Heist [Darks #1] [En librería...

By Ariana_Godoy

91.1M 8.5M 17.9M

El pueblo de Wilson es tranquilo, regido por sus costumbres y creencias religiosas muy estrictas, donde Leigh... More

╋ Sipnosis ╋
╋ Advertencia y Prefacio ╋
(1)╋ Perfección Fragmentada ╋
(2) ╋ Costumbres Rotas ╋
(3) ╋ Mala Reputación ╋
(5) ╋ Miradas Oscuras ╋
╋ 6 ╋ Sospechas Aisladas
╋ 7 ╋ Conversaciones Necesarias
(8) ╋ Mascaras Quebrantadas ╋
(9) ╋ Compartir Nocturno
(10) ╋ Fría Crueldad ╋
(11) ╋ Domingo Interesante ╋
(12) ╋ Regresos Inesperados ╋
(13) ╋Descubrimiento Sangriento ╋
(14) ╋ Recuerdos Macabros ╋
(15) ╋ Funeral Sombrío ╋
(16) ╋ Ceremonia Impecable ╋
(17) ╋ Palabras Acertadas ╋
(18) ╋ Juegos Retorcidos ╋
(19) ╋ Verdades Imprevistas ╋
(20) ╋ Familia Inusual ╋
(21) ╋ Cruda Sinceridad ╋
[22] ╋ Dulce Recuerdo ╋
(23) ╋ Contacto Incendiario ╋
(24) ╋ Diversión Roja ╋
(25) ╋ Secretos Expuestos ╋
(26) ╋ Miradas Heladas ╋
(27) ╋ Verdaderos Colores ╋
(28) ╋ Monstruo Revelado ╋
[29] Conexión Peligrosa
(30) ╋ Cena Perfecta╋
(31) ╋ Roce Sanguinario ╋
(32) ╋ Percepción Errónea ╋
(33) ╋ Reminiscencia Melancólica ╋
(34) ╋ Distorsión Real ╋
(35) ╋ Monstruos Creados ╋
(36) ╋ Pasado Tenebroso ╋
[37] ╋ Carta Reveladora ╋
[38 ] ╋ Intenciones Dudosas ╋
[39] ╋ Ceremonia Trágica ╋
(40) ╋ Explicaciones Súbitas ╋
(41) ╋ Noche Trágica ╋
(42) ╋ Meine Liebe ╋
(43) ╋ Ich bin ein Monster ╋
(44) ╋ Kalter Dezember ╋
[45] ╋ Betäubte mein herz ╋
[46] ╋ Tödlicher liebe ╋
(47) ╋ Das spiel ist aus ╋
(48) ╋ Ein Monster erschaffen ╋
(49) ╋ Meisterplan ╋
(50) ╋ Nachwirkungen ╋
(51) ╋ LASS UNS SPIELEN ╋
(52) ╋ Schön ╋
(53) ╋ Der richtige weg ╋
(54) ✝ DIE STILLE VOR DEM STURM ✝
(55) † AUF DIE PLÄTZE, FERTIG, LOS! †
(56) † BLUTIGER ZUSAMMENSTOß †
(57) † JETZT KÖNNEN WIR WIEDER FREI ATMEN †
(58) † CAPÍTULO FINAL †
+ Epílogo +
¡Heist sale en papel!
¡Estamos en papel! Nueva info de librerías :D
Extra: ☨ Kaia Stein ☨
Extra: ☨ Halloween ☨

(4)╋ Hogar Perfecto ╋

1.6M 145K 294K
By Ariana_Godoy

╋ 4 ╋

—¡Agáchate!— Natalia me ordenó.

Después de cenar con mis padres y decir que íbamos a dormir, nos habíamos escapado de la casa y estábamos pasando por el frente de la ventana del cuarto de mis padres así que teníamos que ser muy cuidadosas.

Natalia llevaba puesto unos jeans y una franela escotada que hacía que sus pechos se vieran más pronunciados. Su cabello ondulado caía a los lados de su cara, su piel morena haciendo contraste con lo colorido de su franela. Por su insistencia, me puse un vestido de flores con mangas que por supuesto pasaba un poco mis rodillas. Mi cabello negro enrollado en círculos hasta hacer un moño perfecto.

No puedo creer que este haciendo esto.

No me gustaba romper reglas, no servía para eso, y el hecho de que estuviera haciendo esto en contra de mi voluntad me molestaba aún más.

También estaba el hecho de que si había gente del pueblo ahí, seguro le contarían a mi mamá que me habían visto. Nadie se guardaba nada por aquí, en especial, cuando me vieran con Natalia y sin mis padres. La reputación de Natalia estaba por los suelos.

El jardín frente a la casa de los Stein era hermoso, con una fuente en el medio que tenía una estatua peculiar de un ángel con su mano estirada hacia arriba, como si quisiera alcanzar el cielo, sus alas rotas a sus pies.

¿Un ángel caído?

Al llegar a la gran puerta de madera, fue que sentí el peso de lo que iba a hacer, no me había puesto nerviosa hasta este segundo porque sabía que estábamos a un toque del timbre de enfrentarnos a esta familia tan extraña.

Solo una puerta me separaba de ver a Heist otra vez.

"Me pregunto si debería liberarte, o destruirte."

"Que me voy a divertir mucho contigo."

Ese chico no me daba una buena vibra, pero por alguna extraña razón también sentía mucha curiosidad por saber que tipo de persona era Heist, ¿Era por su atractivo? ¿O la forma enigmática y arrogante en la que hablaba como si lo supiera todo?

Natalia tocó el timbre, acomodando sus pechos y yo volteé los ojos.

La Sra. Stein abrió la puerta, elegante como siempre en un vestido negro que se ajustaba a su figura y su cabello rubio en un moño trenzado muy bonito.

—Oh, Leigh,— no podía creer que recordara mi nombre, —No esperaba que vinieras, pero me alegra mucho.

Natalia me dio una mirada de '¿No los conocías? Mentirosa.' Antes de extenderle su mano a la Sra. Stein.

—Mucho gusto, soy amiga de Leigh, Natalia.

La Sra. Stein evaluó el atuendo de Natalia y pareció sorprenderle que una chica del pueblo se vistiera así y no la culpaba, no era lo usual. Ella nos sonrió.

—Bienvenidas, chicas, gracias por venir, adelante.

Entramos a la casa y vi que la Sra. Till tenía razón, esta mansión lucía de otro mundo. Había un candelabro de cristales inmenso en medio de la sala, una escalera que se ondeaba a lo largo de un lado de escalones de madera bien pulidos. Los cuadros, las paredes, los bordes de una chimenea hermosa y las decoraciones eran una combinación de dorado con blanco muy distinguida.

Esta gente es más que adinerada, ¿Por qué vinieron a vivir aquí? ¿Por qué vendría a un pueblo tan poco conocido con una comunidad tan cerrada como la nuestra?

Para mi sorpresa y alivio, la sala estaba desolada. La Sra. Stein caminó delante de nosotros para señalarnos una mesa con una variedad de comidas para probar.

—Honestamente, no pensé que alguien vendría, he estado esperando por un buen rato,— ella suspiró, —Supongo que la gente del pueblo no revisa mucho el Facebook.

En realidad, le están aplicando la ley del hielo, señora. Y no pararan hasta que se adapte a nuestras costumbres.

Quise decirlo pero me contuve. Natalia no podía disimular, su boca abierta, ojeando todo el lugar.

—Tiene una casa muy hermosa, Sra. Stein.

—Gracias, Heist diseñó las remodelaciones.

—¿Heist?— preguntó Natalia.

—Mi hijo mayor, Heist se interesó por el diseño de interiores el año pasado así que lo dejamos hacerlo, nos encantó el resultado pero al parecer, ya no es algo que le interesa. Heist tiende a aburrirse de las cosas con facilidad a pesar de que no hay nada que no pueda hacer bien si se lo propone. Mi hijo es un genio.— ella se cubrió la boca, apenada, —Lo siento, una vez que comienzo a hablar de mis hijos no paro.

—No se preocupe,— Natalia tenía su expresión de falsa amabilidad puesta a toda potencia, —Y si me permite decir, sus hijos son muy atractivos como usted.

Me aguanté las ganas de voltear los ojos. La Sra. Stein soltó una risita.

—Gracias, lo se, son mi orgullo, en especial, mi Heist que sacó mi cabello y mis ojos.

Heist. Heist. Heist.

Ya vi quien era el hijo favorito de esta señora.

Escuché voces que provenían de un pasillo al lado de la chimenea y mi corazón comenzó latir desesperado en anticipación, no sabía si era miedo, emoción o nervios, no entendía el efecto que Heist tenía sobre mi.

Frey y Kaia salieron del pasillo, sus caras de facciones tan parecidas se arrugaron en sorpresa al vernos.

—Oh, hola, se ha cumplido tu sueño, madre, te han visitado.— Kaia dijo, su acento no era tan notable como su sarcasmo.

Natalia se presentó, sus ojos sobre Frey la mayoría del tiempo y yo aproveché mi silencio para detallar a los gemelos. Frey era un poco más alto que Kaia, su cabello negro caía desordenado a los lados de su cara y sus ojos azul oscuro eran de alguna forma más profundos que los de su hermana. Su expresión impasible era fría, me daba la impresión que Frey no era de muchas palabras con personas fuera de su familia. Al sentir mi mirada, Frey me ojeó por un segundo, la indiferencia clara en su cara.

Kaia se paró frente a mí.

—Que bueno verte de nuevo, Leigh y sin tu madre,— comentó, —Aquí entre nos, ella me asusta un poco, ¿Es muy estricta, no?

—Solo protege nuestras creencias muy bien.— no quise sonar defensiva pero no me gustó el tono con el que se refirió a mi madre, como si la juzgara.

Algo de los Stein desataba mi lado defensivo, casi grosero.

—¿Dónde esta Heist?— preguntó la Sra. Stein.

Kaia se encogió de hombros.

—Como si lo supiera, ya sabes como es.

¿Por qué me desilusiona la posibilidad de que no este aquí? Debo estar loca, tal vez la locura de ese ser, se me pegó en el cementerio.

Pero si él estaba aquí hace unas horas, cortando leña. Lo recordaba muy bien. Meneé la cabeza, Frey subió las escaleras, desapareciendo de nuestra vista. Natalia tomó asiento al lado de la Sra. Stein en el sofá en forma de L de la sala. Natalia no paraba de hablar, diciendo lo necesario para ganarse el aprecio de la Sra. Stein.

Kaia tomó mi mano.

—Ven conmigo, hay algo que quiero mostrarte.

Le di una mirada de alarma a Natalia pero ella estaba muy ocupada impresionando a la Sra. de la casa. Kaia me jaló por un pasillo hasta que entramos a una hermosa cocina con mesones de mármol impecables. Habían varias ollas, y un montón de comida servida ahí.

—Prueba un poco de cada cosa, he cocinado todo yo.— la emoción en su voz era contagiosa, —El pastel de fresas que le llevamos a tu madre también lo hice yo, mamá no cocina, en cambio, a mi me encanta.

'Lo he horneado yo misma' Su madre mintió aquella noche.

Me quedé observando todos los platos, se veían estéticamente perfectos, no quería arruinar nada.

—¿Siempre eres tan callada?— su pregunta me hizo aclararme la garganta.

—No, solo... se ven muy bien, no quiero arruinarlos.

—Vamos, es comida, creo que hice demasiada, pensé que la casa se llenaría de gente, al parecer, no somos muy populares aquí.

Probé algunas cosas y no pude evitar cerrar los ojos antes algunos sabores. No había mucha variedad de comida en el pueblo y aunque adoraba a mi madre, en su cocina tampoco. Y Kaia sabía lo que hacía.

—Están... deliciosos.

—Come todo lo que quieras.

—¡Kaia!— la voz de la Sra. Stein sonó desde la sala, —Llamada de tu padre, contesta en el telefono del pasillo.

—¡Ya vuelvo! Sigue comiendo.

Le di la vuelta al mesón para probar otros platos, sin Kaia aquí, me podía permitir desatar mis ganas de probarlo todo. Casi me atoró con un pedazo de pollo endulzado cuando escuchó una puerta detrás de mí. Me giré para enfrentar la puerta de atrás de la cocina que daba al patio.

Heist.

Él entró a la cocina, sacudiendo sus zapatos deportivos blancos en la pequeña alfombra, andaba de shorts negros y una franela blanca holgada que permitía ver los definido que era su pecho, y dejaba sus brazos ligeramente musculosos a la vista. Su cabello rubio lucía oscuro, mojado por el sudor y se pegaba a su frente. Tenía unos audífonos negros en los oídos que se conectaba a un dispositivo en una banda alrededor de uno de sus brazos.

Era obvio que venía de hacer ejercicios.

Me quedé congelada porque había bajado mi guardia por primera vez en esta casa, estaba comiendo como si el mundo se fuera a acabar mañana, lo menos que esperaba era ver a Heist.

Cuando Heist me vio, esa sonrisa que ya conocía muy bien se formó en sus labios. Él se quitó los audífonos, enrollándolos en sus manos.

—Vaya, vaya, ¿Qué tenemos aquí?

Pasé saliva, tratando de mantenerme calmada. Heist no era como los chicos del pueblo, era diferente, no solo fisicamente, tenía un aire de experiencia y seguridad que no había visto en ningún chico antes. Y por alguna razón la imagen de él sin camisa de hace un rato no salía de mi mente.

—Hola.— solté porque me rehusaba a dejarle saber cuanto me intimidaba.

Heist se dirigió hacia mí, sus ojos azulados brillando con algo que no pude reconocer, y se detuvo justo frente a mí. Tuve que alzar la mirada para verlo a la cara.

—No pensé que vinieras, de otra forma, te habría esperado.

—¿Por qué?

Él se mordió el labio inferior.

—Porque quiero tener una buena relación con mis vecinos, por supuesto.

No le creas.

Heist estiró su mano hacia mí y la abofeteé antes de que pudiera tocar mi cara.

—No me toques.

—Tienes algo aquí.— se limpió la esquina de su boca indicándome.

Oh.

—¿Siempre eres tan hostil, Leigh?

—¿Y tú siempre eres tan atrevido?

Heist se rió un poco.

—¿Atrevido?

—Si, no puedes ir por la vida tocando a las personas como si nada.

—Solo quería limpiarte.

—No tenemos esa confianza, te conocí hace unos días, apenas hablé contigo en el cementerio y tampoco fue la mejor conversación del mundo.

—Tienes razón, lo siento.— levantó las manos en el aire, —No volveré a tocarte, Leigh.— prometió antes de agregar, —a menos que tu me lo pidas.

Como si yo fuera a pedírselo.

¿Por qué se veía tan divertido? Estaba segura de que mi expresión no era para nada amigable.

—Sigue comiendo,— él comentó, dirigiéndose a la nevera, —No fue mi intención interrumpir.

Decidí no darle importancia a su presencia, aunque me afectaba mucho, no estaba acostumbrada a estar a solas con chicos. Si mamá supiera, me mataría. Le di la espalda para seguir probando otros platos. Mastiqué un pedazo de carne bien cocinada con un aderezo de arándanos que era simplemente delicioso. Casi me atoré cuando sentí a Heist detrás de mí, él estiró su mano pasándola a un lado de mi cintura para tomar una cereza que estaba arriba de un pastel.

—Las cerezas son mis favoritas.— su respiración acariciaba la parte de atrás de mi cuello.

¿Él no sabe respetar el espacio personal de los demás?

Disimulé al moverme a un lado como si estuviera rodeando el mesón para alejarme de él. Heist tomó otra cereza y se sentó en una de las sillas altas al otro lado del mesón.

—Y cuéntame, Leigh, ¿Por qué somos tan poco populares en este pueblo?

¿Ya lo ha notado?

—No es nada personal, somos una comunidad cerrada.

Heist alzó una ceja.

—¿Una comunidad cerrada por... la religión?

No le respondí. Heist observaba cada uno de mis movimientos sin perderse alguno como si estuviera buscando algo, analizando algo.

—¿Te pongo nerviosa, Leigh?

—No.

Él me sonrió.

—Yo creo que si.

—No me importa lo que tu creas.

Su sonrisa se ensanchó.

—Me pregunto si eres así de grosera con otras personas o si es una actitud que solo tienes conmigo, de ser solo conmigo, estoy halagado.

—Eres tan extraño.

Él soltó una risita burlona.

—Tienes razón, no te he dado una buena primera impresión,— él se puso de pie, rodeando el mesón, pasando sus dedos por la superficie del mismo con lentitud al acercarse a mi, —¿Comenzamos de nuevo?— él se detuvo frente a mi y extendió su mano, —Mucho gusto, Leigh, soy Heist.

Ojeé su mano con cautela antes de apretarla y soltarla tan rápido como pude. Heist se inclinó hacia mí, su cara a escasos centímetros de la mía.

—Nos vamos a llevar muy bien, Leigh.

Así de cerca, podía notar cada facción de su rostro y lo bonito que era el azul mezclado con gris de sus ojos.

Aléjate de él, Leigh, es peligroso.

Por alguna razón, no podía apartar la mirada. Nunca había tenido un chico así de cerca, y mucho menos un chico como él. Me hacía preguntarme como podía tener un rostro tan perfecto, sin defectos. Eso no era justo.

Sin saber cuanto tiempo nos quedamos así, agradecí cuando escuché pasos que venían del pasillo y eso me sacó del trance que eran los ojos de Heist y di un paso a atrás, finalmente, alejándome de él.

En ese momento, sembré el recordatorio en mi mente de no dejarme atrapar por el atractivo de Heist porque sin importar lo perfecto que pareciera, había algo en él que me hacía querer salir corriendo en la dirección contraria. 



Continue Reading

You'll Also Like

80.1K 6.7K 19
⚠️Corrigiendo⚠️ Y es que nunca pude amar a alguien más con la misma intensidad con la que te ame a ti, te recuerdo día y noche. Jamás olvide nuestros...
637 73 13
"A pesar de marcharse hace tiempo, aunque ahora se encuentre a años luz de distancia... la sigo viendo, la sigo pensando. En cualquier lugar donde es...
136K 3.6K 7
*PRIMEROS CAPÍTULOS*MATERIAL PROMOCIONAL* Un libro de Dustin Thao. Julie Clarke, de diecisiete años, tiene todo su futuro planeado: marcharse de su p...
1.4M 118K 50
Daphne y Reece han presenciado un asesinato. Salvo porque no hay cuerpo, no hay rastro, y la persona a la que creían haber visto está viva. ¿Qué pasó...