Montserrat
Que Jack permanezca callado, simplemente mirándome como si le hubiese dado la noticia más impactante del mundo, no era precisamente la reacción que esperaba recibir.
Me alejo unos cuantos pasos de él, en espera de una respuesta que parece no llegar. Los segundos parecen convertirse en minutos, mi corazón bombea con tanta fuerza que temo que pueda ocasionar un agujero en mi pecho. Soy capaz de notar todas las emociones que cruzan por su rostro, ninguna de ellas parece ser lo suficientemente negativa como para alarmarme, así que intento tranquilizarme.
— ¿Me amas? —Inquiere aún con sorpresa —¿Lo estás diciendo en serio?
—Si —respondo con nerviosismo mientras una pequeña risa abandona mi cuerpo —Lo digo muy en serio. Creo que esta es una de las pocas veces que estoy hablando más serio que nunca.
El sonríe y ese gesto me tranquiliza, si decirlo hubiese estado mal, él no estaría sonriendo ¿no es así?
—Cariño —El pronuncia con tanta dulzura la palabra que me hace sonreír. Toma mis manos mientras las observa por algunos segundos antes de elevar la mirada. —Yo no voy a decir que te amo.
La sonrisa que tenía en mis labios se borra de manera inmediata apenas escucho su respuesta, no sé porque me sorprende tanto. Sé que solo llevamos algunos meses saliendo pero al menos esperaba que el sintiera un poco de lo que yo siento por él. Es como si alguien me hubiese dado un golpe directo en la boca del estómago, dejándome repentinamente aturdida. Definitivamente esa no era la respuesta que esperaba, y menos que él fuese tan directo al momento de decir que no me ama.
Es decir, sabía que Jack me quería, pero esperaba que al menos él me amara, tanto como yo lo hago. La desilusión se apodera de mí a pesar de que sé que no es su culpa, no puedes obligar a alguien a sentir lo mismo que tu. Intento soltarme de su agarre pero él me lo impide.
Él no deja de sonreír y no sé porque sigue haciéndolo.
—Una vez escuché a alguien decir que decirle a tu pareja "te amo" era como afirmar ese sentimiento, dar por hecho algo de lo cual en realidad no tenemos seguridad de nada —No entiendo a que se refiere pero no digo nada para interrumpirlo porque quiero escuchar lo que tiene para decir —Decir "Te amo" es asegurar algo, asegurarlo sin intentar hacer algo más porque ya has dicho todo. Yo no voy a decir te amo porque no quiero dar por asegurado algo contigo.
—No entiendo —Me atrevo a decir — ¿A dónde quieres llegar?
—Montserrat, no voy a decir te amo. Yo voy a decir, te estoy amando —Mi corazón da un vuelco de emoción. —Diré "te estoy amando" porque al decir aquello, podré seguir demostrándote con mis acciones lo mucho que significas en mi vida, no quiero dar nada por seguro contigo. Quiero que cada día que pasemos juntos, nos esforcemos por demostrarnos lo que sentimos, quiero que mis acciones te confirmen lo que mi boca dice, y mi corazón siente.
Mis ojos se humedecen debido al sentimiento que me embarga en estos momentos, y lo único que puedo hacer es lanzarme a sus brazos. Porque no había nada en este mundo que me llenara de emoción como el saber que Jack, sentía exactamente lo mismo que yo sentía por él.
(...)
La reunión que teníamos planeada con Blake trascurrió según todos los planes. El mejor amigo de Jack era un chico demasiado agradable, ambos parecían conectar de la mejor manera y eran tan parecidos lo que me hacía pensar que tal vez esa era la razón de tan buena amistad.
—Ha estado estupendo todo, gracias por la invitación —Pronuncia Blake mientras comienza a tomar sus cosas para guardarlas en el interior de la mochila que ha traído consigo.
—¿Te marchas tan pronto? —Inquiere Jack dejando a un lado el plato de comida para incorporarse.
—Me temo que sí, aún tengo demasiado trabajo por hacer —Masculla dándonos una mirada de disculpa.
—No hay problema, tal vez otro día podamos reunirnos —Sugiero.
—Esa es una idea estupenda, traeré un regalo para la pequeña después —Dice con una sonrisa — O tal vez traiga varios, nunca son suficientes regalos.
Jack ríe mientras niega y se baja del banco en el cual se encontraba sentado, Blake se cuelga la mochila en la espalda y lo acompañamos a la salida, tras su partida, Jack y yo ingresamos de nuevo al departamento.
—Tengo que ir al estudio de moda, Amanda me ha avisado que hay algunos asuntos pendientes por resolver. Nada me gustaría más que quedarme en casa pero necesito salir ¿Podrías quedarte con nuestra nena? —Amanda me había llamado hace algunos momentos, para informarme que necesitaban mi firma en algunos documentos para poder enviar los nuevos diseños a la fábrica que se encargaría de realizarlos, esperaba que ellas pudieran solucionarlo, pero al parecer, necesitaban que estuviera personalmente en el estudio.
—Oh claro, sabes que estaré encantado —Responde él con una pequeña sonrisa en el rostro. Coloca sus manos a los costados de mi cintura para atraerme a su cuerpo, tras unos instantes plasma sus labios contra los míos haciéndome sonreír en medio del beso.
—Blake me ha comentado que le has estado preguntando por Sara —Una mueca se plasma en mis labios. ¿Por qué Blake tenía que comentarle eso? ¿A caso ese chico no sabía guardar secretos?
—Lo he hecho —Afirmo
— ¿Por qué no me preguntas directamente? Sabes que te diré cualquier cosa —Responde él ladeando la cabeza —Como ya te he dicho, Sara Allen no significa nada para mí y yo tampoco para ella.
—Oh, eso sí que no lo creo —Mascullo —Jack, esa chica está enamorada de ti. Él hace el ademán de responder pero le hago una seña para que aguarde —¿Cómo explicas entonces que le importa tanto todo lo que tiene que ver contigo? ¿Por qué le da tanta importancia a nuestra relación?
—No lo sé lindura —Pronuncia —Sara Allen se ha acostumbrado a tener todo lo que quiere, yo no soy más que otro capricho en su vida, tarde o temprano se cansará y encontrará otro chico para divertirse.
—Es increíble que tú y yo hayamos terminado de esta forma ¿Quién lo diría? —Inquiero con una pequeña sonrisa.
—En eso tienes mucha razón —Dice él —Cuando me fui esa mañana de la habitación, jamás creí que volvería a verte. Estaba acostumbrado a que las chicas sean nada más de una noche pero contigo...no lo sé...quería volver a verte.
—Creo que si no hubiese sido por las entrometidas de mis amigas, ahora mismo no estaríamos aquí —Pronuncio.
—No lo creo, bueno, resultaste embarazada ¿Tendrías que buscarme, o no?
—Bueno, no lo sé —Me encojo de hombros —Es una situación hipotética pero lo más seguro es que sí, aunque hubiese estado más aterrada de lo que estuve cuando te di la noticia.
Él abre la boca para responder e inmediatamente sé por la mirada que me dedica que es lo que va a decirme.
—No, deja de disculparte. Todo eso ya pasó, ahora todo es diferente así que dejemos ese tema a un lado.
El alza las manos mientras sonríe y me es imposible no hacerlo también.
—No me gusta que ella esté cerca de nosotros Jack, intenta alejarte lo más que puedas ¿De acuerdo? Ni ella ni tu padre me dan buena espina —Él asiente.
—Lo haré —Responde —Pero quiero que sepas que solamente tengo ojos para ti, no hay nada que ella pueda hacer para que deje de creer en ti, para que deje de quererte. Nadie, absolutamente nadie podrá hacer que deje de querer estar a tu lado y al lado de nuestra nena.
—Lo sé —Una pequeña sonrisa se posa en sus labios. Dejo un rápido beso sobre sus labios antes de mirar la hora en el reloj. —En estos momentos confío completamente en ti.
—Ahora, tengo que darme prisa porque el trabajo me espera —Él asiente de nuevo antes de besarme, tenía la seguridad de que jamás me cansaría de este hombre.
Tendría que estar en el estudio en aproximadamente dos horas así que debo darme prisa.
El tiempo pasa literalmente volando, Jack había ido a la habitación en donde se encontraba nuestra pequeña Hannah y se había quedado ahí, por mi parte, estaba terminando de alistar todas las cosas que seguramente necesitaría.
Estos eran algunos de los inconvenientes que tenía el dejar el estudio por tanto tiempo, había demasiadas cosas que ver y revisar y aunque esperaba pasar el mayor tiempo con nuestra nena, había cosas que simplemente no podía evitar.
—Tengo que marcharme ya —Pronuncio asomándome a la habitación de nuestra pequeña — ¿Seguro que estarás bien?
—Por supuesto —Responde él. Sostiene a Hannah en sus brazos, manteniéndola contra su pecho mientras camina por la habitación.
—No dudes llamarme por cualquier cosa que ocurra —Pronuncio —Vendré enseguida.
—Cariño, estaremos bien —Responde. —Tú toma el tiempo que necesites.
Me acerco hasta él para poder dejar un beso sobre sus labios, tras despedirme también de mi hija, me dispongo a salir del departamento.
Sin saber que eso era exactamente lo que menos tenía que hacer.
JACK
Montserrat había pasado prácticamente toda la tarde en el estudio, habíamos intercambiado algunos mensajes de texto pero en la última hora, había querido llamarla para saber si regresaría pronto pero no había obtenido respuesta.
No había estado tan mal después de todo, Hannah había estado bastante tranquila durante las últimas horas, pero pareciera que ahora, comienza a extrañar a su madre.
Hannah está llorando. Comienzo a desesperarme porque no sé exactamente qué es lo que tengo que hacer, o el porqué de su llanto. Había intentando varias cosas para poder calmarla, pero nada me había dado resultado.
—Vamos pequeña ¿Qué es lo que te sucede? —Inquiero mientras la acomodo entre mis brazos — ¿Tienes hambre? No lo creo, casi acabo de darte la leche. ¿A caso tu pañal está sucio? —La dejo sobre la colchoneta para poder inspeccionar el pañal y tras corroborar que se encuentra limpio, la abrazo de nuevo.
—Hanny por favor, deja de llorar —Intento recordar alguno de los cientos de consejos que había escuchado para calmar a un bebé, pero ahora el único que logro recordar, es cantar una canción de nana.
—Bueno, no soy un buen cantante —Pronuncio mientras acomodo a mi nena de tal forma en que ella quede frente a mí —Pero vamos a intentarlo.
La canción que mi madre solía cantarnos a Adler y a mí cuando éramos pequeños viene a mi memoria, se trataba sobre un padre cantándole a su hijo y expresando todo lo que sentía por él, decía también que aunque los años pasaran, para él siempre sería su bebé, era una canción hermosa que siempre conseguía conmover a mi madre cuando nos la cantaba, y ahora que me he convertido en padre, logra conmoverme a mí también.
Mi canto parece funcionar, mi pequeña ha calmado su llanto y ahora se limita a observarme absorta.
—"Siempre te querré, siempre tendrás mi cariño.
Mientras yo tenga vida, siempre serás mi bebé."
Finalizo la canción, Hanny se encuentra en silencio y tras algunos segundos, hace algo maravilloso.
Me sonríe.
Dios santo, el corazón parece darme un vuelco de emoción al notar el gesto sincero que me está dedicando ¡Me está sonriendo!
—Oh, ahora te ves aún más hermosa de lo que ya eres —Pronuncio acercándola a mí para poder dejar un suave beso en una de sus mejillas. —Eres tan hermosa. Lo sabes ¿cierto? Serás la niña más hermosa que jamás alguien haya visto.
Observarla de esa manera me deja ver cada detalle de su pequeño rostro, Hannah es hermosa, mis rasgos combinados con los de Montse hacían de nuestra hija una niña hermosa. El color de cabello comenzaba a cambiar, ahora no estaba seguro de que color terminaría siendo. Sus ojos, esos dos pequeños luceros que lograban cautivarte con solo mirarlos dos segundos, eran probablemente lo que más hermoso me resultaba de nuestra nena.
¿Cómo si quiera pude llegar a dudar de ella? ¿Cómo pude siquiera pensar que no era mi hija?
Si alguien me hubiese dicho que iba a terminar tan cautivado con mi hija como lo estoy ahora, probablemente no le hubiese creído.
—Ya te fallé una vez mi niña, no volveré a fallarte. Ni a ti ni a tu mami, te lo prometo —Dejo un beso nuevamente en su mejilla antes de decidir que sería buena idea llamar a Montse otra vez.
La acomodo en uno de mis brazos mientras saco el celular de mi bolsillo, no tengo ningún mensaje de ella lo que intensifican mis ganas de llamarla, había algo en mi pecho que no me dejaba estar del todo tranquilo.
Ella me responde al tercer tono, es verdaderamente un alivio escuchar su voz. Por alguna razón que desconocía, me sentía nervioso.
—Hola —Responde ella —Olvidé enviarte un mensaje, me atrasé viendo algunos pendientes pero ahora ya voy de regreso a casa.
—Es bueno saberlo, tenía un pequeño inconveniente con Hanny, al parecer te extraña —Pronuncio mirando a nuestra nena.
—Oh, yo también la extraño —Responde ella. —Llegaré en aproximadamente unos quince minutos.
— ¿Quieres que pida algo para cenar? —Inquiero con curiosidad —Podemos comer lo que tú quieras.
—Nada en especial, cualquier cosa está bien —Responde ella.
Antes de que pueda responderle, ella habla pero no es conmigo con quien lo hace. Parece estar molesta por algo, no logro escuchar muy bien lo que dice por lo que decido preguntarle qué es lo que está sucediendo.
— ¿Qué sucede? —Inquiero.
—El conductor de enfrente se ha vuelto loco —Responde —Ha intentado cerrarme el paso dos veces.
— ¿Qué? —Me incorporo de la silla en la que me encontraba sentado — ¿Dos veces? Intenta cambiarte de carril. —Sugiero. —O solo mantén la distancia, mientras más alejada de ese auto mejor.
—Lo estoy intentando pero...
Su voz se detiene, soy capaz de escuchar el rechinar de las llantas al frenar, el grito de mi chica y luego, algo que me aterroriza por completo. Un sonido que se filtra en mis oídos y consigue que una bomba de pánico estalle en mi pecho.
El sonido de dos autos impactándose.
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Hola, sé que este capítulo es algo corto pero últimamente no he encontrado el tiempo como para sentarme a escribir. Espero que a partir de ahora pueda sacar el tiempo como para poder escribir, mientras, espero que les guste :)