CAPÍTULO UNO: HABÍA UNA VEZ

9K 774 135
                                    

—¿Qué pasó con la princesa? —preguntó Geiat con una sonrisa en los labios, Feliat pasó sus dedos por su cabello dorado y largo en forma descuidada.

—¿Mamá? —inquirió Goliat quitándose el cabello del rostro, su madre rio entre dientes y se puso de pie con dificultad, pasó sus manos por el vientre de su próximo cachorro y caminó hacia la ventana. Sus dos cachorros la siguieron y ella estiró sus manos para que ambos las tomaran. La mujer miró sus tierras, su gente siendo feliz y liderados por un buen macho que ahora era su esposo—. ¡Mamá! te demoras mucho en contar la historia.

—Pequeño travieso —se echó a reír su madre girándose para tomar las mejillas de su pequeño Goliat, él sonrió cuando la mujer deposito un beso en su pequeña nariz. Su madre lo soltó y volvió a girarse para ver sus tierras—. Se enamoró de un líder joven y fuerte. Muchos decían que era uno de los peores líderes, o eso decía el padre de la princesa. Hubo una fiesta y la princesa estuve ahí con sus primos, y lo vio, él reía feliz y bailaba con las niñas, el príncipe lobo la miró y fue como si el mundo se detuviera.

>> Esa noche bailaron y hablaros hasta que su primo vino por la muchacha, no lo volvió a ver hasta meses después, la joven princesa se iba a casar con un líder que pertenecía a su raza, la pobre no lo quería, lo odiaba. Pero cuando se hizo la reunión para su pedida de mano; el príncipe lobo apareció pidiendo su mano.

—¿Qué más? —los pequeños ojos de Geiat brillaron y su madre besó su frente volviendo a sentarse, al frente de ella sus dos hijos menores.

—El padre de la princesa no quiso que su hija se casara con un lobo, dijo que ambas razas no podían unirse, que eso era pecado. Ella fue encerrada y él lanzado muy lejos, a la mañana siguiente la princesa se casaría y perdería el amor de su vida. Cuando la noche abrazaba esas tierras; él apareció, fuerte y lleno de seguridad, la princesa y él huyeron lejos de las leyes de sus pueblos para amarse.

>> Unos días después ambos se casaron y a los meses su primer hijo estaba naciendo, él en su cuerpo llevaba la fuerza de ambas razas. Podía rugir como un león y sus ojos brillar como los de un lobo. Unos meses más y el segundo heredero nació, con la fuerza del león y el corazón de un lobo.

—¿Cómo se llamaron los príncipes?

—Gorkan y Gorius —susurró la mujer y sus dos hijos abrieron la boca para después reír a carcajadas, todos sus hijos sabían su historia, siempre estaban pidiendo que la contaran para sentir el amor de sus padres más cerca.

—¡Ya vienen mi señora! ¡Ya vienen! —Feliat pudo sentir como su corazón se calmaba por la llegada de los machos que amaba, cuando vio a sus dos hijos correr fuera del castillo, ella con cuidado se puso de pie y salió para recibir a su esposo y a sus tres hijos que habían salido de caza con su gente. La reina se detuvo en la puerta viendo como hembras y machos gritaban el nombre de su líder, como lo alababan y agradecían a la Diosa Artemisa por haberlos traído. Los machos solteros fueron a celebrar mientras los que tenían su compañera bajaron e inmediatamente fueron con sus esposas e hijos.

Goliat y Geiat corrieron hacia su padre que se había detenido y había abierto sus brazos, los cachorros rieron a carcajadas siendo envueltos por el abrazo del rey, él los cargó y los colocó en cada hombro mientras los pequeños reían. Feliat miró por el hombro de su esposo y suspiró más tranquila al ver a sus tres hijos acercarse con medía sonrisa en los labios.

La mujer león bajó las escaleras con lentitud y su esposo dejó a sus hijos pequeños correr hacia los brazos de sus hermanos mayores. Gariot sonrió y Feliat pasó sus dedos por la melena oscura del rey. Sacó una cinta azul y la enredó en el largo cabello del macho para alejar algunas mechas, los ojos del rey se iluminaron; se inclinó pasando sus manos a su vientre abultado y luego la miró, para ver como su amada reina se acercaba para besarlo.

LA CAPERUZA DEL LOBO © (I HDH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora