LA CAPERUZA DEL LOBO © (I HDH)

By JamesA_L

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Esa bestia había terminado con todo lo que la niña quería, había destrozado y acabado con su inocencia y se h... More

DEDICATORIA
SINOPSIS
EPÍRAFE
ACLARACIONES
MAPA DE TIERRAS SANTAS
EL CUENTO DEL SOL QUE NUNCA SE CONTÓ
CAPÍTULO UNO: HABÍA UNA VEZ
CAPÍTULO DOS: CAPERUCITA ROJA
CAPÍTULO TRES: ¡LARGA VIDA PARA EL LIDER!
CAPÍTULO CUATRO: UN PASADO ROJO, UN PRESENTE FRÍO
CAPÍTULO CINCO: UN GRITO A LA LUNA
CAPÍTULO SEIS: LAS GARRAS DE UN LIDER
CAPÍTULO SIETE: UNA CAZADORA OLVIDADA
CAPÍTULO OCHO: LO QUE EL VIENTO CALLA
CAPÍTULO NUEVE: QUIEN TIENE MIEDO
CAPÍTULO DIEZ: ALIANZA
DATOS IMPORTANTES:
CAPÍTULO ONCE: SOY HIJA DE GARIOT
CAPÍTULO DOCE: RUMPELSTILSKIN Y CAPERUCITA ROJA
CAPÍTULO TRECE: LA CORTE Y LOS REYES
CAPÍTULO CATORCE: LOS SENTIMIENTOS DE MIREIA
CAPÍTULO QUINCE: EL EJERCITO
CAPÍTULO DIECISÉIS: POR MI MANADA
CAPÍTULO DIECISIETE: VERDADES QUE MATAN
CAPÍTULO DIECIOCHO: LOS OJOS DEL LOBO
CAPÍTULO DIECINUEVE: LOS SECRETOS DE LA DIOSA
CAPÍTULO VEINTE: LOS SECRETOS DE LA DIOSA II
CAPÍTULO VEINTIUNO: REGLAS ROTAS
CAPÍTULO VEINTIDÓS: OLOR A MUERTE
Personajes I
Personajes II
CAPITULO VEINTITRÉS: EL VIAJERO I
CAPÍTULO VEINTICUATRO: EL REY Y EL VIAJERO
CAPÍTULO VEINTICINCO: EL PODEROSO REY
SEGUNDO BOOKTRAILER Y FINAL
CAPÍTULO VEINTISÉIS: LA VERDAD DE CAPERUCITA
CAPÍTULO VEINTISIETE: REINOS UNIDOS
CAPÍTULO VEINTIOCHO: EL REY DE HIERRO
CAPÍTULO VEINTINUEVE: SUEÑOS Y TRAICIONES
CAPÍTULO TREINTA: LA HISTORIA QUE NO FUE CONTADA
CAPÍTULO TREINTA Y UNO: LAS RAZAS UNIDAS.
CAPÍTULO TREINTA Y DOS: ¿QUÉ HAS HECHO?
CAPÍTULO TREINTA Y TRES: LA BATALLA HA COMENZADO
Grupo de facebook: Caperucitas rojas.
CAPÍTULO TREINTA Y CUATRO: URSURPADOR DE TRONO
CAPÍTULO TREINTA Y CINCO: LOS MUERTOS NO REGRESAN
CAPÍTULO TREINTA Y SEIS: LA HISTORIA DE MAILES
CAPÍTULO TREINTA Y SIETE: LA HISTORIA DE MAILES II
CAPÍTULO TREINTA Y OCHO: EL FAVOR DE RUMPEL
CAPÍTULO CUARENTA: LAIRS
CAPÍTULO CUARENTA Y UNO: LA BESTIA QUE SIEMPRE FUE
Nota del autor: Vamos a compartir la novela
CAPÍTULO CUARENTA Y DOS: EL FUEGO FRÍO
CAPÍTULO CUARENTA Y TRES: EL REY Y CAPERUCITA
CAPÍTULO CUARENTA Y CUATRO: LA CORDURA DE GARIOT
CAPÍTULO CUARENTA Y CINCO: LOS PRIMEROS EN PARTIR
CAPÍTULO CUARENTA Y SEIS: EL MONTE DE LOS DIOSES
CAPÍTULO CUARENTA Y SIETE: ¿QUIÉN ES EL MALO?
CAPÍTULO CUARENTA Y OCHO: LAS MANOS DE LA MUERTE
CAPÍTULO CUARENTA Y NUEVE: LA CAPERUCITA ROJA
CAPÍTULO CINCUENTA: EL GRAN LOBO
CAPITULO CINCUENTA Y UNO: EL VERDADERO ENEMIGO
CAPÍTULO CINCUENTA Y DOS: LA PAZ ENTRE LOS DEDOS
CAPÍTULO CINCUENTA Y TRES: CIELO ARDIENTE
CAPÍTULO CINCUENTA Y CUATRO: FESTEJOS
EPILOGO
NIEVES Y EL LÉON

CAPÍTULO TREINTA Y NUEVE: ¿DÓNDE ESTÁ CAPERUCITA?

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By JamesA_L

Gorkan sostuvo la capa blanca que reposaba en la cama que ahora se encontraba tendida, olisqueó la prenda y una mueca se formó en sus labios. La pequeña había llorado mucho, podía oler la tristeza y la decepción, también olía a otra persona, la maldad, la traición y el odio. Un olor que reconoció pero que rápidamente ocultó para que los demás no se dieran cuenta, ya tenían suficiente con lo que en sus tierras sucedía, no quería atormentarlos más. Ya habían sufrido demasiado.

No había mentido, no esta vez. Al principio había sentido curiosidad por aquella pequeña cachorra, había querido protegerla porque en su mente siempre estaba su hermana, princesa que en su momento ya no sabía cómo era, verla, le recordaba su pasado, le recordaba algunas veces a Lucier, la hembra que muy joven había quedado preñada de él. Gorkan estaba agotado de lastimar a los demás y por primera vez en su vida estaba siendo sincero, aunque la verdad había terminado por alejar a la hembra que había hecho mucho por él, pero no estaba obligado amarla, a mentirle, porque su corazón hace mucho había dejado de sentir, hace mucho se había perdido en la oscuridad.

Gruñó bajito y salió de aquella habitación pidiendo que la limpiaran y luego fuera cerrada, se dirigió a la suya y se despojó de la ropa sucia por el largo entrenamiento que habían tenido y luego se metió dentro del cubo de lata donde el agua fría lo recibía, mostró los colmillos sintiendo sus músculos relajarse y las heridas causadas por leones y panteras sanar de inmediato, se sumergió y los recuerdos lo golpearon.

Se había escapado junto con Gokan y Gorius a una de las fiestas de las hadas, su padre seguro luego los mandaría a buscar y al ser el mayor el castigo seria mayor, pero no le importó. Río a carcajadas cuando Gokan más de una vez se quejó diciendo que por culpa suya no saldría de caza para su cumpleaños, una tradición que la hacía solo todos los años, un respiro, decía el lobo. Gorius solo negó y es que tenía oportunidad de ver a la cazadora Deanet, sabía que ambos se querían y tal vez en poco tiempo su hermano la tomaría como compañera.

Él, la bestia como era llamado por las razas y por su propia manda, estaba enamorado de la hembra más bella que haya pisado aquellas tierras, una hembra que en poco tiempo se convertiría en líder, una hembra que podría tener hasta los mismo reyes pero que había fijado sus ojos en el lobo. Una hembra que pronto se convertiría en su compañera y traería al mundo a su primer cachorro, a su príncipe.

Los tres de Hierro llegaron al reino de hada y más de uno se sorprendió al verlos, uno que otro se inclinó por respeto y otros fruncieron los labios, raro que pisaran aquellas tierras. Pero estos parecían darles igual ya que rápidamente se integraron y empezaron a danzar, vio al león bailar con Deanet, los vio reír y Gorkan sabía que en un futuro ambos serían muy feliz reinando.

Gokan danzaba con las hembras, ellas encantadas por la belleza de aquel lobo, cautivadas por su forma de expresarse y cantar, porque esa era una de las cualidades de su hermano menor.

Gorkan, sin embargo, la buscó hasta que la encontró con su padre, ella llevaba un largo vestido oscuro, su cabello cayendo como cascadas en sus hombros y bajo sus ojos pequeñas gotas dibujadas con tinta negra. Los ojos de la hembra se iluminaron y se perdió en el bosque, el lobo entusiasmado y con media sonrisa en los labios la siguió hasta que la encontró recostada bajo un árbol con su mano en su vientre acariciando con suavidad, el pequeño cachorro había sido ocultado por un hechizo, aun no era bueno que sus padres se enteraran de su llegada, Lucier tenía miedo de la reacción de su padre el líder Hada, temía las represarías hacia su amado.

—Espero se parezca a ti, yo soy horrible —Bromeó Gorkan colocando su grande mano en el pequeño vientre de su hembra, río cuando sintió una patada y se inclinó gruñendo, para que el cachorro lo sintiera.

—Tú eres hermoso, y que se parezca a ti será mi mayor felicidad —Lucier elevó su mano pasándola por las pequeñas cicatrices que Gorkan tenía en su rostro—. Quiero que nazca sano, que nuestro cachorro este bien.

—Y lo estará, tú eres fuerte —Gorkan se sentó y la colocó a horcajadas de él, acarició sus hombros y se inclinó tomando su boca, raspando sus labios con sus colmillos, la hembra en respuestas soltó un gemido y escondió rápidamente su rostro en su cuello—. Huelo a miedo, ¿Qué sucede?

—Últimamente me he sentido muy débil —Gorkan tomó el rostro de su hembra y lo acarició, apenas era un cachorro joven, apenas y estaba aprendiendo a convertirse en un buen líder, en un futuro. Era audaz, salvaje, valiente y amaba a los suyos, quería ofrecerle todo lo bueno a su princesa hada, pero ¿sería suficiente?—. Hace unos días estuve en el reino león.

—Gorius estuvo allí, será el líder en unos años —murmuró Gorkan viendo la tristeza en el rostro de la hembra—. ¿Qué pasa?

—Los leones, los leopardos y los dragones tiene un hechizo...

—Es una leyenda —murmuró seco Gorkan.

—Sabes que es una verdad —la hembra tomó el rostro de su amado y besó sus labios con suavidad—. Ellos tres se enfrentaron a una curiosa hace mucho tiempo, a sus inicios, y los castigo para que no pudieran reproducirse con otras razas, y tu madre fue la primera en romper aquella regla.

—Mi abuelo sigue resentido porque madre prefirió a un lobo, se la historia —Lucier lo observó fijamente.

—Tú naciste diferente, y Gokan nació enfermo —los ojos de la hembra se humedecieron y Gorkan le prestó atención—. Su raza es fuerte, salvaje y muchas veces animal, así que cuando se reproducen con otra especie, sus cachorros nacen enfermos, incluso muchas veces mueren. No soportan la mezcla de razas, el ser hibrido los pone en peligro.

—Yo soy un lobo, Lucier. Nuestro cachorro estará bien.

—Eres un león también, y no puedes ocultarlo —la hembra rozó sus dedos por la cabeza de Gorkan y este siseó pestañando, sus ojos se pusieron amarillos y de su pecho brotó un rugido, y no era de lobo—. Y yo soy un hada, ¿entiendes eso? Nuestro cachorro puede nacer enfermo o..., morir. Y yo no quiero que muera, yo lo amo, así como te amo.

—Nada les pasará, yo voy a protegerlos —besó sus labios, estuvieron poco tiempo ahí porque el líder hada buscaba a la princesa, Gorkan y sus hermanos volvieron pero al amanecer mandaron a llamar al príncipe mayor, sus padres confundidos preguntaron quien lo mandaban a llamar y como respuesta obtuvieron que era el rey hada, que quería verlo con urgencia.

Gorkan no fue solo, Gariot de Hierro lo acompañó aun cuando su hijo se quejó diciendo que solo a él lo recibirían, pero su padre sabía que algo sucedía y lo acompañó. Todo parecía normal hasta que vio los ojos llorosos del rey hada, a la madre llorando y a las hermanas de Lucier llorar en los brazos de su padre, Gariot preguntó que sucedía y el rey torturó a Gorkan frente a los ojos del rey de Hierro.

— ¡Wardiuna! ¿Qué le haces a mi hijo? —El rey gritó con la intensión de lanzarse hacia el hada para que soltara a su hijo, este con los ojos rojos lo dejó caer de rodillas—. ¿Por qué atacas a mi hijo? ¡¿Qué sucede?!

— ¡Tu hijo casi arrebata la vida de Lucier! —Estalló Wardiuna apretando los puños, sus ojos grises fijos en el rostro animal del próximo líder de Hierro—. ¡Casi me la arranca de mis brazos!

— ¿Gorkan la atacó? —Gariot fijó sus ojos azules en los de su hijo viéndolo palidecer y temblar, ¿Qué sucedía?

— ¡La preñó! —Gariot retrocedió pasmado viendo a su hijo, viéndolo sacudirse por el llanto pero no comprendió, ¿Su hijo había preñado a la princesa hada? ¿Gorkan? —. Lucier confesó que se casarían, que lo amaba y que pronto nacería aquel cachorro, uno maldito. Ayer se puso mal, empezó a sangrar, mandé a que la curaran pero nada hacía efecto hasta que en llanto pidió que protegieran de su cachorro ¡De su cachorro! Mi Lucier llevaba en su vientre al cachorro de una bestia.

— ¡Basta! —Gariot rugió estirando los brazos, sus ojos brillaron y el líder hada se sobresaltó e incluso las princesas—. No vuelvas a dirigirte así a mi hijo, no vuelvas a insultarle o acabaré contigo, y no me importa perder aquí la vida. No humillarás a un príncipe ¡Al próximo rey de Hierro o te prometo que acabaré con la alianza que tenemos!

—Necesito verlos..., necesito verlos —Gariot vio el rostro bañado de lágrimas de su cachorro, porque eso era, apenas y tenía los catorce años. ¿Cómo pudo ocultar eso? ¿Qué haría criando a un cachorro si apenas podía llevar las responsabilidades de príncipe?

—Los verás hijo mío —Gariot le lanzó una mirada desafiante al hada, pero este calló con la mirada perdida. El rey de Hierro ayudó a su hijo a ponerse de pie, pasó sus brazos por sus hombros y lo atrajo a su pecho, caminando en dirección a los aposentos de la princesa. Gariot no dijo nada, sabía la guerra que tenía Gorkan en su propia cabeza. Pobre de su cachorro.

Cuando llegaron, ambos ingresaron y vieron a la princesa recostada en la cama, hecha ovillo y con el rostro bañado en lágrimas, Gorkan se acercó y ambos se fundieron en un abrazo, fuerte que terminó por romperlos. Era unos cachorros, eran demasiado jóvenes para enfrentar aquellos dolores del alma que jamás se iban.

Vio a una hembra recostada en una pequeña cuna, el rey se acercó y su corazón se hizo chiquito al ver a su nieto, el cachorro estaba muerto, era demasiado chiquito y tenía el labio cortado, su piel estaba pálida y sus uñitas estaban clavadas en su propia palma. Ese cachorro se perdería en su mano, no viviría. No podía sobrevivir. Y todo por su culpa, se había enamorado de una leona y su hijo mayor cargaría con aquella maldición, pobre de él.

Vio a ambos ponerse de pie y se alejó, Gorkan apretó los labios mientras lagrimas derramaban sus ojos, sostuvo al cachorro junto a su pecho y con su otra mano a la hembra, los abrazó y Gariot les dio espacio, saliendo de ahí.

Estuvo por largo rato hasta que Gorkan salió con el rostro inexpresivo y en sus brazos llevando a su cachorro cubierto por mantas, no miró atrás y Gariot pudo escuchar el llanto de la princesa Lucier.

Su esposa lloró y Gorius la sostuvo, el cachorro fue enterrado con el nombre de Run de Hierro, Gorkan no volvió hacer el mismo, no volvió a ver a Lucier hasta muchos años después, y ahora, también la había perdido a ella.

Cerró los ojos, ahora mismo su hijo estaría enorme, sería un cachorro bello y con honor llevaría su corona, sería el próximo líder. Tal vez Lucier seguiría viva, tal vez los tres estuvieran lejos.

Salió de la tina y se vistió, trenzó su cabello y bajó reuniéndose otra vez con los líderes, todos los días se reunían para ver el avance y al mismo tiempo contar cuando faltaba para la guerra que podía acabar con ellos. Con su raza. Con su gente. Con su familia.

Geiat no andaba por ahí, su princesa seguía en la habitación con Goliat, su recuperación era demasiado lenta, tanto que Gorius y Gorkan sufrían en silencio, viendo que su hermano no mejoraba. ¿Lo haría algún día? Eso lo veían poco probable, una razón para regresar vivos a sus tierras, para luchar y no dejarse vencer. Gorkan se sentó en su trono y escuchó las discusiones alrededor, pero sus ojos cayeron en la hembra que había entrado, Eireny —hermana de Fuego—, había ingresado con aquellos andares de valentía y una belleza que siempre quitaba el aliento, una hembra que estaba entrenando a las mujeres de todas las razas, ya que ella misma había sido una cazadora y protegida de los dioses. Sabía tanto.

La vio sentarse y sonreírle a su hermano, observó sus facciones, sus labios, sus ojos y su figura, sin poder evitarlo la recorrió con la mirada y luego la vio verlo. La hembra alzó una ceja cruzando los brazos y el rey incomodó desvió la mirada, poniéndose de pie para hablar.

— ¿Hay noticias de caperuza? —inquirió Gorkan y vio como el rostro de muchos se tensaba, los vio maldecir y gruñir. Gorius a los minutos ingresó con el rostro desencajado—. ¿Qué sucede?

—Vieron a caperucita en el norte, no iba sola y en su camino ha matado a muchos. Tiene muchos aliados, dicen que consigo andan algunas criaturas, los que nos han traicionado —la sala rompió en gritos, Gorkan observó el rostro de los lideres, desesperados porque todo se salía de control, porque no podrían proteger a su gente—, y eso no es todo.

— ¿Hay más?

—Centauri está aquí —tanto Fuego y Eireny se pusieron de pie, los demás se miraron confundidos, ya que nunca aquel macho dejaba de proteger el bosque de los dioses, ¿Qué lo traía hasta esas tierras?—. Trae muchas verdades y en sus brazos un cachorro.

— ¿Un cachorro?

—Y es que eso no es lo sorprendente, mi rey —Centauri se quitó la capa mostrando su rostro, el cabello rojo atado, el rostro lleno de puntos pequeños del mismo color que su cabello, y sus ojos amarrillos. Tenía muchas marcas, esas que les decía a todos las batallas que había ganado. En sus brazos llevaba un cachorro, el macho miró alrededor viendo únicamente a líderes, recogiendo olores y después pidiendo que las puertas fueran cerradas—. Traigo a Tayron, hijo de Apolo y de Artemia, la curiosa que quiere acabar con nosotros, una de las culpables de tantas muertes.

— ¿Qué dices? —Gorkan se puso de pie y se acercó al igual que los otros líderes, Eireny se acercó besando las mejillas de su hermano y tomando al pequeño cachorro en sus brazos que había roto en llanto, la manta de cabello rubio llamó la atención de todos, y exclamaciones no se hicieron esperar.

—Apolo ha pedido la protección del cachorro, él está preparando el campo y trayendo a muchas criaturas para esta guerra —Centauri miró a Fuego que lo observaba en silencio—. Tenemos pocos días para estar listos, para que este cachorro este a salvo y para ir a la tierra de los dioses. Artemia está mucho más poderosa, y Elihan sabe nuestros puntos débiles, debemos ser el doble de inteligentes.

— ¿Qué propones? —Gorius inquirió y Centauri miró al cachorro que se había calmado.

—Pedir la ayuda de los dragones..., ellos deben salir de sus cuevas y luchar, porque esta también es su guerra.

—Antes de llegar a sus cuevas nos matará. No contamos con ellos —siseó Blazz apretando los puños, Remyan se puso de pie aclarándose la garganta.

—Es un riesgo que debemos tomar —señaló el zorro.

— ¿Y morir antes de la guerra? —ironizó Sigurd.

—Es la única opción que tenemos —Archi habló, la líder tigresa soltó el aire contenido y miró a los demás—. Ya sabemos que el líder no es caperuza, Artemia o Rumpel, hay alguien allá afuera que nosotros desconocemos, pero que sabe mucho de nosotros. Sabe tanto que al primer paso que demos nos derribará, pero aquí ninguno sabe lo que los dragones pueden hacer. Es la única solución que tenemos, es eso o todos moriremos.

— ¿Cuántos días tenemos? —inquirió Gorkan y el nuevo líder hada lo miró fijamente.

—Cinco noches y seis días, ni más, ni menos —respondió—. Debemos estar en las tierras de los dioses antes que amanezca, prepararnos, porque ahora sabemos que tan peligrosos son.

—Iré yo —Gorkan alzó el tono de su voz cuando todos empezaron a cuchichear.

—Conozco a uno de los dragones, él puede ayudarme. Estaré ahí antes de que la guerra empiece, estaré con ellos.

— ¿Y si no quieren ayudarnos? —la voz de una cazadora se alzó y todos callaron mirándose unos a otros—. ¿Gorkan?

—Entonces pelearemos hasta morir, lo haremos como los guerreros que somos, no dejaremos de luchar —siseó como una serpiente y los lideres lo miraron fijamente—. Lucharemos hasta caer, porque nosotros vamos a proteger a los nuestros, hasta el final.

—Déjeme acompañarlo mi rey, conozco muy bien el camino hacia aquellas tierras olvidados —el líder de hierro observó el rostro de Eireny y luego el de los hermanos, la hembra tenía el mentón elevado y los puños apretados—. Puedo guiarlo. 



La guerra final se acerca. Verdades, secretos, muertes y el final del primer libro de la saga de LOS HERMANOS DE HIERRO, también llega al capítulo cuarenta, ¿Extraordinario no? en julio del año pasado esta aventura empezó, y mirad, aquí está, lento pero seguro. 

¿Cuál es tu hipótesis? ¿Quienes vivirán? ¿Quién es el verdadero responsable de muertes y guerras? ¿Personaje favorito? 

Grupo de facebook. James L. 

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