— ¡Hace horas que partimos de la isla! — exclamó eufórica, moviéndose de un lado para otro, dando vueltas como un león enjaulado— . ¿Cómo es posible que nadie se diera cuenta antes?
— Yo escuché a Luffy decir que iría a por él. — comentó Usopp, rompiendo su expresión para darle paso a la preocupación— . Di por hecho que habría vuelto, normalmente estaría atacando las reservas en la cocina.
— Agg, por una vez que no los cuento. — se recriminó la pelinaranja, cerrando los ojos por un momento, en un torpe intento por deshacerse de la rabia, pensando a toda velocidad en un plan viable. Y es que siempre se las arreglaban para ponerla de los nervios — . Bien, no nos queda de otra, iremos a por ellos.
Observó su Log Pose, desalentándose aún más.
— Esos malditos estúpidos... — interfirió Sanji, apagando su cigarrillo con el pie — . Alterando a Nami-san hasta cuando no están, lo mejor sería dejarlos tirados por ahí.
— ¡Sanji!
— Me ofrezco voluntario para ir.— intervino Franky, apretando su nariz por un par de segundos, lo suficiente para hacer crecer su cabellera, peinándola con especial cuidado, sin borrar esa sonrisa deslumbrante y rebosante de confianza— . Con el suuper canal tres, podremos llegar ahí en un momento.
Chopper recordó el submarino en forma de tiburón, encendiendo pequeños destellos por toda su expresión.
— ¡Yo también voy, yo también voy!
Nami estampó su mano contra la superficie de un barril.
— Olvidadlo, ¿cómo se supone que sabréis llegar en primer lugar? — suspiró la chica, negando varias veces —. Además, ya estamos separados, no quiero más preocupaciones. Suficiente tengo con ese par.
— ¡Pero..!
— Fufufu, al menos estarán cómodos. — aportó Robin, quien escuchaba divertida la conversación—. Estoy segura de que Zoro lo estará.
— Ese idiota sólo necesita sake.
— Por eso mismo.
Sanji carraspeó, poniéndose un tanto nervioso al escucharlas.
— Daremos la vuelta, preparaos.
(...)
Luffy examinó la orilla una vez más, imitando un catalejo con sus manos, observando con especial cuidado hacia la lejanía, buscando a sus amigos por algún rincón del mar, soportando las miradas enfurruñadas del peliverde, quien no había dejado de soltar comentarios pesimistas desde el principio.
— ¿Y bien? —preguntó por enésima vez, ya por el placer de molestarle, a esas alturas, dudaba que sus compañeros siquiera se hubieran dado cuenta de su ausencia—. Está oscureciendo, Luffy, no vendrán.
— ¡Lo harán! —respondió de inmediato.
Zoro suspiró, avivando en fuego al añadir un poco más de leña, removiendo para que la llama no se extinguiera. No era un gran experto en supervivencia, pero se las había visto peores, además, estaba seguro de que sus compañeros volverían. Sí, en el fondo confiaba en ellos.
Aunque su capitán no tenía por qué saberlo.
Se recargó contra el tronco de un árbol, contento de haber bajado un par de botellas.
— Hace frío, acércate al fuego, ¿quieres? — abrió una de ellas, dando un largo sorbo, según él para entrar en calor, notando aquel cosquilleo tan familiar recorrer su garganta, suministrándole una agradable sensación — . Cómo extrañaba esto.
El capitán suspiró, echando un último vistazo antes de fijarse en la hoguera.
— Ellos vendrán. — remarcó, acercándose de mala gana al peliverde, y es que antes de que sus compañeros se hubieran ido, ambos tuvieron una clase de enfrentamiento, y el ambiente seguía tenso. No le daba mucho a la cabeza, así que no se preocupaba en exceso, todo y así, tampoco quería ser el primero en agachar la cabeza.
Ni pensarlo.
— Así que sigues enfadado, eh. — volvió a beber, aún sin mirarle a los ojos, sólo centrándose en lo que tenía en frente, tampoco tenía mucho que decir. Hablar no era su fuerte, no lo era en absoluto, y ambos lo sabían.
Luffy se acomodó, disfrutando plácidamente del calor del fuego, escuchándose únicamente el crepitar de la madera, extendiendo el silencio por un largo tiempo.
— Hace frío...
El peliverde sonrió, apoyando sus labios contra la boquilla de la botella, separando un tanto las piernas para hacer espacio, y es que después de estar tanto tiempo juntos, hasta se había hecho costumbre. No era raro que alguien los viera de esa manera, e incluso ellos se acomodaban sin darse cuenta, en un acto involuntario.
Hizo un gesto con la cabeza, recibiendo una mirada iluminada por parte de su capitán, que a pesar de portar una expresión distraída, en aquellos momentos parecía rebosante de alegría.
— Cambias de humor muy rápido, ¿sabías? — le observó gatear hasta su posición, aceptando el delgado cuerpo de Luffy entre sus brazos, quitándole el sombrero por un momento, notando la tensión momentánea —. No voy a robártelo, tranquilo.
Lo dejó a un lado, aprovechando para enterrar su nariz entre el nido azabache de su cabeza, acercándolo un poquito más.
— Es tu culpa, nunca quieres que te toque cuando hay gente cerca. — se cruzó de brazos, aún ofendido por el desplante de aquella mañana —. No te entiendo.
Zoro frunció el ceño, no era normal oírle hablar así.
— Luffy, mírame.
Este se negó.
— Luffy.
Pero nada, ni se inmutó, y aquello sólo logró acabar con la mínima paciencia del peliverde, quien no se aguantó y dejó la botella a un lado, apretando su cintura suavemente, lo suficiente como para alzarle y darle la vuelta.
— No es común que hagas esto, la última vez que pensaste tanto, casi te mueres. — rió, aunque ni así logró que este sonriera.
Suspiró.
La verdad es que ya poco entendía, y es que por más idiota e impulsivo que pareciera, a veces salía con actitudes que rompían con lo habitual. Era mucho menos predecible de lo que aparentaba, llegados a un punto en que creías conocerlo, siempre se las arreglaba para destrozar todos los esquemas.
Resultaba hasta molesto.
Revolvió los cabellos de su nuca, ya sin saber bien que hacer.
''¡Deberías ser más cuidadoso, idiota! Luffy no conoce nada de esto, y si le dejas todo el trabajo, tarde o temprano acabará cansándose. Ya lo conoces, ese cabeza hueca lo arregla todo a golpes, no es tan difícil ser cariñoso por un momento, ¿o sí?''
— Luffy... — carraspeó, ya algo nervioso, anidando cuidadosamente su rostro entre sus manos, acariciando su mejilla con toda la suavidad del mundo —según él— casi con miedo de hacerle daño, sonriendo al notar como su piel se teñía tras su toque—. ¿Vas a decirme qué te pasa?
El menor le miró, dando un par de vueltas a su alrededor antes de volver a él.
— Está mal. — confesó, apartando lentamente las manos de Zoro, casi parándole el corazón —. No me gusta.
Se puso de pie, agachándose para coger una de las botellas de cristal antes de seguir, dejando atrás a un confundido peliverde.
¿Cómo habían cambiado de etapa tan rápido?
..
¡Aquí capítulo!
Por fin aproveché para actualizar, me tomé un tiempo de todas mis historias, y ya por fin sé exactamente qué hacer con cada una de ellas. Aquí quedan unos cuantos capítulos para el final, vamos lento —muy lento— pero seguro.
Gracias por apoyarme en este viejo proyecto.
¡No olvides apoyarme con tu voto! Nos leemos en los comentarios^^
Cami...