Hace una semana que ocurrió lo del baño con mi profesora y juro que no la puedo sacar de mi cabeza. A consecuencia de esto finalmente he decidido mandar mi currículum a una empresa de telefonía móvil que es llamada Martínez Company y así dejar de una vez la universidad, la cual me entregaría una carta en pocos días para tener una entrevista de trabajo o que directamente no me han seleccionado para trabajar en esta empresa.
-¡SARAHAM! Serás idiota no muerdas mis calcetines.- Exclamé quitándole el calcetín de la boca, qué asco, me había dejado el calcetín con agujeros y babas por todas partes, menos mal que queda menos para que llegue Miki. Decidí dejar mi preciado calcetín para que jugase, mientras que encendía mi portátil para observar si me habían mandado algún email de la empresa, pero nada de nada.
-TELÉFONO- ( Grupo Japutas al horno).
Tú: CHAMAS Y CHAMOS :) ...
Taylor: Queeeeee
Lara: Eo que quieres, que yo tengo que seguir trabajando no me dejan mucho tiempo libre :(
Jason: Ladra Abby!!!
Tú: Veréis, he dejado la UNI...
Taylor: Un pin o una chapa?
Lara: ¡QUÉ! :0
Jason: Pero ahora que vas a hacer tía, qué fuerte... ¿No será por la teacher de inglés?
Tú: NOOOO, esa es agua pasada, ya lo llevaba pensando bastante tiempo, he mandado un currículum a una empresa, a ver si me cogen, cruzo los dedos.
Lara: Ojalá.
Taylor: ok... Es coña que tengas suerte.
Jason: Esoooo, ¡suerte!
Tú: ¡ G-R-A-C-I-A-S !
-FINDE LA CONVERSACIÓN-
Realmente tenía muchas ganas de empezar a trabajar y comenzar a ver los frutos del grado superior de dirección y gestión de empresas, que realicé al terminar bachiller. Muchas personas me dijeron que sería una pérdida de tiempo, pero si les demuestro que puedo trabajar con este título callaría muchas bocas.
Eran las 12:00 por lo que decidí darle un largo paseo a Saraham, para poder despejar mi mente. Cuando llegué de la calle, me encontré con mi puerta abierta, qué raro, juraría haber cerrado con llave la puerta. Con cuidado entré en la casa, sin hacer mucho ruido y cogiendo a Saraham en brazos, me dirigí hacia la cocina y cogí un cuchillo jamonero y grité con mucho miedo:
- ¡Quién anda ahí!- Grité con el mojón en el culo, estaba cagadísima.
De repente la puerta del baño se abrió, dejándome ver a un Miki, con la cara descompuesta y de haber estado llorando bastante rato.
- ¿Pero qué haces aquí?- Pregunté soltando el cuchillo en la cocina y a Saraham en el suelo.
- Tía, que me han echado del curso por una pelea.- Dijo empezando a llorar, sin hacer más preguntas le dí un fuerte abrazo, colocando mi cabeza en su hombro y dándole un breve beso en su cabellera castaña.
Cuando ya estaba más calmado le dije que se sentase en el sofá y me contase lo ocurrido:
- Abby, unos chavales del curso, se enteraron de que soy trans y empezaron a decirme cosas, y...- Empezó a explicarse Miki, con un poco de ansiedad.
- Tranquilo respira, piensa en la tarta de chocolate.- Dije dándole un leve golpe en el hombro, intentando quitarle hierro al asunto.
- Y... no me pude contener, PFF... Al cabecilla del grupo de pegué un puñetazo, e inmediatamente, nos echaron a todos del curso, por suerte nos pagaban ellos los billetes de vuelta, porque esta semana estoy a dos velas.- Sentenció soltando sus últimas lágrimas.
- AINS, mi pobre Miki, ya está, tranquilo, la gente es gilipollas, ya verás como todo se solucionará, pero por favor dúchate que apestas a sobaco y duerme un poco que tienes una cara de cansancio, yo me ocupo de deshacerte la maleta.- Dije dándole un último abrazo.- VENCAAA, tira para el baño só puerco.- Exclamé cuando se levantó del sofá dándole un azote en el culo. Nunca cambiaríamos y Miki podría estar seguro, de que siempre le cuidaría y que si unos gilipollas le intentaban hacer algo les iba a faltar campo para salir corriendo.
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Por fin terminé de recoger la maleta de Miki, ya se había duchado y permanecía dormido como un bebé en su cama con su pijama de Star Wars, en el fondo aún tenía el corazón de un niño de 7 años, aunque el jodío alcanzaba el metro ochenta. Desde pequeños siempre habíamos sido uña y carne, yo fui la primera persona a la que le contó su disforia de género, cuando tan solo teníamos 11 años.
Una débil vibración en mis pantalones me hizo salir de mis pensamientos, desbloqueé el móvil y no me lo podía creer, ¡ME HAN CONCEDIDO UNA ENTREVISTA! La entrevista era esta tarde a las 17:00, ¿pero? Qué hora es, me dio por mirar la hora de mi teléfono y... SANTA MIERDA eran las 16:34, con el tema de Miki, no había mirado el correo en toda la mañana y como al final ninguno de los dos a almorzado, se me ha pasado completamente.
Como si la vida me fuese en ello, corrí hacia mi habitación, me puse lo más arreglado que ví para causar buena impresión, me puse un leve toque de maquillaje y cogiendo mis datos a la velocidad de la luz conseguí llegar a tiempo a la entrevista.
Cuando entré en la oficinas de Martínez Company, observé el claro modernismo con el que se había decorado el edificio y el interior de este, me acerqué a un chico de entre los 31 y 32 años moreno de ojos verdes y gafas negras, que parecía ser el secretario.
- Buenas tardes, me llamo Abigail Medina Sabnadon y venía por la entrevista con el señor Martínez.- Dije de la forma más cordial posible.
- EHH... Sí aquí esta señorita Abigail, por favor coja asiento en seguida le avisamos.- Expuso de manera agradable.
Inmediatamente cogí asiento en las sillas grisáceas del centro de las instalaciones, al cabo de unos 5 minutos aquel joven me dijo a donde debía dirigirme, realmente me sentía como si fuese a la consulta del médico, ¡Abby para! Seriedad que te juegas un posible puesto de trabajo, uno, dos, tres... CUARTA planta, primer despacho a la derecha. Llamé cordialmente a la puerta y una voz aguda me animó a pasar, el despacho era alucinante tenía una enorme ventana en el fondo de la habitación y la decoración estaba basada en tonos grises y negros, sin duda una decoración totalmente calculada.
- ¿Es usted doña Abigail?- Dijo una mujer de unos 40 años.
- Sí, soy yo.
- Bien pues en unos minutos el señor Martínez de atenderá por favor, siéntase aquí para esperarlo.- Dijo señalándome una de las dos sillas que en encontraban en frente de la mesa.
- De acuerdo.- Afirmé sentándome en dicha silla y escuchando como aquella señora se marchaba y cerraba la puerta.
Madre mía que gente más estirada, pero estos tenías pinta de pagar un buen sueldo, al ver que todavía no llegaba, me entretuve mirando las cosas que tenía en su mesa, todo perfectamente bien colocado, no pude no fijarme en la fotografía que tenía en la mesa, y aquello me dejó sin palabras, se trataba de una foto del señor Martínez con toda su familia vestida de blanco y justo a su derecha se encontraba Alba, la puñetera Alba Reche, como no me había dado cuenta antes, ella se apellidaba Martínez Reche pero el apellido que utilizaba con más frecuencia era Reche, que putada, entonces eso significaba que era la hija del millonario Alfonso Martínez, joder si que se lo tenía bien caladito, mierda... me había follado a su hija como se enterase era chica muerta, porque por las pinta de don Alfonso, tenía pinta de ser un señor súper antiguado.
El sonido de la puerta abriéndose hizo que me sobresaltase y que inmediatamente cogiera asiento, por suerte no se dio cuenta de que estaba cotilleando sus cosas.
- Muy buenas señorita Medina siento el retraso.- Dijo sentándose en su silla sin antes servirse un poco de wisky y se sentó con las piernas cruzadas mirándome fijamente, mierda iba a tener un día bastante jodido y espero que no supiese lo mío con su hija.
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SENTIMOS LA TARDANZA, PERO YA HEMOS TERMINADO LOS ESTUDIOS Y COMO PROMETIMOS VAMOS A IR SUBIENDO CAPÍTULOS CON MAYOR INTENSIDAD.
MUCHAS GRACIAS POR ESTAR AHÍ LEYENDO...
BESOS, #ALSAREAL