Narra Zayn.
No pude seguir pegando a Edward cuando vi las lágrimas correr por sus mejillas. Me dirigí al baño para calmarme con la esperanza de estar solo unos minutos, pero oí como se abría la puerta. Tenía mis manos apoyadas en el lavabo y mis brazos estirados, miraba hacia el suelo con la espalda un poco encorvada. Maldije en silencio, hasta que vi a Danielle a través del espejo. Su pelo estaba alborotado y tenía unos pequeños círculos grisáceos bajo sus ojos. No sabía si me alegraba o me enfadaba que ella estuviera allí conmigo. Pero las imágenes de ella y ese imbécil besándose llenaron mi cuerpo de ira.
-¿Cómo puedes ser tan perra?- pregunté dejando salir un poco de mi enfado.
-¿Qué?- ella preguntó sorprendida y yo me giré para mirarla.
-¿Con cuántos más te ibas a liar esta noche?
-Yo me podré liar con quien me de la gana, Zayn- dijo en tono duro, su voz era un poco ronca debido al alcohol que ella había bebido. Se cruzó de brazos y dio dos pasos hacia mi.
-Eres increíble - bufé molesto. Danielle ni se inmutó por mis palabras y cogió unos trozos de papel y los humedeció.
-Siéntate- me ordenó señalando el WC.
-No.
-Sí- dijo firme y con una seguridad que todavía no le había visto. Yo resoplé y le hice caso. Ella se acercó a mi, yo abrí mis piernas ligeramente y Danielle se colocó entre ellas. Comenzó a limpiar la sangre seca de mi ceja. Yo la miré y puse mis manos en sus muslos. No apartaba mi vista de ella. Aún con el maquillaje estropeado, se veía bien.
-No me gusta que llores- dije e inmediatamente me arrepentí. Ella me dio media sonrisa.
Acercó su cara a la mía y juntó nuestros labios. A lo mejor no me arrepentía tanto de haberle dicho eso. Pasé mi lengua por su labio inferior, ella suspiró y abrió la boca dejando espacio para que mi lengua entrase. Estuvimos así hasta que el aire era necesario. Nos separamos y ella me miró sonriendo. Yo le sonreí de lado. Su respiración estaba agitada, más que la mía. Oímos como se abría la puerta y alguien entraba en el servicio. Miré a Danielle y la mandé callar con un dedo sobre mis labios. Ella empezó a hacer ruidos, tenía sus labios pegados haciendo fuerza para no reírse. Me hizo gracia, pero le tapé la boca y la pegué a mi con cuidado de no hacer mucho ruido. Ella me miró. Sus ojos marrones eran más claros con la luz de los fluorescentes. El chico que había entrado se rió, seguramente nos había oído. Yo conocía esa risa, y Danielle también, porque levantó las cejas nada más oírlo. Yo negué con la cabeza sabiendo que ella iba a salir del pequeño lugar. Frunció el ceño y me empujó despacio para apartarme. Quitó mi mano de su boca, sus labios estaban hinchados y su color rojo era más intenso. Cuando escuchamos como la puerta se cerraba y no se oía ningún ruido, Danielle salió y yo detrás.
-Bueno, yo... yo me tengo que ir- dijo ella.
-Y yo.
Ella salió y yo me quedé solo, de pie mirando la puerta, pensando en lo que acababa de pasar. Sonreí.
Narra Danielle:
Sonreí mientras buscaba a mis amigas entre toda la gente. La sensación en mi estómago todavía estaba ahí, pero no era tan fuerte como antes. Las encontré.
-Hey- saludé a Sophie, Virginia y Alex.
-¿Dónde estabas?- me gritó Alex.
-En el baño- contesté encogiendo los hombros. Ella me miró con desconfianza. No le había mentido, solo no le había dicho lo que estaba haciendo allí ni con quién estaba. En ese momento apareció Jay.
-Hey, Danielle, hacía mucho rato que no te veía- yo sonreí- ¿Sabeis qué?- dijo divertido.
-¿Qué?- respondimos interesadas las cuatro a la vez. Yo me suponía lo que nos iba a decir.
-Acabo de ir al servicio y he oído a dos, que estaban... bueno... no se que estaban haciendo, pero estaban allí juntos- Bien, mis suposiciones eran ciertas. Yo sonreí como si no hablase de mí y de Zayn. Mis amigas rieron.
-Chicas, me tengo que ir- les dije- Mi abrigo y mi bolso estaban ahí, ¿dóbde están?- dije un poco alterada y comencé a mirar por todas partes.
-Tranquila- dijo Sophie alargando la 'i'- las tenemos nosotras- yo suspiré aliviada.
-¿Sabes que no se puede dejar las cosas en cualquier sitio?- dijo Alex regañándome.
-Lo siento, mamá- bajé la cabeza como disculpa. Ellas rieron. Me dieron mi chaqueta y me lo puse, después me dieron mi bolso.
-Yo también me voy- dijo Alex- voy a buscar a Niall- Yo asentí.
Después de unos minutos apareció Alex seguida de Niall y Zayn el último. Nos miramos y yo bajé la vista al suelo.
-¿Te vas?- me preguntó Zayn con el ceño fruncido, yo asentí- Yo te llevo.
-¿Qué? ¡No!- no me parecía bien que él se tuviera que ir por llevarme a mi casa. Aunque luego pensé que él volvería después. Me sentí tonta.
-Claro que si, vamos- dijo un poco ofendido.
-Vale, espera- le dije y me giré- No os vayáis muy tarde- les dije a Sophie y a Virginia, ellas sonrieron. Nos cuidábamos mucho entre nosotras. Les di un beso en la mejilla a cada una y volví a mirar a Zayn- Ya nos podemos ir.
El frío de la noche me golpeó y lo agradecí, no me había dado cuenta del calor que tenía hasta ahora. Seguí a Zayn hasta su moto negra. Me sorprendí porque pensé que había traído su coche.
-¿No te da miedo ir en moto, verdad?- preguntó, seguramente debió de ver mi cara de tonta.
-Claro que no- dije divertida. Luego pensé en mi falda- Pero hay un problema- Zayn me miró y frunció el ceño- llevo falda- él se echó a reír- No veo donde está la gracia- dije finjiendo estar ofendida.
-Eso se soluciona rápido- dijo ya subido en la moto. Yo me subí detrás de él lo más finamente que pude- Ahora pon esta parte entre tus piernas, y debajo de ellas- dijo cogiendo el dobladillo de mi falda. Hice lo que él me había dicho, y efectivamente, ya no había ningún problema, parecía un pantalón. Coloqué mi bolso sobre mi regazo- ¿Ya?
-Si.
Zayn arrancó la moto y yo me agarré a su cintura. El aire golpeaba mi cara. Me pregunté por qué no llevabamos el casco de seguridad. Abracé a Zayn y me apoyé en su espalda. Cerré los ojos. Mi pelo volaba en todas las direcciones. Íbamos a gran velocidad, asique apreté más fuerte mis brazos al cuerpo de Zayn. Se que se rió porque noté como se movían sus abdominales. Sonreí. Por mi me podría quedar así siempre. De repente, la moto se paró, pero yo seguí con los ojos cerrados.
-Necesito el aire para respirar- dijo Zayn divertido. Abrí mis ojos y lo solté. Noté como mis mejillas se ponían rojas. Me bajé de la moto con cuidado y él la apagó y se bajó también.
-Gracias por traerme- dije sonriendo. Él sonrió de lado y negó una vez con la cabeza- Me lo he pasado muy bien esta noche.
-Y yo- los dos sonreímos.
-Me tengo que ir- dije, aunque me podría quedar con él todo lo que quedaba de noche. Él asintió. Me giré para caminar hacia mi casa, pero Zayn agarró mi muñeca y me giró hacia él. Besó mis labios con movimientos suaves. Presionó más mis labios contra los suyos con la mano que tenía en mi cuello. Puse mis manos en su torso. El calor de su piel llegó hasta mis manos aun teniendo la camiseta. Se separó y sonrió. Lo miré y caminé hasta la puerta de mi casa.
-Danielle- me llamó. Yo me giré y él me guiñó un ojo, me mordí el labio inferior. Entré en casa y cerré la puerta. Oí el ruido de la moto alejarse.
Narra Harry:
Me despertaron unos golpes en la ventana de mi habitación. Miré el rreloj de mi mesilla: 05:34. Me levanté de la cama para ver que pasaba. Al ver a mi hermano allí fuera, abrí la ventana.
-¿Tú eres imbécil?- le pregunté, aunque sabía ya la respuesta.
-Soy tu hermano mayor, me debes un respeto- dijo lentamente. Miré sus ojos inyectados en sangre.
-Además estás borracho, Edward- él rodó los ojos- ¿Por qué has entrado por aquí?- le pregunté serio.
-Se me olvidó coger las llaves- dijo burlón, yo resoplé.
-No te voy a volver a abrir la ventana para que entres, Edward- él me miró con el ceño fruncido- Vete de aquí, algunos madrugamos- dije irónicamente.
-¿No quieres que me quede aquí contigo, Harry?- me preguntó riendo.
-Vete a la mierda- él rió y salió de mi habitación. Me volví a meter en la cama.
Narra Danielle:
La alarma sonó y casi tiro el teléfono contra la pared, pero luego pensé que no sería buena idea. Fui al baño y me miré en el espejo. Tenía dos círculos oscuros bajo mis ojos, asique me puse corrector hasta que quedó del color de mi piel y mi pelo estaba un poco alborotado, lo peiné y lo dejé suelto. Me vestí con unos jeans claros que llegaban hasta loa tobillos, con las converse blancas y una camiseta a rayas blanca y negra. Bajé a desayunar.
-Buenos días- dije al entrar en la cocina.
-Buenos días, ¿qué tal anoche?
-Bien- sonreí al recordar la noche anterior.
-Me alegro. Pero no te oí llegar.
-No quise despertarte- no quería decir que llegué a las 01:57, porque sabía que mi madre me regañaría, pero tampoco quise decir ninguna otra hora por si ella todavía estaba despierta.
-Toma- puso la taza de mi desayuno delante de mi.
Desayuné rápido y me fui caminando al instituto. No quería que mi madre me llevara por si me preguntaba algo de anoche y yo decía algo que no debía, porque aunque yo le contaba casi todas mis cosas a mi madre, lo de anoche no le iba a hacer mucha gracia.