Opuestos En Común. Nomin

By MyLostSoul98

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Jeno no era el alfa bueno que pretendía, Jaemin podía sentirlo. Había algo en sus ojos, cuando le miraba, que... More

Introducción
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31 (primera parte)
31 (segunda parte)
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Epílogo (Taeten)
MarkHyuck (Especial)
Nomin (Especial)
¡Aviso! Nueva historia ♥️

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By MyLostSoul98

El lunes por la mañana hizo su rutina normal siendo únicamente interrumpida por el interés un tanto desesperante de su madre por hablar de Jaehyun, cosa que trató de ignorar lo más posible. Estaba seguro de que, quiera o no, terminaría por volver a encontrarse de manera poco causal con el alfa. La idea no era del todo mala pues este le caía bien pero otro lado de él estaba en desacuerdo porque no quería seguir los caprichos de su madre.

Tratando de escapar de la incómoda situación no terminó su desayuno pues se levantó y corrió rumbo a su cuarto a buscar sus cosas. Ya en el auto se pudo sentir un poco más cómodo. Tenía miedo, no solo del hecho de que su madre evidentemente buscará comprometerle, sino de todo lo que aquello conllevaría. Una de sus manos fue a parar a su cuello, a la zona donde la marca del reclamo iría. Jaehyun era un buen alfa, pero si su madre los llegaba a comprometer, sabía que no sería feliz. El alfa amaba a alguien más y él, sinceramente, no sentía nada más que una atracción amistosa, no había algo que le dijera que si les obligaban, podría llegar a funcionar. Al menos no como una pareja. Sería triste si tuviera que vivir casado a un hombre que no le amaba, por más que fueran amigos.

Se bajó despidiéndose del señor Kim para luego entrar a la escuela. Aún era temprano por lo que no había casi alumnos, de hecho su salón estaba vacío cuando llegó. Se acostó sobre el pupitre para tratar de dormir unos segundos extras hasta que el ya conocido aroma a café llegó a sus fosas nasales. Quiso hacer un pequeño berrinche pero tan solo levantó su rostro viendo como Jeno entraba al salón acomodándose el cabello despeinado y la corbata mal puesta ¿Cómo era posible que hasta así se viera bien? Era realmente injusto para los pobres mortales como él.

— Parece que viniste corriendo. — Jeno pareció sobresaltarse al escucharlo, no lo notó al entrar por venir distraído. —

— Hubiera deseado que fuera así pero hoy quisieron traerme. — Bufó mientras se sentaba en su pupitre y terminaba de enderezar la corbata. Jaemin no pudo evitar observar sus manos. Le gustaban. —

El castaño tenía varias preguntas en su cabeza, encabezando con preguntarle sobre lo que había visto cuando se marchaba el sábado pero no encontraba la manera adecuada para hacerlo y es que ¿Cómo debía de preguntar? Se le había hecho tan extraño. Iba a cuestionarle sobre eso cuando nuevamente el fuerte aroma de este le golpeó. Lo potente de este le rebelaba que de hecho era un alfa fuerte a pesar de que aún era joven. Se preguntó si así había sido siempre e imaginó lo que debió de cambiar en él cuando se presentó. Eso llevó al pensamiento de cómo sería su propia presentación... tal vez no era la persona más adecuada pero quizás podría ayudarle con sus dudas.

— Jeno... ¿Cómo fue cuando te presentaste? — Le preguntó en voz baja, algo avergonzado. La presentación de alfas y omegas era algo realmente íntimo, eran momentos delicados por lo que preguntar sobre ello podría ser un poco invasivo. El nombrado le miró confundido con una ceja alzada.—

- Bueno, fue extraño. Tenía 13 años, me presente muy joven, la mayoría suelen hacerlo después de los 15. Estaba durmiendo en el sofá de mi casa cuando me desperté con calor, molesto y queriendo romperlo todo. — Se rió de forma extraña ante el recuerdo.—  Las personas pueden responder de distintas maneras al presentarse. Yo tuve algo similar a un ataque de ira. Mi madre junto a mi hermano me encerraron en uno de los cuartos por horas hasta que me calme. Luego llegó la parte del celo y los supresores hicieron lo suyo. Estaba tan confundido, ni siquiera me había cuestionado hasta ese momento ser un alfa o un celo. No tenía idea de lo que me pasaba al comienzo.— Se encogió de hombros.—

— ¿Tus padres estuvieron orgullosos de ti? ¿De qué fueras un alfa?

— Mi madre estaba feliz, sus dos hijos eran alfas.

—  ¿Y tu padre?— Nuevamente aquella sonrisa extraña adornó los labios de Jeno mientras miraba a algún punto indefinido.—

— Supongo que si hubiera tenido uno, habría estado orgulloso.

Jaemin calló su boca, creyendo que ya había hablado demasiado y que al hacerlo, metió la pata y en grande. Jeno era reservado en temas familiares, siempre esquivaba las preguntas sobre ello. Ahora entendía un poco la razón, su padre le había abandonado. Recordó al suyo, no era la misma situación. El pelinegro no lo conoció, parecía ser que este ni siquiera estuvo en su vida. Él tuvo un muy amoroso padre beta que murió hace un par de años atrás luego de luchar contra el cáncer. Podía recordarlo con cariño, el alfa ni lograba recordarlo.

No pudo volver a preguntar otra cosa debido a que uno de sus compañeros entró al salón, no quería que nadie más oyera la conversación que habían estado entablando por lo cual rápidamente cambió el tema comenzando una charla casual sobre uno de los problemas de matemáticas que se le dificultó. El alfa se rió diciendo que él no había entendido nada en absoluto, que era terrible en las mismas. Jaemin se ofreció a ayudarle si lo necesitaba pues, a pesar de sus dificultades eventuales, le iba bastante bien.

Minutos después llegaron Mark y Chenle siendo tan bulliciosos como lo eran siempre. La charla de ambos murió allí para luego seguirles la conversación entre risas por las bromas. El timbre sonó y Ren Jun llegó corriendo era tarde aunque logró llegar antes del profesor. Como todas las veces anteriores, las clases pasaron sin mucho que destacar, siendo tan aburridas como siempre. Incluso escuchó un pequeño ronquido a sus espaldas, se giró y vio a Jeno dormido con su rostro apoyado en una de sus manos. Sonriendo, le movió ligeramente para que pudiera despertarse. Lo hizo con un pequeño sobresalto que causo la risa del menor y terminó con una llamada de atención por parte de su profesor.

Cuando el timbre finalmente sonó indicando el receso, un suspiró de alivio salió de los labios de todos los alumnos. Mark, RenJun y Chenle se levantaron para salir a tomar algo de aire. Jaemin iba a hacer lo mismo pero sintió como Jeno le tomaba por su muñeca evitando que lo hiciera. Le hizo un pequeño gesto para que se quedara a lo que asintió, les dijo a los otros tres que ya les alcanzarían después. Esperaron a que todos en el salón salieran antes de volver a hablar.

— Es normal que tengas muchas dudas sobre lo que va a pasar Jaemin pero la presentación de un alfa no va a ser igual a la que tú vas a tener como omega. No creo ser la persona adecuada para responder tus preguntas. — El más joven tan sólo miró sus manos que estaban sobre el pupitre algo avergonzado.—

— Ya lo sé... he investigado mucho sobre ello, tal vez demasiado. Estoy asustado de todo, del celo, de lo que conlleva. De tener que ser marcado algún día. — Jaemin llevó una mano hasta su cuello.— ¿Has visto alguna vez a un omega en celo?

— Bueno, sí. He visto varios de hecho. — El alfa parecía repentinamente incomodo ante la pregunta.—

— Y has bueno... ya sabes, con su celo. — Jeno le miró con las cejas levantadas antes de sonreír suavemente.—

— ¿De verdad me estas preguntando eso? — Se rió divertido a lo que el menor sólo pudo sonrojarse, tal vez estaba metiéndose demasiado en la vida personal de este. —

— Lo lamento... creo que estoy yendo demasiado lejos.

— No te preocupes, entiendo. Estas nervioso y deduzco que no tienes muchas más personas a quienes preguntárselo. — Le sonrió al castaño mientras sujetaba una de sus manos apretándosela ligeramente en un signo de apoyo.— No hay nada sobre lo que angustiarte en realidad, solo tendrás que ser cuidadoso. Aún no sabes cuándo te presentaras, deberías de cargar con un par de supresores en los bolsillos. Puedo sentir tu aroma, tenue pero está allí. Eso quiere decir que no falta mucho. Las cosas no tienen por qué ser malas Jaemin, el celo se controla, el aroma si te molesta también, la vida no tiene por qué cambiar. No tiene que girar todo en torno a que seas omega. Las cosas solo cambiaran si tú lo permites.

— ¿Las cosas cambiaron para ti cuando te presentaste? —El alfa apretó los labios en una fina línea.—

— Cambiaron porque yo permití que lo hicieran.

Jeno se levantó y salió del salón en silencio, Jaemin se quedó mirando el lugar por donde este se había marchado. Mordió su labio inferior, parecía que siempre lograba arruinar las cosas cuando hablaba con el alfa pero es que no podía llegar a entenderlo. Era extraño, a veces se comportaba de manera dulce, otras veces era cerrado y otras veces simplemente era ilegible.

Todos volvieron cuando la campana anunció que las clases continuaban. No volvió a hablar con sus amigos, se mantenía callado pensando en lo que Jeno le dijo. Aún no había comprado ningún supresor ni nada que le ayudara con su celo. Había visto en algunas páginas que algunos omegas tenían... juguetes, que les ayudaban a pasar esos días pero ante la sola idea de tener algo así se sentía tan avergonzado que podía morir. Otros omegas tenían alfas o betas que les ayudaban pero eso le resultaba aún más vergonzoso, el tener que pedirle a alguien. Aunque su madre jamás le permitiría algo como eso, si llegara a sentir el aroma de un alfa sobre él jamás le volvería a dejar salir de su casa, ni siquiera para la escuela.

A la hora de la salida, se despidió de todos y subió al auto indicándole a su chófer que le llevara al centro comercial, quería comprar unas cosas. Le pidió que no se marchara pero que tampoco le acompañara, quería hacer eso solo y apenas le tomaría un par de minutos. El señor Kim aceptó por lo que estacionó y se quedó en el auto.

Jaemin salió y avanzó por todo el centro comercial, quería ir a la farmacia. En cuanto estuvo frente al enorme local, se quedó allí mirando, parado en la puerta no decidiéndose a entrar hasta que una mano se posó sobre su hombro, haciéndole sobresaltar.

— ¿Qué estás haciendo aquí pequeño? — La voz de Ten llego a sus oídos, sintió sus mejillas enrojecerse al máximo.—

— Yo... necesitaba de comprar algo.

Le miró unos segundos con duda antes de que una idea pasara por su cabeza. Ten era un omega, hace años, él podía ayudarle. Avergonzado, le explicó la razón por la que se encontraba en aquel sitio. El tailandés se sorprendió al comienzo pero le sonrió de manera cálida asintiendo con calma. Él sabía de su condición, pero por respeto le prometió que nunca diría nada, después de todo era algo que él mismo debía de decirles a sus amigos.

Entraron juntos a la farmacia, Jaemin con la mirada hacia abajo y Ten sonriendo como si no sucediera nada. Estaba acostumbrado, lo suponía. Se preguntó si algún día estaría tan confiado como él lo estaba. Le llevó a la parte de los supresores y mostró cuales eran los mejores del mercado. Casi se desmaya al ver los precios, eran realmente costosos. El tailandés comentó que esos eran los que él usaba, anulaban casi por completo los síntomas del celo y ocultaba completamente el olor. Mas igualmente debía de tener cuidado de que ningún alfa le tocara demasiado pues su cuerpo seguía reaccionando.

Una parte de él se preguntó cómo es que su amigo se los costeaba, pues no tenía un trabajo estable y sabía que sus padres le enviaban dinero pero no demasiado, por ello constantemente estaba en busca de un trabajo. Le observó con algunas dudas en su mente, dudas que no expresó en voz alta porque puede que estuvieran fuera de lugar.

Una vez que tuvieron unas tres cajas de supresores, Ten caminó a otra zona mientras tenía una sonrisa ligeramente suspicaz en su rostro. Tomó una botella y la puso en las manos del más joven quien no entendía para qué era eso hasta que revisó la etiqueta. Sintió como la sangre viajaba toda hacia su rostro haciéndole sonrojar de manera violenta, hasta sus orejas estaban ardiendo. Era una botella de lubricante.

— Seguramente en tu presentación no lo necesites... pero nunca esta demás tener una por las dudas. Ya sabes, por si se te ocurre jugar un poco fuera de tu época de celo.

La estruendosa risa del mayor se escuchó por todo el lugar mientras el castaño tan solo tapaba su rostro con sus manos sintiéndose morir de vergüenza en ese momento. Diablos, quería morir, que la tierra se lo tragara. Iba a dejar la pequeña botella donde estaba pero el otro no se lo permitió, obligando a que se la llevara consigo hasta la caja.

Jaemin mantenía su vista en el suelo, completamente apenado. Diablos, que ya tenía 18 años, no tendría por qué ser de esa manera con esos temas. Era algo normal después de todo, pero no podía quitarse de encima toda la vergüenza que sentía.

— Lo lamento, este chico algo pudoroso aún. Ya sabe, siempre ha sido el niño mimado y cuidado por sus padres.

Le excusó Ten cuando él no pudo ni hablar con la cajera. También le había pedido un par de condones para luego susurrarle al oído "Mejor te llevas unos cuantos, por las dudas. No quiero que me salgas con embarazos inesperados luego". En su interior, Jaemin estaba llorando de la pena. Se preguntaba si algún día sería capaz de hacer todo aquello solo, sin creer que moriría en el intento.

Una vez que salieron del lugar, Ten puso un brazo sobre sus hombros y le despeinó los cabellos sonriendo.

— Sé que estas apenado Jae pero no hay porqué. Es algo normal. No eres ni el primero ni el último que irá a comprar esas cosas. Nadie va a juzgarte, hay omegas mucho más jóvenes que tú haciéndolo. Entiendo que estes nervioso, tienes miedo pero no hay nada que temer.

Salieron del lugar hasta donde el señor Kim le esperaba, Jaemin invitó al mayor a ir con ellos y almorzar en su casa a lo que este aceptó gustoso. Ten siempre parecía estar feliz con ir a su hogar, lo que le hacia sonreír también. En el camino y durante el almuerzo, hablaron de temas triviales pero luego el tailandés le dijo que subieran a su cuarto. Jaemin le miró extrañado pero la mirada en sus ojos no le dejo negarse.

— Bien, mira, esto va a ser complicado para ambos... pero prefiero hacerlo yo antes de que vayas a seguir investigando por internet donde pueden decirte cualquier tontería.

Y así fue como empezó una gran charla sobre educación sexual, Jaemin nunca había estado tan apenado pero también agradecido. No podía hablar con su madre de esas cosas, no conocía a otro omega que fuera así de cercano y si lo hubiera tenido, tampoco se hubiera animado a empezar una charla como esa. Ten fue muy amable, explicándole todo lo que podía y respondiendo a cada una de sus dudas por más tontas o vergonzosas que fueran.

Se marchó casi cuatro horas después, dejando a un Jaemin con un montón de ideas nuevas y mirando hacia el techo. También con algunas dudas, como en por qué había pensado en cierto alfa en más de una ocasión mientras Ten hablaba.

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