HOLD YOUR BREATH / chilling a...

By puppy-mccall

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Stella Spellman estaba segura que nada la haría cambiar de opinión. Renunciaría a su vida humana sin problema... More

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-introducción-
cero: amor
uno. stella
dos. hermanas
tres. suave
cuatro. club
cinco. beso
seis. salem
siete. laberinto
ocho. blackwood
nueve. golpe
diez. venganza
once. huir
trece. bautismo
catorce. amor
quince. abogado
dieciséis: juicio
diecisiete: oferta

doce. fiesta

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By puppy-mccall

SABRINA HUBIERA NOTADO que su hermana tenía la cabeza en otro lugar si no fuera porque ella misma estaba distraída. No podía dejar de pensar en lo que se avecinaba en un par de horas, al final del día.

Stella, por otro lado, pensaba lo mismo. Extrañamente, no podía esperar a que su bautismo oscuro sucediera, pero no por la anticipación de este sino porque significaba ir con Harvey y no mirar atrás más.

—Hilda y yo tenemos que hacer mandados y terminar con los preparativos, pero ya llamamos a su escuela y dijimos que ambas tienen un espantoso brote de urticaria —dijo la tía Zelda, andando por la cocina.

—¿Qué? —Balbuceó Sabrina, inmediatamente volviendo al mundo real—. ¿Por qué hiciste eso?

—El día previo a tu bautismo debe de ser de contemplación silenciosa y lectura de versos satánicos —respondió, como si fuera obvio. Sabrina buscó la mirada de Stella, implorándole silenciosamente se pusiera de su lado pero Stella apenas y parpadeó.

—Pero no me despedí de mis amigos —intentó decir—. No puedo desaparecer de sus vidas. Al menos tengo que decirles que...

—¿Te vas a una escuela privada en Connecticut? —la interrumpió Ambrose, sentándose a su lado.

—Pero Stella ni siquiera le ha dicho adiós a Harvey —insistió Sabrina—. ¿Stella?

Stella se quedó en silencio, inmutable, dándole un sorbo a su té.

—Ya les enviarán postales —dijo Zelda vagamente—. Ambrose les hará compañía, niñas. Y las vigilará. ¿Verdad, Ambrose?

—Claro, tía Zee —asintió Ambrose.

Una vez que sus tías se fueron y Ambrose se fue a su cuarto, Sabrina y Stella quedaron solas en la cocina. Sabrina iba a reclamarle a su hermana por no apoyarla cuando notó la ligera sonrisa en la comisura de sus labios.

—Estás muy callada —notó Sabrina.

—¿Ah, sí? —respondió Stella, encogiéndose de hombros.

—Estás planeando algo —concluyó Sabrina. Stella finalmente alzó la mirada, observándola fijamente.

—¿Realmente crees que aceptaría no despedirme de Harvey? No, 'Brina. Tú vas a ver a tus amigos hoy y yo a Harvey, y de eso me encargo yo. Te mereces despedirte de ellos.

—Está bien —cedió Sabrina, después de unos segundos—. Confío en ti.

Stella le sonrió.

—Bien. Ahora vamos a molestar a Ambrose un rato.

 🔮🔮🔮

Aunque sabía que estaba mal pensarlo, a veces Stella desearía que Ambrose fuera su hermano y no Sabrina. Con él podía tener prácticas profundas, sobre historia, filosofía o hechizos. Pero también podía hablar de temas triviales. Lo adoraba. Pero lo que más le gustaba de Ambrose, es que ella era su favorita.

Sus tías la querían también, de eso estaba segura. Pero también sabía que Sabrina era su preferida. Hacía mucho que eso no le causaba conflicto, y lo había llegado a entender. Con Ambrose era diferente. Ambrose la prefería a ella, y eso era suficiente para Stella.

Stella se arrepintió del momento en que había invitado a Sabrina a pasar el rato con Ambrose, porque eso significaba escuchar a Sabrina hablar y hablar sobre sus problemas.

—Podré seguirlos viendo, ¿cierto? —Preguntaba Sabrina, pensativa—. ¿A Roz, Susie y Harvey? Que no vayamos a la misma escuela no significa que no podamos ser amigos. Yo iré a la Academia en la semana, pero el fin de semana...

—En el fin de semana, seguirás siendo una bruja —le recordó Ambrose amablemente.

—Ya lo sé, pero podré ir al cine, como siempre. Ir a los bolos y divertirnos juntos.

Stella y Ambrose se voltearon a ver en ese momento.

—¿Se lo explico yo o se lo explicas tú? —preguntó Ambrose, enarcando una ceja. Stella suspiró audiblemente.

—Creo que yo tengo que hacerlo —musitó—. Mira, Sabrina, no está bien visto hacer eso. Mucho menos se te incita a hacerlo. Está mal.

—Pero Ambrose habla con mortales todo el tiempo —insistió Sabrina—. Y Zelda e Hilda también.

—Sí, pero no tienen conexiones profundas. Solamente son simples conocidos. Si el aquelarre viera que hay algo ahí, probablemente intervendría.

—¿Cómo? ¿Me lanzaran un hechizo si voy a tomar un café con mis amigos mortales? —preguntó Sabrina, burlona. A Stella no le causó gracia.

—Sí, lo harán. Sabrina, no lo entiendes. Nuestros mundos son separados. No podemos convivir con los mortales. Y sí, eso significa que a partir de mañana no podemos seguir juntándonos con tus amigos. Y yo no podré estar con Harvey. Así son las cosas. Las reglas están escritas por algo. Desafiarlas solo traerá caos. Gente podría salir herida.

—Es como si cayera un velo entre tú y el mundo de los mortales —explicó Ambrose, asintiendo—. Y eventualmente, o más bien pronto... te alejas.

—No los olvidaré —aseguró Sabrina, convencida.

—Querrás hacerlo —replicó Ambrose—. O el dolor será insoportable.

—¿Por qué sería doloroso?

—El tiempo se hace más lento. Ellos envejecen y tú no. Y aquello que es tan importante para ellos te parecerá trivial e insulso. Lo entenderás como bruja con el tiempo. Es mejor olvidar el mundo mortal. Pensar solamente en el futuro. Y estar preparada para ello.

Sabrina se limpió las lágrimas que había derramado silenciosamente mientras escuchaba a Ambrose.

—Genial. La hiciste llorar —exclamó Stella, sin ocultar su enfado hacia Ambrose.

—La verdad duele porque es cierta —replicó Ambrose, encogiéndose de hombros.

Stella puso los ojos en blanco.

—No te preocupes, Sabrina. Tengo un plan. Hoy es la fiesta de Roz y vamos a ir —le aseguró—. Vas a despedirte de tus amigos, firmaremos el libro y todo saldrá bien. Te lo prometo. 

 🔮🔮🔮

—Eso es muy corto —exclamó Sabrina, incapaz de esconder su sorpresa al ver lo que su hermana traía puesto, abriendo los ojos de par en par.

—¿Lo es? —preguntó Stella, fingiendo inocencia. Se encaminó hacia su espejo, observando su reflejo.

Su cabello oscuro caía despeinado sobre sus hombros. Llevaba puesto un vestido negro de cuero, que tal y como Sabrina había dicho era corto. Aun así, no enseñaba demasiado. Las mangas eran largas y el escote apenas y era pronunciado.

—¿Realmente vas a ir vestida así? —dijo Sabrina, sin poder contenerse, cuando vio a su hermana dispuesta a salir por la puerta.

—Lo que planeaba ponerme fue arruinado, así que tuve que improvisar —replicó secamente.

—¿Qué se supone que eres?

Los ojos de Stella se iluminaron, alegres.

—Un vampiro —canturreó, tocándose los colmillos que había logrado hacerse con un hechizo.

En ese momento, la puerta principal sonó.

—¿Quién es?

—Harvey vino por nosotras —explicó Stella, sonriéndole ampliamente a su hermana. 

 🔮🔮🔮

—Muy listo. Te disfrazaste de tu futuro —musitó Ambrose, divertido, al abrir la puerta y ver a Harvey con un disfraz de minero puesto. Luego, se dio la vuelta, entrando a la casa—. ¡Stella! —gritó.

—Fue de último momento. No planeaba ir a la fiesta si Stella no iba —explicó Harvey, cerrando la puerta tras de sí—. Mi hermano me lo prestó.

—Es broma, te ves fantástico —aseguró—. Le va a resultar extremadamente difícil a Stella mantener las manos alejadas de ti.

Al escuchar eso, Harvey se sonrojó ligeramente.

—Uh, puedes venir a la fiesta con nosotros —ofreció—. Si quieres.

—Gracias —dijo Ambrose, divertido—. Pero de arriesgarme al destierro del Inframundo, no será por un baile de disfraces de preparatoria.

—¿Inframundo? —preguntó Harvey, confundido.

—Ambrose, ¿estás molestando a Harvey? —canturreó Stella, bajando las escaleras principales hacia la entrada.

—Nunca me atrevería, prima —musitó Ambrose, guiñándole un ojo.

Harvey quiso decir algo, pero no pudo. Se le quedó viendo a Stella, con la boca abierta. Se veía estupenda. Una leve sonrisa danzaba en su rostro, como si supiera exactamente el efecto que tenía en él. A Harvey le tomó todo el esfuerzo del mundo no detener la vista en sus labios rojo brillante.

—Adivina qué soy —exclamó Stella, acortando la distancia entre los escalones y Harvey.

—Hermosa —balbuceó Harvey. Su corazón latía a mil por hora de tan solo verla. Stella lo miró divertida.

—Bueno, sí, pero también soy una vampira —sonrió, enseñando sus colmillos. Tomó la mano de Harvey, entrelazándola con la suya. No supo si se sorprendió más a ella misma o a él, pero no le importó.

Era su noche. Era la noche de actuar sin pensar en consecuencias. De pensar en ella y solo en ella. De ser feliz.

—Wow, lucen bastante reales —murmuró Harvey—. ¿Cómo los hiciste?

—Magia —bromeó Stella, guiñándole un ojo. Harvey sonrió al notar el buen humor de la chica.

—Feliz Halloween. Y cumpleaños. Y... —Harvey se quedó sin palabras, viéndola—. Todo.

La mirada de Stella bajó a los labios de Harvey. Él lo notó. Ambos tragaron saliva, la tensión sintiéndose en el aire.

—Bueno, ¿no voy a obtener un abrazo de cumpleaños? —preguntó Stella.

No tuvo que repetírselo. Harvey envolvió sus manos alrededor de su cintura, abrazándola con fuerza. Stella aprovechó que aún estaba en el primer escalón, dándole cierta altura, y no tuvo que alzarse de puntillas para abrazar a Harvey de vuelta, pasando sus brazos rodeándolo y cerrando los ojos mientras lo abrazaba con fuerza como si nunca quisiera dejarlo ir.

Fueron solo separados por el flash de la cámara de Sabrina, que estaba tomándoles una foto. Cuando voltearon a verla, ésta les guiñó el ojo.

—Bueno, deberíamos irnos antes que lleguen nuestras tías —dijo Sabrina, mirando emocionada a Harvey y Stella.

—Les diré que las verán en el lugar y hora acordada —añadió Ambrose—. Y primas, si llegan tarde, serán su fin.

—Si es que llego —bromeó Stella.

—Serás la primera ahí y lo sabes —bufó Sabrina. Stella simplemente se encogió de hombros. 

🔮🔮🔮

Sabrina fue la primera en correr para entrar a casa de Roz, mientras Stella y Harvey le seguían detrás, sin separar sus manos entrelazadas. Sabrina saludó a un par de personas, su presencia alumbrando el lugar inmediatamente.

Adornos de Halloween estaban colgados por todo el lugar, dándole una atmosfera especial a la fiesta. Adolescentes disfrazados estaban esparcidos por el lugar, la mayoría con un vaso rojo en la mano.

Una vez adentro, una voz chilló.

—¡Vinieron! —gritó Roz, lanzándose a abrazar a Sabrina. Llevaba puesto un disfraz de Cleopatra.

—¡Vine! —chilló Sabrina, abrazándola con fuerza.

—¡Oh, por Dios! ¡Feliz cumpleaños! —luego, volteó a ver a Stella—. Feliz cumpleaños para ti también, Stella.

—Uh, gracias —murmuró Stella, removiéndose incómoda.

—Están hermosas —exclamó Roz, observando con detenimiento a Sabrina—. Espera un momento, ¿es ese un vestido de novia?

—Sí —asintió Sabrina, sonriendo.

Harvey volteó a ver a Stella.

—Ey, ¿no estabas arreglando el vestido de novia de tu mamá para usarlo después? —preguntó inocentemente. Stella se atragantó con su propia saliva. Sabía que no había mala intención en la pregunta de Harvey y solamente mera confusión, pero eso no evitó que la mirada de Sabrina cambiara, tornándose completamente seria.

—¿Qué estás diciendo, Harvey? —preguntó Sabrina, mirándolo con el ceño fruncido.

—¡Necesito un trago! —Exclamó Stella—. Harvey, ¿puedes...?

—Yo voy contigo —la interrumpió Sabrina, tomándola del codo y jalándola hacia la cocina, muy a renuencia de Stella—. ¿Cuándo planeabas decirme que has estado arreglando el vestido de mamá y que yo te lo robé?

—No me lo robaste, Sabrina —dijo Stella automáticamente—. No lo sabías.

—No, porque no me lo dijiste —Sabrina hizo una pausa—. Espera un momento, ¿no lo querrías para huir y casarte con Harvey, cierto?

—¡No! —exclamó Stella demasiado rápido. Al notar esto, se aclaró la garganta y añadió, bajando la mirada—: Lo quería para mi bautismo oscuro, en realidad. Tú vas a obtener el nombre de nuestros padres. Yo también quería algo de ellos.

La expresión de Sabrina cayó.

—Stella, no tenía idea... —intentó decir, pero Stella la calló.

—No te preocupes —le dijo, tomando dos vasos de la mesa—. Solo regresemos con los demás, ¿sí? No pasa nada.

Sin embargo, Sabrina sentía que pasaba todo. 

🔮🔮🔮

mmm qué piensan del capítulo? me gustaría poder dejarles una nota más larga pero ya es bastante tarde jejeje ¿qué hora es en su país? 

bueno, muchas gracias por el amor a la historia! las adoro xx

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