Lunes-primera hora-segunda semana de clases-inicio de mi tortura
Al menos llegué temprano, casi no había gente en los alrededores, pregunté al guardia de la entrada dónde se encontraba el despacho del director, cuando me lo indicó, me dirigí al lugar. Terminando las últimas gestiones de inscripción y con los documentos en regla, el hombre me llevó a la sala de maestros, donde buscó al que iba a ser mi profesor guía, una mujer amable de cabello negro, ojos cafés cubiertos por lentes, se presentó ante mi como Kimura Naira. Estuve con ella todo el rato esperando a que sonara el timbre de entrada, se la paso haciendo preguntas y comentando datos acerca de los chicos del curso que estaba bajo su cuidado.
La profesora me presentó frente a toda la clase y luego de una reverencia, caminé hasta un asiento vacío detrás de una cara conocida, muy conocida. Momoi Satsuki me miró entre preocupada y feliz, le estaba empezando a picar el bichito de la curiosidad, maldición, estaba segura de que él no iba a aceptar esa oferta, por eso vine aquí, mala idea, como sea, busqué a Aomine Daiki alrededor y no lo encontré, o este esta en otro salón o...
-¡señor Aomine!, ya van dos semanas de clases y usted sigue llegando tarde casi todos los días -se quejó la profesora al perezoso rey de Roma que se asomaba por la puerta, este la ignoró y se fijó en mí, odio esa sonrisa que puso.
- ¿Y bien? -Daiki se había sentado al lado de Satsuki y ahora ambos estaban mirándome, ya había terminado la clase y ambos estaban prestos a interrogarme
- ¿Bien qué? -los observé inclinando mi cabeza a un lado, creí que estarían felices de tenerme en la misma escuela que ellos, después de todo, no nos hemos visto en las vacaciones, pero bueno
-No te hagas la tonta ¿Por qué estás aquí? -Daiki golpeó mi cabeza, le gruñí amenazante
- ¿Por qué no estás con tu equipo? -preguntó Satsuki
- ¿Qué equipo? -pregunté mirando a otro lado, Satsuki y Daiki intercambiaron miradas extrañadas
-tus compañeras de basket -insistió Daiki
-han de estar por ahí -me encogí de hombros y fruncí algo los labios dando a entender que no sabía -como sea, ya me voy -me levanté dispuesta a salir de clase, ya no aguantaba un segundo más con ellos pero, Satsuki sonrió y se lanzó a intentar abrazarme, con una mano la detuve y Daiki me la sacó de encima -no abrazos y lo sabes, solo en casos de emergencia -advertí
-mo... eres mala -se quejó cruzándose de brazos - Shia-chan, aquí no hay equipo femenino -se agachó levemente y levantó la cabeza para mirarme desde abajo y luego se sentó en su silla
-lo sé, por eso vine -me encogí de hombros, ella me miró asustada -aún así, no creí que Daiki aceptara la oferta para venir a este lugar, al menos así me hubiese deshecho de ustedes -solté con odio, poco sincero, yendo a la puerta
-no pensarás dejar el básquet ¿verdad? -una presión en el pecho hizo que me detuviera un segundo con un pie fuera del salón -No lo harás, no ¡yo no lo permitiré! -comprendió sin que tuviera que decir algo, escuché como se levantó de su silla enojada -¡No puedes dejar algo que amas! -gritó
-siéntate, llamas la atención - escuché que ordenó Daiki, a lo que ella supongo, lo miró indignada
-no me importa si estás de acuerdo o no, tú no eres mi madre -giré enojada, éramos amigas desde la infancia, pero no por eso tenía el derecho de querer decidir, la dejé con Daiki y su enojo
- ¡Hanarenji Shiawase! -me gritó mientras trataba de seguirme, pero Daiki se lo impidió
-si ya no quiere ¿Qué más da? Es su vida, no la tuya Satsuki -Daiki tenía un tono aburrido, no era la primera vez que con Satsuki peleábamos por eso.
Me senté bajo un árbol de sauce llorón y empecé a leer, al cabo de unos minutos de paz, sentí a alguien sentarse a mi lado, lo ignoré, parecía leer a mi espalda, con tal de que no se le ocurra hablarme, todo tranquilo. Sonó el timbre de la entrada y cerré el libro, me fijé que la persona que estaba al lado mío, no se había movido en todo este tiempo, de todos los lugares de este colegio ¿Por qué la peor persona del mundo venía a sentarse conmigo?
-Hola -saludó Imayoshi Shoichi con una sonrisa arrogante -¿Cómo has estado? -el capitán del equipo de básquet parecía estudiarme con la mirada, cosa que no me gustó para nada
-hola y adiós -hice una reverencia antes de empezar a irme con paso apresurado
-te acompaño -se levantó y metió sus manos en los bolsillos, enseguida me alcanzó
-no hace falta -lo miré seria -sé cómo llegar a mi salón sin ayuda
-oh, claro que sé que sabes cómo llegar, pero tengo que pasar por tu salón para llegar al mío -se encogió de hombros y siguió caminando, suspiré y lo ignoré -¿Por qué estás aquí? -ya... ¿Puedes irte? -la emperatriz debería estar con su compañero -sonrió con sorna -o en todo caso, la alfa con su manada -se atravesó frente a mí, impidiéndome el paso
-no sé de qué hablas -traté de evitarlo
-¿Por qué dejarías lo que amas? -me atajó agarrándome de los hombros
-¿Por qué harías algo que odias? Deja de actuar como si me conocieras, solo nos hemos visto una vez -regañé zafándome
-Entonces... ¿Qué haces aquí? -insistió, comencé a caminar, estaba empezando a enojarme, y nadie quiere eso, llegué a mi clase casi corriendo y me senté en mi lugar, ignorando el que él estuviera recostado en la puerta con los brazos cruzados y sonriendo.
Todo el mundo estaba promocionando su club, no había ninguno que llamara mi atención, ni siquiera había club de lectura, fútbol... no, gracias, handball, paso, jamás, volley, no se me da, teatro, JAJAJAJA acabaría matando a todos, resumiendo, si no era basket, o no se me daba o no me interesaba.
-Aght, que molestia -caminaba esquivando a todos, vi a Imayoshi regañar a alguien de cabello rubio, por su altura y aparente cercanía, supuse que era de su equipo.
Mi tranquilidad se vio alterada por la presencia de Satsuki en el área, genial, me desvié del camino a la salida fingiendo encontrar algo interesante para tratar de mezclarme, pero ya era tarde, ya me había visto, y encima traía al perezoso consigo
-al fin te encuentro -dijo agarrándome de la mochila -vamos a inscribirte, serás manager conmigo -ordenó y empezó a arrastrarme, Daiki nos miraba como si esto le divirtiera, me saque la mochila liberándome de Satsuki y empecé a correr, tarde o temprano volvería a por ella y la señorita lo sabía.
Paseé un buen rato por el colegio y cuando casi todos ya habían abandonado el terreno, fui a buscar mi mochila, espero que no esté donde creo que está y trate de sobornarme, lentamente me acerque al lugar y tal como había temido, mi mochila estaba ahí, pero no sostenida por quien yo creía, sino que por malvado capitán del equipo de basketball de la Academia Toô: Shoichi Imayoshi, el tipo tenía una sonrisa estúpidamente malvada
-No deberías dejar que te roben tus cosas, debes cuidarlas más, oye juega conmigo y te devuelvo tu mochila ¿Es un trato? -borrala... borra esa sonrisa que te hace parecer más hermoso de lo que ya eres... UN MOMENTO ¿Qué acabo de pensar? NO, NO, NO, negué con la cabeza rápidamente
-te propongo otro, y esta vez no es un trato, son tus dos opciones: o me das mi mochila y te dejo vivo, o... sufre las consecuencias -amenacé estirando mi mano hacia mi mochila
-no, inaceptable -chasqueó varias veces la lengua, ay... déjate de juegos quiero ir a casa, dame mi mochila -no te servirán berrinches -advirtió leyéndome mis pensamientos
-no te estoy preguntando, dame mi mochila, AHORA -ordené y me acerqué para arrebatársela, pero me esquivó y la lanzó hacia mí, pero alguien se me adelantó y cogió mi mochila
-juguemos un poco -pidió el tipo sonriendo, era de cabello castaño y alto
-2 contra 1, suena injusto, pero sabiendo quien es... acepto -dijo Imayoshi ignorando que yo esté ahí y tenga mi propia opinión
- ¡Solo denme mi mochila! -grité
-no, si nos ganas te la damos, si nosotros ganamos te unes al equipo - ¿Qué tiene este con que me una a su estúpido equipo? ¿No tienen ya a Daiki? ¿Acaso quieren morir?
-de ninguna manera -arremetí contra el intruso y este se la lanzó a Imayoshi -dénmela... -gruñí y luego hice como que corría hacia Imayoshi, pero solo di dos pasos y cuando la lanzó salté para atraparla, cuando la tuve en mis manos salí corriendo fuera de ahí y del colegio
-vaya, es buena -oí decir a Imayoshi antes de que me alejara.
Maldigo el momento en que decidí meterme a este colegio, encontrarme con Satsuki y Daiki hará esto más difícil, encima está él, debí haber hecho caso a mi madre y aceptar irme a Sudamérica con mis tíos, incluso pude ir con padre, después de todo, estaría alejado de ellos, de la maldita generación de milagros y de este estúpido deporte.
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Bienvenidos... esta cosa es un fanfic con Imayohi de Kuroko no Basket, espero les guste.
El apellido Hanarenji, significa "Flor naranja", Shiawase significa "Felicidad"
Aquí una imagen para que tengan en mente como se vería Hanarenji, está sacada de Pinterest por lo que le doy créditos a su autor/a