Inesperado Amor ©||EN EDICIÓN...

By andreawoon

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Ella solo quería divertirse una noche. Y así conoció, al que sería el amor más real y maravilloso que la vida... More

AVISO IMPORTANTE.
Prólogo.
1.- Esa noche (*)
2.- Ríndete (*)
3.- Una sola oportunidad (*)
4.- Caja de sorpresas (*)
5.- Cita (*)
6.- Dinamitas (*)
7.- Sospechas (*)
8.- Sorpresas (*)
9.- Afrontar la verdad (*)
10.- Una decisión (*)
11.- Encuentro (*)
12.- Golpe de realidad (*)
13.- Culpas (*)
14. -No estás sola (*)
15.- Decir la verdad (*)
Capítulo 16 (*)
17.- Hablar con la verdad. (*)
18.- Buen momento (*)
19.- No rendirse (*)
21.- Hacer las cosas bien. (*)
22.- Lo merezco (*)
23.-Ahora estoy aquí. (*)
24.- Encuentro desastroso (*)
25.- ¿No es increíble? (*)
26.- No necesito explicaciones. (*)
27.- Impulsos. (*)
28.- Mala idea. (*)
29.- Amenazas (*)
30.- Errores del pasado (*)
31.- No me iré
32.- Por favor no lo hagas (*)
33.- Enfrentamiento
Capítulo 34 (*)
Capítulo 35 (*)
36.- Deseos (*)
37.- Enfocarse en el presente. (*)
38.- No es culpa tuya (*)
39.- Advertencias (*)
40.- ¿Ya es hora?
41.- Amor instantáneo (*)
Capítulo 42 (*)
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Epílogo
Extra
¡Aviso Super Importante!

20.- Coincidencias (*)

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By andreawoon

Montserrat.

Dos meses habían pasado, dos meses desde que decidí salirme de casa de mis padres e independizarme, dos meses desde la última vez que hablé con Jack Morgan.

Amanda y Karen me han repetido hasta el cansancio que estoy siendo demasiado dura, que debo darle una oportunidad. Anna, mi mejor amiga, por otro lado, se ha mantenido al margen, no me ha hecho enormes cuestionamientos ni ha mencionado al padre de mi hijo y eso es un gesto que agradezco enormemente, a ella no podría mentirle.

— ¿Cuánto tienes la cita con la doctora nuevamente? —inquiere Caleb mientras adopta una postura de lo más cómoda sobre el sillón.

—En un par de días más —respondo sin mirarlo—. ¿Por qué?

—Quiero acompañarte—. Cuando pronuncia eso elevo la mirada.

— ¿En serio? —Inquiero elevando una de mis cejas.

—Sí. ¿Por qué me miras de esa forma?

— ¿Qué forma? —inquiero soltando una risa—. Solamente se me hace de lo más extraño que quieras acompañarme, pero igual me agrada la idea.

Una sonrisa se posa en los labios de Caleb. En todos estos meses, mis dos hermanos se habían estado portando de lo más dulces conmigo, mi embarazo había sacado en ellos una fachada que yo desconocía.

Luke había comenzado a buscar ropa para mi hijo, dando por hecho que sería un varón, mi galería estaba inundada con fotografías que mi hermano me había enviado, y las cuales había avisado que compraría tan pronto como mi bebé naciera.

Caleb por otro lado, había aumentado su estado de protección conmigo, varias veces a la semana venía a mi departamento para ver cómo estaban las cosas y para llenarme de comida.

Dave no había regresado del último viaje al que se había ido hace un par de semanas, pero no había día en que no recibiera un mensaje o alguna llamada para preguntarme como me encontraba.

A pesar de estar rodeada de gente que se preocupaba por mi bienestar, no podía estar tranquila. Había algo que me impedía gozar plenamente de la tranquilidad a la que estaba acostumbrada.

Amanda decía que era porque seguía sin hablar con Jack, yo insistía en que no tenía nada que ver con eso.

—Bueno hermanita, tengo que irme —Caleb se incorpora haciendo que aparte mi vista nuevamente para poder observarlo.

Me incorporo, dejando a un lado la revista que sostengo y acercándome a mi hermano.

—Confírmame el día de la cita con la doctora y paso por ti ¿de acuerdo? —asiento —Adiós pequeñín —Se inclina y deja un beso sobre mi pequeño vientre y me sonríe.

—Adiós Caleb —respondo. Mi hermano toma su abrigo que se encuentra sobre el sillón y me hace un ademán de adiós.

Suelto un suspiro cuando se ha ido y regreso a la posición en la que me encontraba algunos segundos atrás. No estaba acostumbrada a pasar gran parte de mí día sola, prácticamente después de terminar mi jornada en el estudio me regresaba a casa y de ahí no había nada más por hacer.

No había tenido oportunidad de salir con Anna, con su embarazo y la casa hogar que atendía no le quedaba mucho tiempo libre.

—¿Qué dices si nos vamos de compras? —Hablo mirando mi vientre —No parece que tengamos nada mejor que hacer ¿O sí? —Suelto una risa al darme cuenta de lo graciosa que debo verme hablándole a mi vientre. Compruebo la hora en el reloj que tenía en mi muñeca y me incorporo.

El bolso en donde mi celular y cartera se encontraban descansa sobre la mesa del comedor, así que me dirijo ahí para poder tomarlos y salir de casa.

Aún podía conducir, así que tomo las llaves del auto para ir más rápido y dirigirme hacía el centro comercial más cercano.

Una de las cosas que más me agradaban del departamento que habitaba, es que todo prácticamente me quedaba cerca. Aproximadamente a 15 minutos de distancia se encontraba un centro comercial, mismo al que me dirigía.

Debido a los escases de tráfico llego en menos tiempo del esperado. Me alegra encontrar un lugar relativamente cerca de la entrada para poder estacionarme, me bajo corroborando que he traído todo lo necesario en mi bolso y le coloco la alarma a mi auto.

Una pequeña sonrisa se filtra en mis labios cuando me encuentro en el interior y me percato de una tienda de ropa exclusivamente de bebés. Sin dudarlo, me dirijo hacia ahí.

Al entrar quedo totalmente encantada con todas las prendas que cuelgan en los estantes, los juguetes y decoraciones hacen que mi corazón de un vuelco de ternura.

Una chica se acerca ofreciéndome su ayuda, hay una cantidad impresionante de modelos de ropa, accesorios y juguetes. Tras asegurarle que si necesito algo se lo haré saber, la chica se despide con una sonrisa amable y se aleja algunos pasos.

Me paseo por los pasillos de la tienda, observando a detalle las prendas y accesorios que cuelgan y me permito tomar el tiempo necesario. Ahora me daba cuenta de que todas las cosas que tenía habían sido obsequios, así que lo decido, hoy haría una compra grande. Paso la siguiente hora adueñándome de prendas adorables, y juguetes que estaba segura que mi bebé tardaría mucho tiempo en usar. Pero no importaba.

Cuando considero que ha sido suficiente, me dirijo hacia la caja. En pocos minutos tengo en mis manos varias bolsas, y apenas consigo responder el mensaje de Luke informando que se dirige a mi departamento.

Me encamino hacia la salida sin prestar mucha atención por donde camino, es así que en segundos termino chocando contra un cuerpo.

—Lo siento muchísimo —mascullo en forma de disculpa mientras elevo mi mirada para ver a la persona con la que he chocado.

—No te preocupes linda, ha sido culpa mía. —Una señora que aparenta unos cincuenta años y luce totalmente elegante me sonríe con amabilidad.

—No para nada, he sido yo la que andaba distraída —expreso—. Lo siento.

La mujer frente a mí vuelve a sonreír. Su mirada se posa en la bolsa que sostengo en mis manos y luego viaja a mi vientre.

—¿Todo en orden? —inquiere—. ¿En qué mes estás?

—Voy saliendo de mi cuarto mes— respondo con una pequeña sonrisa mientras coloco una de mis manos sobre mi vientre.

—Ya has pasado los meses con más problemas —comenta. —Felicidades, y ten cuidado—pronuncia en tono burlón, pero sin abandonar la amabilidad en su tono de voz.

Observándola más detalladamente sus facciones se me hacen conocidas, pero ahora mismo no logro recordar a quien me refieren.

—Claro —respondo con una pequeña sonrisa y asintiendo. —Adiós.

La mujer eleva una de sus manos en forma de despedida y la esquivo para poder seguir mi camino no sin antes dedicarle una última sonrisa y pensando que ella lucía verdaderamente amable.

JACK

Reviso las notificaciones de mi celular por enésima vez en lo que llevo sentado en una de las bancas del centro comercial, mi madre había sido demasiado insistente con que yo la acompañara y ahora me había dejado esperando mientras ella iba a atender unas cosas en la tienda de ropa de la cual era dueña. Pero ya se había tardado.

—Listo—. Elevo la mirada cuando escucho la voz de mi mamá.

—Al fin ¿Por qué tardaste tanto mamá? —inquiero.

—Me he topado con una chica que estaba comprando en la tienda, hemos chocado sin querer —comenta. —E intercambiamos unas palabras.

—¿Cuándo dejarás esa mala costumbre de hablar con extraños? —cuestiono con burla.

—Oh Jack, es que esa chica me hizo pensar en la madre de mi nieto —admite. Si, efectivamente mi madre ya se encontraba enterada de la situación, al inicio creí que se opondría rotundamente, pero al parecer fue todo lo contrario, Roxana Morgan se había tomado con toda la alegría del mundo el hecho de que iba a ser abuela.

—¿No has podido hablar con ella cariño? —Inquiere.

—No, mamá —respondo en un suspiro—. He hecho todo para intentar hablar con ella y encontrarla. Pero como sabrás, no ha dado resultado.

—Vas a encontrarla pronto, no es como si se hubiese esfumado —expresa con comprensión.

Casi dos meses habían pasado desde la última vez que había hablado con Montserrat, dos meses en los cuales mi vida se había convertido en una tortura al no saber nada de ella, al saber y ser consciente de que me estaba perdiendo momentos al lado de Montserrat.

Momentos que no regresarían nunca.

—¿Vamos a casa? —inquiero intentando dejar ese tema a un lado.

—Sí, ya no tenemos nada más que hacer aquí—pronuncia comenzando a caminar. Me limito a seguirla sin decir nada.

Había tenido tanto temor de decirle a mi madre lo que ocurría y todo ese tiempo me estuve preocupando por nada, ella parecía totalmente feliz por la noticia, pero tan mortificada al mismo tiempo por no saber de Montse. Sin embargo, la parte difícil aún no llegaba puesto que mi padre aún era ajeno a la situación.

Y con él no tenía la certeza sobre cómo iba a reaccionar. Mi madre se había empeñado en decirme que lo tomaría bien, que estaría tan feliz como ella, pero yo no estaba seguro de eso.

El regreso a casa fue considerablemente más rápido que el de venida, y en menos tiempo del estimado ya me encontraba de regreso en casa de mis padres.

—¿Te quedas a cenar cariño? —pregunta mi madre mientras nos adentramos en casa.

—Si —respondo, no sería capaz de rechazar una cena de mi madre. Ella dice unas cosas más a las cuales no les presto mucha atención porque mi celular ha comenzado a sonar.

El nombre de Blake se lee en la pantalla así que respondo.

Hey —saludo apenas coloco el artefacto en mi oreja,

¡No sabes a quien he encontrado! —grita haciendo que plasme una mueca.

—¿Es necesario que grites? —inquiero —Vas a reventa....

Cállate y escúchame —pide—. He encontrado a Montserrat, Jack.

Escucharlo decir aquello hace que quede en una especie de trance. ¿Cómo era posible eso?

—¿Jack?

—Lo siento, pero...es decir... ¿Cómo lo hiciste? —inquiero—. Y lo más importante ¿En dónde estás?

—Te mandaré la ubicación en un momento y apresúrate a venir—. Pide, me despido con rapidez y cuelgo la llamada.

Mi celular vibra apenas hago eso, un mensaje de Blake me ha llegado mismo en donde se encuentra adjuntada la dirección.

—¡Mamá, no me quedo a cenar! —grito mientras salgo prácticamente corriendo hacia mi auto.

Ahora mismo tenía algo más importante que hacer. Al fin, había dado con Montserrat y nada ni nadie impedirían que hable con ella, y, sobre todo, nadie impediría que ella me escuchara esta vez.

De eso estaba seguro.

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