||+18|| ADRINETTE...

Af Bugginette_7u7

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Félix y Marinette son pareja desde hace dos años. La pareja soñada para algunos, y un completo caos para sus... Mere

SINOPSIS
PRÓLOGO
1. VOYEUR
2. PROPOSITION
3. DECISION
4. SEXY
5. TEMPT ME
6. PARTY
7. BURNING DESIRE
9. ALONE
10. TELL ME YOUR SECRETS
11. EXCLUSIVE
12. WHAT YOU WANT
13. I CAN'T STOP IT
14. YOURS
15. HIDDING
16. EPIPHANY
17. LOST AND FOUND
18. WHY?
19. LITTLE LIES
20. IN TROUBLE
21. ASHAMED
22. NO MORE HIDDING
23. THE TRUTH
24. BE MINE
25. FEELINGS
26. FEAR
27. TROUBLE TRIP
28. WILD LOVE
29. MINE & YOURS
EPÍLOGO
ANUNCIO. SEGUNDA TEMPORADA

8. SENSATION

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Af Bugginette_7u7

Al día siguiente, Marinette despertó antes de que los primeros rayos del sol se filtraran por la ventana; dándose la vuelta y encontrando el rostro apacible y dormido de su novio.

Después de aquella noche de desfase, la joven se había quedado con una extraña sensación en el cuerpo. Aún y así, no le dio demasiada importancia y se destapó con cuidado, para después de unos instantes ponerse de pie con pereza.

Félix se removió en el colchón y ella lo contempló en silencio. Viéndose interrumpida por el rugir de sus tripas.

« Genial, a buenas horas me entra hambre. »

Avanzó hasta el butacón ubicado en uno de los extremos de la estancia, y tras echar un rápido vistazo al rubio, tomó una de sus camisetas holgadas y se vistió con ella con presteza.

Después, salió al pasillo. Todo estaba silencioso, pues nadie más, aparte de los hermanos Agreste y ella, se hallaba en la prominente morada.

La azabache caminó por los pasillos del hogar con sigilo, bajando las escaleras principales y cruzando el amplio recibidor en dirección a la cocina, en un estado ausente y pensativo.

Sin embargo, cuando irrumpió en la estancia, sus ojos fueron captados por el muchacho que restaba sentado en una de las sillas alrededor de la isleta central; con los brazos cruzados sobre la superficie y el rostro hundido entre ellos.

Ella se quedó quieta al contemplarlo, dudando de si regresar a la habitación, o saciar su apetito matutino.

« Venga, Marinette. No seas tonta; actúa como siempre. »

La joven avanzó en una pose más confiada tras oír los reproches de su subconsciente, pasando por el lado del varón y yendo hasta la nevera para sacar un frasco de leche de su interior.

En cuanto cerró la puerta del frigorífico, el menor se exaltó, dando un brinco y focalizando sus esmeraldas adormiladas en la figura de aquella bella ninfa.

- ¿Marinette?- inquirió con voz cansada, tallándose los ojos-. ¿Qué haces aquí? ¿No es muy temprano?

La euroasiática tomó la caja de cereales de uno de los estantes y tomó asiento enfrente del adolescente, sirviéndose con parsimonia la leche en un bol.

- Tenía hambre.- comentó con un encogimiento de hombros, mirando discretamente el semblante del rubio-. ¿Y tú?

Él la contempló detenidamente, sin poder evitar que imágenes de horas antes acudieran a su mente a traición.

- Yo... Supongo que padezco insomnio.- murmuró con una débil sonrisa.

- ¿Insomnio?- titubeó con las cejas enarcadas y una expresión granuja-. ¿Qué es eso que te quita el sueño?

Al formular esa pregunta, la mirada de ambos coincidió en un mismo punto. Quedándose momentáneamente sin palabras y sin poder eludir el contacto visual el uno en el otro.

« ¿Por qué tengo la impresión de que debía haberme callado? »

Una suave risa por parte del menor disipó esa atmósfera enrarecida que los envolvía; incorporándose y buscando un vaso de uno de los armarios, para servirse un poco de jugo de naranja de la nevera.

- Mi insomnio ya es algo habitual de los últimos años.- explicó con porfía-. Debe ser que pienso demasiado.

La Cheng se mordió el labio inferior, estudiando al chico con deleite en esa vestimenta de camiseta de manga corta blanca y pantalón de chándal azul marino, que lo favorecía gratamente.

- Y... ¿En qué piensas?- indagó con curiosidad.

« En ti... »

Se aclaró la garganta antes de responder.

- En varias cosas.- esquivó en un tono monocorde, luego dándose la vuelta y encarando a la universitaria con displicencia.

Adrien tomó un sorbo de su bebida, fijando sus esmeraldas en ese par de zafiros que lo contemplaban con confusión.

- Ya veo.- carraspeó, regresando la atención en su bol, a la vez que jugueteaba con la cuchara con los cereales-. Oye, y... Esto...- se humedeció los labios-. Sobre lo que pasó ayer...- hizo una pausa, suspirando profundo al levantar la mirada con precaución-. ¿Está todo bien?

Él tragó grueso, dejando su recipiente sobre el mármol para acto seguido acercarse a la mayor con cautela.

- Claro.- arrimó una silla a la de ella, sentándose a su lado-. ¿Acaso tú sientes que no lo está?

- ¿Qué?- titubeó, negando con una mueca sarcástica-. Por supuesto que no; todo está bien.- confirmó cara a él-. Es solo que quería asegurarme de que las cosas estuvieran claras entre nosotros.- el blondo frunció el ceño con incertidumbre-. Me refiero a que... Lo que ocurrió ayer fue algo excepcional, y... Ya sabes...- hizo una pausa, mordiéndose internamente la mejilla-. Es algo que no se puede... Repetir.

Esas palabras sobrecogieron el corazón del zagal, que si bien era consciente de la situación, oír tal verdad a labios de la fémina provocaba un efecto desgarrador en su interior.

Aún y el pesar e impotencia que albergaba, simuló una sonrisa encantadora que tomó a la azabache por sorpresa.

- Lo sé.- contestó secamente-. Lo de anoche fue algo puntual, y ahora... Toca volver a lo de siempre.- suspiró-. Así que, no tienes de qué preocuparte; todo seguirá como antes.

Aquella contestación dejó a la chica un deje descolocada, finalmente asintiendo con aparente conformidad.

- Bien.- se colocó un mechón detrás de la oreja-. Igual prometo no provocarte.- él la miró con extrañeza-. Es decir, que... Bueno... Eres el hermano de mi novio, y... No tenemos que sentirnos raros...- sonrió brevemente-. Por mi parte, prometo que no voy a insinuarme como he estado haciendo estos últimos días...

El rubio rio por esa alusión en una postura más relajada.

- ¿Te refieres a lo del probador del sex-shop?

- Por ejemplo.- se refirió con un deje de travesura.

- Vaya, qué pena.- dramatizó adrede, robándole una carcajada a su acompañante-. Tendré que volver a acostumbrarme a nuestro trato cordial de cuñados.

- Seguro que no te es difícil.

- A ti tampoco.

« No apostaría por ello... »

De nuevo, con el silencio como a especial protagonista, ambos se sonrieron y bajaron la vista al suelo, siendo él el primero en volver a contemplarla con interés.

- Solo por curiosidad...- ella atendió, mirándolo expectante-. ... ¿Te gustó?

- ¿Cómo?

- Lo de anoche.- aclaró con más seriedad-. Tú... ¿Lo disfrutaste?

Marinette pestañeó fuera de sí, notando cómo inexplicablemente su pulso se aceleraba y un tórrido calor la abrumaba al rememorar lo acontecido en aquella descabellada velada.

¿Que si le gustó? La verdad era que más de lo debido. No obstante, esa respuesta era algo que tenía que guardar para sí o la situación podría complicarse.

Lo que había ocurrido entre ella y Adrien, era algo que no debía repetirse de nuevo. Tanto daba cuánto lo desearan, pues la respuesta a sus anhelos era clara y concisa: no.

Porque si sucumbían a su egoísta voluntad, sería una traición directa hacia Félix. Cierto era que él había sido el artífice de toda aquella locura, pero aún y así, y como él aseguró, era una ocasión única y excepcional.

La universitaria bajó la mirada a su cuenco, apretándolo con la indecisión apreciándose en sus rasgos.

- Yo...

- Buenos días.

Los ojos del menor y de la joven se posaron en el individuo que asomaba por la puerta en un semblante adormilado.

- He-hey.- murmuró la chica, sonriendo con nerviosismo y enderezándose de un salto-. ¿Ya te has despertado?

El primogénito de los Agreste se desperezó, cruzando la estancia y acercándose a su novia con una sonrisa bribona.

- No pude seguir durmiendo.- susurró meloso, abrazándose a su pareja y besando sus labios-. Echaba de menos tu calor.

Aquel gesto produjo en el pubescente una aflicción en el pecho.

- Oh-eh... Lo siento.- lamentó con el pulso acelerado, observando la expresión inescrutable del otro rubio-. Yo... Esto... Tenía hambre y bajé a tomar algo.- se excusó con la calma posible.

- ¿Leche?

- ¿Qu-qué? ¡No, claro que no!- negó con exaltación.

- ¿No?- titubeó con extrañeza, tomando la caja del mármol-. ¿Entonces para que son los cereales?

« Oh, esa leche... »

- Me vuelvo a mi cuarto.- intervino el ojiverde con aborrecimiento, incorporándose del asiento con la vista a un lado.

- ¿No te quedas a desayunar con nosotros, hermanito?- preguntó el mayor con una mueca divertida, posicionándose detrás de la muchacha y amarrándola por la cintura a su torso.

Las esmeraldas del adolescente examinaron a aquellos dos enamorados con pesadumbre, animándose a sonreír amablemente y a aparentar indiferencia, ante el amargo sentimiento que verlos juntos le producía.

- Ahora no tengo mucho apetito.- se excusó en un tono lineal, reculando hacia la puerta-. Iré a dormir un poco y nos vemos más tarde.

Sin oportunidad a interferir, Félix y Marinette vieron marchar al jovenzuelo en silencio. Los primeros segundos de su partida, la fémina quedó sumida en sus pensamientos, percibiendo una extraña y confusa sensación que la tenía en desasosiego por dentro.

- Debe aún estar cansado.- alegó el blondo, captando la atención de la chica, quien lo miró desorientada.

- ¿Qué quieres decir?

Él sonrió con travesura, haciendo que se volteara y apresando su trasero con descaro.

- Me refiero a que mi ratoncita lo dejó exhausto anoche, y ahora mi hermanito se tiene que recuperar.- apretó sus glúteos y besó sus labios.

- Oh-oh... Sí, eso.- se carcajeó, revoleando los ojos-. Ya ni me acordaba.

« Repítetelo mil veces hasta que te lo creas, guapa... »

El varón frunció el ceño y torció una sonrisa.

- ¿Estás bien?- se interesó, analizando la expresión irresoluta de su novia-. Te noto un poco... Nerviosa...

- ¿Nerviosa?- repitió con desconcierto, riendo despreocupada-. Pa-para nada, ¿por qué debería?

- No lo sé.- besó su frente y luego fue hasta uno de los armarios-. Solo es mi percepción.

Ella lo estudió sin decir nada, observando cómo sacaba una caja de galletas de uno de los muebles.

- Pues no lo estoy.- aseguró en un tono más convincente-. Es más...- caminó hacia él en una actitud más descocada, colocando las manos sobre su torso y alzándose de puntillas, para rozar con los labios el mentón del zagal-. Estaba pensando en que, si quieres...- deslizó una caricia por su abdomen, inyectando sus zafiros en los grises del grácil galán-. ... Podríamos... Hacer algo...

Las facciones del muchacho se tornaron más perversas, inclinándose sobre el rostro de la azabache con el afán de rozar esos carmesíes que lo clamaban en demasía.

- ¿Quieres que juguemos, preciosa?

La euroasiática ensanchó sus comisuras, resiguiendo con los dedos el borde de su pantalón.

- Es posible...

Félix dejó la caja de galletas sobre la encimera, escondiendo el rostro en el cuello de su chica para así susurrar sobre su oído con voz ronca.

- Tengo en mi habitación ese conjunto de ratoncita sexy que te regalé.- bajó las manos por si silueta, arremangando despacio su camiseta y amasando sus glúteos de forma obscena-. Tal vez, ya va siendo hora de estrenarlo, ¿no crees?

« Debí quemar ese conjunto en cuento tuve la oportunidad... »

- ¿N-no preferirías una ducha, o tal vez...?- él negó sin decir nada, y la joven tuvo que esmerarse a simular la mejor de sus sonrisas-. Genial.

Él la encaró con lujuria.

- Estoy deseando verte con ese conjunto...-acarició con los dedos el encaje de sus bragas, dibujando la separación de sus labios menores en una suave caricia.

Marinette jadeó por lo bajo, luego separándose del varón para tirar de sus manos.

- En ese caso...- se apuró a distanciarse de su anatomía, fingiendo una sonrisa lasciva-. ... Tendrás a tu ratoncita.

Él la atrajo de nuevo y la besó castamente. Después deshaciendo el contacto de sus manos para depositar una caricia en la mejilla de la fémina, y mirarla sinuosamente al separarse.

- Ve adelantándote.- le dedicó un guiño coqueto-. Yo enseguida te alcanzo.

Aquello la hizo dudar.

- ¿Por qué?

- Por nada.- alentó con pillería-. Es solo que antes quiero recoger unas cosas...- rozó con el pulgar su barbilla-. ... Tú solo confía en mí.

La azabache titubeó, pero terminó confirmando en un mudo asentimiento; distanciándose de su pareja y saliendo de la cocina con una mueca dudosa. Caminó hasta las escaleras y luego recorrió ofuscada el pasillo, sin lograr llegar a la habitación, que se encontró a Adrien abandonando la suya, vestido con un bañador y una toalla.

Cuando las miradas de ambos se interceptaron, hubo unos instantes de solemne silencio. Quedándose quietos mientras se contemplaban prudentemente y las palabras pugnaban por emerger.

- Pensaba que estarías durmiendo.- comentó ella con una sonrisa fugaz, eludiendo mirar en exceso el torso desnudo y bien esculpido del chico.

Él se obligó a corresponder con un semblante amable, pasándose los dedos por sus guedejas.

- Era la intención, pero... Al final, me decidí en bajar y darme un chapuzón en la piscina.- alegó con displicencia.

- Oh, eso es... Estupendo.- se mordió internamente el labio inferior, perdiéndose en el cuerpo de Adonis que él poseía.

- ¿Qué hay de ti?- preguntó con interés, produciendo que sus ojos se adhirieran entre sí-. Félix se ha ido, o... ¿Ha pasado algo?

La fémina pestañeó, sonriendo con una pizca de incertidumbre.

- No, no... Él... Ahora viene...- murmuró con voz recatada-. Ha ido a por unas cosas, y... Bueno...- bajó la cabeza y se abrazó a sí misma.

El varón la examinó inquieto, tratando canalizar esa zozobra que lo hundía en un pozo negro de desolación, al pensar los planes que su hermano podía tener en mente respecto a ella.

« Ya deja de darle vueltas, ella es la novia de tu hermano; no la tuya. »

- Entiendo.- masculló finalmente con una sonrisa forzada-. Entonces... Pasadlo bien.

El adolescente hizo una intentona de escabullirse. Sin embargo, en cuanto fue a marchar, la mayor se interpuso en su trayectoria y él la observó con facciones inciertas.

- ¿Ocurre algo?- formuló con una ceja enarcada.

« Tendría que haber pensado antes de actuar... »

- Este... No, no...- frunció los labios, sosteniendo el contacto visual con el zagal-. Es solo que, después de que llegara Félix a la cocina, sentí que... Estabas molesto.- él arrugó el entrecejo y se aferró a la toalla que acarreaba en su hombro-. Aunque también podrían ser imaginaciones mías.

El ojiverde suspiró profundo y reflejó la mayor calma que pudo.

- Todo está bien, Bichito.

Bichito. Ese apelativo azoró los latidos de la joven y agudizó todos y cada uno de sus sentidos. Acto seguido, y cómo si cayera presa de un embrujo, ella redujo despacio la distancia con el varón. Acercando una mano a su expuesto pecho.

Adrien la contempló embarrullado, siguiendo esa caricia suave que ella dirigía en descenso hasta su abdomen, y que produjo que una corriente eléctrica lo sacudiera en ese sutil, pero sinuoso contacto.

- Mari...- susurró con su autocontrol menguando, conteniendo la respiración.

- No...- negó ella en un bisbiseo, arrimándose a la anatomía del chico y mirando esas esmeraldas opacadas por el deseo y la confusión-. Bichito...

Un fuego abrasador se propagaba por el organismo del rubio con virulencia, con unas ansias desbordantes que lo incitaban a tomar en brazos a aquella bella ninfa y poseerla contra la pared. Pero no podía. Debía contenerse y ahuyentar esos impulsos indecorosos que lo hacían abdicar de su razón.

Por desgracia, o buena fortuna, el deseo que aquella fémina hacía aflorar en su interior era más resistente que su juicio. Acomodando las manos a esa esbelta cintura con la que ella era agraciada, para cernirla a la suya.

- ¿Así es como quieres que te llame?- ella permaneció inamovible, confirmando en un mudo asentimiento-. Entonces... Responde a mi pregunta...- inhaló su cálido y embriagador aliento, percibiendo el suave tacto de su piel al reseguir sus muslos-. Lo de esta noche... Entre tú y yo...- se relamió, cautivado por la forma en que la joven lo afrontaba-. ¿Te gustó?

Otra vez, los reproches de su subconsciente amenazaban en hacerse oír. Otra vez, en su mente se debatía entre lo que era correcto y lo inmoral. Pero a diferencia de su primer encuentro en la cocina, entonces se sentía más segura y decidida.

Podría ser que aquello fuera propulsado por el magnetismo que esos ojos verdes promovían en ella; o que esa cercanía y la creciente tensión, la hicieran desinhibirse y dejarse de tonterías.

Fuera lo que fuera, y aún a sabiendas de que lo que le dijera podría marcar un antes y un después entre ellos, la muchacha tomó las manos del menor y las guio hasta sus posaderas. Dejando sus rostros a una exigua separación, en la que sus respiraciones se entremezclaban y contagiaban de la calidez del opuesto.

- No me gustó...- susurró con voz tranquila, sonriendo con travesura al hacer que él arremangara la camiseta y sujetara sus glúteos-. Me... Encantó...

Azul y verde se cruzaron en una mirada tan intensa, como anhelante. Sus latidos se azoraron y el calor se adueñó de sus cuerpos, al permitirse caer en esa trampa a su cordura.

Adrien reforzó el agarre a su alrededor, sonsacándole a la universitaria un discreto jadeo, que fue como una armoniosa melodía a oídos de su asaltante; quien a esas alturas, ya había dado rienda suelta a su imaginación, al pensar en los distintos escenarios en que aquella Afrodita se removía mientras la hacía suya y gemía su nombre.

Sin embargo, antes de que sus cometidos pudieran llevarse a cabo, el sonido de unos pasos hizo que ambos se separaran. Enfocando sus luceros en la figura de Félix, cuyo se acercaba por el pasillo con briosos andares y unos potes en las manos.

- ¿Qué hacéis aquí parados?- se interesó el mayor, llegando donde los dos permanecían inamovibles en medio del corredor.

El adolescente sonrió despreocupado al encarar a su hermano.

- Estaba por ir a la piscina y me crucé con tu... Novia.- explicó con calma, echando un vistazo a la chica en cuestión.

- ¿Al final no vas a dormir?- atajó el varón.

- Ya se me han ido las ganas.- se encogió de hombros, luego fijándose con incerteza en los frascos que el universitario acarreaba-. ¿Nata y sirope de fresa?

El mayor ojeó los recipientes, riendo malicioso al arrimarse a su chica y mirarla por el rabillo del ojo.

- Es para mi desayuno especial...

La azabache entreabrió los labios, sin llegar a decir nada mientras el de esmeraldas se concentraba en mantener la compostura.

« Ni sé por qué pregunto... »

- En fin, yo iré tirando. Os dejo con... Eso.- señaló con una mueca enrarecida.

- Gracias.- el primogénito le dedicó un guiño y besó la mejilla de su pareja-. No te canses mucho, hermanito.

- Lo mismo digo.- correspondió a regañadientes.

Félix comenzó a caminar hasta su cuarto, avanzando unos pocos pasos y deteniéndose de repente al atinar en que la euroasiática no lo seguía; ladeándose con una sonrisa bribona.

- ¿Ratoncita?- preguntó con curiosidad-. ¿Vienes?

- Eh... Sí, ya voy.- añadió apresurada.

Adrien permaneció quieto, observando a la joven desde su posición y sin mover un solo músculo. Viendo cómo instantes después, ella se disponía a pasar por su lado, y él aprovechaba la ocasión para susurrarle en un tono solo audible para ambos.

- Nos vemos... Bichito.

Marinette no pudo evitar sonreír al escucharlo, dedicándole una última mirada, de mientras continuaba con su trayecto y se aproximaba donde el universitario aguardaba en la puerta de su habitación.

- ¿Estás lista?- inquirió el mayor con regocijo.

Ella se devolvió al presente, fijándose en el rostro de su novio y correspondiendo con una aceptación silenciosa. Acto seguido, se inmiscuyó en la estancia en su compañía, dándose cuenta de la ausencia de Adrien al cerrar la puerta.

No acababa de comprender ese sentimiento que la envolvía. Aún y así, decidió hacer oídos sordos a su subconsciente y corazón, para seguir hacia adelante como ya hacía por costumbre.

×××××××

Continuará!

Y que empiecen los juegos del hambre(? 😂 Ok, ya... :v

Por lo visto, estos dos se quedaron con ganas de más después de lo ocurrido, pero... Les tocará comportarse? 🤔

A todo eso, Félix sigue con sus jueguecitos de cama y... A Mari le tocó fastidiarse por no quemar el conjunto de Ratoncita :v

Y, bueno... Aunque va a ser situación complicada, quizás algo bueno salga de ello?

A ver qué sea lo que ocurre. O bien se soluciona todo o se complica más 👀

Espero que os haya gustado el capítulo y aguardo por vuestros comentarios! 😊

El domingo la siguiente actualización!

Un besoo 😘

Fortsæt med at læse

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