69.- Celebración

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Después de tantos asuntos que habían ocurrido últimamente finalmente había llegado el tan esperado día. un importante día para la pequeña integrante de la familia. en el cual sería celebrado su cumpleaños número 5. y como era de esperarse, tanto Lapis como Peridot estaban emocionadas de celebrarlo como era debido. ellas tenían planeado salir junto a Lunae pero debido a los horarios de la pareja esto no se podía hacer, por otro lado, éstas lograban coincidir en la noche. Cuando ya ambas estaban libres de sus respectivos asuntos, así podrían estar en familia celebrando junto a la pequeña.

Actualmente ambas chicas se encontraban ocupadas, pero en su hogar había un asunto que a Jasper le seguía llamado la atención.

Un asunto con su prima Sapphire.

Quien últimamente ha pasado algunos días fuera de casa y llega por lo general en la mañana para no molestar a nadie e intentar pasar desapercibida, cosa que no le funcionaba a decir verdad.

-¿oye Jasper, sabes en donde están las chicas? Necesito hablar con Peridot sobre algo...

preguntó Sapphire. Quien había llegado a la habitación de la mayor.

-ni idea. ¿y tu donde diablos estabas?

-¿yo? ¿por qué?

-ay vamos no te hagas. te fuiste hace 3 días y no le avisaste a nadie a donde ibas. así que vuelvo a preguntar. ¿en donde estabas?

-eh...

el rostro de Sapphire se tornó un tanto rojo al notar que fue descubierta.

-¿y bien?

preguntó con un tono un tanto pícaro.

-estaba en la casa de una amiga...

-¿segura que solo era una "amiga"?

-¿si...?

-¿por qué dudas?

-¡AGH! ¡¿por qué tantas preguntas?!

-¿por qué tan nerviosa?

-¿sabes que? Iré a mi cuarto.

Fue lo último que comentó Sapphire.

-ay, todas son un desastre.

De pronto se escuchó como llamaban en la puerta de la entrada. Jasper de mala gana se levantó y se dirigió hasta el primer piso para atender a la persona que estaba golpeando la puerta.

-¿quién es?

-soy yo.

-Yo quién.

-¡venga ya! ¡abre la puerta de una vez!

-tan amorosa que eres.

Comentó antes de finalmente abrir la puerta y dejar pasar a la rubia quién estaba con algunas bolsas en sus manos.

-¿y todo eso?

-comida, nos estábamos quedando sin nada. Y de paso compré algunas cosas para celebrar a Lunae en la noche.

-¿la pequeña?

-si.

Decía mientras se dirigía a la cocina para guardar todos los productos que había comprado.

-bueno ya no es tan pequeña, ya tiene 5.

-yep.

-¿tía Jaspe...?

Se escuchó en la sala.

-¡estamos en la cocina pequeña!

Gritó Jasper, quien últimamente ha estado cuidando a la menor.

En estos meses habían pasado muchas cosas. Y una de ellas era el compromiso de Lapis y Peridot. El compromiso de ellas no fue algo tan llamativo, comparado con otras que si eran con todo el lujo de detalles.
Ellas decidieron ir por algo más sencillo. También adoptaron a la pequeña integrante, quien ahora oficialmente era parte de la familia.

-¡ma Peri!

-¡hola pequeña!

Dijo la rubia emocionada mientras levantaba a Lunae y la ponía en sus hombros. Ambas tenían esa pequeña costumbre desde hace ya mucho tiempo.

-¿y donde está Lapis?

-ella está en la casa de su madre, quería ir a saludarlos y de paso invitarlos para celebrar el cumpleaños de Lunae.

-¿y nuestra madre?

-esta atendiendo algunos asuntos de su empresa junto a la señora Blue.

-no es por nada pero ellas pasan mucho tiempo juntas.

-son amigas desde hace ya mucho, que esperabas.

-lo sé pero...parecen algo más.

-¿que insinúas?

-lo que quiero decir que ellas se parecen a ustedes. a ti y a Lapis.

-ay vamos no estés jugando, ellas son compañeras de trabajo y amigas de la infancia.

-si pero no te has puesto a pensar, ¿en porque casi no sé nada sobre mi padre?

-pues...

-lo máximo que sé sobre él es su apariencia, siendo mas específicos por una simple foto. y además mamá nunca me ha querido hablar sobre él.

-Jasper...

-¡lo encuentro injusto!

-si es así ¿por qué nunca has preguntado acerca de él?

-creo que era por miedo, ya sabes como es ella... pero en fin, mejor hablemos de esto otro día. hoy la atención es para esta pequeña.

Decía Jasper mientras le acariciaba el pelo a la menor, ellas últimamente habían pasado mucho tiempo juntas debido a que Lapis iba a la universidad, mientras que por otro lado. Peridot trabajaba en la compañía de su madre, no era tan difícil y la paga tampoco era del todo mala. debido a esto alguien tenía que encargarse de la menor, Jasper era la mejor opción de cumplir esa tarea. después de todo ella trabajaba desde su cuarto.

-oye Jasper.

-dime dot.

-¿te puedo pedir un favor?

Preguntaba la rubia mientras le daba una sonrisa. recibiendo un suspiro como respuesta de parte de su hermana.

-¿ahora que pasó?

-olvidé hablar con mi madre, necesito que le digas sobre la celebración que le haremos a Lunae.

-¿no puedes hacerlo tú?

-estoy ocupada, tengo que guardar todas las cosas de la compra y también iré a pasar tiempo con Lunae.

-ay ya salió tu lado maternal otra vez, a veces me das miedo con lo atenta que te volviste con ella...

-solo le tienes envidia que le de mas atención a ella que a ti.

Comentó la rubia con un tono de burla.

-ajá si claro, como digas enana.

Respondió la mayor mientas se retiraba de la cocina para hacer la llamada a su madre.

Mientras que por otro lado.

Lapis se encontraba charlando con su madre mientras compartían un té, esperaba que su padre llegara para invitarlo a el pequeño evento que tendrían en la noche.

En eso Lapis sin querer nombró a su pareja, haciendo que Chloe, su madre. se llenara de curiosidad. ella aceptó que la rubia fuera pareja de su hija, pero no la conocía del todo. solo tenía algunos recuerdos de como era ella cuando niña pero no sabía con certeza si seguía siendo como la recordaba.

-¿y bien? ¿como va tu relación con Peridot?

-¿eh? oh, estamos bien.

-¿por qué dudas?

-no dudo, lo que pasa es que pocas veces hablamos sobre ella. Me tomó por sorpresa que tú la nombraras.

-y por la misma razón es que quiero conocerla mejor. solo recuerdo a esa niña pequeña que siempre te protegía de los demás niños que te molestaban.

Lapis soltó una pequeña risa al recordarlo, ella siempre la protegía y actualmente seguía de la misma manera. cada vez que salían a divertirse un rato no faltaba el sujeto que le lanzaba piropos a la ojiazul y eso obviamente no le agradaba a la rubia, así que, cada vez que notaba que una persona se quedaba viendo a su pareja ella tomaba su mano y le daba un beso o en los labios o en la mejilla, queriendo recalcar que ella era su pareja.

-pues es atenta y cariñosa, en especial conmigo y Lunae.

-¿ah si? ¿te trata bien?

-si, cuando ella termina de trabajar siempre me espera en la entrada de la universidad para llegar juntas a casa.

La mirada que reflejaba Lapis al hablar de la chica que había conquistado su corazón era de alguien que en verdad estaba enamorado, y eso su madre lo notó. estaba feliz por su hija, finalmente había encontrado a alguien que en verdad la valoraba y amaba.

Pero, a su madre le encantaba molestarle. ella podía ser sumamente amable y cariñosa pero cuando notaba algo con lo cual molestar a su hija lo aprovechaba y "torturaba" a Lapis.

-¿y? ¿que tan lejos han llegado?

Dijo de la forma mas inocente posible pero a su vez de una forma burlona. su pregunta hizo que su retoño escupiera el té que estaba tomando, lo que causo una carcajada de parte de la mayor.

-¡¿a que viene eso?!- preguntó la ojiazul con un evidente sonrojo en su rostro.

-oh a nada, solo quiero saber que tantas cosas haces con tu pareja. después de todo ustedes viven solas ¿no?

-¡pero no por eso tienes que preguntarme algo así!

-ay vamos, solo estaba jugando contigo.

-agh...odio que hagas eso...

-pero estás un tanto roja así que he de suponer que ya lo habrán hecho ¿o me equivoco?

la pobre Lapis estaba que moría de la vergüenza, su rostro estaba más que rojo con el último comentario por parte de su madre. pero para su suerte, su tortura había llegado a su fin.
escuchó la puerta abrirse y de forma instantánea fue a recibir a la persona que le salvó de esa vil y cruel tortura.

-¡padre!

¡Lapis! que sorpresa verte ¿te encuentras bien? Pareces tener fiebre.

Dijo su padre al ver el tono de su hija, pero luego al mirar por encima del hombro de ésta pudo notar como su esposa estaba con una sonrisa en su cara y evitando soltar un carcajada.

-que fue lo que le hiciste a mi hija.

-yo nada cariño, como es que piensas que yo le haría algo malo a nuestra querida hija.

Decía su esposa mientras ponía una mano en su pecho, haciendo creer que estaba indignada por el comentario de su cónyuge.

-que fue lo que te hizo.

Preguntó esta vez a su hija.

-nada, solo comentó algo de mi y Peridot.

-¿otra vez? Vamos Chloe, deja en paz a Lapis. Peridot es una buena persona.

-yo no he dicho lo contrario, solo quería saber que tan lejos han llegado, es todo.

-¡Chloe eso no se pregunta! ¡es asunto de ellas!

-oigan ya, basta. No es para tanto.

-si tu lo dices...

-dejando eso de lado, quería invitarlos hoy a celebrar el cumpleaños de Lunae.

-¿de la pequeña? ¡claro que iremos!

Respondieron sus padres al unísono, ambos adoraban a su nieta. Decían que era lo mas tierno que habían visto en toda su vida.

-muy bien, no es necesario que lleven algún regalo o algo así. Es solo para compartir en familia.

De pronto se escuchó el sonido de un motor, Peridot había venido a recoger a Lapis.

-hablando de ella~

Susurró Chloe, ahora era cuando empezaba su verdadera tortura.

Nathan escuchó el comentario de su esposa y le miró, su mirada fue mas que clara para ella.

"No comentes nada".

Al escuchar el golpe en la puerta Lapis se dirigió a la entrada para dejar pasar a su pareja. Quien al entrar lo primero que hizo fue saludarla con un beso en la mejilla para luego saludar a sus padres de forma educada.

-Lunae -dijo Lapis- saluda.

Ella con un poco de timidez saludó a sus abuelos, quienes le devolvieron el saludo con una sonrisa para que ella no se sintiera tan nerviosa.

-buenas tardes Peridot.

-buenas tardes señor Nathan.

La primera impresión que le dio a Chloe fue, educada.

-¿como has estado?

-un tanto cansada por el trabajo pero, con tal de llegar a casa y verlas a ellas esperándome, todo vale la pena.

Comentó dándole una sonrisa a Lapis, la cual se sonrojó y le devolvió la sonrisa.

Segunda impresión, tierna.

-¿recuerdas a mi esposa?

-claro que si, es a quien debo darle las gracias por dejarme compartir mi vida con Lazuli.

-muy bien, me ganó.

Dijo Chloe resignada.

-te lo dije~

Comentó su esposo mientras le mostraba la lengua con burla. No se equivocaba al decir que aquella rubia era buena persona. Y eso le hacía sentirse aliviada.

-¿disculpe?

-seré sincera.

-adelante, le escucho.

-no confiaba en ti. Es decir, te recuerdo por como eras de niña pero no sabía si seguías siendo de esa forma. Pero al escuchar los comentarios de Nathan y Lapis me alegré de saber que aún conservas esos valores que siempre dieron una buena impresión. Y ahora al verte me has dejado más que tranquila, eres educada y tierna con mi hija para mi eso es más que suficiente.

-vaya...muchas gracias por decir eso.

Agradeció la rubia mientras mostraba una sonrisa.

-espero que no te incomode lo que diré ahora pero... tienes la sonrisa Alice.

-es lindo de su parte, señora Chloe. Y no se preocupe, no me molesta.

-Peri ya tenemos que irnos.

-oh es verdad, lamento que tengamos que irnos así pero tenemos que preparar todo para esta noche, espero verlos ahí. Adiós.

Habló un tanto apresurada mientras se dirigía a su auto, Lunae al verla le siguió e imitó su acción subiendo al asiento trasero del auto, mientras que miraba por la ventana esperando a que llegara la ojiazul. En eso los padres de Lapis la acompañan hasta la entrada de su casa para despedirse. Ésta le da un abrazo a cada a uno pero al abrazar a su madre ella le susurra algo.

-dile que espero me venga a visitar mas seguido.

-claro madre. -dijo entre risas- bueno los espero en la noche.

Decía mientras se subía la asiento del copiloto y cerraba la puerta.

-nos vemos más tarde.

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