*Narra James*
Cuando ______________ y Lily salieron del hospital me hacia sentir bien, tendría a mi chica está Navidad, sana y viva y eso esperaba por el resto de mi vida, que estuviera a mi lado siempre. Mire que ella se quedo hablando con el sanador unos minutos y regreso conmigo con una sonrisa que nunca había visto.
—Vamos a casa —vi cierto brillo en sus ojos.
—¿Qué te dijo? —pregunté mientras caminábamos—. ¿Todo bien?
—Todo perfecto —me dio un beso en los labios—. Te amo, James.
—Y yo te amo a ti, mi pelirroja —sonreí y bese su frente—. Vayamos a casa —la abrazó por los hombros, dejándole un beso en la cabeza.
Una vez que por fin estuvimos en nuestra casa, estábamos solo nosotros dos me gusta. Los chicos nos dieron un momento de privacidad y dije un momento, porque al atardecer llegaron.
—¿Y ______________? —preguntó Sasha cuando los deje entrar.
—Arriba —ella y Alice subieron las escaleras.
Me quede con los chicos, hablando un rato, hasta que bajaron las tres. Alice se sento con Frank, quien le sonrió y beso, ambos estaban felices, pues hace unos días nos dijeron que serían padre. Sasha se sento con Remus, ambos ya querían empezar los planes de la boda. Después mi linda esposa se sento conmigo y la abraze.
—¿Cómo te sientes? —le preguntó Remus preocupado.
—En realidad bien y algo casada —respondió mi esposa y miro a las chicas con cierto complicidad.
—Ya que estamos todos bien y juntos —habló Sirius y nos miró—. ¿Dónde pasaremos la navidad? Yo digo que en mi casa...
—Tú solo quieres emborracharnos —le dijo Sasha divertida.
—Tengo que buscar muchas excusas —sonrió abiertamente.
—Me parece bien. Yo no quiero que destruyas mi casa —dijo _______________.
—¿Cuándo he hecho eso? —preguntó ofendido.
—La navidad pasada —dijo Sasha.
—El cumpleaños de James —dijo mi esposa.
—El cumpleaños de _______________ —dijo Alice.
—Tu cumpleaños —dijeron las tres.
—Okay, okay, ya entendí —dijo mientras todo reían.
Cuando por fin se fueron, pasando media noche, nos fuimos a nuestra habitación. Abarazaba fuertemente a mi pelirroja, como si mi vida dependiera de ella y así lo era. Yo haría cualquier cosa para que ella este bien, daría mi vida sin pensarlo dos veces.
—James —susurró y baje la mirada y vi esos ojos verdes que amaba—, ¿aún quieres hijos?
—Te los he estado pidiendo desde antes de casarnos —ambos reímos—. ¿Por qué, hermosa? —pregunté mientras quitaba un mecho de su cara.
—Solo quería confírmalo una vez más —rió y se acurrucó más en mí—. Lamento ponerte nervioso cuando fuí en busca de Lily.
—Ya te dije, eres muy necia, creo que por eso también me case contigo —sonreí de lado—. Pero por lo que más quiera, cuando quieras hacer otra locura como está, dejame ir contigo —se separo un poco de mí y me miró—. No puedo dejar que te arriesgues así, tú sola. Somos un equipo juntos y así debes de estar siempre. ¿De acuerdo?
—De acuerdo —sonrió y la volví a besar—. ¿Ya te dije que amo tus besos?
—Pues yo amo los tuyos —dije divertido y segundos después la deja abajo de mí, tome una pierna mientras la llevaba arriba de mi cadera—. También amo hacerte mía.
*Narra _______________*
Estabamos en la casa de Sirius, habíamos adornado su casa, puesto el árbol de navidad y los regalos ya estaban para abrirlos en la mañana. Estaba con Alice, Sasha, Lily y Melanie en la cocina preparando los ultimos toques de la comida, mientras los chicos poniean la mesa.
—¿A qué hora les diras? —me preguntó Sasha en un susurro.
—Mañana —respondí también en un susurro para que no nos oyeran—. Bueno, primero a James y luego a los demás —sonreí.
—Apuesto que se desmayara de alegría —rió—. Vamos, señora Potter.
—Claro, futura señora Lupin —sonrió.
—Eso no suena tan mal —sonreí.
Empezamos a cenar y hasta ahora todo iba tranquilo con Sirius, raro, porque a está hora él debería de estar sacando sus botellas para que todos estuvieran bebiendo.
Hablabamos de los viejos tiempos en Hogwarts, que todos extrañábamos. De los bobos qué tal vez fuimos y sobre todo de cómo eran de idiota James y Sirius.
—... Yo recuerdo estar tras de ti varios años, eras mala —me dijo mi esposo divertido y reí.
—Y como nosotros, lo teníamos que soportar —dijo Sirius reímos—. Pero ahora estan casados.
—Lo raro es que aun no tengas hijos —hablo Elliot, que me miró divertido.
—Deberíamos de intentar más —me miro sexy James, haciendo que me sonrojara.
—Sus cochinadas aquí no —dijo Sasha con asco.
Después de la cena, si, ahí estaba la amiga de Sirius, su gran amiga, la botella. Nos empezó a dar un vaso a cada quien y nos sirvio, excepto a Alice, por su embarazo y mejor tomo jugo de calabaza.
—Vamos, pelirroja —me dijo—, nunca me fallas y hoy sí —hizo ojitos de perro y reí negando.
—Tal vez más tarde —dije mientras Sasha y yo nos mirábamos cómplices.
Una hora después teniamos a Sirius borracho y era el único, los demás lo tomaban con calma por la última vez, donde de verdad ya no querían saber nada de alcohol. Incluso James no estaban tomando casi nada y eso me pareció extraño de él.
—Que raro que no le sigas el juego a Sirius —dije divertida al ver como le servia más a Remus y Sasha, que empezaban a tomar más.
—Bueno, por alguna extraña razón, ahora me da un poco de asco olerlo —lo mire desconcertada—. No lo sé, tal vez la última vez si la pase muy bien —y rió.
—O no quieres acabar así —señale a Sirius que empezaba a cantar y bailar.
Mire a los demas, Sirius, Sasha y Lupin ya estaban bebiendo junto a Elioty y Melanie, Frank y Alice conversaban con Lily, no dudo sobre como ser padres y sonreí.
—Si, ya no quiero acabar así —dijo James divertido y lo mire.
—Vamos, James —le quite su vaso, dejándolo en la mesita—. Tenemos que hablar de algo.
Él desconcertado tomo mi mano y caminamos rumbo al pasillo un poco alejado de nuestros amigos. Sentí la mirada de mi hermana, que le sonreí y seguí caminando.
—¿Lo quieres hacer en el pasillo? —pregunto divertido y reí.
—No, idiota —él hizo un puchero y lo mire a los ojos, mientras ponía sus manos en su cuello y el en mi cintura—. Necesitamos hablar de algo, que no puede esperar hasta mañana —me miró atento—. ¿Recuerdas esa vez que fuí a buscar a Lily?
—Cómo olvidarlo, estaba que me comian los nervios por no saber nada de ti —me dijo preocupado.
—Bueno, pero no me ocurrio más que unos rasguños —alzo una ceja—, y que me llevaran a San Mungo, pero esa fue por otra cosa, que me entere ese día.
—¿A qué te refieres? —pregunto desconcertado y precia algo preocupado.
—Espero que seas un buen padre, James Potter, porque llegara en 7 meses —sonreí—. Estoy embarazada.
Me miró unos segundos procesando lo que dije. Abrió mucho los ojos y después una sonrisa, segundos después soltó un grito de alegría, haciendo que la música de la sala se detuviera y los escuchamos, mientras James me abraza fuertemente y me besaba.
—¿Qué ocurre? —pregunto Sirius, llegando antes que los demás.
—Canuto —lo miro y me soltó—, ¡voy hacer papá! —hablo sin contener la voz.
Su amigo lo miró unos segundos, tratando de procesar que dijo su mejor amigo, para luego ir a abrazaron. Sirius estaba felíz por la alegría de su mejor amigo, segundos después hizo que me uniera al abrazo, mientras los demas sonreían. Sin duda era la familia que más quería ahora.
*Narra James*
Estabamos acostados en nuestra cama, ella dormía y amaba verla dormir, era tan pacífico, tan hermosa, siempre lo era y más en estos días, teniendo ese brillo al estar embarazada. Embarazada. Aún me hacía sentir muy feliz por ello.
Llegve mis manos a su pequeño vientre, que aun solo tener casi tres meses no se veía nada grande.
—Serás el bebé más hermoso, porque soy tu padre —susurre mientras acariciaba el vientre de mi esposa.
—Me alegra saber que solo porque seras su padre —murmuró divertida y reí, mientras ella giraba a verme.
—Y claro, porque tú seras su madre, la mujer más hermosa y maravillosa que a querido estar conmigo y que me dara un hijo —ella sonrió—. Y que ya se estaba tardando —dije bromeando y me dio un pequeño golpe—. Te amo, _____________ Potter.
—Y yo a ti, James Potter —besos mis labios, haciéndome sonreír a mitad del beso—. James —murmuro en mis labios.
—¿Sí? —pregunté cuando nos separamos.
—Quiero fresas con cremas —me empecé a reír.
—Creo que ahora mismo estas empezando con tus antojos —hizo una un puchero y beso su nariz—. Bien, ire por ellos.
Así siguieron los días. Antojos, cambios de humor, antojos, cambios de humor. Era divertido cuando venían los chicos y sobre todo las peleas que tenía con Sirius.
—... Lo siento, lo siento —dijo Sirius saliendo de la cocina—. No quería comerme tus chocolates —llego rápido a sentarse a mi lado—. Si quería —nos dijo.
—¡Te escuche, Black! —le hablo desde la cocina.
—¿Acaso tiene oídos por todos lados? —nos preguntó en un susurró, haciéndonos reír.
—¿Miedo no una mujer embarazada? —preguntó arenas con burla.
—Para nada —dijo haciendo un ruidito despreocupado, pero se asusto cuando oyó la puerta de la cocina abrirse.
—¿Qué decías? —preguntó Sasha y los tres empezamos a reír.
Mi linda esposa se sentó a mi lado y la abrace dándole un beso en la mejilla, mientras Canuto se cambiaba rápido del sillón, alejándose de ella lo más que podía.
—¿Alguien a visto a Peter? —preguntó de la nada, desconcertadonos un poco.
—Supe que Dumbledore lo mando a una pequeña misión —nos contó Remus.
—¿Acaso a limpiar los baños? —bromeó Sasha, reímos, menos mi pelirroja.
—¿Por qué preguntas por él cariño? —dije mientras ponía un mechón de sus rojizos cabellos atras de su oreja—. Todos sabemos que puede ser un poco torpe, pero se puede cuidar.
—Lo sé —sonrió un poco—. Solo quería saber si ya sabe sobre que seremos padres —dijo llevando sus manos a su vientre y sonreí.
—Aún no le he dicho, estoy esperando verlo y decírselo en persona —sonreí.
—Y para festejar juntos —sonrió abiertamente Sirius—. Ya sabes, fiesta por ese pequeño Potter que vendrá.
—Que Merlín libre a ese pobre bebé por tener un tío como tú —le dijo Sasha.
—Sere el padrino, Scott...
Y aquí vamos de nuevo, se van a pelear por quien sera el padrino o madrina de nuestro primero hijo o hija.
•
Estabamos a mitad de enero, pronto se acercaría el cumpleaños de _____________ y eso significa estar todos reunidos, hasta Peter, que solo lo habíamos visto muy pocas veces y ahora mucho menos cuando no podíamos salir mucho de la casa por órdenes de Dumbledore y tampoco me mandaba a tantas misiones que quería.
—Piénsalo —me dijo mientras se lo había contando—, tal vez no quiere que te pase algo ahora que tendras un hijo.
—Yo quiero salir a hacer algo por mi hijo —estaba frustrado—. No quisiera que naciera en un mundo donde Voldemort está.
—Y a mí no me gustaría que naciera donde su padre no este —dijo bajando las escaleras y la miramos—. James, no quiero que te pongas en peligro —suspire y camine hacia ella.
—Sabes que me estreso si no puedo hacer algo —ella me abrazo y yo también la abrace.
—Estas cuidando a nuestro hijo y a mí, eso ya es mucho —me dio un beso en los labios—. ¿Te quedas a comer, Sirius? —preguntó mientras me soltaba.
—La pregunta me ofende —dijo divertido.
*Narra _____________*
Estaba durmiendo plácidamente en mi cama, cuando senti los labios de James sobre los míos y sonreí, mientras en un susurro empezaba a cantarme la típica canción de cumpleaños.
—Ya tienes 19 cariño —sonrió—. Eres mayor que yo.
—Pero me veo más joven que tú —dije divertida mientras jugaba con su cabello.
—No, eres anciana —bromeo mientras me daba un beso—. Me gustan las ancianas —reí negando dándome un beso más en los labios y después bajo a mi pequeño estómago de 4 meses—. Mamá está de cumpleaños —y sin más le dio un beso—. Ya quiero que nazca —me miro con un brillo.
—Eso es porque tú no estaras gritando al tenerlo —dije con cierto temor y rió—. Si te pareces a tu padre no seras mi hijo preferido —dije en broma.
—Yo también te amó, cariño —rode los ojos divertida—. Hay que levantarnos, pronto llegara los chicos.
—Te dije que le dijéramos que no hicieran nada —frunci el ceño, no quería levantarme de la cama.
Llegaron a las dos de la tarde y la pequeña fiesta empezó. Lily claro que estaba conmigo, era nuestro cumpleaños, aunque ella quería ir a ver a Petunia, aunque dudo que se acuerde de nuestro cumpleaños o incluso que tiene otras dos hermanas.
Estaba en la cocina con Sasha, mientras veía como decoraba los dos pasteles, uno de chocolate para mí y el de vainilla para Lily.
Me estaba saboreando ya el pastel en mi mente, cuando escuche la voz de Peter Pettigrew entrar a mi casa, haciendo que en mi boca tuviera un sabor amargo.
—Pensé que no vendría —hizo una mueca Sasha.
—Mejor amigo de James y nuestro amigos, creo —dude y mordí la punta de mi lengua.
—Yo conozco esa mirada —dejo de decorar el pastel de Lily y se puso frente a mí—. ¿Qué ocurre?
La mire unos segundos y luego a la puerta, donde se escuchaban la risa y platicas de los demas. Suspire y volvi a mirar a mi mejor amiga, en la que podía confiar en esto y sé que ella me creía, siempre me apoyaba en todo, aún si fuera una locura, por eso no sabría que hacer si algo le pasará.
—Tal vez volví a tener esos sueños —murmuré.
—¿Qué fúe lo que viste? —pude sentir cierto temor en su voz.
—Todo fue muy borroso —suspire cansada—. Nada que me pueda decir, solo escuché gritos y desperté. Gracias a Merlín no desperté gritando o James se pudo haber preocupado y no quiero eso, sobre todo cuando viene en camino nuestro bebé —acaricie mi vientre con miedo de perderlo.
—______________ —me miró unos segundos—, no quiero que nada te pase. No deberías de tratar de ver que sueñas, porque sé que te esfuerza —hice una mueca—. Sé que quieres saber que es lo que pasa, pero recuerda que cuando ocurrió los sueños, te alejaste de todos.
—Ya lo sé —suspire cansada—. Por hoy no hablemos de esto, es mi cumpleaños y ese pastel dice cómeme —ella rió y luego me miró un poco triste.
—Sabes que te amo como una hermana, ¿no? —sonreí.
—Claro y yo te amo a ti —la abraze, sintiendo algunas lagrimas en mis ojos—. Estúpidas hormonas —dije riendo mientras me limpiaba las lágrimas.
—Pues me las contagiaste un poco —también se limpió las lágrimas.
Convivimos un rato, muy grande, Sirius siempre nos hacía reír junto con James.
Cierta parte de mí me decía que no debía estar cerca de Peter, que nos miraba de reojo a Alice y a mí, eso me hacía sentir incómoda. Una parte de mí quería correrlo de mi casa, pero otra no me dejaba por ser el amigo de James.
—... Dame —dijo Sirius, se sentó a mi lado y comió un poco de mi pastel—. ¿Por qué ahora no me quieres matar por comer tu comida?
Mire unos segundos más a James, Remus y Peter, que reían y después mire a los ojos grises de uno de mis mejores amigos. Esperaba a que le dijera algo.
—¿No has pensando que alguien nos puede traicionar? —pregunté lentamente.
—¿A que te refieres? ¿Crees que alguien no este traicionando? —asentí con cabeza—. ¿Quién? —mire de reojo a Peter—. Bromeas, ¿no? —me dijo incrédulo—. Es nuestro amigo —estaba serió.
—Sirius, ha estado raro últimamente...
—Su madre está enferma —lo defendió.
—No quiero pelear —me levante del sillón—, pero piensa que últimamente alguien sabe de sus planes, planes que él a oído.
No dijo nada y me fuí rumbo a la a la otra esquina de la casa, lejos de ellos y Eliott aprovecho para acercarse a mí.
—La cumpleañera debería de estar feliz —me dijo con cariño y sonreí—. Peleaste con Sirius, ¿cierto?
—Algo así —hice una mueca.
—Bueno, yo pido ser el padrino de tu bebé si destituyes a Sirius —ese comentario me hizo reír—. No creo que esten mucho tiempo enojados, son mejores amigos.
—Tú también eres mi mejor amigos.
—No, yo soy tu hermano —lo abraze y él a mí—. Cuiadate mucho —susurro en mi oído—, yo no me confió mucho en cierta persona con P.
Mi corazón empezó a latir muy rápido con aquello y mire a Peter sobre el hombro de Eliott. Él me miraba y al notar que yo lo mire evito mi mirara.