amable como Riku. Kairi estaba perdida en una especie de confusión-sorpresa, sin decidirse realmente por una o la otra. Y Naminé por su parte, bueno, su cara era indescifrable, parecía una mezcla de emociones (y no de las buenas precisamente).

—S-Sora tu... ¿Reconoces a Riku? —preguntó Kairi.

—¡Por supuesto! ¿Cómo no reconocer a mi amigo de la infancia? —fue lo que respondió el chico cerrando los ojos, sonriendo ampliamente y tomando a su amigo del hombro.

          Ahora el rostro de las dos más jóvenes tomó una expresión más fácil de deducir: celos. Claro cualquiera que las viera diría eso, excepto Sora, él no se enteraba de nada. Mientras, el rostro de Riku cambió drásticamente de felicidad a miedo, había olvidado contarles a las chicas lo ocurrido el día anterior y Sora únicamente lo había empeorado diciendo aquello.

          De nuevo la suerte benefició al moreno, pues la campana sonó anunciando el comienzo de las clases, antes de que cualquiera de las dos tomara represalias contra él. También indicándole a la Sra. Croos que era más tarde de lo que pensó y aun tenían que hablar con el director para explicarle la situación.

—Bueno mis niños tendrán que hablar de eso después —interrumpió Shiroi—. Sora y yo debemos conversar con el señor Xehanort sobre el inconveniente con mi hijo ¡Nos vemos! —y así Sora se fue junto a su madre, dándole un gran abrazo a sus dos amigas, que quedaron encantadas con el gesto y dejando a Riku a su suerte junto a las dos enfadadas señoritas.

*************

          La dirección del Complejo Educativo Reino del Corazón estaba muy bien amueblada y decorada —para disgusto de Xehanort, a quien no le gustaban para nada los colores— y como siempre, se encontraban ambos directores en una de sus discusiones habituales sobre los asuntos de la institución.

—¡Debes ser más firme con ellos! —Le decía Xehanort a Eraqus— ¡No puedes dejar que sólo corran y jueguen por ahí! —siempre le recriminaba su actitud blanda con los niños.

—Vamos no seas tan gruñón —respondía Eraqus ignorando los comentarios del mayor— ¿Qué tal si tu no fueras tan duro con tus estudiantes? A este paso terminaran pensando que les odias. —y en ese momento entró Shiroi al despacho.

—Disculpen la interrupción, pero necesito hablar con el director Xehanort.

—No se preocupe señora no interrumpe nada importante ¿En qué puedo ayudarla? —habló el mencionado de forma cortante, primero Eraqus llegaba sin avisar y ahora esto, hoy no le dejaban paz.

—¡Ah señora Shiroi, qué gusto verla! ¿Cómo se encuentra la madre de nuestro mejor estudiante? —saludó alegre Eraqus— Esperamos que se esté preparando para el evento donde nos representará.

—Si... Hay un pequeño problema con eso... —y antes de que Shiroi pudiera proseguir, Sora, dado que se estaba aburriendo de estar afuera, decidió entrar a saludar.

—Hola ¿Cómo están? Mi nombre es Sora, aunque supongo que ustedes sabían eso —se presentó amablemente el castaño ante las miradas de sorpresa de los dos directores—. Usted debe ser el viejo Xehanort —dijo mirando al hombre, moreno, calvo y con barba sentado en un escritorio— y usted debe ser Eraqus —al mirar al hombre más joven, de bata blanca, con cabello negro y bigote.

          La mamá de Sora no supo que decir luego de eso, y después de que todas las miradas se posaran en ella buscando respuestas a este suceso, soltó un largo suspiro, respiró hondo y comenzó la explicación...

—Así que ese es el problema —habló Xehanort con tono serio después de que la mamá del castaño terminara—, y dado que Sora desea seguir estudiando a pesar de eso, creo que lo mejor que podemos hacer es cumplir sus designios, pero lamento decir que no lo logrará así nada más.

—Es verdad, si desea regresar a la institución deberá demostrar que sigue al mismo nivel que sus compañeros en todos los ámbitos —indicó Eraqus con una seriedad inusual en él— y para eso debe tener a alguien que lo ayude a recuperar todo el conocimiento que ha perdido, además habrá que darles la noticia a sus compañeros de clase y a sus profesores.

—Muy bien yo me encargaré de decirle a sus compañeros y ya tengo a alguien en mente para que sea su tutor, encárguese usted de avisar a los docentes —Xehanort se levantó de su asiento—. Señora Cross si desea puede acompañarnos al aula de clase. —Y así terminó aquella pequeña reunión.

          Sora y su mamá acompañaban al anciano director al salón donde el amnésico chico vería sus clases. A pesar de su edad el hombre andaba a buen paso, no dejándole al castaño disfrutar del lugar. Ya era casi hora de empezar el segundo periodo y para cuando llegaron al salón ya estaban todos los estudiantes y el profesor. La repentina aparición del director ocasionó que la atmósfera, antes animada, se tornara pesada y oscura. Era obvio puesto que, Xehanort, aun con su avanzada edad, tenía una presencia imponente y no ayudaban su mirada fría y calculadora, con unos penetrantes ojos amarillos, como si juzgara a todo el que le viera.

—Me disculpo por la repentina interrupción —comenzó a hablar—, pero hay un asunto que debo hablar con los estudiantes personalmente —por razones desconocidas todos en el aula miraron a Vanitas (incluido Marluxia, su profesor) quien era el único que no prestaba atención a la situación—. No se preocupen, por extraño que parezca, esta vez, Vanitas no está involucrado —una vez más todos miraron al director, quien prosiguió su explicación tal y como la había escuchado de parte de la mamá de Sora.

          Todos, sin excepción, quedaron impactados por la noticia; de por sí era extremadamente raro, por no decir casi imposible, que Sora, el mejor estudiante de toda la escuela, faltara a clases, a menos que tuviera que realizar una exposición, o un debate, o un proyecto de ciencias, o una competencia de esgrima fuera de la institución. Él tenía el futuro más prometedor, alguien a quien todos, desde maestros, administrativos y el alumnado admiraban y sufrió un accidente de tal magnitud. A Kairi y Naminé se les formó un nudo en la garganta, fueron visiblemente las más afectadas, tratando con todas sus fuerzas de no llorar.

—Aún después de eso quiere seguir estudiando y está aquí hoy, puede pasar señora Cross.

          Y con esas palabras entraron al salón Shiroi y su hijo, quien sonreía con inocencia y mostraba una actitud alegre a pesar de todo. Él pensaba que todos estarían ya muy preocupados como para tener que darles más problemas, así que con un aire alegre saludó a sus "nuevos" compañeros.

—Aunado a esto necesita de alguien que le ayude a recuperar su nivel académico —Naminé ocultó una sonrisa, si ella era elegida como tutora podría alejar a los demás de su cariño, y poner en marcha su plan—. Esaii Lawrence Kairi —la mencionada se levantó de su puesto, un poco nerviosa de que la llamaran—. Dado su alto promedio y buena relación con Sora usted será la encargada de ayudarle en sus estudios a partir de ahora ¿entendido? —la pelirroja no supo si era una orden o una petición, igualmente asintió aceptando la misión, miró a su amigo y le sonrió con dulzura, podría pasar tiempo a solas con él y tal vez así lograr enamorarle. — ¿Está de acuerdo señora Cross? —preguntó el anciano director y cuando ésta dio el visto bueno decidió que era tiempo de retirarse.

          Esto fue un duro golpe para el plan de Naminé, primero Riku logró que su Cariño lo recordara y ahora elegían a esa presumida pelirroja como tutora de su Cariño, no era justo, no era justo para nada, ella era la que debería pasar tiempo con él, ella era la que debía ayudarlo... No dejaría que ellos lo alejaran, tenía que encontrar una manera de pasar tiempo con él.

~~~~~~~~~~~~~

Primero que nada debo dar mis más sinceros agradecimientos a la señorita Aurora Mynatt, por dejarme utilizar el nombre de la institución Castle White, que pertenece al fanfic La Mafia es Color Rosa escrito por ella (aquí entre nos si no lo han leído se los recomiendo mucho).

Como siempre espero les este gustando la historia, no se olviden de votar y comentar. Sin mas que decir muchas gracias por leerme.


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