CALLE.
Su cara de confusión estuvo presente en su expresión facial en unos minutos bastantes largos, su boca entreabierta y sus ojitos algo temerosos me miraban expectante, algo de miedo se apoderó de mí al pensar que tal vez ni quería cometer esta locura conmigo.
-¿Qué dices?- pestañeé y mordí mi labio inferior.
-España queda muy lejos...- me susurró y algo en mí se estrujó, no contesté- ¿Cuándo despega el avión?- suspiró.
-El 31 de Octubre...- le susurré y vi como alzaba ambas cejas para luego fruncirlas formando un hermoso ceño.
-¿Es broma?- me preguntó con algo de indignación, sabía que este día era muy importante para ella, pues era su cumpleaños y sé que no era la mejor manera que pasarla en un avión pero estaba dispuesta a que cuando lleguemos a España, darle el mejor regalo que pudiese imaginar.
-Amor, sé que es tu cumpleaños... fue el señor López quien puso la fecha, no tuve más remedio que aceptar- le expliqué de inmediato con tono calmado- Sé que tal vez no pensabas pasar tu cumpleaños en un avión pero te juro que te lo recompensaré si aceptas viajar conmigo- le dije poniendo la cara más tierna que pude encontrar, tratando de ser convincente. Observé como mordía su labio inferior, solo esa acción me calentaba.
-¿Por cuánto tiempo?- me preguntó dudosa, ahora más que nunca, mis pensamientos estaban jugando en mi contra.
-Un año...- le dije mirándola atenta esperando cualquier reacción de su parte pero no fue así, de su boca no se formuló ninguna palabra, su rostro estaba neutro mientras miraba al suelo atenta, lograba ponerme nerviosa, tal vez si nos tocaba separarnos.
No sé cuantos minutos pasaron nuevamente pero la tensión se sentía en esta habitación, me maldije a mi misma por arruinar este bello momento que estábamos teniendo con mis preguntas y confesiones, solo que de verdad pensé que a Poché no le costaría tanto tomar la decisión de venirse conmigo, además de que estaba muy emocionada por saber su reacción a esta oportunidad que me están dando.
-¿No quieres venir conmigo?- le dije luego de varios minutos y ella solo tomó mi mano, en este momento no estaba preparada para su respuesta. Se quedó unos minutos en silencio nuevamente, agachó la mirada como si estuviese pensando que decirme, me estaba torturando con la intriga, de verdad desea que ella fuese conmigo, no sería lo mismo y no soportaría estar lejos nuevamente de ella, menos si es un año.
-Amor, yo iría a donde sea contigo...- tomó mi mejilla- Y España no será la excepción- me sonrió y enarqué mis cejas.
-¿De verdad?- le sonreí de emoción, algo en mi pecho se alivió al escuchar su respuesta, por un momento pensé que tomaría sola ese avión.
-Claro que sí, gorda- me dijo e hice un puchero- No perdería la oportunidad de verte triunfar nuevamente- me volvió a sonreír y mi corazón se llenó de felicidad, me provocaba mucha satisfacción saber que ella estaba muy feliz por mí y que es capaz de cruzar hasta el otro lado del mundo para estar conmigo, sin duda era la correcta para mí.
-Eres tan idiota- le dije golpeando su hombro levemente, puso rostro de indignación.
-¿Por qué?- rió.
-Por hacerme pensar que no querrías ir conmigo- le dijo para luego volver a abrazarla por debajo de las sábanas, sus brazos me rodearon con mucha fuerza.
-Tendré que hablar con Kathia sobre esto, por el contrato- me explicó y entendí perfectamente- Hace días no tengo contacto con ella, canceló todas las fiestas de la marca y no tengo idea del porque- se encogió de hombros.
-Ya mañana la llamas...- le dije acomodándome en su cuerpo.
-Extrañaba tanto tenerte así...- susurró contra mi cuello inhalando mi aroma, habíamos quedado entrelazadas, disfrutando del calor que la otra nos proporcionaba- Solo para mí.
-Siempre he sido solo para ti- le dije acariciando su espalda baja.
-Eso no lo tiene muy claro Matu- dijo y no evité rodear los ojos. No era momento de sacar el tema del beso, no le veo sentido en estas instancias de nuestra relación, para mí ya es pasado y estoy segura que no dejaré que vuelva a suceder.
-Ay amor- le dije mirándola un poco mal humorada- No pienses en ella, ya no le dirijo la palabra- me encogí de hombros.
-Pero irá a España con nosotras, lo tendrás que hacer- hizo puchero como una bebé, me dan ganas de comérmela a besos cada vez que hace eso, pasé mis dedos por su labios y le di un pico.
-Tú estarás conmigo todo el tiempo, solo será trabajo- le expliqué para darle más confianza, ella solo asintió y se pegó mas a mí- Lo prometo.
-Bueno...- me dijo con tono de niña pequeña para luego depositar un beso en mi barbilla.
-¿Te puedo hacer una pregunta?- le dije luego de unos minutos acurrucadas, desde que entré al edificio, tengo una mala sensación que me quiero quitar.
-Claro, amor- habló mientras jugaba con mi cabello.
-¿Qué hacía Bárbara aquí?- le pregunté algo sería, sentí como dejó de jugar con mi cabello y se tensó un poco para luego soltar un suspiro y continuar con sus caricias.
-¿Cómo sabes?- me dijo algo temerosa, intenté mantener la calma, es algo de lo que debemos hablar y no pienso cometer el mismo error que antes.
-La vi salir cuando justo iba entrando... ella no me vio- le dije calmada, Poché bufó.
-Bárbara se está quedando aquí conmigo- dijo titubeando un poco, me acomodé en la cama para mirarla fijamente, sus ojos mostraban algo de temor, como si se asustara de lo que pudiese pasar al yo saber esa información.
No evité sentir una pizca de celos dentro de mí, no podía creer que Bárbara fuese la única que sabía la ubicación de Poché todo este tiempo, sentía algo de rabia, celos y mucha envidia.
-¿Por qué ella?- le pregunté, Poché se acomodó en la cama quedando a mi altura, se adentró un poco más en las sábanas y rodeó mi cintura con su brazo, su piel junto con la mía se sentía tan malditamente bien.
-Necesitaba a alguien conmigo, alguien me que escuchara, alguien con quien desahogarme...- dijo mientras sus dedos delineaban el contorno de mi cintura, erizando mi piel- Ella estaba ahí cuando salí de tu apartamento y no la pude despegar de mí- la miré con un poco de mi ceño fruncido- Fue como una "Paula" para mí.
-No confío en ella- le dije algo seria, se me era imposible no amargarme por lo que me estaba contando- ¿Hicieron algo?.
-No hicimos nada...- me dijo convincente- Le dejé muy claro las cosas antes de llegar hasta aquí... no te negaré que lo intentó pero nada pasó- me dijo muy segura de si misma, respiré hondo.
-¿Estás segura?- pregunté con miedo. Estoy muy segura que Bárbara aprovechará cualquier oportunidad para jodernos la vida y quitarme a Poché, pero no se lo permitiré, no dejaré que me arrebate a mi novia, si quiere una, que se consiga la suya porque no le daré a la mía.
-Muy segura- me dijo y le sonreí, debía de aprender a confiar más y a dudar menos, estaba poniendo las manos al fuego por mi novia y siento que es lo mejor que puedo hacer en estos momentos.
La noche continuó de la misma manera, entre mimos, caricias y besos alocados, era lo que necesitaba y sin duda, Poché es muy importante para mí, me hizo entender que de verdad no podíamos seguir como antes, estaba mal pero ahora me siento preparada para continuar nuestra relación de la mejor manera posible.
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días después...
POCHÉ.
Me levanté muy temprano, hoy era el día en el que tomaría ese avión con Calle rumbo al otro lado del mundo, estaba muy nerviosa porque también es mi cumpleaños y era el primero que pasaba con Calle, estoy muy ansiosa por saber que es lo que tiene planeado para nosotras dos.
El día de hoy tuve que madrugar pues, no había organizado las maletas por completo, ayer estuve todo el día con Calle que no me dio tiempo, sigo viviendo en el hotel con Bárbara por el simple hecho que no quería hacer el cambio de mudanza desde aquí al apartamento de Calle y ella estuvo de acuerdo.
Tomé mi teléfono luego de una larga y relajante ducha, tenía una conversación pendiente con Kathia, de la que por cierto no sé absolutamente nada de ella desde hace semanas y me tiene bastante preocupada, intenté sacarle información al señor Smith pero el se negaba a contarme lo sucedido, la llamé muchas veces pero no contestaba hasta que le mandé un correo que fue respondido tres días después y acordamos que hoy hablaríamos, solo espero que mi amiga rubia se encuentre bien.
*Llamada*
-Hola Poché- habló la rubia desde el otro lado de la línea, solté un suspiro al ver que de verdad me había contestado.
-Kathia, me tenías preocupada- le dije sentándome en la cama mientras comenzaba a secar mi cuerpo con la toalla- ¿En dónde estás?
-Poché, de verdad todo se me ha complicado bastante pero estoy bien- me dijo con cierto tono de voz apagado.
-¿En dónde estás?- volví a preguntar.
-Estoy en España, tengo una tía que está pasando por un problema familiar y vine a ayudar- me explicó rápidamente mientras suspiraba- Tendré que estar mucho tiempo por estos lados...
-¿Y Maybe Blue?- le pregunté, hace semanas no teníamos ninguna actividad con respecto a la campaña y me tenía bastante preocupada.
-Pensé que el señor Smith había conversado contigo...- me dijo algo pensativa, negué con mi cabeza para luego darme cuenta que fue una estupidez por el simple hecho de que Kathia no me podía ver.
-Para nada, se negó a darme cualquier explicación...- le dije mientras aplicaba crema humectante en mi cuerpo desnudo.
-El contrato está congelado hasta nuevo aviso, no tendría sentido que continuara si yo no estoy allí- dijo suspirando y asentí.
-Lo comprendo, también te llamaba por eso- le dije- Me voy a Madrid por un año con Calle y quería saber si no hay inconvenientes- exhalé.
-Para nada, Poché- me dijo- No sé cuando volveré a Los Ángeles así que no te preocupes por eso- habló comprensiva y un peso se me quitó de encima al saber que no estaba yendo contra mi contrato.
-Muchas gracias- le dije feliz, ahora nada me impedía ir con Calle- Y espero que todo se solucione en tu familia- hablé de corazón.
-Gracias, que te vaya bien en tu viaje, peli azulada- reí un poco y me despedí de ella, no sé hasta cuando volveré a verla, solo espero que sea pronto.
Lancé mi teléfono a la cama para vestirme con un conjunto muy cómodo para el vuelo, serían unas largas horas de viaje así que estaría preparada para todo. Una vez lista, saqué mi última maleta, una pequeña que era la única que faltaba por terminar, la subí a mi cama y la abrí para comenzar a ordenar lo que me quedaba.
-¿Así que es oficial?- preguntó Bárbara asomándose en la puerta de mi habitación, la miré por unos segundos para luego volver a concentrarme en terminar mi equipaje- Te vas.
-Me voy- le dije sin importancia mientras guardaba las últimas zapatillas de mi armario. Llevaba exactamente dos maletas, una grande y otra mediaba, agradecidamente estaba entrando todo y no tendría que dejar nada aquí en Los Ángeles.
-De verdad que te voy a extrañar...- dijo caminando y sentándose a los pies de mi cama, me giré para traer las últimas prendas y lanzarlas encima de la maleta, Bárbara las tomó y comenzó a doblarlas.
-Quiero agradecerte por todo lo que hiciste por mi durante este tiempo- le dije de corazón, de verdad le agradecía porque sin ella nada hubiese sido lo mismo- Gracias...
-Sabes que es un placer, siempre puedes contar conmigo y quiero que lo sepas- me dijo, se paró de la cama y rodeó mi cuerpo con sus brazos, al principio me tensé pero luego la abracé de vuelta. Sentí que me apretaba muy fuerte, como si estuviese despidiendo para siempre pero no le quise dar importancia- Te tengo una sorpresa- sonrió alejándose de mí, enarqué una ceja.
-¿Qué es?- le pregunté curiosa, siempre Bárbara me ha sorprendido en mis cumpleaños, me daba lo que en ese tiempo para mí, eran los mejores regalos de mi vida, siempre sabía que darme de cumpleaños.
Sonrió nuevamente y caminó hasta el pasillo para luego aparecer con un ramo de rosas blancas en sus manos y una bolsita de regalo en la otra, sonreí y les recibí las rosas, que a decir verdad, estaban muy hermosas.
-Muchas gracias, Barbie- le dije admirando el detalle de cada pétalo de aquellas rosas, me estiró la bolsa y gustosa lo acepté.
-Es un pequeño detalle, para que me recuerdes cuando estés en España, Feliz Cumpleaños- dijo y posteriormente abrí la bolsa para encontrarme con una caja de terciopelo color azul marino, la miré confundida para luego sacarla de su empaque y abrir esa cajita.
-¿Es una broma?- le dije apenada, no sé cuanto habrá costado esté regalo pero estaba muy hermoso. Negó con su cabeza, saqué la pequeña pulsera de su sitio, era de plata y tenía un pequeño corazón colgando de el, era muy bello.
-No, lo escogí pensando en ti- dijo y comencé a admirar cada detalle de esa pequeña pulsera, el ambiente estaba en silencio cuando el teléfono de Bárbara comenzó a sonar- Yo iré- dijo con una sonrisa en su rostro para desaparecer por la puerta de mi habitación, me quedé admirando mi nueva adquisición que sin duda, lo ocuparé.
Ordené lo último de mi maleta para luego cerrarla y dar por finalizado mi equipaje, en menos de tres horas tendría que estar en el aeropuerto con Calle, tomando un avión rumbo a una nueva aventura con mi amor.
Tomé mi teléfono para mandarle un mensaje a Calle cuando el grito de Bárbara llamó mi atención.
-¡POCHÉ!- gritó desesperada, jamás la había escuchado así, fruncí el ceño, lancé la cadena junto con mi teléfono al suelo y salí rápidamente de la habitación para saber que rayos estaba pasando.
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CALLE.
-¡Te amo!- le grité a Pau antes de subirme al auto y partir al aeropuerto donde me encontraría con Poché, Matu y el Señor López junto con Kevin, estaba ansiosa porque le tenía una hermosa sorpresa a Poché una vez que estemos en el Hotel, le tenía el mejor regalo que se me pudo ocurrir para mi amor y estoy segura que le encantará.
El viento golpeaba mi rostro, no podía estar más feliz, todo estaba saliendo como lo tenía planeado, mi relación con Poché estaba yendo perfectamente que todo parecía irreal. El camino al aeropuerto fue demasiado rápido, no sé si fueron los nervios o las ansias de llegar pero había llegado media hora antes de lo previsto, por lo que decidí tomar un café antes de abordar.
-Me da un capuccino, por favor- le dije a la chica en el mesón, esta asintió y comenzó a preparar mi café. Comencé a revisar mis redes sociales para matar el tiempo que me quedaba para que llegaran los demás.
En la mañana tuve una larga charla con mi madre, me reprochó muchas veces del porque no le había contado antes sobre mi viaje, también sus reproches sobre mi noviazgo con Poché, cosa que aún no superaba y no creo que lo supere pronto. Mi padre también se despidió, me deseó mucha suerte y que cualquier cosa que necesitara, no dudara en llamarlo.
La mesera dejó el café delante de mí y le dí un sorbo para calentar mi cuerpo, hacía mucho frío en Los Ángeles así que un café caliente era lo que necesitaba.
-Hola Calle...- dijo Matu mientras pasaba su mano por mi espalda y se sentaba a mi lado, observé que no traía maletas- Las he dejado con el señor de allí- me dijo viendo mi cara de confusión como si leyese mi mente, solo asentí- Un café...- dijo dirigiéndose a la misma chica para luego prestar toda su atención en mí- Quería pedirte una disculpa.
-Las disculpas no borran el pasado, María José- le dije con cierto tono brusco.
-Lo sé pero es lo único que puedo hacer...- intentó tomar mi mano pero la alejé.
-Aún no te perdono Matu, tenme paciencia- hablé para acabar mi café y botarlo al bote de la basura.
-Espero que pronto lo hagas...- suspiró y me fui de su lado para entregar mis maletas y sentarme en un lugar lejano de Matu, lo que había hecho me había ocasionado muchos problemas con Poché, sé que también tuve parte de la culpa pero nada hubiese pasado si ella no me hubiese besado.
Me quedé observando mi alrededor por mucho tiempo, la gente iba y venia, todos abordando su vuelos, miré mi reloj y solo quedaban diez minutos para abordar, estaban todos a mi lado a excepción de Poché, supuse que se le había hecho tarde pues ayer le faltaba ordenar su equipaje y conociéndola como es, llegaría justo a la hora.
-Calle hay que abordar- dijo el señor López muy ansioso, se paró junto con Kevin y me miraron atentos.
-Falta que llegue mi novia...- les dije con una sonrisa nerviosa, comencé a tambalear mis piernas de lo ansiosa que estaba por ver a Poché cruzar esa puerta de vidrio con sus maletas en mano.
-Esperemos cinco minutos más...- dijo Matu y todos asintieron sacándome un peso de encima.
-Apura Poché- susurré más para mí mientras veía ansiosa la puerta, intenté marcarle pero no contestaba, si esto era una de sus bromas, no es para nada gracioso.
Kevin se acercó a mí y pasó su brazo por encima de mi hombro para darme contención aunque no estaba sirviendo en estos momentos. Cada vez que esa puerta se abría, mi corazón se aceleraba al pensar que era Poché, pero luego dolía al ver que no era ella.
-Calle, ya es tarde- me dijo Matu tomando mi mano, negué con mi cabeza mientras miraba la puerta de entrada al aeropuerto, ni podía creer que el vuelo salía en menos de cinco minutos y que Poché no haya llegado.
-Espe...esperemos unos minutos más- mi voz se comenzó a entrecortar y mis ojos a humedecerse, mi corazón se estrujó con un sabor amargo a decepción.
-Daniela, el avión nos va a dejar- se acercó Kevin y tomó mi hombro, sentí mi pecho pesado y como mi respiración se aceleraba, esto no podía estar pasando, habíamos hablado anoche, todo estaba perfectamente bien entre las dos, estaba tan emocionada como yo en viajar y que ahora me esté haciendo esto, no lo entiendo.
-No, no, no- repetía mil veces mientras seguía con mi mirada fija en la puerta.
-Daniela, por favor...- insistió Matu- Luego conversas con ella pero debemos abordar- me jaló aún más fuerte llevándome contra mi voluntad hasta la señorita que recibe los tickets de embarque.
Mi voz dejó de salir, no podía ver nada por mis ojos humedecidos, mi corazón se estaba partiendo nuevamente en dos por culpa María José, que ahora me había abandonado, no había llegado y es lo peor que me pudo hacer.
[Maratón 1/2]
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Xoxo