• Capítulo 28 •

387 45 3
                                    

Empujo a quien se cruza en mi camino sin importarme si se quejan o no, lo que quiero es llegar a ella.
Bajo corriendo las escaleras con los gritos de Elías y Sol detrás mío. No quiero nada. Solo....quiero llegar a ella, quiero verla.

Las sirenas sonando ponen mi piel de gallina y hace que mi corazón golpee con fuerza mis costillas. No aparto la vista de la pista, mis ojos nunca dejaron el auto estrellado con sus ruedas para arriba y el techo para abajo junto al moto que suelta humo.

La carrera paró y todos los espectadores es tan parados y alterados. Algunos estan murmurando muchas cosas y otros se están yendo.

- ¡ABRAHAM! -agarran mi codo con fuerza, haciendo que voltee-, espera carajo -Elías agarra mis hombro y me sacude un poco-. Calmate.

- Ella estará bien, ¿Si? -está vez habla Sol.

Se acerca a mi y pasa sus dedos pulgares por mis mejillas eliminado las lágrimas que habían salido sin yo darme cuenta.

- Quiero verla -murmuro mirando hacia la pista. Abro mis ojos como platos al ver el fuego en la parte trasera del auto.

Salgo corriendo aún más rápido de lo que corría antes hasta llegar a una puerta cercana.

- Por favor, por favor -agarro la puerta de reja que nos separa de la pista-. Déjame entrar. -miro a la policía.

- Lo lamento señor, sólo el personal autorizado puede pasar.

- ¡Vamos! -tiro de la puerta, intentado abrirla pero es inútil- Soy su novio, por favor deje entrar. -sollozo.

- Lo lamento -me mira apenado.

- ¡POR FA....-el ruido de una fuerte explosión corta mis palabras. Observo y el auto de Mily se encuentra prendido fuego por completo junto a otros dos autos más.

Ahora el ruido de varias sirenas, tanto de ambulancia como de bombero y de policía retumban por todo los lugares, poniéndome aún más nervioso de lo que ya estoy. Veo como varias ambulancias y un camión de bomberos entra a una gran velocidad a la pista.

La gente poco a poco se comienza a ir de forma rápida y nada segura. Todos gritando mientras corren a la salida por las dudas de que algo más pase.

Intento abrir la puerta nuevamente tirando lo más fuerte que puedo, pero la puta reja no sé puede abrir.

- ¡DÉJEME PASAR JODER! -grito golpeando la puerta. Varias personas pasan corriendo a mi lado empujandome, pero le resto importancia y sigo intentando abrir la reja.

- Abraham basta -las lágrimas me impiden ver con claridad. Mi cabeza y mi pecho duele, al igual que todo mi cuerpo.

- ¡MI AMOR! -grito- ¡MI AMOR! -siento unos brazos rodearme por completo impidiendome que me mueve- ¡NO! ¡SOLTAME ELÍAS!

Observo como ya las ambulancias comienzan a irse y el camión de bombero junto a los autos de la policía continúan observando los autos en llamas.

(****)

- Déjeme pasar -murmuro intentado pasar la puerta que nos separa de Mily y de mi.

- No, lo sentimos. No puede pasar -una enfermera deja su mano en mi pecho y me impide el paso-. Prometemos de que cuando la paciente salga, le avisaremos de inmediato, pero por favor, espere acá. -y sin más la enferma entra corriendo, desapareciendo por las puertas blancas grandes.

Caigo de rodillas al piso.

Tapo mi cara con mis dos manos e intento ocultar mis sollozos que salen sin control al igual que mis lágrimas. Muerdo mi labio inferior mirando hacia el techo del hospital murmurando muchas cosas.

- Por favor, que no le pase nada -suspiro y paso mi muñeca por mis ojos elimaindo las lágrimas.

Unos finos brazos envuelven mi cuello, sé quién es y le correspondo el abrazo.

- No quiero que le pase nada Sol, no quiero -escondo mi cabeza en la curva que hay de su hombro a su mentón.

Se intenta alejar, pero aprieto fuerte su cintura y la apego a mi. No quiero separarme de sus brazos, ahora, ella es la que necesito a mi lado, la que me diga que todo saldrá bien, que estará bien, que no pasará nada. Que ella saldrá de esto como ha hecho muchas veces.

- Ella estará bien, pequeño -sus manos acarician mi nuca-. Ha salido de muchísimas cosas -agarra mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarla. Sus lágrimas mojan todas sus mejillas y labios. Sé que quiere aparentar ser fuerte, pero ahora, no le sale-, y está vez no será la excepción. Ella es fuerte.

Miro las puertas blancas unos segundos y vuelvo a esconder mi rostro en el cuello de Sol.




𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚍𝚘𝚛𝚎𝚜 [A.M] {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora