• Capítulo 8 •

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Frunzo el ceño al escuchar muchos gritos.

Observo a mi lado y Mily no se encuentra. Suspiro y me levanto. Dejo mis codos sobre mis rodillas y mi rostro entre mis manos, frotándome la cara.

El ruido de algo rompiendo me espanta. Corro escaleras abajo y me sorprendo al ver a mi novia junto a Sol, tirada en el piso mirando a  su padre con los ojos rojos.

— ¡¡Te dije que ya no te quiero con Abraham!! — habló su padre entre dientes — ¡¡NO TE QUIERO VER CON ÉL!! ¡NO ES BUENO PARA VOS!

— ¡Y yo ya te dije que no lo dejaré! — Sol se acerca y la ayuda a pararse — Me quedaré con él, te guste o no.

Suelta la mano de Sol y se acerca a su padre desafiandolo.

— Estoy arta de que quieras controlar mi vida. A Abraham, lo amo y no te pido que lo entiendas y tampoco te pido que lo quieras solo quiero ¡¡QUE ME DEJES HACER MI VIDA!!

Abro los ojos con asombro al ver como su padre la golpea con puño cerrado.

Ella cae al piso, al lado de Sol.

— ¿¡Qué rayos le pasa, Ernesto? — lo empuja sol y se acerca a Mily sentado la en el suelo.

Me acerco a él hecho una furia al ver la ceja de Mily abierta, sangrando.

— ¿¡Qué mierda le pasa en la cabeza!? ¿¡EH!? — lo empujo tirandolo en el suelo — ¿¡¡Cómo se atreve al levantarle la mano!!? Golpeme a mi, pero NO A SU HIJA, NO A MI NOVIA.

Me tiro sobre el, golpeándole la boca, partiendosela. Lo levanto y lo estampo contra la pared.

— Si vuelve a golpear a mi novia, se las vera conmigo. Soy capaz de mandarlo al hospital — acerco mi rostro al suyo, mirándolo enojado y creo que eso es poco —. Si quiere me pega a mi, pero a SU HIJA NO, ¿¡¡LO ENTIENDE!!?

Este asiente asustado alzando las manos.

Ernesto me conoce y sabe que soy capaz de hacerlo. Antes de soltarlo, lo golpeo haciendo que su cabeza se golpee con la pared. Cae al suelo sentado y se arrastra rápidamente hasta la puerta de mi casa y sale, pero antes de hacerlo, me da una mirada de furia. Sale, cerrando la puerta de un portazo.

Me acerco a mi novia y la abrazo. Un quejido sale de sus labios.

— Lo siento — la agarro entre mis brazos y la dejo en el sillón — ¿Qué sucedió? — pregunto mirándola a sol, una gran amiga de toda la vida. Me acerco a abrazarla y planto un beso en su frente, acariciándole el cabello.

— Su padre — se separa de mi para sentarse en el sillón, al lado de Mily para levantarle la camisa de la parte de la espalda. Me acerco a ella y observo algunos pedasitos de vidrios están enterrados en su cuerpo.

— Carajo — murmuro apretando los dientes —, pero ¿Qué pasó?

— Llegué a eso de las ocho de la mañana. Mily sabía que iba a venir.....

— Me olvidé de decirte — se queja mordiendo su labio inferior.

Saco el botiquín del cajón que hay abajo la mesa donde se encuentra la tele, agarro algodón y lo mojo en alcohol.

— Esto te dolerá un poco. — y mojo su espalda con el pedazo de algodón. Su cuerpo se enjoroba.

— Cuando me recibió, al rato llega su padre enojado y la tiró contra la mesa de vidrio que hay, bueno había en tu cocina. Y bueno, todo lo demás.



𝙰𝚖𝚘𝚛 𝚎𝚗𝚝𝚛𝚎 𝚌𝚘𝚛𝚛𝚎𝚍𝚘𝚛𝚎𝚜 [A.M] {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora