CALLE.
Entre algo dudosa a la oficina y me senté en una de las mil sillas que estaban alrededor de la mesa de madera, aturdida por las palabras recientes de Kevin, no me lo esperaba, para nada. Observé a mi alrededor y pude ver que la única persona que faltaba era Matu, miré la hora en mi teléfono ¿Qué acaso no pensaba venir?
-¡Daniela!- habló el señor López cuando colgó su teléfono, le sonreí como pude para devolverle el saludo.
-Un gusto verlo otra vez, señor López- le dije al mismo tiempo que volvía a sentarme en mi silla, igual que él, Kevin se sentó al frente de mí y su vista no se apartaba de mi rostro, lograba incomodarme y mucho.
-¿Qué pasó el otro día? Volví y no te encontré- dijo refiriéndose al día que firme el contrato, ahora recuerdo que no me había comunicado con él durante todos estos días, con todo el tema de Poché y nuestro distanciamiento, mi cabeza está viviendo en Júpiter.
-Pensé que Matu le había explicado...-medio sonreí para no sonar descortés y junté mis manos encima de la mesa.
-Lo hizo pero me gustaría escucharlo de ti- dijo sacando su maletín y colocar unos cuantos papeles en la mesa, ahogué un bufido, de verdad que no tenía ganas de hablar del tema, no ahora que estoy tratando de lidiar con todo esto, sé que con solo pensarlo, mis ojos se ponen aguados y me debilito. Miré a Kevin, quien escuchaba atento, ni a él le había contado lo que me había pasado esa noche y no pensaba hacerlo tampoco, decidí formular una verdad a medias, sin dejar en evidencia mi vida personal, que obviamente no era de interés para estos dos seres delante de mí.
-Tuve que llevar a mi novia al hospital, un pequeño accidente... solo eso- le sonreí y Kevin alzó una ceja, no mentía, solo oculté un poco las cosas.
-Espero que se encuentre mejor, tuve el placer de conocerla minutos antes, se nota que es encantadora- me dedicó una sonrisa, asentí, lo sabía.
-Gracias...-susurré bajando la mirada- Lo es.
Le dediqué una mirada neutra y él no preguntó más logrando que algo en mi pecho dejara de tensarse. Volví a mirar la hora, la peli negra llevaba diez minutos de atraso.
-¿Matu vendrá?- pregunté algo curiosa.
-Sí, dijo que demoraría un poco- respondió Kevin con una sonrisa encantadora, solo asentí.
-¡Llegué!-chilló la peli negra algo agitada, abriendo la puerta, sobresaltándome, sonrió arreglándose su cabello para luego pasar a sentarse al lado de Kevin- Perdón el atraso- dijo y me miró para luego responderme- Hola Calle- dijo y solo la salude con la mano.
-Espero que ya estén arreglando sus cosas para viajar a España- dijo emocionado el señor López.
-Estoy tan ansiosa por tomar ese avión, ya- dijo Matu, solo la miré atenta y la examiné, no podía evitar sentir algo de furia hacía ella, todo lo que había pasado en los últimos días se debía a ella, me era un grano en el culo en este momento.
-Me alegra verla tan emocionada, señorita Garcés- dijo feliz el señor López- ¿Y usted, Daniela?- habló y alcé la vista- ¿Está emocionada?
-Claro que sí- le dije titubeando. No, no lo estaba, me faltaba algo, más bien alguien, sin ella dudo que esté lista.
-Bueno, el avión despega este 31 de Octubre, a las 11:00am- dijo mientras al mismo tiempo nos entregaba un boleto de avión en primera clase, lo miré atenta, aún sin poder creer que en menos de una semana, ya estaré en el otro lado del mundo.
-¿El 31...?- pregunté casi ahogándome al procesar sus palabras al recodar que ese día es el cumpleaños de Poché.
-Ajá, fue la única fecha disponible a finales de Octubre- dijo el señor López- Espero que no haya planeado salir a pedir dulces, Daniela- rió tras su propio comentario.
-No, no se preocupe, estaré a esa hora en el aeropuerto- le dije manteniendo mi mirada fija en el boleto de avión sin poder creer que no podré estar con Poché en su cumpleaños, si las cosas siguen como están, dudo poder darle aunque sea un regalo adelantado.
-Me parece perfecto...-dijo para luego acomodarse en su asiento- Continuemos con esto...
La reunión fue algo, bueno bastante larga a decir verdad, el señor López tocó varios puntos importantes, sobre todo lo que haremos en España, en definitiva tendremos muchas reuniones y bastantes cosas por hacer, un año allá será más que suficiente para lograr todos nuestros propósitos.
Me dispuse a salir de la oficina rápidamente, Matu se quedó con el señor López a coordinar unos asuntos personales que tenían pendientes, mientras yo lo único que quería era volver a la cama y no salir jamás. Sé que tengo una platica pendiente con la peli negra, pero por el momento prefiero dejarlo así y enfocarme solo en recuperar a Poché.
-¡Dani!- gritó Kevin haciendo que parara de caminar y volteara a verlo- ¿Tendremos la salida?- preguntó llegando hasta mí para posar su mano en mi hombro.
-¡Ah sí! Claro...- le dije con un poco de felicidad fingida, los ánimos se me habían ido totalmente pero ya había aceptado, no tenía otra opción que salir con él.
-Vamos entonces- sonrió- En mi auto si gustas- dijo y asentí, no importaba demasiado, había llegado aquí en taxi y así me devolvería a la casa de Pau.
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POCHÉ.
-Creo que con esto será suficiente...- habló Bárbara terminando de untar la pomada en mis piernas, no había mañana ni noche en la que no lo hacía desde que se quedó conmigo en este hotel.
-Gracias...- le dije volviendo a desdoblar las puntas de mi pantalón de pijama para tapar mis heridas, que a decir verdad, no quedaban muchas, solo uno que otros piquetes. Habían sanado bastante rápido con la ayuda de la oji azul.
-Sabes que es siempre un placer- me sonrió para luego volver a acobijarme dentro de las sábanas, aunque es de día, hacía mucho frío y como no tenía nada que hacer, me la pasaba en la cama. Estos últimos días han sido todos iguales, no me levantaba mucho de la cama, solo para ducharme y para hacer del baño; Bárbara me atendía como si fuese mi niñera, le agradecía cada gesto que tenía conmigo, no sé que hubiese sido de mí sin ella.
Extraño a Calle y con cada mensaje que me deja todos los días, se me hacía imposible no querer llamarla o responderle, lucho todo los días por eso, cada vez me era más la necesidad de tenerla junto a mí, abrazarla, sentir su olor y su piel, la quiero a ella junto a mí.
-Te traeré algo de comer...- dijo y asentí con mi cabeza, me arruché más en la cama, tapando hasta mi cuello cuando sentí mi teléfono vibrar, sabía que era el mensaje de la mañana de Calle y me moría por leerlo.
DE: MI FRUTITA🍉🍌
¡BUENOS DIAS, AMOR!
NO SE CUANTOS MENSAJES TE HE DEJADO EN LOS ULTIMOS DIAS PERO TE AMO, CON O SIN TIEMPO, CON O SIN DISTANCIA.
¡DIABLOS! SACAS LO MAS CURSI DE MI.
ESPERO QUE A DONDE QUIERA QUE ESTES, ESTES BIEN. CUIDA TUS QUEMADURAS.
TE AMO.
Mi corazón se contrajo cuando lo terminé de leer, ¿Por qué tenía que ser tan linda? Siento que no la merezco en mi vida, que ella es mucho para mí, merece a alguien mejor que yo para ella, alguien que de verdad la hiciera feliz.
Las lágrimas comenzaron a acumularse en mis ojos haciendo que mi vista se nublase, dejé mi teléfono a un lado para comenzar a llorar, todos los días era lo mismo, no sé cual era su objetivo en mandarme los mensajes, pero si era intentar que volviera a sus brazos lo más pronto posible, lo estaba logrando.
Escuché como la puerta se abrió y me senté en la cama para poder ver a Bárbara ingresando con una bandeja de comida para dos, olía bastante bien como siempre, colocó la bandeja a los pies de la cama y me observó, al instante se alarmó y se acercó a mí.
-Poché, no llores más, por favor...- susurró Bárbara acercándose más a mí, su mano fue a mi mejilla y retiró las lágrimas existentes- Sabes que no me gusta verte así- decidí no responder y tratar de calmarme.
-Ya paso...- suspiré más calmada, exhalando una gran bocanada de aire.
-No es posible que te sigas haciendo daño con todo esto... deberías cerrar este siglo y empezar de nuevo- dijo volviendo a sacar el tema. Los últimos días, Bárbara a estado insistiendo en que le de un fin definitivo a mi relación con Calle, que la bloqueé y nos devolvamos a Bogotá pero me negaba rotundamente hacerlo, mi cabeza decía que era buena idea pero mi corazón no quería separarse de la mujer de mi vida- Sabes que será lo mejor.
-No insistas, Bárbara...- le dije calmada, no podía tratarla mal después de todo lo que había hecho por mí, no lo merecía.
-Poché... esa chica te hace daño, ¿Qué no te das cuenta?- dijo algo cansada y con un tono brusco. Ella nunca lograría entender que significa Daniela Calle para mí.
-No comiences- dije en tono agresivo, estaba cansada del tema. Bárbara suspiró y se acercó más a mí. Volvió a colocar su mano en mi mejilla con la intención de acercar su rostro al mío, fruncí el ceño observando lo que trataba de hacer.
-Piénsalo bien, imagina volver a estar con tu padre, tu hermana, con todos en Bogotá, volver a tu vida...- su dedo pulgar bajó a mi barbilla, la miré con detenimiento. No lo había pensado de esa forma, extrañaba mucho a Valentina y a mi padre, aunque no hable a diario con ellos, siempre los tengo presente en mí y estoy segura que me extrañan tanto como yo- Valentina debe de estar extrañándote demasiado.
-Lo sé...- le susurré, sus ojos no dejaban de ver mis labios y eso me ponía algo incomoda.
-Hoy amanecí con tantas ganas de comerte...- susurró contra mi rostro, su aliento que conocía con exactitud inundó mis fosas nasales provocando un escalofrío en mí, no recordaba cuando fue la última vez que estuvimos así de cerca. Sus labios poco a poco se acercaban a los míos pero no provocaba nada en mí, no sentía la misma corriente que ella lograba hacerme sentir algunos años atrás- Olvídala...- volvió a susurrar, sus ojos azules me penetraron, eran intimidantes pero no me transmitían esa necesidad de besarla como antes.
Estaba a escasos centímetros de mí, a punto de chocar sus labios con los míos pero no podía, algo en mí se negaba a besarla, no quería esto para mí pero eso no fue impedimento para que ella se adelantara y terminara dándome un beso, sus labios se movían sobre los míos pero yo no actuaba, estaba perpleja pero no sentía nada.
Bárbara no provocaba nada en mí, ni una pizca de emoción, ni una pizca de revoltijo en mi estómago.
Nada.
-No, no Bárbara, no confundas las cosas- le dije apartándome de ella rápidamente, se quedó perpleja al notar mi acción- Sabes cuales fueron mis condiciones para que te quedaras conmigo, respétalas- le dije para tomar mi teléfono e ir al baño, necesitaba despejarme y tomar una ducha era lo único que me calmaba, aunque tenga que untarme de nuevo la pomada.
-¿No comerás?- oí que preguntó como si nada hubiese pasado.
-No, se me quitaron las ganas, gracias- le dije algo cortante y escuché como soltó un bufido, cerré la puerta del baño y encendí la llave de la ducha- Espero no arrepentirme de esto pero ya no lo soporto más...- susurré para mí, tomé mi teléfono y tecleé de forma rápida para apretar enviar.
Ya era hora de cambiar lo que estaba viviendo, no necesitaba seguir pasando por esto cuando mi corazón tenía bastante claro lo que quería y esto, no lo era.
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CALLE.
-¿Qué ordenarás?- preguntó sonriente Kevin mientras observaba la carta, estábamos en Pitchoun, el olor que emanaban los dulces de este lugar eran magníficos, sin duda, uno de los mejores lugares para comer.
-Sorpréndeme- le dije, estaba indecisa con toda la variedad de dulces para escoger- Pero quiero un jugo natural- le sonreí entregándole la carta al mozo.
-Perfecto... iré a pedir- me dijo para luego pararse de su asiento e ir al mesón a ordenar, asentí.
Kevin era bastante atento y encantador pero no era para nada mi tipo, no podía imaginarme estando con él, ni de amistad ni de forma romántica, solo de trabajo, solo espero que él pueda entenderlo.
Minutos después llegó Kevin con nuestro pedido en una bandejita y una gran sonrisa, le sonreí por ser cortés, me tendió un jugo de naranja con unos cuantos croissants, se veían deliciosos.
-Gracias por la invitación- le dije.
-No hay de que, siempre me ha encantado invitar a chicas lindas como tú- me dijo y alcé las cejas, mordisqueé uno de los dulcecitos y comprobé que estaban absolutamente deliciosos- Cuéntame Daniela, ¿Cómo estuvo la resaca de ese día?- dijo haciendo que casi me atragantase con mi croissant.
-De verdad siento si dije algo que no debía...- hablé de forma inmediata, los recuerdos de esa noche eran algo borrosos pero aún así no dejaba de preocuparme.
-No hiciste nada vergonzoso, de verdad- dijo riendo mientras tomaba un sorbo de su café- Mejor cuéntame, ¿Estás emocionada por el viaje que vamos a hacer?.
-Claro- dije tomando un poco de jugo- Es algo que esperé desde hace mucho tiempo, ya quiero que sea el día- medio sonreí.
-Mi tío tomó la mejor decisión en contratarte, sin duda eres una de las mejores- me alagó y solo asentí nerviosa- Ya verás que haremos un buen trabajo.
-¿Es la primera vez que estás en Estados Unidos?- le pregunté cambiando de tema.
-He visitado la capital por algunos días...- se encogió los hombros- ¿Tú vives aquí desde pequeña?.
-Ajá...-le dije- Mis padres se divorciaron y me vine a vivir con mi padre- sonreí, en ese instante sentí mi teléfono vibrar y sin importancia, lo saqué de mi bolsillo para observar su pantalla.
DE: MIA😍💕🐥
Con solo leer su nombre hizo que mi corazón se acelerara como nunca antes, esto no lo esperaba, ella me había contestado y no podía evitar no ponerme nerviosa como una adolescente de quince años en la cual su crush le había mandado un mensaje.
-¿Estás bien?- preguntó Kevin, alcé mi mirada y asentí para volver a pegar mi vista en el teléfono.
-Es algo importante...- le dije para que no volviera a interrumpir. Con las manos temblorosas, abrí el mensaje, mi estomago comenzó a revolverse y mi respiración a acelerarse.
DE: MIA😍💕🐥
NOS VEMOS ESTA NOCHE.
HOTEL WESTIN BONAVENTURE
HABITACION 62 A LAS 20:00HRS
TE ESPERO.
El mensaje que tanto esperaba ya estaba aquí, en mi teléfono, había llegado la hora y no podía estar más ansiosa, ya quería que llegara la hora de luego de muchos días, poder ver al amor de mi vida.
-¿Está todo bien?- preguntó Kevin, sin decir más, bloqueé el teléfono y lo guarde en mi bolsillo.
-Todo perfecto- le dije sonriente, mi estado de ánimo había cambiado totalmente, mi día se había iluminado con tan solo su mensaje, el mejor mensaje.
-Bien, ¿Sabes? Estaba pensando que está noche deberíamos salir...- dijo tomando mi mano, alcé una ceja.
-Voy a estar ocupada, lo siento- le dije retirando mi mano de la suya, me miró extrañado pero no dijo nada al respecto.
-¿Ocupada?- preguntó algo desconcertado y solo asentí con la cabeza, no podía quitar la sonrisa que llevaba en mi rostro, es que aún no podía creer que Poché al fin esté lista para hablar y volver a estar juntas-¿No estarás evitándome, o sí?- preguntó entrecerrando los ojos.
-Para nada...-le dije, no quería decirle que tenía una cita con mi novia porque no era de su incumbencia.
-¿Otro día?- preguntó volviendo a tomar mi mano y depositar un beso en ella.
-Otro día...-le sonreí para continuar comiendo lo que Kevin me había traído.
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-¡Pau!- grité a todo pulmón entrando en la casa de la castaña, quien al escucharme se sobresaltó botando todo lo que tenía en las manos.
-¿Qué te pasa, idiota?- dijo con un tono de regaño mientras recogía lo que había tirado al suelo.
-Tienes que ayudarme de inmediato- le dije ansiosa y un poco desesperada, no sabía como vestir para esta ocasión, ni mucho menos sé los planes que tiene Poché para las dos así que debo estar preparada para lo que sea.
-¿Qué ocurre?- dijo en tono cansado, la castaña a estado trabajando muy duro últimamente, le han salido varias ofertas de miles de trabajos en otros países y de diferentes marcas que la tienen bastante ocupada, estaba muy feliz por ella.
-¡Poché me escribió!- le dije tendiéndole mi teléfono para que ella leyera el mensaje, comencé a saltar de la emoción y a bailar haciendo cualquier paso raro que se me ocurriese en el momento, estaba bastante feliz y no podía con tanto, de verdad que ella lograba todo esto en mí.
-Ya era hora, no sé hasta cuando te iba a poder soportar- dijo riendo mientras acomodaba unas cosas en la cocina, hice una mueca de disgusto.
-Grosera- hice puchero- Pero necesito que ayudes a este cuerpo para ponerse mucho más bueno de lo que ya está- le dije y no evitó soltar una risa, rodeó los ojos.
-Haré lo posible- dijo tomando su cabello en una coleta- Primero que todo te vas a ir a duchar y yo ordenaré tu vestuario- me guiñó el ojo metiéndome al baño casi a la fuerza- ¡Te apurras, Daniela Calle!- grito y fue lo último que escuché de ella antes de encender la llave de la ducha.
Ya eran las ocho de la noche y estaba a unas cuadras de llegar al lugar, Pau me había ayudado bastante en las últimas horas, había escogido un outfit que nunca habría pensado en ponerme pero me gustaba, algo atrevido a mi parecer pero pensaba jugar un poco esta noche, recuperar el tiempo perdido era mi primera meta.
Estacioné el auto al frente del Hotel dicho por Poché, el viento entraba por la ventana haciéndome estremecer, mi estómago no dejaba de retorcerse de los nervios que tenía en este momento, solo estaba a unos metros de ella, por fin podré darle fin a este tormento que ha durado días.
Me bajé del auto y cerré la puerta del piloto para posteriormente sacar el pequeño ramo de rosas que traía para ella, esperaba que le gustasen mucho. Coloqué el seguro a auto y me dispuse a caminar hasta la entrada del Hotel pero antes de poder ingresar pude ver una silueta que conocía últimamente a la perfección, me congelé por unos segundos al verla salir del lugar en donde se encontraba mi novia, soy creyente de las coincidencias pero dudo que este sea el caso.
¿Qué carajos hacía Bárbara saliendo del Hotel en donde estaba hospedada Poché?.
Hola gente de wattpad!🍭
Espero les guste mucho! Estamos cada vez más cerquita del final!🥺
Nos leemos pronto💕
Tw: @/Cachermoon
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