Especial parte 4: Antes de los votos, vienen los secretos.
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Ninguno de los dos estaba listo, de eso no había duda alguna, pero vamos, quien está listo para tomar una decisión tan importante, exacto... Nadie jamás está listo para afrontar las cosas. Mucho menos dos jóvenes que apenas y se conocían de unos meses, era una decisión apresurada, pero había una razón por la cual lo hacían, la primera: era porque TaeHyung no seguiría el juego de sus padres, la segunda: era que buscaban a JungKook, y la tercera: ellos se necesitaban mutuamente. Y la cuarta: se querían.
Es por eso, que a un día de cometer la más grande locura de sus vidas por parte de ambos, habían decidido hablar, o charlar, ya que no lo pudieron hacer antes. La ahora mamá de JungKook les había pedido que practicarán sus votos, esa tarde antes de anochecer los chicos se llevarian a TaeHyung a su despedida de soltero y JungKook se quedaría a tener una pequeña cena con sus padres adoptivos y YoonGi, decidieron prácticar aquellas palabras que se dirían el uno al otro en el altar, pero les estaba costando un poco.
TaeHyung no dejaba hablar a JungKook porque no paraba de hacerle raras caras que provocaban que el menor riera, y JungKook no paraba de darle besos en las mejillas de TaeHyung cada que podía. Desde la ventana de la cocina todos sus amigos los observaban, incluso sus padres que parecían orgullosos de verlos tan felices juntos.— Hyung para, nos estaba viendo. —pidio el menor con las mejillas sonrojadas. TaeHyung era muy necio algunas veces como ahora.— Tae~ —le dio un leve golpecito en el hombro para que lo soltara y dejará de morderle el cuello.— Pareces un animal marcando territorio. —bromeo causando que TaeHyung le mordiera más duro causando que se estremeciera.— Kim TaeHyung sueltame. —susurro con pena, podía sentir el firme agarre en su cintura y las lamidas y mordidas en su cuello.
—Mi amor, es que hueles tan rico que me dan ganas de comerte. —menciono sujetandole rudamente, levantándolo un poco del suelo. JungKook dio un pequeño grito del susto porque no le gustaba que TaeHyung hiciera eso.
—B-Bajame me da miedo. —pidio asustadizo. TaeHyung deposito un beso en la frente del menor para después bajarlo y tomar su mano.
—Quiero que me acompañes a un lugar, cariño. —mostro su más bonita sonrisa, JungKook asintió con timidez cómo era su costumbre para después salir de la residencia Min, esa casa era enorme que incluso se había perdido un par de veces buscando solamente la sala.
—¿A donde vamos Tae?. —se aferró al brazo del mayor caminando lado a lado.— ¿Es un lugar muy bonito?.
—No, no lo es. —respondio.— Que no te dé miedo, estaré contigo.
—Confio en ti. —JungKook se mantuvo en silencio siguiendo a su novio y futuro esposo a donde sea que fuecen, entraron a un edificio grande, donde habían muchas personas depositando flores en vitrinas diminutas. Los ojos del menor se abrieron de par en par comprendiendo donde se encontraban.— ¿Este... Es un cementerio?. —le pregunto al mayor quien asintió guiándolo al segundo piso, JungKook se aferró más al brazo del mayor, si bien los cementerios en Corea eran lugares abiertos a la interperie y otros eran del tipo edificio no queria decir que no le daba miedo estar en uno, es cierto era de tarde pero nunca había estado en un lugar sangrado donde los cuerpos de las personas fallecidas descansaban. No pregunto cuál era la razón de su visita a un lugar así, solo observó cómo su Hyung compro flores y se dirijio a una de esas vitrinas, sus ojitos decorados de aquellos redondos anteojos que tanto le gustaban le dejaron leer con claridad el nombre que estaba ahí.— ¿Quién es?. —le pregunto a su mayor dejando que lo soltara para poner las flores en el sitio donde estaba el nombre de aquella persona.
—Hola cariño —Hablo TaeHyung.— Hace mucho que no venía a verte, lamento eso. —rió un poco, el menor presto atención a lo que decía TaeHyung.— Hace cinco años que tú te fuiste de mi lado, solo quería decirte que estoy bien... —se detuvo por un momento para tomar la mano de JungKook.— Me fue muy díficil aceptar que tú ya no estarías en mi vida, sufri, llore, incluso pensé en acabar con mi vida. Tú me dijiste que siguiera adelante, que no temiera a nada, lamento decirte que tuve miedo mucho tiempo, me cerré a todo el mundo. —decia el mayor con los ojos llorosos saco aquella pequeña foto que tenía.— Pero ya no es así, he encontrado una nueva razón para vivir. —abrazo a JungKook de la cintura depositando un leve beso en su mejilla.— Él es JungKook, mi novio y futuro esposo, quiero decirte que mañana nos casaremos y que este hermoso niño es mi nueva razón para seguir luchando contra el mundo entero. Solo venía a decirte eso, y también confirmarte que soy un hombre feliz, que sonrío y me la paso pensando en este niño todo el tiempo, creo que no es necesario decirte que estoy enamorado porque tú ya has de saberlo. —el pelinegro guardo silencio, acariciando las manos del mayor todo el tiempo, escuchándolo atentamente.— Me hace reír, enojar a veces pero se me quita con tan solo ver sus ojitos, es muy inteligente, mucho más que yo. Su voz es preciosa al igual que todo en el, estoy tan feliz de haberlo conocido. —termino a decir. TaeHyung dejo la pequeña fotografía de un chico castaño que lo abrazaba.— JungKookie. —susurro muy cerca de su oído.
—Sí TaeHyung. —contesto enardecido.
—El es MinSeok, mi antiguo novio, murio de una enfermedad terminal cuando teníamos diescinueve años, MinSeok este precioso chico a mi lado es el amor de mi vida, JungKook. —JungKook hizo una reverencia, saludando la tumba de aquel chico que significo mucho para el mayor.
—Mucho gusto MinSeok Hyung, no se preocupe yo cuidare muy bien de Tae. Puedes estar tranquilo, siempre lo cuidare y procurare que haga sus tareas y coma bien. —el pelirrojo beso la coronilla del menor agradecido de lo comprensivo que era.
—Bueno cariño, es hora de irnos. Me gustó charlar contigo y que conocieras a este lindo bebé. Gracias por haberme dado tanta felicidad en mi vida, pero ya es momento que te deje ir. YoonGi gruñon como solías llamarlo me ha dicho que ya es momento de despedirme correctamente de ti, y es por eso que estoy aquí, dejando tus flores favoritas. —Limpió una escurridiza lágrima para después sonreír como solo el lo hacía.— Adiós MinSeok, gracias por todo. —Te amaré por siempre.
—Adios MinSeok Hyung, gracias por cuidar de TaeHyung todo este tiempo, ahora permítame hacerlo a mi. —dijo el menor tomando la mano de TaeHyung para irse, le hecho una última mirada a aquella tumba sintiendo el aire más liviano a su alrededor.— Gracias. —susurro a aquella silueta parada a un costado de la tumba, sonriendo con cariño mientras se despedia.
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—¿No te molesta que te haya traído aquí? —pregunto el mayor, de camino a casa. JungKook negó mientras comía una golosina.
—Para nada Hyung, estoy feliz de que hayas confiado en mí para llevarme a un lugar tan sagrado para ti.
—Gracias amor. Sé que hay cosas que aún no conozco de ti, sé que YoonGi te dijo que no me dijeras aún, puedes saber que yo confío en ti.
—Se que lo haces Hyung, es por eso que quiero contarte todo.
—¿Estas... Seguro?. —pregunto inseguro.
—Más que nunca, quiero que conozcas a mi yo de antes, y al yo de ahora. —las palabras de JungKook eran honestas, TaeHyung asintió, ambos estaban sentados en la banqueta de la casa de los Min. Esa tarde TaeHyung se enteró de todo lo relacionado a Jeon JungKook, la falla número quince del famoso programa The Perfect Human, que la compañía Jeon había llevado a cabo desde hace tantos años atrás. No habían palabras para describir la ira y odio que sintió Kim al saber todo lo que le habían hecho al menor, por todo lo que pasó, el maltrato físico y mental al que fue sometido por diescinueve años. Ahora entendia aquel comportamiento en JungKook, entendía porque su menor tenía aquellos ataques de pánico, cuando se quedaba encerrado en algún lugar, cuando alguien le levantaba la voz y se volvía sumiso. Comprendio y le creyó, porque JungKook nunca mentia. Sus ojos se empañaron de lágrimas, ¿Cómo podía haber gente capaz de hacer atrocidades de esa magnitud, jugando a ser dioses?.
Esa tarde se olvidaron de practicar los famosos votos, porque TaeHyung no soltó al menor, lo sostuvo en un abrazo por horas. Dejándole saber que ahora estaba todo bien, que esos malditos recibirían su castigo.— Yo te cuidare JungKook.
—Y yo te cuidare a ti TaeHyung.
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Editado, 26/02/2020.
Wuan Quidox 🍁.