Yoongi ingreso a su casa y vio la luz de la sala extrañamente apagada.
Sabía que Hoseok no iba a estar hoy por un motivo del trabajo pero el hecho de que Jimin no se encontrará allí con la televisión encendida y dos tazones de cereales preparados le pareció algo raro.
—¿Jimin?
Dejo su morral sobre el sofá mientras caminaba lentamente hasta la puerta de la cocina. Ahí estaba el tazón celeste de lunares rosa que Jimin había comprado para él. Lo tomo en sus manos y con una sonrisa camino hasta la habitación de ambos.
La única fuente de luz era la de la computadora.
Apretó la tecla y vio a Jimin acostado boca abajo con su cabeza apoyada en el teclado de la Notebook con los ojos cerrados.
Río y se acercó lentamente.
"Como tener lo que tiene cabeza de flama."
Era lo que decía en el buscador de Google.
Dejo el tazón a un lado y movió lentamente el cuerpo de su menor mientras esté provocaba sonidos de su boca.
—¿Hyung?– se sobo los ojos mientras se aferraba a su cuerpo.
—Te quedaste dormido con la computadora aquí Minnie.
—Oh, lo siento no me di cuenta. Ahora la llevo a su lugar.
—Olvidalo.
Yoongi tomo a Jimin de la cintura, se quitó los zapatos y sin prestarle atención a su uniforme se acostó con Jimin en la cama.
—¡Espera Hyung!– exclamó el menor y sacó la computadora de la cama.
—¡A dormir!– dijo en forma de cántico Yoongi provocándole una risa a el pequeño quien se acostó en su pecho.
Aunque una duda surgió en la mente de el pelinegro antes de cerrar sus ojos.
¿Por qué Jimin quería tener lo que Hoseok tenía?
Gracias a todas esas personitas que pusieron esta historia en sus listas de lectura, en verdad los amo.
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