Final alternativo 1/2
Narra Milagros
— Oh, vamos amor — ríe Abraham, mientras me sujeta por las piernas —. Coloca eso de una vez y baja.
Río, ligeramente y me estiro ligerante hasta poder colocar la bendita lucecitas de color en el armario.
¡Sip, así es! Estamos colocando luces de colores, la del arbolito, en el armario. Pues, a Abraham le pareció una linda idea y la verdad, que si.
— Yap. — comento y siento como las manos de Abraham me van bajando poco a poco hasta tocar el suelo.
Aunque, duré dos segundos, ya que me cargo nuevamente por mis muslos.
— Te amo, mi amor. — una sonrisa aparece en sus labios.
Agarro su rostro entre mis manos, al lado de sus orejas, y bajo un poco mi rostro debido a la diferencia de estatura. Su cabeza es elevada un poco de modo que sus labios y los míos quedan a centímetros. Dejo un suave beso y llevo mi mano derecha a mentón, acariciando con mi dedo pulgar.
— También te amo — murmuro sobre sus labios, me separo un poco y lo miro con una sonrisa —, y mucho.
Me deja delicadamente sobre el flasido colchón, debido a que por el accidente de hace dos meses me dejó quemada la mayoría de la espalda, se coloca entre mis piernas y se eleve a sobre mi, besando mis mejillas, mi mentón y luego los labios.
Llevo mis manos a su nuca y acaricio su cuero cabelludo, mientras nuestros labios de apoco van subiendo la intensidad del beso. Sus besos comienzan a regarse desde la comisura de mis labios hasta mi cuello. Al llegar justo donde empieza la curva de mi cuello unida por mi hombro, sonríe malicioso. Río un poco y hago mi cabeza hacia un lado, dejandole espacio.
Pasa su lengua por ese lugar y luego sopla, causandome un escalofrío dejando mi piel de gallina. Siento como luego sus dientes se clavan en mi piel, cierro los ojos y aprieto su espalda ligeramente. Sus dientes se clavan en aquel lugar y un gemido bajito sale de mis labios.
— ¿Podemos hacerlo? — siento sus manos que se deslizan de mi cintura hasta mi trasero.
Muerdo mi labio inferior con una sonrisa y llevo mis manos a su remera, para luego sacarla. Sonríe y besa mis labios.
(*****)
— ¿Te vas a cambiar ya? — besa mi mejilla y luego mis labios.
— Ajam — salgo de sus brazos y estiró mi brazo hasta la musculosa de Abraham que está en la punta de la cama.
Me la coloco y luego me coloco las bragas.
Me dirijo al armario y saco el vestido negro que me compré con Sol hace unos días, agarro unas bragas de encaje color negras y los zapatos a juego con lo demás.
En silbido se hace presente en la habitación. Sonrío negando y miro al castaño hermoso.
Se levanta de la cama, aún desnudo y se dirige a mi. Hago todo lo posible para no bajar la mirada. Se acerca a mi, me abraza y besa mi frente.
— Amor — murmura y besa mis labios —, estas más gordita. — ríe y esconde su cabeza en mi cuello.
Siento como mi cuerpo se queda tieso y el nerviosismo me empieza a llegar al cuerpo