La cita - Jori

By Luna_22_96

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En un día común y corriente en hollywood arts, un grupo en especial se preparaba para una clase con él maestr... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítuo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40

Capítulo 35

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By Luna_22_96

A ver... Lo dicho; no escribo smut.

Escribirlo me cuesta mucho. Por lo general evito toda escena "hot" ya que para mí lo importante es la historia.

Así que aquí está el intento. Disfrútenlo porque me costó la vida aunque no sea smut realmente

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FlashBack

Tori's POV 

Se cumplen seis meses del extraño día en el que Jade me pidió que fuera su novia. Nunca olvidaré la forma tan poco sutil que utilizó para pedirlo. 

Ni siquiera puedo creer que haya aceptado en esas condiciones... Pero qué puedo decir, esa loca, amargada, gruñona e impulsiva simplemente me encanta. 

 Y hablando de la bruja sexy del cuento... 

- Buenos di... - 

- Biblioteca, ahora - Me interrumpió pasando de largo. 

Sostenía una bolsa negra aparentemente de regalo contra su pecho. 

- Vaya, eso si que es una manera dulce de recibirte - Dijo Trina con sarcasmo. - No termino de entender por qué prefieres a esa amargada antes que al bombón de Beck - 

- En primera... El asunto de Beck ya quedó atrás - Por suerte - Y en segunda... No, no lo entenderías y, prefiero que nadie lo entienda porque entonces tendría que vivir cuidando que otros no se cerquen a ella - 

- ¿Quién se acercaría? - Se burló Trina - La chica da miedo apenas te voltea a ver - 

- Exacto... Por mí está perfecto que se mantenga así - Dije con felicidad. - Ahora, si me disculpas, tengo que ir a saludarla y desearle un feliz mesiversario - 

- Mesiver... ¿Qué? - 

- Cumplimos seis meses... - Expliqué - Lo llamamos "mesiversario" porque no es un año completo... Es complicado, lo decidimos la semana pasada - Recordé con gracia la discusión que habíamos tenido al respecto. 

- Mírate nada más... Estás tan estúpidamente feliz - Dijo Trina con el tono de una madre orgullosa - Que asco, pero me alegra que haya alguien especial en tu vida. Aunque sea la persona más antipática y creepy de esta escuela - 

- Pues... ¿Gracias? - 

- Debe ser muy buen en... - 

- Trina... - La interrumpí sabiendo exactamente a dónde iba. Llevaba días intentando saber si ya habían pasado cosas entre nosotras. 

- ¡Quiero saber! - Se quejó con tono de berrinche. - Sólo contesta la pregunta; ¿Ustedes ya..? - 

Suspiré profundamente con resignación. Supongo que no pasaba nada si contestaba, a fin de cuentas la respuesta era negativa y, aunque hubiera querido que no fuera de esa manera, al menos no tenía que dar más explicaciones al respecto. 

- No - Dije en voz baja y mirando hacia otro lado. 

Mi hermana comenzó a reír como si le hubiera contado un chiste, lo cuál hizo que la respuesta pareciera aún más desgraciada de lo que ya era. 

- ¿Que diablos es tan gracioso? - Pregunté irritada. 

- Tu cara hermanita - Siguió riendo - Expresaste toda tu frustración en un gesto - 

- No sé de que hablas... - Desvié la mirada y suspiré con cansancio - Me voy, ya no quiero seguir escuchando tus burlas - 

- Salúdame a la cuñada, dile que es más lenta que Cat comprendiendo las matemáticas - Dijo al tiempo que me alejaba. 

Negué para mí misma. 

En el fondo, o tal vez no tan en el fondo... De hecho muy en la superficie Trina tenía un poco de razón.  

Habían pasado seis meses y por una u otra razón, no había ocurrido lo que tenía que ocurrir. 

Estaba ligeramente harta de eso.

- Hola - Me recibió Jade con una sonrisa cuando entré a la estancia privada que tenía la biblioteca. 

Era interesante lo que un letrero de "Área fuera de servicio" podía lograr. 

- ¿Buenos días ahora si? - Pregunté con gracia. 

- Por supuesto - Dijo ella acercándose para besarme. 

- Feliz mesiversario - Dije cuando nos separamos.

- Feliz mesiversario - respondió ella - De hecho... - Tomó mi mano y me hizo caminar hasta el sofá que había en la pequeña sala. - Mi saludo fue tan orgánico porque no quería que nadie viera esto y comenzara a preguntar - Estiró la bolsa que noté desde antes. 

- ¿Para mí? - Pregunté con emoción. 

- No idiota... Para Trina seguramente -  Dijo con sarcasmo. 

- Por cierto, te manda saludos - Recordé omitiendo la parte de Cat y las matemáticas.  

- Ah, que asco - Dijo ella con desagrado. 

Negué sonriendo y me dispuse a abrir el obsequio. 

- Jade... - Dije conmovida cuando saqué de la bolsa el objeto en cuestión- Es hermoso - 

Era un micrófono de peluche con la frase "Make it shine". 

¡Mi frase!

- ¿Te gusta? - Preguntó ella sonriendo. 

- ¡Lo amo! - Abracé el objeto y dejé un beso sobre la mejilla de mi novia. - ¿Te han dicho que eres muy cursi? - 

- No - Dijo ella sin expresión - Porque morirían al pronunciarlo - 

- ¿Significa que moriré? - Pregunté con tono inocente. 

- Así es - Me arrebató el micrófono de las manos para tomar mi cintura con una  y mi cabello con la otra - ¿Me temes? - Preguntó clavando su verde mirada en la mía. 

- No - Dije apenas mientras mi corazón comenzaba a acelerarse. Su cercanía y la rudeza que estaba utilizando me alteraba y, ella sabía perfectamente que yo amaba eso. 

- Ni aunque pudiera... - Tiró levemente de mi cabello para dejar expuesto mi cuello - Abrir tu yugular... - Besó levemente la zona. 

- Sé que podrías hacer muchas otras cosas que me matarían más que eso - Dije poniendo mis manos sobre sus hombros. 

- ¿Cómo qué? - Volvió a mirarme con profundidad, veía deseo mezclado con el color verde. Lo veía siempre, pero por alguna razón ella lo reprimía todo el tiempo.  

Era demasiado para mí. Las posibles escenas que atravesaban por mi imaginación en ese momento me estaban matando. 

No respondí, simplemente atrapé sus labios entre los míos y comenzamos con la típica batalla por tener el control. 

Su mano derecha se aferraba a mi cuello mientras la izquierda se colaba debajo de mi blusa, recorriendo mi abdomen con la yema de sus dedos. 

Mi respiración salía en pausas mientras buscaba acomodarme sobre ella en el sofá, por supuesto que no lo permitió y terminé debajo, pero no importaba mucho mientras siguiera mordiendo mi cuello de la manera en la que lo hacía. 

Una de sus piernas estaba perfectamente situada entre las mías y, en un movimiento inesperado presionó un punto que no esperaba me hiciera sentir como si una corriente eléctrica recorriera todo mi cuerpo. 

-¿Y eso? - Exhaló sobre mis labios con sorpresa al escuchar un leve gemido escapar de ellos. 

- Tu pierna... -  Expliqué. 

- Oh... Lo siento -  Se disculpó mirando hacia abajo con una sonrisa cínica. - ¿Hice algo así? - Volvió a hacerlo, me quedó claro que era más que a propósito. 

Exhalé mirando a sus ojos que estaban a punto de consumirse en fuego. 

Volvió a besarme con energía mientras su mano seguía subiendo por mi abdomen. No era la primera vez que vagaba por esos rumbos, de hecho no era la primera vez que todo esto sucedía. 

Siempre sucedía. 

Pero nunca concluía. 

- Jade... Por favor... - Estaba a punto de pronunciar las palabras más patéticamente suplicantes, cuando el estúpido timbre interrumpió. 

- Maldición - Se quejó dejando caer su peso sobre mí con derrota. 

Como si realmente fuera a pasar. De no ser el timbre, seguro habría encontrado cualquier otra excusa para detenerse y dejarme ahí, a punto de morir. 

- Saltemos la primera clase... - Escupí mi idea casi con desespero. 

- ¿Tori Vega proponiendo faltar a una clase? - Dijo ella con burla mientras se levantaba para acomodarse un poco  el cabello y demás cosas fuera de su lugar. 

Juro que quiero asesinarla en este momento. 

No dije más. 

De todos modos no era precisamente lo más adecuado hacerlo por primera vez en la sala de la biblioteca, pero al menos no era el armario del conserje. 

Y, de cualquier forma, de hoy no pasa. 

- Oye... - Me puse de pie, acercándome para acomodar su chaqueta - No eres la única que tiene un obsequio - 

- Quedamos en que no obsequios - Se quejó. 

- Si, y  tú rompiste la regla... - 

- Yo amo romper las reglas - Sonrió con satisfacción.

 - Ve a mi casa por la tarde; lleva un bonito atuendo y el estómago vacío - 

- ¿Cocinarás para mí Vega? - Preguntó con sorpresa e interés. 

- Ya lo averiguarás... - Puse mi dedo índice sobre su nariz y ella intentó darle una mordida haciéndome reír. 

Si tuviera que darle un título a las horas que pasé en la escuela después de ese momento con Jade sería "Dispersión". 

Cuando llegó la tarde, me esforcé en preparar una cena decente para mi chica de ojos verdes. También me aseguré que mamá y papá se fueran al menos hasta el día siguiente pagando una especie de estancia en un Spa y logré que Trina regresara tarde ese día pasándole una invitación VIP para un evento al que no tenía mucho interés en ir. 

Mi celular comenzó a vibrar mientras me estaba preparando. No había terminado de presionar el botón para atenderlo cuando Trina ya me estaba gritando. 

- ¡Tori Vega te vas a arrepentir! - 

- ¿Cómo va todo? - Pregunté inocente. 

- ¿¡Me puedes explicar por qué diablos apareció aquí Singin y no un guapo chico de tu clase de arte visual como prometiste!? - 

- Singin está en mi clase de arte visual - 

Puede que la engañara un poco diciendo que le había conseguido una increíble pareja para el evento. 

- Te odio tanto - Dijo entre dientes. 

- Diviértete hermanita - Colgué antes de que pudiera seguir insultándome. 

El timbre se dejó escuchar al tiempo que terminaba de arreglar mi cabello. Decidí ondularlo ligeramente para un aspecto un poco diferente, esperaba que a Jade le gustara tanto como le gustaba mi cabello lacio. 

Miré de reojo mi figura en el espejo; un vestido casual entallado en la cintura, pero con un poco de vuelo para verme con estilo y estar cómoda al mismo tiempo. 

Suspiré para deshacerme de los nervios que, definitivamente, habían estado presentes toda la tarde. 

Cuando abrí la puerta, ninguna de las dos dijo nada por al menos quince segundos hasta que nuestras miradas se encontraron en el camino de escanearnos detalladamente. 

- Hola - Saludé por fin. 

- Estas hermosa - Dijo y, por su expresión, supe que no era lo primero que quería decir, pero fue lo que escapó - Hola - 

Reí. 

- Gracias, tú también lo estás - hice un gesto para que entrara. 

- Y bien... - Dejó su bolso en el sofá - Un bonito vestido - Recalcó su atuendo con las manos - Y... un estomago vacío - 

- Que obediente - Sonreí - El rojo te queda increíble - 

- Lo se - Asintió - El verde no te va mal - Miró una vez más desde mi cabeza hasta mis pies. - Y el detalle de no traer zapatos es muy... ¿Encantador?  -

¡Maldición!  

Cerré los ojos con fuerza al darme cuenta que, por la prisa de bajar a recibirla, había olvidado ponerme zapatos. 

- Es... Un nueva tendencia - Inventé. 

- Si claro... - Se burló. 

- Dame un segundo - Corrí escaleras arriba y me coloqué los dichosos zapatos lo más pronto que pude al tiempo que me repetía la palabra "idiota" para mí misma. 

Intenté correr escaleras abajo, pero con el ligero tacón ya era más complicado, así que disminuí la velocidad en los últimos escalones. 

- ¿En qué estábamos? - Intenté salvar mi torpe entrada recargándome en el barandal de la escalera, lo cuál sólo hizo que Jade se riera. 

- Ibas a alimentarme... -  Dio un vistazo a la cocina.

Creo que se tomó muy en serio lo de traer el estómago vacío.

- Si, pero antes... - Tomé su mano y fue mi turno de guiarla al sofá. - El gusto por romper reglas es contagioso - Dije sacando la caja de detrás de un cojín.

Ella intercaló miradas entre el obsequio y yo, con una mezcla de sorpresa y reproche por haber ignorado su constante insistencia de que no le regalara nada.

- Deja de mirarme así, se que lo amarás - Puse la caja sobre sus blancas piernas que resaltaban perfecto con ese vestido.

- Te odio... - Dijo ella mientras comenzaba rasgar el papel. - ¡No! - Exclamó un grito ahogado cuando lo vio - ¡Te adoro tanto! - Se llevó las manos al rostro.

- Lo sé... - Sonreí triunfante.

- De verdad es... -

- Una de las replicas que usó Johnny Depp en la película el joven manos de tijera - Confirmé con emoción.

- Pero... Pero... Hicieron muy pocas - Contemplaba con asombro la caja de vidrio, delineando el contorno del objeto dentro de ella.

- Pues ahora tienes una en tu colección - Le dije sonriente y por fin me miró con una sonrisa igual.

Yo amaba esa sonrisa, en especial porque era difícil de conseguir. Y era sólo para mí.

- Ahora la cena... - Señalé la cocina.

- De acuerdo - No tuve que decirle dos veces para cuando ya estaba llegando a la mesa.

- Puedes dejar eso en el sofá si quie...-

- No las soltaré en lo que resta de mi vida - Dijo abrazando la caja cual niña pequeña.

- Claro...- Rodé los ojos sonriendo.

Comienzo a cuestionarme qué tan adecuado es regalarle un artefacto afilado a una psicópata en potencia.

- ¿No le quieres proponer matrimonio de paso? - Pregunté mientras me encargaba de servir los platos.

O... Dormir con ellas antes que conmigo. 

- Esa es una gran idea... Imagina los titulares de la noticia -  Dijo divertida. 

- Si, divertido - Dijo con una media sonrisa colocando los platos ya servidos sobre la mesa. 

- ¡Dios! Te juro que quisiera besarte mucho en este momento - Dijo mirando la comida con tanta ansia. 

Yo también Jade. Entre otras cosas. 

- Pues... Provecho - Le di un rápido beso en los labios y me senté frente a ella. 

Estuvimos comiendo y hablando por al menos una hora. Después de seis meses seguíamos teniendo, extrañamente, una increíble conexión a la hora de sacar temas de conversación. 

En algún punto intentó hablarme de Hastings y el proyecto que tenían en mente, algo así como comenzar con su propia casa productora cuando ésta terminara de grabar la película y comenzara a recibir las ganancias apropiadas. 

No es que me molestara la idea, de hecho sonaba muy bien... Pero el producto "Hastings" no era de mi agrado en esta ecuación. 

Luego de la cena, pasamos al sofá para relajarnos un poco y digerir dos platos de Espagueti cada una, acompañados de algunas copas de vino y para finalizar medio Pay de limón que también había preparado yo. 

- No cocinas tan del asco - Dijo ella deshaciéndose de sus zapatos para estirar sus piernas sobre mí. 

- Gracias - Dije con sarcasmo, acomodando un poco mejor sus piernas sobre las mías para quedar más cerca de su rostro. 

- Es broma, me encantó - Me sonrió - Aunque creo que podría morir ahora... - Se llevó una mano al estómago en señal de saciedad extrema. 

- Me alegra que te gustara - Le sonreí y comencé a hacer círculos sobre sus piernas expuestas mientras ella contemplaba el movimiento con expresión tranquila. 

- Entonces... No me dijiste concrétamente qué opinas de la idea de Alice - Habló. 

- Es buena idea - Alcé los hombros sin mirarla. 

- ¿Buena idea? - Preguntó con una sonrisa burlona- ¿Y ya? - 

- Tú sabes lo que opino de esa chica... - Continuaba jugando con sus piernas. 

- Estas celosa... Irracionalmente - Continuaba hablando con cierto tono divertido. 

 - ¿Irracionalmente? - Pregunté con la mirada perdida en el pálido tono de su piel - Se cuanto desea ella tenerte justo como yo en este momento - Mi mano se acercó al límite de su vestido y luego retrocedió. 

Comenzaba a tener una idea. 

- ¿Y cómo sería eso? - Preguntó re acomodándose un poco mientras volvía a clavar su mirada en los movimientos de mi mano por su pierna. 

La tengo... Acaba de captar lo que estoy intentando. 

- En mi casa, satisfecha después de una buena cena, un poco alegre por el vino... - De nuevo hacia su vestido, esta vez crucé la línea unos centímetros más. - Con la posibilidad de extender toda mi mano y...  - Dije al tiempo que apretaba su muslo. 

Mi mano estaba completamente bajo la tela del vestido y, aunque no había llegado a la zona de riesgo, el simple gesto causó que sus labios se abrieran sin poder pronunciar palabra. 

- A puesto a que a ella le encantaría... - Mi palma volvió a  retroceder, totalmente extendida sobre su piel, acerqué mi rostro al de ella - Hacer esto... - La besé suave, pero me aseguré de dejar una pequeña mordida al final. 

Si esto no funciona, me aviento del segundo piso, lo juro. 

- ¿Qué estás haciendo? - Preguntó con una sonrisa nerviosa, intentaba parecer calmada pero sus pupilas levemente dilatadas la estaban traicionando.

- ¿Yo? - Pregunté inocente - No se de qué hablas... - Mi mano había pasado todos los límites, prácticamente estaba al ras con su abdomen.  Ella miró en dirección a esto y yo seguí su mirada - Oh... Esto... Lo siento - Fingí darme cuenta apenas. 

Y fue suficiente para comenzar la batalla de siempre; besos agitados, respiraciones aceleradas, nuestras manos inquietas y esa manía que tenía ella por apropiarse del control, dejándome limitada en movimientos. 

No me molestaría de no ser porque ese gusto por el control que la vuelve tan sexy a mi vista, todo el tiempo termina en... Nada. 

- ¡Dios mío- Eché mi cabeza ligeramente hacia atrás cuando su mano tocó la parte interna de mis muslos. 

- Me encanta cómo te ves esta noche - Aplicaba mi propia técnica de apretar mi muslo mientras me hablaba. 

Juro que estaba ardiendo en ese preciso momento. 

- Espera, espera... - La empujé un poco de sobre mí para que me dejara incorporarme - ¿Te importaría continuar esto arriba? - 

Su expresión de confusión por haberla detenido se disipó y simplemente asintió poniéndose de pie. 

La tomé de la mano para guiarla, obvio ella conocía el camino, pero no quería dejar de sentir su tacto.

Pegó su cuerpo a mi espalda e hizo a un lado mi cabello para atacar directamente mi cuello mientras me rodeaba por la cintura, antes de si quiera poder abrir la puerta de la habitación. 

- Tu cabello ondulado te hace ver muy preciosa- Dijo con su aliento chocando sobre mi erizada piel. 

Era tan lindo escucharla decir ese tipo de cosas en medio del incendio que estábamos provocando. Era como la mezcla perfecta de pasión y ternura que jamás esperé experimentar con alguien como ella. 

Terminamos por entrar a la habitación e inmediatamente me giré para encararla y continuar besándola. Su mano se deslizó desde mi espalda baja en dirección a mi nuca, hasta encontrar  el cierre del vestido y luego regresó por el mismo camino con éste entre sus dedos. 

Tomó unos segundos para observarme de arriba a abajo mientras la escuchaba pasar saliva. No puedo decir que no me sentía un poco expuesta, pero limitadas veces mostraba esa mirada tan intensa, así que eso me tranquilizaba pues al menos sabía que le estaba gustando  lo que veía. 

- Yo sé que siempre hago bromas respecto a tu complexión, pero créeme... Eres perfecta - Dijo con tono grave. 

No pude evitar sonreír y sonrojarme. 

- Tu también me gustas en niveles inimaginables - Me acerqué para continuar antes de que tuviera oportunidad de retractarse. 

Fue mi turno de deshacerme de su bonito vestido para quedar en igualdad y entonces caminamos sin mucha atención  hasta mi cama, dejando caer todo nuestro peso combinado. 

Sus dedos volvían a pasear por mi abdomen, delineando un poco el contorno de mi sujetador hasta que su mano entera apretó uno de mis pechos sin inhibición. No lo esperaba, pero era jodidamente bueno. 

- Maldita sea... - De nuevo su pierna entre las mías, esta vez más firme y con toda la intención de ponerme peor de lo que ya estaba. 

- ¿Te gusta? - Preguntó ella atenta a cada uno de mis gestos. 

- No...- Conseguí contestar para molestarla un poco, mis manos se aferraban a los costados de su hombros. 

Casi como castigo, presionó con más fuerza haciendo que escapara de mi una remarcada exhalación. 

- ¿No? - Preguntó divertida y yo sólo apreté mis labios y cerré los ojos. 

Dios... No puedo estar tan cerca con tan sólo eso. Que vergüenza. 

Afortunada o desafortunadamente, comenzó a disminuir el ritmo tanto de su rodilla entre mis piernas como el de su mano jugando sobre mi sujetador, hasta que ya no era ninguna de esas dos cosas, si no sólo ella dejando tiernos besos sobre mi pecho hasta llegar a mis labios. 

Ahí estaba, intentando una retirada como era su costumbre. 

Dejó de besarme para mirar directo a mis ojos. 

- No... - Le dije en respuesta a su media sonrisa. 

- ¿No? - Preguntó confundida - ¿No qu...? - 

- No me vas a dejar así... Otra vez - Me quejé . Sus ojos se agrandaron con sorpresa, intentaba procesar mis palabras. 

- ¿Tú quieres...? - Preguntó con duda. 

- ¿Tú no? - Intenté incorporarme para que dejara de sostener todo su peso con tal de no dejarlo caer sobre mí. Ella se hizo a un lado comprendiendo mi intención. 

- No hay cosa que deseé más que tenerte de esa manera, pero... - 

- No parece... - Me adelanté y ella me miró al instante con una ceja alzada - Cada vez que estamos mínimamente cerca, buscas cómo evitar que suceda - 

Frunció las cejas y luego paseó su mirada con lentitud sin enfocar nada. Hasta que sonrió negando. 

- Dios... Debo verme como una idiota ¿No es cierto? - Preguntó con una mano masajeando su frente. 

- Supongo que más idiota me veo yo intentando que ocurra - Me miró de nuevo. 

- Todo este tiempo, Tori... - Se acomodó frente a mí - Todo este tiempo lo he evitado porque pensé que no estabas lista - Explicó - Te dije que te protegería de todo y eso me incluye - 

Siento mi corazón derretirse. Casi puedo perdonarle que me ha dejado con las ganas por tanto tiempo. 

- ¿Y nunca se te ocurrió preguntar? - Dije casi con burla. 

- No quería que pensaras que eso era lo único que me importaba... - Respondió. 

Ok, la perdono por no no haber sido una completa idiota de las que buscan sexo en la primera semana y luego pierden el interés sentimental en la relación. 

- ¿Quién lo diría de ti? - Pregunté con ternura - Eres tan sensible... - Acaricié su mejilla. 

- Y tan lenta para captar tus indirectas... - Dijo ella rodando los ojos. 

- Un poco - Me burlé y un silencio de algunos segundos se hizo presente. 

- Entonces... ¿Estas segura? - Comenzó a acercarse de nuevo, haciéndome levantar para quedar ambas de rodillas sobre la cama. 

- Si... ¿Tú? - Sus dedos comenzaron a trazar figuras en mi abdomen. 

- No lo sé... - Dijo y yo me limité a mirarla - Digo, muero por ello... Pero no se si voy a estar a la altura... - 

- ¿A la altura de qué? - Reí - No hay un punto de comparación ¿Recuerdas? - 

- Precisamente... Tú... nunca... - Me seguía haciendo gracia el conflicto que tenía con el tema - ¿Nunca lo intentaste?¿Hasta dónde llegaste con tus... Ex novios? -

- ¿Nunca lo intenté...? - Repasé la pregunta al tiempo que pensaba, de nuevo tenía toda su atención - No como tal... - 

- Entonces... - 

- Sólo conocí a profundidad a uno de ellos... Pero no pasó, él nunca estuvo... Ya sabes "dentro" - Su cara de rechazo me causaba gracia. 

- No sé para que pregunto... - Dijo entre dientes - No soporto la idea - 

Tomé su mano para tranquilizarla, si hablábamos de no soportar algo... Yo ni siquiera podía pensar en que ella y Beck... 

¡Me desquiciaba!

Así que la entendía perfectamente, pero si nos íbamos a comparar la experiencia en el pasado, era injusto. 

- Bueno y... ¿Conoces tu cuerpo? - Preguntó - Ya sabes... ¿Tienes tus propios "momentos"? - 

- No - Respondí con una risa nerviosa. 

- Dime que haz tenido un orgasmo alguna vez... - Dijo ella con incredulidad. 

- Pues... ¿En sueños tal vez? - 

- Tori Vega... ¿De qué planeta vienes? - Se burló aún con incredulidad. - Para todo lo que haces conmigo creí que eras un poco más... Atrevida - 

- ¿Vas a juzgarme toda la noche? - Pregunté. 

- No, no... Sólo quería saber que tanto... conocías de todo esto - Se mordió el labio con inseguridad mirando al costado. 

- ¿Por qué estás tan ansiosa? - Resalté - Se supone que yo soy la que no tiene experiencia alguna - 

- Técnicamente yo tampoco... - Alzó los hombros - Sólo con quien ya sabemos, pero es distinto porque es un chico así que... - 

Ahí está, la punzada dentro de mi corazón al imaginarlo. 

- Sería igual de especial para ambas - Agregó haciéndome mirarla mientras me daba una media sonrisa. 

Asentí devolviendo el gesto y luego hubo unos segundos de silencio en los que ambas mirábamos al rededor, entre nosotras y luego al rededor otra vez hasta que reímos por lo absurdo de no saber cómo continuar. 

- Ok, ok... - Dijo ella - Entonces ¿Quieres esto? - 

- ¡Que si! - Volteé la mirada hacia arriba. ¿Cuantas confirmaciones necesitaba? 

- Ya, ya... Entendí - Dijo ella con una sonrisa mientras me acercaba por la cintura y comenzaba a besarme de nuevo. 

---- 

- Eres... Tan... Especial en mi vida - Dijo entre cada exhalación. Habría contestado de no ser por que de mí no salían palabras si no leves gemidos. 

Y no imagino una forma más linda de compartir un primer climax que esa. 

Fin del FlashBack 

Jade

¿Sigues ahí?

Di un vistazo rápido a la pantalla mientras continuaba con mi trabajo recordando las escenas de nuestra primera vez.

Y una que otra de las demás veces... 

Tori 

Eres tan especial en mi vida. 

Jade 

Sabes bien que esa frase la usamos cuando... 

Tori 

...

Jade

Cómo volver loca a tu novia con sólo tres puntos suspensivos. 

Sonreí bloqueando de nuevo la pantalla y terminé con lo mío. 

----- 


En verdad... Me costó la vida, pero me agradó y espero que a ustedes también. Yo sé que no es tan específico como otros fics, pero ese es mi estilo chic@s, doy más importancia a lo sentimental que a lo físico. 

En fin, espero que les haya gustado y también espero que estén de lo mejor. 

Nos leemos pronto. 

-Luna R 

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