Muerte en vida. #PGP2019

By UnaAnonimaLlamadaX

160 14 8

Dos muertes cambian la vida de seis familias enemistadas entre sí del barrio más lujoso de toda la ciudad, y... More

Prólogo.
Parte 1.
I: FAMILIA LANCEROTTI.
II: FAMILIA GARCÍA.
III: FAMILIA CORMIER.
IV: FAMILIA MILLER.
V: FAMILIA KOZLOV.
VI: FAMILIA FUJIMOTO.
Parte 2.
VII: Dos formas de sobrellevar una pérdida.
IX: Seguir un legado.
X: Disimular.
XI: Incógnitas.

VIII: Despedida y plan.

10 1 0
By UnaAnonimaLlamadaX

17 de enero de 2019.

Amelie.

Ellie trabajaba para varias familias, así que, para no encontrarnos con las que nos caen mal, tuvimos que reservar un lado del cementerio a una hora específica para poder despedirnos de ella. Aparentemente, nadie aparte de nosotros había ido a verla aún, de todas maneras. Éramos los primeros. Y eso me hacía entristecer, porque, me hacía pensar que estaba sola en el mundo. Y nadie se merecía eso.

—¿Para cuándo contrataremos a otra sirvienta? —inquirió mi hermano, mientras daba brinquitos para que su hija no comenzase a llorar—. Hay que superar las pérdidas.

—Para cuando te dignes a tener un poco de respeto por los difuntos, y te dé la gana de contarnos de una vez por qué tienes heridas en la cara —respondió mi bisabuelo, seco.

Ambos eran los que peor carácter tenían de mi familia. Mi hermano siempre había sido un bruto (excepto conmigo, aunque eso no quitaba lo borde, y su hija), y yo tenía la creencia de que lo había heredado de mi bisabuelo. Ese hombre era un hueso duro de roer. Seguía vivo, y trabajando, aunque debería estar jubilado desde hace más de veinte años.

—No es el momento de discutir, ¿no creéis? —mi tío Jean, el ginecólogo, se interpuso en la disputa que estaba a punto de comenzar, aplacándola—. Abuelo, le dices a Antoine que tenga respeto por los muertos, pero tú estás a punto de iniciar una pelea. Sois tal para cual.

Y como era de esperarse, mi hermano, mi tío y mi bisabuelo comenzaron a pelear. Mi sobrina comenzó a llorar, así que, con delicadeza, se la robé a Antoine, ya que parecía que en cualquier momento iba a pegarse a puñetazo limpio con un señor de noventa años.

—Si te sirve de consuelo, yo sí que lamento su pérdida, al igual que tú. Me caía muy bien Ellie. Creo que era bastante eficaz —me dijo un chico castaño de ojos marrones, mucho más alto que yo.

—La echaré mucho de menos, Pierre.

—"Cuando seas médico, te acabarás acostumbrando a ver la muerte día sí y día también." O eso dice el bisabuelo.

—Supongo... Pero aun así, no significa que la de alguien importante no vaya a dolerme.

Aparte de que yo iba a ser dentista. Yo no iba a ser médico, como él.

—Piensa que ahora está con tu padre. Podrá decirle que quieres llamar a tu hijo Adrien. Hijo al que por cierto... Sabes que tarde o temprano, le haré la prueba de paternidad.

Mi primo, el hijo de mi tío Jean, era bastante directo la mayoría de las veces. Y aunque a mí me costaba disimular que ese tema me inquietaba y me daba miedo, por esa vez, no iba a pasar nada si se percataba de eso, pues... Podía pensar que estaba así por Ellie. Que en parte, era verdad.

—Ya. Pero aún quedan tres semanas para que dé a luz, si todo sale bien. De todas formas, no es el momento.

—Sí, lo sé. Perdona.

Ambos nos quedamos mirando la tumba de Ellie mientras el trío dinámico seguía discutiendo. Antoine no iba a revelar tan fácilmente por qué estaba herido, no entendía por qué seguían debatiendo sobre ello. Cuanto más le insistieran, más callado se callaría. Por eso, ni siquiera me molestaba en preguntarle. Si él quería confiar en mí como para decírmelo, que lo hiciera. Pero si no lo hacía, tampoco pasaba nada. Ser hermanos no implica contarse absolutamente todo. O así quería pensar yo.

Alcé a mi sobrina sobre mi cabeza y le hice una pedorreta en la barriga. Ella soltó una leve risita, por las cosquillas, antes de cogerla con normalidad. Me gustaba estar con ella e imaginarme que podría estar con mi futuro hijo así. Siendo feliz. Que sería fruto de un amor permitido, y no de uno prohibido, tal y como le pasó a ella. Pero... No.

De nuevo, no podía evitar pensar en el miedo atroz que me daba que se descubriera la verdad sobre mí. Sobre nosotros. ¡Pero más tarde, iba a verle! Y eso me quitaba toda la tristeza que tuviera que ver con Ellie. Al menos, temporalmente.

Un hombre que debía de rondar los sesenta y pico años se nos acercó con una pala en la mano y cara de pocos amigos. Apuntó con esta a mi bisabuelo, a mi hermano, y a mi tío. Mi primo y yo nos quedamos mirando, perplejos.

—Están haciendo mucho ruido, y me da igual que seáis una de las familias más importantes del lugar. Como no paréis, os echo del cementerio antes de que se os acabe la hora alquilada.

Se fue por donde vino, creando un silencio sepulcral, al fin. Vi a mi hermano apretar un puño, probablemente porque se estaba conteniendo un grito o un golpe, y me quitó a la niña para entretenerse con ella a base de caricias y besitos. Era su salvavidas. Su calma.

—¿Vais a decir alguna palabra de despedida? —preguntó Pierre, cruzándose de brazos.

—Yo sí —dije tras la negativa de todos los demás. En parte, lo entendía, puesto que ellos no le habían cogido tanto cariño como yo. Mi hermano, incluso la detestaba. Aunque eso era otro tema. Me puse de cuclillas ante la tumba, con mucho cuidado, y deposité las flores que había traído conmigo sobre a la tierra—. Casi siempre me acompañabas a las ecografías. En mis momentos más irascibles, estabas ahí para mí, ofreciéndome tu sonrisa y tus ánimos. Ambas estábamos tan deseosas de poder conocer a mi niño... Es una pena que no puedas hacerlo, pero, desde el más allá le verás crecer. Eso está bien. Estoy segura de que serás su ángel de la guarda, en las sombras. Gracias por los buenos momentos. Por ser tú. Deseo de corazón que tu muerte sea vengada.

Me reincorporé y miré a mi familia, ahorrándome soltar lagrimitas, aunque era lo que quería.

Ya podíamos irnos.

Ellos lo captaron y no tardaron en dirigirse hacia nuestra limusina verde. Si era sincera, ese color no me gustaba mucho, pero era el que nos distinguía como científicos formales y naturales. Así era mi familia, y así estaba destinada a ser para siempre. Mi bisabuelo apostó que mi hijo sería un gran matemático. Mi tío, en cambio, quería que fuese ginecólogo como él. Mi hermano y mi primo, que rara vez estaban de acuerdo, dijeron que sería matemático, que iba tocando que hubiera uno. A mí me bastaba con que fuera feliz.

Entré en la limusina y miré mi teléfono móvil. No había recibido aún ningún mensaje suyo. Lo comprendía en cierta parte, así que por eso no le di importancia. Tampoco podía pretender que me hablase 24/7. Sería injusto, y algo tóxico. Podía esperar. Aunque... Era innegable que me sentía feliz cada vez que intercambiaba palabras (verbales o textuales) con él. Era el amor de mi vida. Iba a tener un hijo suyo.

—Amelie, cielo.

—¿Uhm? Dime, bisabuelo.

—Es opción tuya aceptar o no, pero, tu tío y yo creemos que es oportuno que faltes a los exámenes de este cuatrimestre. Puedes sacártelo todo en julio.

—Pero tendré un intento menos... Y me sé todo —expresé mi descontento hacia el tema, aun sabiendo que, efectivamente, no me estaban dando a elegir. Que era una orden indirecta que tenía que cumplir.

—Tengo fe en ti. No eres bisnieta mía por azar.

—No entiendo a qué te refieres...

—No le hagas caso, Amelie —se interpuso mi hermano, de mala manera, en medio de la conversación—. Es un viejo. No sabe lo que dice.

Aunque, no le acababa de creer. Evidentemente, por azar no lo era. Yo llevaba su sangre, al igual que mi coeficiente intelectual era similar al de él, y al del resto de mi familia. Todos superábamos el 110 en CI. Todos. No había excepción. Aunque, claro... Cada uno se defendía mejor en uno o dos tipos de inteligencia los doce existentes. ¡Peero eso era lo de menos! Solo el bisabuelo tenía el derecho de conocer en qué nos defendíamos y en qué no.

Así que, ignoraría que algo me olía mal. Lo haría porque tenía otras preocupaciones en mente, y porque quizá, la muerte de Ellie estaba causando que me preocupase en exceso por nimiedades.

Jack.

—Se está haciendo de noche, deberíamos bajar para cenar.

—Melanie, cállate. Estoy intentando escribir el último capítulo, y no me concentro.

—Milinii, cílliti —mi prima imitó a mi primo Stefan con gran precisión, soltando un pesado suspiro justo después—. Jaaaack. ¿Bajas conmigo?

—No —respondí, tajante.

—¿Quéeee? ¿Por qué nooo?

Stefan le lanzó un bolígrafo a Melanie que casi le da en el ojo. Yo seguí mirando al techo, con los brazos tras mi cabeza a modo de almohada. Resoplé, realmente molesto. A veces, por no decir siempre, detestaba compartir habitación con ellos dos.

—Porque aún no nos han llamado —respondí de todas maneras, entrecerrando los ojos. Mi prima no tardó en abalanzarse sobre mí, y aunque no lo di a mostrar, estaba realmente molesto—. Mel.

—Es una maldita pesada. Cualquiera se concentra así.

—Stefan, me das igual, a ver si te queda claro. Jack. Baja conmigo.

—Que no —insistí en mi negativa, casi bufando—. Cuando nos avisen, bajaremos los tres y punto.

—Eres una escoria. Al igual que Stefan.

Se apartó de mi cama y se fue a la suya. No expresé emoción alguna ante aquel hecho. Realmente, me daba igual que se enfadase. O que me dijera "escoria". Ya estaba acostumbrado a que me tratasen mal en mi propia casa, a excepción de dos personas. Qué más daba.

Ella se puso a oír música con sus auriculares, y Stefan y yo nos quedamos tranquilos. Él tecleaba a gran velocidad para poder dar un final a su "emocionante" y "trepidante" historia. ¿A mí? Me parecía un asco. Pero a papá y a sus miles de lectores de internet les gustaba, así que poco podía juzgar alguien como yo al respecto. Ni siquiera era artista, o al menos, no me llamaba nada la atención sobre eso. Sí. Qué más daba.

Alguien llamó a la puerta, y sin esperarse a que diésemos el permiso para entrar, una chica irrumpió en nuestro cuarto. Era mi prima Jennifer, la actriz.

—Jack, ¿te importa venir conmigo un momento? Es que, papá quiere verte.

—Claro. Qué bien.

Me levanté de la cama y estiré los pliegues que se habían formado por mi propio peso y movimiento (y también el de Melanie). Me acerqué a mi prima, que me cedió el paso para que saliera primero. Una vez fuera, cerró la puerta tras de mí, y me frenó en seco cuando intenté ir al despacho de papá.

—Danny y yo estamos preocupados por ti. Llevas raro desde hace dos días, y como él no puede preguntarte porque está haciendo un dibujo para la universidad, quería preguntarte yo personalmente.

—Si estar raro significa estar más callado de lo que suelo ser de por sí, no deberías preocuparte por ello.

—¡Pues claro que lo hago! —tiró de mis mofletes, y me los achuchó a su gusto. No la aparté solo por el cariño que le tenía. Llegaba a ser otra persona, y no hubiera tardado nada en hacerlo—. Eres mi primo favorito con diferencia, y el de mi hermano Danny también. Ambos te queremos mogollón, y nos inquieta verte raro.

—Yo... ¿Puedo confiar en ti? —inquirí, dubitativo. Ella puso una mueca de decepción antes de asentir—. Pero no puedes decir nada. De verdad.

Porque mi prima tenía razón, había algo que me inquietaba. Pero, claro. No estaba acostumbrado a que alguien se preocupara por mí... A excepción de Danny y de ella. A los demás les importaba de poco, a nada. Incluso me odiaban porque se pensaban que yo algún día les traicionaría para ganar dinero y popularidad ante la prensa. Chorradas que a mí me afectaban hace tiempo, pero que ahora... no.

Jennifer negó con la cabeza, y yo "la invité" a seguirme hasta su propia habitación, que quedaba a tres cuartos a la izquierda del mío. Era el único sitio donde podría hablar con tranquilidad con ella, porque el jardín estaba ocupado por dos de mis primos ensayando baile y canto respectivamente, en el salón se encontraba papá escribiendo, en la cocina papi, y en los dormitorios restantes, mis otros tres primos restantes haciendo más cosas.

Una vez entramos los dos, comencé a caminar de un lado a otro. Su cuarto era espacioso, y no tenía apenas muebles comparado con la de los demás. Jennifer decía que ensayaba mejor así para sus películas. Y ahora mismo, para mí, era de agradecer.

—Es que, verás... ¿La sirvienta esa que murió la misma madrugada que el cabeza de los Lancerotti?

—¿La anónima esa que servía justo a los Lancerotti y a los Cormier? Sí, qué pasa.

—El día que fuimos al plató de televisión a verte... Mientras volvíamos a casa, hubo un momento en el que paraste por un semáforo. Yo la vi con la embarazada Cormier.

—Claro que la viste con ella. ¿No me has oído? Le servía. Salió en las noticias.

No sabía cómo explicarme con claridad. Sí, vale. Nos estábamos repitiendo. Estábamos entrando en un mini bucle del que iba a salir. Se lo contaría rápida y directamente. No fueron imaginaciones mías. Estaba seguro de ello. Y más desde que...

Debía ir por partes.

—Pero ella me vio. Me hizo el gesto del silencio con el dedo, como si me conociera.

—Eso no tiene sentido —parecía tan perpleja como yo.

Saqué entonces una nota doblada del bolsillo de mi pantalón, y se la tendí casi bruscamente. Ella la atrapó de mis manos, y la extendió para poder leerla mejor. Al hacerlo, me la devolvió con los ojos como platos. Aturdida.

—Alguien sabe tu secreto más profundo.

—Ajá. Alguien cuyo nombre no es "Danny", "Jennifer" o de papá y papi.

Solo ellos cuatro conocían mi secreto, y los dos primeros, por propia voluntad mía. Mis tíos claro que lo sabían (porque "papá" y "papi" no eran llamados así por mí porque fuesen eso. No. Mis padres fallecieron y ellos me adoptaron, por ser tíos míos), pero ninguno de sus siete hijos y de los otros dos primos a los que adoptaron (Melanie y Stefan) eran conscientes. Ahora... La situación se había quedado en cinco hijos y dos primos que desconocían aquella información.

—Además, pone que pronto se irán revelando más secretos de la familia Miller. ¿Crees que...?

—Si conoce mi secreto más oculto, es probable que ese alguien sea consciente de que la mayoría de los escritos de papá son, en realidad, ideas copiadas de gente anónima. O de que papi ha amañado concursos de cocina y críticas a restaurantes rivales solo para ganar fama.

La cara de Jennifer se tornó realmente preocupada. Le puse una mano sobre su hombro, totalmente serio. No. A mí no me hacía nada de gracia tampoco. Más que nada, porque mi propia familia pensaría que yo era quien fue divulgando las verdades en forma de rumores. Siempre pensaban eso.

—Danny se gana la vida como artista de manera legal. Y yo también como actriz. No quiero que los errores de nuestra familia le afecten a él, a mí me da igual.

—Pero a mí y a él no nos daría igual que tu carrera se viese afectada por ello. Tenemos que hacer algo. Creo que tiene relación con la criada muerta.

Ella asintió, conforme conmigo. Después de haberle revelado el gesto que tuvo hacia mí aquel día, era normal.

—¿Tienes idea de cómo empezar a investigar?

—Hay que acercarse a Amelie Cormier y a algún miembro de la familia Lancerotti.

—¡Estás loco! Son rivales nuestros. Odiosos —replicó ella, y yo aparté mi mano de su cuerpo.

—A mí me conocen de verme entrar en esta casa, no por nada más. Soy la oveja negra de los Miller. Si ni siquiera soy famoso. Podría fingir que soy vuestro criado.

Mi prima se sentó en el borde de su cama, y entrelazó sus manos. Las llevó a la zona de la boca, adoptando una pose derrotada y pensativa a la vez.

—Se rumorea que los verdes experimentan con humanos, y que los rojos son unos asesinos seriales. No sabes dónde te estás metiendo.

—No. No lo sé. Pero no quiero que nadie sepa mi pasado, porque eso implicaría volver a traer de vuelta a mi antiguo yo. Aquel que quiero eliminar. Aparte de vuestro sufrimiento.

—Jack...

Fijé mi vista en los ojos impropios, preparado para contradecirla si seguía poniéndome alguna que otra pega al respecto. Pero, no lo hizo.

—De los Lancerotti, te recomiendo acercarte al hijo mediano; Francesco.

Continue Reading

You'll Also Like

9.2K 206 20
"yeah, everything we broke and all the trouble that we made, but i say i hate you with a smile on my face" ...
105K 11.1K 31
Athulya Singhania has spent her entire life in solitude, yearning for the love of a family. Over the years, she mastered the art of concealing her em...
65.4K 2.2K 77
BANG... BANG..... BANG I jumped up out my sleep to three gun shots. I creep up to my door, opening it up just a little, seeing my father go to my...
44.9K 1.1K 8
مافيا - حب - قسوه - غيره renad231_5 مرت سنه والقلب ذابحهه الهجر ومرت سنه والهجر عيا يستحي الروايه موجوده في انستا : renad2315