La oficina se sentía vacía y eso era un milagro. Rara vez se escuchaba así de silencioso, y esos momentos los disfrutaba al máximo. Pero al mismo tiempo me preguntaba dónde estaban todos. Mis compañeros no eran exactamente las personas más silenciosas para trabajar,
La oficina en donde trabajaba no era muy grande, compartía escritorio con una editora de imagen: Clarise Bochan. Trabajábamos en conjunto porque yo era asesora de marketing, era algo que no planeaba en absoluto ser en un futuro, pero era lo más probable, económico, rápido y accesible para trabajar y mantenernos. Fue difícil pero una vez que encontré un empleo a medio tiempo con una buena paga logre sostenerme sin ayuda de la herencia de mis padres y dejarlo para mi hija.
-¿Qué estará pasando? - murmure para mí misma. Me levante de mi asiento y camine a lo largo del pasillo de oficinas. ¿Era la única trabajando? Revise mi reloj de muñeca, eran recién las 3 de la tarde. Deberían haber vuelto del almuerzo. Al mismo tiempo me fijé que era hora de la salida de la escuela de Lily y corrí a mi oficina olvidándome de mis compañeros repentinamente desaparecidos.
Tomé mi bolso, abrigo y Salí rápidamente de la oficina con dirección a la escuela de lily. Tome el ascensor y espere pacientemente llegar al piso 1, yo trabajaba en el 5°. Las puertas finalmente se abrieron y salí a recepción. Dominique, la secretaría, se encontraba allí mirando su computadora.
-habías tardado mucho, Mia.-- dijo ella. La mire confundida acercándome a ella. ¿A qué se refería?
-¿para qué? - mi lado curioso salió. Pero luego recordé casi al instante que estaba contra el tiempo.- olvídalo.
-no, no, no. ¿Vas a tomar el autobús? - preguntó.
-sí, ¿Por qué?
-¿Cómo que porque?, todos los de grafica te esperan allá afuera.
Soltó. Claro, ahora cobraba sentido. Hoy era la primera muestra de baile de Lily y todos mis compañeros le han tomado cariño. La traigo desde los 4 años, desde que hacia practicas hasta que me contrataron aquí. Sonreí y camine hacia la salida despidiéndome de Dominique.
Afuera estaban por lo menos 5 personas, todos son muy buenos amigos, los queremos mucho Lily y yo.
Los encontré esperándome en sus autos, hicieron algunas bromas y nos fuimos al colegio de Lily. Después de media hora llegamos. Había muchos niños con sus madres y padres. A veces me pregunto si estuve bien en ocultarlo, si le negué la oportunidad a mi hija a siquiera conocer de su padre, pero cuando pienso en los últimos meses... me recuerdo a mí misma que no quería ponerle esta responsabilidad a Toni, si lo hubiera hecho su historia sería distinta y no pensaba cambiarla yo, ese era su destino. Este el mío.
-¿recordando el pasado? - pregunto Tyler. Era el más cercano a mí, mi mejor amigo. Me lleva tres años. Él ha estado literalmente en todo el crecimiento de Lily, lo quiero como un hermano. Me ha ayudado desde entonces, me consiguió el trabajo y le voy a estar eternamente agradecida por ello, por todo.
-no, estoy imaginándome de nuevo como quedara el peinado que le haré a Lily - dije evadiendo los recuerdos. Él sabía que mentía pero lo dejo pasar.
-Lindo. Como siempre. - se encogió de hombros. Sonreí.
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Camine a los vestuarios con las típicas miradas puestas en mí, tengo 24 años y soy madre soltera eso era suficiente chisme. Todas las madres de los compañeros de Lily tienen por lo menos 30 años y me siento un poco fuera de lugar cuando hacen actividades.
La busqué entre todos esos niños y finalmente la visualice. Sentada en un banquillo con los pies balanceándose esperando a por mí. Lily es la viva imagen de mi madre y mía, lo que agradezco con el alma. Así no me recuerda a su padre.
Lily tiene su cabello como el mío a los 6 años todo liso, solo que tiene sus rulitos de nacimiento al final, sus ojos eran medios azules - verdosos. Su piel era clara y lisa. Estuve a su lado sin que lo notara.
-¿y, pequeña, tú qué haces aquí? - pregunté. Ella me miro reconociéndome al instante, se colgó de mi cuello y me abrazo con fuerza nerviosa.
-mami - suspiró aliviada. - pensé que no vendrías.
Su voz alegro todo mi día. Se me olvida todo: mis miedos, mis problemas, mis recuerdos. Ella era mi todo.
-claro que vendría y con toda la manada -sonreí - anda, vamos, tenemos que cambiarte para tu show.
-no puedo hacerlo - dijo triste mirando hacia sus pies. - en el ensayo Lucas se burlo de mi he hice todo mal. Harán lo mismo ahora y haré el ridículo, solo quiero irme a casa.
La mire frunciendo el ceño. La abrace de los hombros y acaricie su cabello.
-¿sabes porque existe el mundo que tenemos ahora? - pregunte paciente. Sin mirar a nadie más que no sea mi Lily.
-no - respondió dudosa sin entender mi punto.
-porque a pesar de todo: las burlas, los obstáculos e imposibilidades, siguieron adelante con alguien quien los acompañara. Yo te acompañaré el resto de mi vida, seremos las dos invencibles, ¿está bien? - espere un asentimiento de su parte y la abrasé - te quiero mucho.
-yo también, mami - dijo de vuelta. Lleve las manos a mi cuello y saque el dije que tantos recuerdos que trae y no eh querido quitar. Un corazón brillante con la letra: T
-ten. Te dará fuerzas y te ayudará a ser mejor.
Ella lo recibió con extrema delicadeza y me pidió emocionada que se lo pusiera.
-¿es el nombre de mi papá? - rejunto. Chica inteligente.
-sí, quiero que lo tengas.
-¿me contarás algún día quién es? - pregunto poniéndose de pies.
-te prometo algo. Mañana es tu cumpleaños, mañana te muestro fotos y videos de tu papá ¿Qué te parece?
Me dolió en el alma, pero si no lo podía conocer en persona por lo menos en fotografías. Total, hay muchas.
-¿en serio ? - asentí. Me volvió a abrazar - sí, es el mejor regalo de cumpleaños.
-me lo hubieras dicho antes así no te hubiera comprado uno.
-mamá - alargo. Reí con alegría.
Cuando llegamos a casa después de la presentación de Lily las dos nos sentamos en el sillón y suspiramos cansadas. Lily se aproximó a mí abrazándome por la cintura.
-¿puedo preguntarte algo, mami? - pregunto con esa voz de niña mimada, creo que sabía a qué se refería. Cerré los ojos arrepintiéndome de lo que le prometí.
-claro, dime - respondí.
-no podrías adelantarme un poco el regalo - susurro en mi cuello. Suspiré cansada. Lily era muy lista, demasiado madura para su edad, creo que esa es mi culpa.
-vamos a ver ¿Qué hora es? - dije. Separe un poco a lily para ver mi reloj de muñera y poner cara de sorpresa - son las 22:46 cariño, faltan...
-2 horas y 14 minutos, lo sé. Por favor... ¿mami? - junto sus manitas y me miro con su cara de perrito. Reí y la abrase para tirarla en mi regazo. Las dos reímos y la mire a los ojos, estaba tan grande iba a cumplir 7 años mañana y estaba creciendo muy rápido. La pone de los brazos poniéndola en mi cintura como cuando era bebé y la lleve a mi escritorio. Había muchas fotos, agendas esparcidas por toda la mesa, pero era poco común en mi casa, pero hoy no tuve tiempo de ordenar nada.
-mamá, tienes todo desordenado - me miro con su cara ceñuda, reí de nuevo.
-no tuve tiempo hoy, cariño. ¿Quieres que te de tu regalo o no? - pregunte tratando de parecer enojada.
-sí, sí, sí, ¡vamos! - se bajó de mi cintura y me puso una silla para sentarme. Así lo hice y ella se sentó en mis piernas. La computadora estaba frente a mí. ¡Vamos! Me di fuerza.
La prendí con los dedos temblorosos, estaba prendida asique no tuve que ese tiempo de relajación antes de abrir todos las fotos de mi ex. Abrí una primera fotografía, pero tapándole los ojos a Lily. Y yo me volteé antes de que cargara.
-mamá , déjame ver. - pidió. Trato de sacarme las manos de sus ojos pero no la dejé.
-espera, es un regalo y los regalos vienen envueltos - dije. Ella paró de intentar sacar mi mano y suspiro. Asintió -, déjame imprimir las imágenes, y mañana te muestro los videos y te cuento la historia ¿sí?
-bien - dijo rendida. Apagué la pantalla antes de que sacara la mano de los ojos. - Tramposa.- me dijo y se bajó de mis rodillas y camino a su cuarto violeta. Reí más de nerviosismo que de que me causara risa.
Puse mis manos en mi frente, cansada. Sentía ganas de llorar. Eh visto tantas noticias de él en estos 7 años: buenas y malas. No sé porque ahora no puedo ver ni una foto. Prendí la pantalla y esta se aclaró hasta dejar una foto de Toni Kroos de 15 años en un campo de fútbol. Se veía tan joven, yo le tome esa foto cuando aún éramos conocidos solamente un día antes del juego en la escuela.
Seleccione todas las imágenes que tenía y lo puse en mi programa de revistas, le puse un diseño y una portada. No me había dado cuenta de que lloraba sino hasta que presione el botón Imprimir. Organicé las imágenes en un orden cronológico. Algunas las saque de internet. La última es hace unos meses cuando estuvo aquí en Manchester. Una vez impreso lo corchete y camine a la habitación de Lily.
Se había dormido, esperando. La metí debajo de las sabanas. Dejé el álbum improvisado a los pies de la cama y salí de allí.
Al día siguiente un grito me despertó. Me paré rápido y corrí a la habitación de Lily, con la respiración agitada llegue y la vi sentada en su cama ojeando la pequeña revista que le había creado. Sonrió pensando en lo emocionada que se comportaba Lily por fotografías de su padre. Me hizo sentirme un poco mal por nunca hablarle de él.
-¿Qué te parece? - pregunto desde la puerta. la miro encantada, tenía ese brillo en los ojos que agitaba mi corazón de alegría. Hojeaba esperanza y supe que era el momento de hablar-, lo conocí cuando tenía 15 años en el instituto, me deslumbro cuando me topé con él. Era el popular de esos años y yo la recién llegada sin familia, sobre viviendo con la herencia de tus abuelos. - me senté junto a ella y tome la revista dejándolo en mi regazo. Abracé a Lily, dándome apoyo.- me enamoré perdidamente de él tan rápido que todavía me sorprende, era una persona encantadora.
Guarde silencio recordando los momentos en el sillón de su casa viendo Friends, no lo veíamos pero nos burlábamos de los protagonistas y sus problemas amorosos, yo pensé que nunca me vería en la misma situación.
-¿y qué paso? - preguntó Lily.
-al año nos separamos - respondí. No podía decirle que a Lily que el padre que no conoce quería que nos separáramos, ella le odiaría y ninguna persona se merece eso. No quiero que ella tenga rencor en su corazón, yo no lo tengo por él.
-¿Por qué? - pregunto insistente Lily. Mire asía alguna parte de la habitación buscando un respuesta.
-porque me entere que pronto llegarías tú y pensé en alejarme - dije. Era verdad. A medias-, éramos muy jóvenes y él tenía grandes sueños, pensé que era mejor mantenerme alejada.
-oh.- susurró. La abracé fuerte manteniéndola cerca de mí. No sabía que pensaba, por lo que seguí hablando.
-me despedí del él, pero no le dije dónde iba. Cuando me iba llego paré en una tienda para comprar comida y me topé con tu abuela Anne. Me pregunto dónde iba y le dije que me iba por qué me habían ofrecido una beca en Manchester. Ella se dio cuenta de inmediato de que mentía y me obligo a decirle la verdad. Se la dije pero le suplique que no dijera nada. Me ayudó mucho contigo cuando yo todavía estudiaba en la universidad, le debo mucho.
-¿entonces Abuela Anne es mamá de mi papá? - preguntó. Asentí y guardamos silencio hasta que el teléfono sonó rompiéndolo. En el identificador decía que era Anne. ¡Qué oportuna!
-contesta, es la abuela Anne - dije pasándole el teléfono. Lily lo tomo y puso el altavoz.
-hola, abuela - saludo ella.
-hola, mi amor, feliz cumpleaños - casi gritó de alegría Anne. Sonreí - ¿Qué tal los regalos?
-oh, los regalos. Espera, Lily ya voy por ellos.
-¿abuela? - pregunto Lily dudosa. No sabía si hacia bien, pero su madre jamás la dejaría - ¿tú sabes dónde está mi papá?
Anne guardo silencio por un tiempo y murmurando dijo:
-si
Lily salto de alegría, pero debía tener cuidado. En su cabeza se formaba un plan para por fin conocer a su padre.
-¿me ayudaras a encontrarlo?
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Camine hacia el centro comercial con Lily de la mano. Tarareábamos canciones juntas, alegres. Estamos en camino para poder pasar un día en el centro comercial por el día de cumpleaños de Lily. Nuestro deporte favorito: compras. Es lo mejor de tener una hija tan joven, todavía puedes compartir esos gustos.
-¿Qué tal ese vestido? - le apunte a una tienda para niñas pequeñas. Era un vestido con flores moradas y con tirantes.- yo usaba algo así cuando tenía tu edad.
-¿de verdad? - pregunto con esos ojos brillosos. Asentí. Ella se aproximó sola al local y se sentó en un sillón esperando mi llegada. Mire el vestido de nuevo y camine hacía ella. Sabía que guardaba algo, la conocía como a mí misma, más diría yo. Había estado todo el día intranquila, de aquí para allá. Escondía algo.
-muy bien ¿Qué quieres contarme? - le dije sentándome a su lado. Lily me miro sorprendida y luego bajo la mirada.
-¿yo? - susurró. Una asistente se nos acercó y nos preguntó que queríamos ver.
-ese vestido blanco con morado, por favor. - respondí. La asistente se fue y guardamos silencio.
-quiero ir a una escuela de ballet - dije de pronto Lily.- en el diario había una academia para niñas de ballet en Alemania y quiero ir, mamá.
Bueno, no era lo que esperaba. Me sorprendí uno por Lily que me allá guardado el secreto un buen tiempo y segundo porque era en Alemania.
-¿en Alemania? ¿Cómo? ¿Si quiera te gusta el ballet? - pregunte. La asistente apareció con el vestido e hizo parar a Lily e ir a probárselo.
Desde el probador me hablaba.
-Sí, bueno una compañera va a ir y pensé que yo podría, ¿tenemos familia allí, mamá?
-no lo la tenemos - mentí. Ella tenía un pariente allí, pero no se lo diría.
-oh - sonó desilusionada. De nuevo esos ataques de culpa por ocultarle cosas. Ella ha sido muy paciente conmigo parece darse cuenta de que me hace daño hablar de su padre y ella no pregunta.- ¿pero podría ir verdad? Tienen un internado y es solo por 2 meses en el verano, faltan 3 semanas y ya envié la solicitud.
-¿Cómo que la enviaste, Lily? - dije un poco molesta. No puedo creer que mi hija "pequeña" allá enviado su propia matricula a Alemania.
-lo siento mamá - ella salió con el vestido puesto. Puse las manos en mi cadera mirándola fijamente.- ¿estás molesta?
Su carita de gato con botas me relajo un poco. ¿Cómo iba a pasar 2 meses sin esa ternura? Jamas me he separado de ella desde que nació. La abracé levantándola y estrujándola entre mis brazos.
-¡mamá! - reclamó Lily. Le dejé en el suelo.- ¿eso quiere decir que me dejas? Mamá sé que hice mal, pero de verdad quiero ir. ¡Por favor!
-bien, entonces ¿Cuándo te vas?