La pareja se encontraba aún en la carretera cuando el atardecer se hizo presente, con sus particulares tonos cálidos hizo que la mirada de la ojiazul se centrara casi por completo en el paisaje. Estaba tan sumergida observando el ahora anaranjado cielo que no escuchó cuando la rubia le llamó. Al ver como su novia estaba observando el cielo y aprovechando que estaban esperando que el semáforo cambiara, le tocó el hombro, logrando ahora si captar su atención.
-¿estás bien? .- preguntó la rubia al ver el comportamiento de su pareja.
-eh sí, estoy bien ¿por qué preguntas?
-te noté un tanto extraña, estás muy callada.
-oh, lo siento. Estaba pensando.
-¿a si? ¿Y en que pensabas? .- dijo mientras volvía a poner las manos en el volante.
-en todo lo que ha pasado, digo, no es como si haya pasado tanto tiempo, pero han sucedido varias cosas. Y no me había dado el tiempo de pensar en todo eso.
-¿algo te preocupa?
-no realmente, pero al mirar el cielo me dio una agradable sensación e hizo que pensara en todo lo que nos ha pasado.
Dijo Lapis mientras miraba el perfil de su novia que ahora tenía su vista en la carretera, tenía tantos recuerdos con ella, felices, tristes. Y aun así estaba allí, a su lado. Ahora la vista de la ojiazul estaba completamente centrada en el rostro de Peridot. La chica que la había apoyado desde que podía recordar. Los problemas que estaban en su mente se dispersaron cuando la rubia le miró de reojo y le dio una sonrisa. El gesto le tomó por sorpresa e hizo que de forma inconsciente también sonriera.
-¿tengo algo en el rostro?
-¿eh?
Lapis no notó que ya habían llegado a su hogar por estar viendo o más bien "contemplando" a la rubia.
-que si tengo algo en el rostro, me has estado observando por bastante tiempo y creí que tenía algo en el rostro. - dijo mientras miraba su rostro a través del espejo central del vehículo.
-hmm, espera tienes algo ahí.
-¿hm?
-acércate. -le dijo a Peridot.
Ésta obedeció y se acercó a la ojiazul, quien la tomó por sorpresa dándole un beso en la mejilla, bastante cerca de los labios.
-tienes un beso mío. - comentó con un tono de burla antes de salir del vehículo.
En verdad le había tomado por sorpresa su acción, porque ella seguía en la misma posición. Mirando directamente a la responsable de su estado, quien giró y le guiñó de forma coqueta.
-estás llena de sorpresas Lazuli...
Comentó para sí misma, finalmente reaccionó. Llevó su mano a su rostro ahora sonrojado y respiró de forma pesada y agitada, su corazón ahora latía con más rapidez y fuerza.
Pasaron unos minutos y su respiración y latidos ya estaban más calmados, retiró la mano de su rostro y dirigió su mirada al espejo del vehículo, el beso que le dio la ojiazul estaba muy marcado en su pálida piel. También notó como su rostro aún seguía sonrojado, pero ahora con menos intensidad. Se las idearía para vengarse de alguna manera.
-esto no quedará así Lapis.
Ésta se retiró del vehículo y se dirigió a la puerta de los asientos de atrás, para cargar a Lunae, la cual se encontraba dormida. La cargó con cuidado para evitar que despertara, se aseguró que las puertas estuvieran bien cerradas y se encaminó hacia la puerta de su hogar.
Con una mano sujetaba a la pequeña y con la otra giró el pomo de la puerta, al hacerlo, logró percibir un aroma dulce que provenía de la cocina.
-¿Lapis? .-preguntó mientras se acercaba al lugar de donde provenía el olor.
-¿sí?
-¿Qué estás haciendo?
-oh, quiero preparar un pastel, recuerda que más tarde llegaran mis padres para celebrar el cumpleaños de Lunae.
-es verdad.
-¿lo olvidaste?
- no es eso, es solo que... mi mente parece estar en otro lado.
-¿será por el beso?
Peridot en verdad empezaba a creer que su pareja era alguna especie de vidente o algo así, o simplemente que la conocía bastante bien.
-voy a dejar a Lunae en la habitación, parece cansada así que dejaré que duerma un poco antes de que lleguen tus padres.
-sabía qué harías eso.
-¿de qué hablas?
-estás evitando el tema, eres bastante orgullosa como para admitir que te tomé por sorpresa con lo del beso~.
La rubia no dijo nada y se fue a su habitación. No iba a dejar las cosas así, claro que no. Pero primero atendería a Lunae. Al llegar a esta vio como el ya no tan pequeño cachorro estaba tranquilamente durmiendo en su cama. Intentó hacer el menor ruido posible para dejar a la pequeña a su lado e irse a resolver el asunto con Lapis. Pero el sonido de su celular logró que despertara y empezara a mover su cola al ver a su dueña. Dejó a Lunae a un lado de Pumpkin y le hizo cariño en la cabeza mientras que este cerraba sus ojos y se dejaba acariciar. Con su otra mano sacó su celular y vio quien le estaba llamando.
Al principio le llamó la atención de que fuera su madre quien le llamaba, pero al poco tiempo contestó.
-¿diga?
-hija, tu hermana me dijo que querías hablar conmigo ¿sucedió algo?
-oh, tranquila no pasó nada, solo quería decirte que más tarde Lapis y yo vamos a celebrar el cumpleaños de Lunae. ¿Crees que puedas venir?
-intentaré llegar lo más rápido posible, aún me quedan algunos informes que hacer, pero te prometo que estaré allí.
-tienes trabajo que hacer, no es necesario que vengas si estás ocupada.
-no digas eso, iré de todas formas, no quiero perderme el cumpleaños de mi nieta.
El comentario de su madre hizo que soltará una carcajada, no veía venir eso por parte de ella.
-está bien, entonces te esperamos.
-adiós hija, nos vemos más tarde.
Tras despedirse de su madre guardó nuevamente su celular, se despidió en un susurro de Pumpkin y se retiró de su habitación. Casi al mismo tiempo que se disponía a bajar y charlar con Lapis recibió un mensaje, no estaba tan apresurada así que otra vez sacó su celular y revisó de quien era el mensaje.
-ahora qué...
Dijo al poco tiempo en el que vio el nombre que le tenía al número de su hermana. Desbloqueó su celular y leyó el mensaje.
"Enana, estoy en casa de Amy. Le voy a ayudar con un proyecto, anyway. Creo que llegaré un poco tarde a casa. Eso, no hagas cosas raras con Lapis!!!"
"¿... es en serio?"
Le respondió al ver Jasper estaba en línea.
"Estás advertida hermanita, no quiero que hagas cosas indebidas con ella en casa >:C"
"1.- no es de tu incumbencia lo que haga o no con Lapis.
2.- te recuerdo que es mi casa.
Y por ultimo
3.- ¿Tú crees que te voy a hacer caso?"
Sabía que su hermana le mandaría un bombardeo de mensajes después de su último comentario, por lo que decidió silenciar su contacto hasta que lo recordara. Ahora sin más distracciones, Peridot regresó al primer piso y fue en busca de la ojiazul.
Al llegar a la cocina buscó a Lapis con la mirada, pero para su suerte ésta ya no se encontraba en la cocina. Buscó por la sala y al encontrarla una idea se le pasó por su mente. Ésta se encontraba de espalda, distraída mirando su celular.
Por lo que, decidió llevar a cabo su plan.
Con mucho cuidado se fue acercando de a poco y al estar lo suficientemente cerca, pasó sus manos de manera suave por su cintura hasta unir ambas manos y atrapar a la ojiazul. La acción la tomó por sorpresa pero se tranquilizó al sentir el aroma de su pareja.
-¿y esto?
-¿hm?
-tan repentino.
-me dieron ganas de abrazarte, es todo.
-¿a si?
Preguntó mientras ésta giraba hasta quedar frente a Peridot.
-¿segura que fue eso?
-¿no puedo abrazar a mi novia?
-oh claro que puedes, siempre y cuando no sea un intento de venganza.
Su plan estaba fracasando, era hora de improvisar.
-¿y quien dice que es un intento de venganza? Estoy diciendo la verdad.
-no mientas, te conozco.- habló Lapis mientras juntaba sus brazos por detrás de el cuello de Peridot.
-no lo hago.
-demuéstralo.
-y cómo.
-mírame a los ojos y di que no es por venganza.
Peridot sin muchas opciones obedeció.
-no es por venganza.
Hubo un pequeño silencio por parte de Lapis, quien aún mantenía su vista en los ojos de Peridot.
-eres una ment-
Pero no logró terminar la frase ya que fue interrumpida por la acción de su pareja. Quien ahora tenía su rostro cerca de su cuello haciendo que se sintiera nerviosa por la repentina acción.
-¿q-que haces? .- preguntó con dificultad, intentando mantener la calma.
Pero los besos y pequeñas mordidas que sentía por su cuello le hacían el trabajo más difícil, inútilmente intentaba no soltar algún que otro suspiro por el pequeño trato que estaba recibiendo. Sin embargo la contraria no tenía la más mínima intención de detenerse, al menos por el momento.
Tanto los latidos como la respiración de la ojiazul cada vez eran más rápidos. Logrando que la rubia, por su parte sonriera para sí misma al notar lo que estaba provocando. Pero, antes de seguir con su "venganza" Peridot decidió observar el rostro de su pareja. Éste estaba bastante sonrojado, dando a entender que su plan estaba yendo tal como quería.
Al sentir su cuello libre, Lapis miró con curiosidad los ojos de la rubia, los cuales tenían una mezcla de ternura y burla.
-¿p-por qué hiciste eso?.- preguntó intentando sonar calmada, pero falló completamente.
-secreto.- contestó sin más.
-pero-
Una vez más fue interrumpida, sólo que esta vez fueron por culpa de unos suaves labios que chocaron con los suyos. No tomó mucho tiempo para que ésta le correspondiera y empezaran una pequeña guerra entre ellas para ver quien estaba al mando. Lapis estaba perdiendo, Peridot siempre encontraba la manera de que se rindiera ante ella pero esta vez no sería así. La manera en la que estaban dejaba en desventaja a la ojiazul, así que aprovecho que aún tenía sus brazos alrededor del cuello de la rubia y logró profundizar más aún el beso, esto tomo por sorpresa a la más alta pero no se dejaría vencer, claro que no.
Sin que Lapis lo esperara, Peridot la levantó y se dirigió al sofá que estaba en la esquina de la sala. Al llegar se sentó mientras tenía a Lapis en sus brazos, dejándola en sus piernas sin separase de aquel beso. Con la luz del atardecer entrando por la ventana, el ambiente cada vez era más caluroso.
Ninguna estaba dispuesta a acabar con aquel beso pero la necesidad de respirar fue mayor, a pesar de distanciarse un poco para tomar aire éstas mantenían la misma posición, sintiendo la respiración agitada de la otra. El pelo alborotado y las mejillas sonrojadas en ambas era lo primero que resaltaba en ellas, dejando una imagen bastante "memorable" para cada una.
-¿ya terminaste tu venganza?. -preguntó la ojiazul con voz ronca haciendo estremecer un poco a su novia.
-oh cariño ¿esto recién comienza y ya estás cansada? . -dijo la rubia con un tono coqueto mientras le sacaba provecho a la pequeña manía de su pareja, su voz grave y seductora según la contraria.
-no sé si odiarte o no por hacer esto, pero me encanta esta personalidad. - decía mientras más acercaba su rostro, acortando la distancia dispuesta a continuar la pequeña "venganza".
-¿cuál? ¿la que tanto te gusta?
Preguntó con burla pero esta vez ella fue callada por un corto beso.
-exacto.
Fue lo último que susurró la ojiazul para seguir besando casi con desesperación a su novia, la cual no tardó en corresponderle.
El beso cada vez se tornaba más y más apasionado, lo sabían. Y les encantaba.