Mi vida un show

By Hitto_

4.9M 222K 45.9K

Sophie es la protagonista de la más famosa y peor serie de televisión del momento. Además de lidiar con fans... More

Advertencia, DEBES saber esto antes de leer
Piloto
Hemofobia
El comic de Aaron
La rutina de los lunes
¡Todos me irritan!
El insufrible Tiago
El futuro de Aaron
Noche de pub
La resaca del sábado
La TV es mi enemiga
Más noticias para Sophie
El punto final para Aaron
Empezar de nuevo
Conociendo a Steve
Borrón y cuenta nueva
Buena vibra momentanea....
Mentira piadosa
Cita a ciegas con Aaron Hyde
Shriek Critics
Haciendo las paces
El gran paso de Camila
Las armas del chantaje
La nueva temporada
Superando espectativas
El retorno
El mejor regalo de cumpleaños
Dilema
Reconociendo a Ian
La decisión de Sophie
La nueva publicista del Show
Viejas amistades
Voy a ser un buen hermano
Ser adulto
Asegurar la inversión
La escuela Nº 54
La dieta de la banana
La presa de Misky
La marca asesina
Empieza la guerra
Empieza el entrenamiento
La chica alternativa
Paseo bajo la lluvia
¡Al diablo!
Estamos en crisis
Entre drogas peligrosas
Algo lindo para Tamara
Carrera al hospital
Decisiones desesperadas
Vivir bajo un puente
Deudas que pagar
No importa lo que hagas: pierdes
La verdad de Il Cuore
With you
Chocolate, fresas y otras sorpresas
Mi padre me quiere arruinar
El destino del show
El rostro escondido del amor
Juguemos a la verdad
Luchar por lo que vale
El nuevo jefe
¡Renuncio!
Sin mi problema
¡Ese maldito perro!
Tamara lo sabe todo
Nuevas oportunidades
Disculpas desesperadas
Toma de rehenes
Historias de fobias
Terapia de exposición
Despedidas que duelen
Tulip, to live
Cerrando capítulos
La graduación
Presentando: Transalterna
Epílogo
Ya puedes leer TRANSALTERNA

Apuestas

86.3K 3.2K 659
By Hitto_


Sophie subió a su habitación y le dió la sensación de haberse equivocado de casa. Todavía no se acostumbraba a las paredes vacías, a su muro de sueños que había pasado por tantas cosas ahora guardado en una caja debajo de su cama; que ya no le servía de refugio por la cantidad de cosas que la producción había escondido ahí. Sus libros ahora estaban bien acomodados, se habían asegurado de colocar solo los que tenían la mejor portada, para que se lucieran frente a cámaras, el resto estaban también encajonados, junto a sus comics y mangas. Sophie no era especialmente ordenada, pero ahora el lugar estaba tan limpio que parecía la fotografía de una revista de decoración, un lugar donde no habitaba nadie.

Se tiró sobre la cama de todas formas y le pareció estar en una publicidad de suavizante de ropa, con flores de caricatura brotando de las sábanas. Ni siquiera olía como ella. Miró a su alrededor, buscando la novela que había empezado a leer la noche anterior e insultó a Susan en todos los idiomas, puesto que dicho libro no estaba a la vista y le daba una flojera increíble buscarlo.

Lo único a mano era el guión del programa, dispuesta a estudiarlo ya que no encontraba nada mejor que hacer, fue interrumpida por la puerta. Dio la orden de que pasaran y casi se cae de la cama al ver a Steve y a su padre, quien con una mirada le daba a entender que no podía estar con el chico a solas en su habitación.

— ¿Qué haces aquí? —le preguntó.

—Vine a visitarte, habíamos quedado en ser amigos ¿no? Y andas molesta y deprimida así que pensé en hacer algo para animarte —respondió haciéndole una seña para salir. El padre de Sophie los dejó viendo que no se quedarían en la casa y Steve le sugirió a Sophie llevar un abrigo.

— ¿A dónde vamos a ir?

—No muy lejos. No podemos hacer nada con Susan, y sé que andas molesta y triste y no quiero verte así. No hice la gran cosa, pero espero hacerte olvidarla un poco.

Al salir por la puerta Steve la llevó hacia la parte trasera del jardín, donde había preparado un picnic. En el pasto había un mantel a cuadros rojos y una cesta de mimbre con la comida, como en una típica escena salida de un programa norteamericano. Al ser de noche el lugar estaba iluminado por las luces artificiales del jardín y algunas velas.

Sophie se sorprendió y pensó que era una de las escenas más románticas que había vivido. Estuvo a punto de mencionarlo en voz alta cuando se dio cuenta de las intenciones de Steve.

—Esto es trampa, te pedí que me dieras tiempo y que no quería nada de citas.

—Esto no es una cita —se defendió con esa sonrisa tan encantadora a la que Sophie no podía resistirse—. En serio, supuse que te gustaría y después de esto no espero nada. Solo comeremos y conversaremos. Aunque no quieras nada conmigo sabes lo que siento y me importas, así que quiero verte feliz, aunque sea por un momento.

La chica sonrió y se sentó junto al mantel, mientras Steve sacaba de la canasta sándwiches de mantequilla de maní.

—Lo hice yo, es lo único que sé cocinar.

Sophie le dio un mordisco a uno, sin dejar de mirar con reprimenda a Steve, sin creerse del todo que no hacía eso sin ningún tipo de interés romántico. Ella ya había estado esperando el momento en el que tanto Steve como Ian empezaran a querer ganar puntos. Sin embargo, con o sin un interés de por medio, ese era el mejor momento del día.

— ¿Mis padres te dejaron hacer esto?

—Sí, bueno, se los mencioné y no me prestaron mucha atención, parecían ocupados con otra cosa, me dijeron que hiciera lo que quisiera.

—Es que Tiago se fue de la casa —explicó dando otro mordisco a su sándwich.

— ¿De verdad? ¿Y saben dónde está?

—No, pero no es que se haya escapado, se fue amenazando con ser independiente. Hay dos opciones, o se fue a casa de Alan hasta pensar qué hacer, o irá con Ian a pedirle que lo deje vivir con él. Si se fue con Alan, sus padres lo mandarán aquí mañana, y se fue con Ian, él lo regresará a patadas esta misma noche —continuó muy segura y despreocupada.

—Vivir solo no es tan bueno como parece. Yo me independicé más o menos a la edad de tu hermano, y he estado muy solo desde entonces. Preferiría vivir con mi familia.

— ¿La extrañas? —preguntó y el chico no respondió, bajó la mirada y comenzó a comer—. Pese a todo creo que yo tampoco podría alejarme de mi familia. Hace un par de años Ian y yo teníamos planeado irnos a vivir juntos a Inglaterra al acabar el colegio. Sonaba muy bien en ese entonces, pero mientras más lo pienso no habría podido. Es más, no creo que me vaya a estudiar al extranjero después de todo —dijo y notó un cambio en la expresión de Steve — ¿Pasa algo?

—Nada, perdona—se disculpó de inmediato, asustado por haberle hecho creer a Sophie que lo que le contaba no era importante—. Es que me molesta escuchar sobre el inglés pedante.

—No le digas así.

— ¿Me vas a decir que él no tiene algún apodo cariñoso para mí? —preguntó incrédulo.

—Bueno, sí, te llama yankee insípido o cosas parecidas. Pero es que él es así, tú no. Él es un... pedante y un estúpido. —Empezó a enojarse acordándose de lo ocurrido esa tarde. Steve se acercó más y prestó atención, nada le alegraba más que escuchar a Sophie molesta con el otro chico—. ¿Sabes lo que me dijo ayer? Que es mi culpa el que se vayan metiendo en mi vida y que Susan me diga qué hacer. Además que soy una cobarde por no querer leer lo que dicen de mí en los medios de comunicación —inconscientemente sacó un cigarrillo del bolsillo de su chaqueta y casi brinca hacia el otro lado cuando Steve le acercó un encendedor, pensado que iba a ser mojada nuevamente.

—Creo que le haces demasiado caso, más del que deberías. ¿Qué puede saber sobre la presión de tener tu vida privada frente a las cámaras? Que hablen sobre cada detalle de tu vida y te exijan ser perfecto. Tú solo quieres seguir tu sueño y tomar las medidas que creas necesarias para ser feliz.

Sophie asentía a cada palabra de Steve. A diferencia de Ian, él sí la entendía, porque vivía la misma situación. Después de dar un par de caladas expulsó el humo y apagó su cigarrillo, recordando que estaba en su casa y podía ser descubierta. Desde la reaparición de Ian, habían sucedido tantas cosas que se había olvidado por completo por qué se había enamorado de Steve y lo parecidos que eran.

Terminaron de comer, el chico recogió las cosas y Sophie le agradeció con un abrazo. Todo su día se había compuesto con ese momento y se sentía lista para enfrentar lo que viniese al día siguiente.

Steve extrañó un beso, su ruptura con Sophie había sido tan repentina que no había tenido tiempo de preparase. Y el que ella lo tratase como a un buen amigo tal vez le hacía más daño que si hubiesen cortado todo tipo de contacto. Pero una cosa era segura: lo aguantaría todo hasta recuperarla, era cuestión de paciencia, tener detalles como el picnic, apoyarla en todo momento y por supuesto recordarle todo el daño que Ian le había hecho para que regresara a sus brazos.

Después de una cansada jornada laboral, Ian llegó a su vivienda dispuesto a pasarse la noche entera en vela haciendo sus trabajos del colegio. No eran difíciles, pero sí bastantes dado que tenía que ponerse al día con todas las materias. Empezaba compadecer a Sophie, quien estudiaba y trabajaba tantas horas como él, incluso más. Recogió sus cuadernos y se sentó en la cama. Sería cosa de acostumbrarse a ese ritmo de vida, ya que no tenía más opción. Necesitaba titularse de Saint Abel para entra a una universidad y tener calificaciones sobresalientes para conseguir una media beca, que era lo máximo que otorgaban a estudiantes extranjeros. Ya sería otro problema pensar cómo pagar el resto.

Tocaron la puerta y viendo la hora que era no se animaba a abrir. Ese edificio no era el tipo de lugares donde podía permitirse abrir a cualquiera, pero insistían tanto que al final se levantó y abrió lo que el seguro le permitía. Cuando vio a Tiago abrió por completo, a él sí que no le tenía miedo ni pretendía ocultarse.

— ¿Vienes a cumplir tu amenaza? —preguntó, dispuesto a continuar con su pelea, y esta vez Tiago no lo iba a tomar desprevenido.

Sin responderle y antes de que le cerrar la puerta entró al departamento y soltó su bolso en el suelo.

— ¿Aquí vives? Rayos...—expresó con desagrado viendo al rededor y notando lo pequeño que era el lugar.

—Sí, ¿qué quieres? —no pudo evitar notar el equipaje del chico.

—Vine a ofrecerte una tregua.

— ¿A cambio de qué? —Cruzó los brazos, quería escuchar qué iba a decir antes de sacarlo de ahí.

— ¿Por qué crees que quiero algo a cambio?

—Porque pides tregua, no vienes a dar una disculpa, lo que significa que hay un interés de por medio, y tu equipaje no me da buena espina.

—No tengo de qué disculparme, pero no voy a darte una golpiza a cambio de que me dejes vivir aquí un tiempo.

Ian no sabía si eso era una trampa extraña, un plan de venganza o solo algo que debía tomarse a broma.

—Sí, claro, vete. —Le señaló la puerta.

Tiago se dio cuenta que eso no iba a ser tan fácil, pero tenía que convencerlo, no le quedaba más opción. Era eso o regresar a su casa con el rabo entre las patas y prefería rogarle a Ian de rodillas que lo dejara pasar ahí por lo menos una noche antes que regresar donde su padre.

—Escucha. Me fui de mi casa y si me quedo aquí ambos ganamos. Yo tengo donde vivir y tú solo vas a pagar la mitad del alquiler. Además me olvidaré de todo lo que le hiciste a Sophie y dejaré que estés con ella de nuevo.

Ian ya sabía que eso debía tomárselo a broma, Tiago no podía ser tan cínico y pretender que él cayera.

—Vete —dijo serio.

—No puedo irme. Me expulsaron del colegio y mi padre me dio dos opciones. O me voy a un colegio militar o a Inglaterra con el hermano de mi madre ¿qué clase de opciones son esas? No hizo ni el menor esfuerzo en buscarme un colegio normal. Solo quieren deshacerse de mí.

—Y lo ayudas yéndote...

—No es lo mismo, voy a demostrarle que no soy un niño y puedo mantenerme solo.

—Pues eres un niño, y yo que tú me voy a Inglaterra. Te puedo dar el número de unos amigos, escríbeme cuando llegues y adiós —lo empujó hacia la salida y Tiago puso resistencia.

—No soy un niño y tú solo eres un año mayor que yo —respondió empujando a Ian hacia adentro mientras el otro lo seguía empujando hacia afuera.

—Un año y dos meses, además no es cosa de edad, es de madurez. Solo te fuiste por caprichoso —habló apenas haciendo esfuerzo por sacar a Tiago de ahí.

— ¡Mierda dejen de hacer escándalo! —les gritó un hombre regordete y en pijama, llevando una escopeta en manos.

Los chicos dejaron de empujarse y se metieron en el departamento de inmediato. Ian aseguró la puerta por si acaso.

— ¿Qué clase de vecinos tienes?

—Unos con lo que no congeniarías. Por eso no puedes quedarte. Vete a tu mansión, haz lo que tu padre te dice y aprovecha la bonita vida que te tocó vivir.

—Mi vida no es bonita. No quiero irme al exterior ni terminar levantándome a las cinco de la mañana para que un sujeto me grite.

—Suponiendo que te deje quedarte ¿qué piensas hacer? Porque yo no voy a ser tu niñero ni voy a mantenerte.

—Ya tengo todo pensado. Le robé dinero a Daniel antes de irme, con esto tengo para unas semanas hasta que encuentre un trabajo, y entraré a una escuela en este barrio. Me hubiera buscado yo solo un departamento, pero como soy menor de edad no puedo alquilar un lugar, así que te pagaré a ti la mitad de todo.

—Eres un estúpido —dio perdida la batalla por esa noche. No podía seguir perdiendo el tiempo. Dejaría a Tiago dormir en la sala y al día siguiente cuando saliera, cerraría con llave y no lo dejaría entrar. Ignorándolo regresó a su habitación y tomó de nuevo uno de sus libros de colegio.

—Oye, ¿vas a dejar que me quede contigo? —preguntó intentando ocultar su ilusión.

—No, voy a ignorarte hasta que te vayas. ¿Sabes que podría llamar a tu padre y hacer que te lleve de regreso a la fuerza? ¿O solo llamar a la policía y hacer que ellos te regresen? Hazme caso. Vivir por tu cuenta no es como lo imagina tu fantasiosa cabeza y una escuela pública en este barrio no es agradable. No saldrás vivo el primer día. Por eso yo regresé a Saint Abel.

Tiago bufó con gracia y se puso a revisar la habitación, como quien no tiene nada mejor que hacer.

—Regresaste a Saint Abel por estar con mi hermana. Pudiste meterte a cualquier otro colegio. Seguro que no contabas con que ella te rebote—mencionó con malicia. Ian lo miró de reojo, manteniendo su expresión neutra.

—Es cosa de tiempo. Solo está un poco enojada conmigo, cuando se le pase todo va a ser como antes.

—Sigue soñando. Ella no va a regresar contigo. Agradece que al menos te hable, pero estarás en la friend zone por siempre.

—Claro que no. Regresará conmigo antes de fin de año y al acabar el colegio nos iremos a vivir juntos, como teníamos planeado.

Tiago no pudo aguantar la risa; podría creer lo primero, pero Ian era demasiado ingenuo si pensaba que su padre dejaría a Sophie irse a vivir con él. Iba a burlarse cuando se le ocurrió una idea.

—Te apuesto a que no.

Por el tono en que lo dijo llamó la atención de Ian.

— ¿Qué quieres apostar?

—Mi auto.

—Tú no tienes un auto —regresó la atención a lo que hacía.

—Claro que lo tengo. El año pasado mi padre me regaló uno de sus autos. No puedo manejarlo todavía, pero está a mi nombre, puedes comprobarlo con Sophie. Te lo apuesto a que Sophie y tú se gradúan sin estar juntos.

—Y en caso de que pierda ¿qué?

—Me dejas vivir contigo.

—Entonces olvídalo.

—¿Te tienes tan poca fe? Solo piénsalo. Me dejas vivir contigo ahora. Si hasta fin de año Sophie no ha regresado contigo, ya habrás pagado la apuesta, encima habrás compartido todos tus gastos conmigo. Y si ganas, te doy mi auto, puedes usarlo o venderlo, con lo que cuesta puedes pagarte la universidad. Vas a salir ganando de una forma u otra.

La propuesta de Tiago era tan tentadora que no podía dejarla pasar por alto. Soportar a Tiago bajo el mismo techo podía solucionar el problema de no tener con qué pagar la mitad de sus estudios. Estaba completamente seguro de ganar, así que le extendió la mano para sellar la apuesta.

Tiago la estrechó con fuerza, todo salía según lo planeado. Ya tenía donde vivir, ahora debía inscribirse a su nuevo colegio y buscar un trabajo. Su único problema era perder la apuesta, y sabía que Ian tenía razón, solo era cuestión de tiempo antes de que Sophie lo perdonara por completo. Así que debía asegurarse de no perder la apuesta, y ya se le ocurría cómo.

Esa mañana en el colegio había tenido que soportar a sus compañeros llamándola súper estrella, silbidos y piropos subidos de tono por parte de los chicos y miradas de asco por parte de las chicas, todo por asistir más arreglada de lo normal. Había intentado hacer oídos sordos y pasar de largo los comentarios, pero pese a mostrarse inmutable por fuera, sí le afectaban por dentro ¿Por qué todos tenían que ser tan crueles? La trataban así en ocasiones y en otras se hacían pasar por sus amigos, todo dependía de la fecha y la posible fiesta de celebridades a las que Sophie podía invitarlos.

Intentó poner la pose imponente que ponía cuando quería demostrar al resto que no le importaba lo que dijeran. Fue directo a su casillero y un grupo de sus compañeras que conversaban cerca aumentaron el volumen de su voz al verla.

—Sí, hay algunas que desde que son súper estrellas se creen mejores que el resto.

—Deberían ser un poco más humildes y menos patéticas, pero se creen que tienen que ser el centro de atención siempre.

Sophie cerró su casillero con toda su fuerza, haciendo tal estruendo que las chicas saltaron en su lugar. Ya estaba por decirles algo cuando un par de chicos se le acercaron.

— ¿Cuánto cuesta salir con una celebridad? Dicen que todas tiene un precio. —Uno le interrumpió el paso con una pose despreocupada. Desde que Tiago ya no estaba en el colegio que los chicos no tenían miedo de acosarla.

—A ti te costaría un cerebro —le respondió empujándolo para irse de ahí, pero los otros chicos le bloquearon el paso también.

— ¿Te crees mucho mejor que nosotros?

— ¿Solo por vestirme y maquillarme mejor sacan esa suposición? Ustedes se creen mejores que todo el mundo por el dinero de sus padres y no por eso los molesto.

—No, porque tu hermanito guarda espaldas se encargaba de eso. Ahora eres como nosotros.

Sophie se mordía el labio de la rabia, no importaba qué cosas les contestara, ni cuanto los golpeara, estaban todos contra ella y no veía a ninguno de sus amigos cerca. Con Tiago se mantenían al margen, incluso cuando estaba Vincent evitaban meterse con ella, pero en ese momento se dio cuenta que pese a todos sus esfuerzos, su destino era no agradarle a todo el mundo y ser acosada en el colegio.

—Sophie es mucho mejor que todos ustedes y el motivo por el que la molestan es porque le tiene envidia o no están a su nivel —dijo Ian apareciendo detrás de Sophie—. Jamás van a estar con una chica como ella y se excusan haciéndola quedar mal frente al resto.

—Solo la defiendes porque antes te la tirabas y quieres tirártela de nuevo.

Sophie no lo soportó más e intentó abalanzarse sobre el chico. Ian la detuvo y el sonido del timbre hizo que todos se dispersaran, mirándola con arrogancia.

—No hagas caso, quieren provocarte, uno de ellos te estaba filmando. Ya sabes que no tienen nada mejor que hacer que ganarse fama en internet diciendo que te conocen. Son solo niños ricos acostumbrados a tratar a todos como basura. Cuando vayamos a la universidad verás que el ambiente va a ser diferente.

Sophie se dio la vuelta y terminó de guardar sus libros en el casillero, ignorando a Ian.

— ¿Sigues sin hablarme?

—Sí y no importa que me defiendas. No voy a hablarte hasta que te disculpes y te retractes.

—Primero que ya me estás hablando, y segundo, que yo no me retracto de la verdad. Ni te voy a pedir perdón por eso. Sabes que tengo razón.

— ¡Pues no la tienes! —berreó, sabiendo que no iba a poder hacerle la ley del hielo por mucho tiempo. Le era imposible dejar de hablarle, además como iban las cosas, lo mejor era aferrarse a sus pocos amigos—. Toma —sacó un papel de su bolsillo y se lo extendió con torpeza. Ian lo abrió mientras caminaban a su salón.

— ¿Qué esto? —preguntó comenzando a leer.

—Te lo envía Thaly. Es una lista de las alergias de Tiago, algunas instrucciones y una disculpa por tener que cuidar de su bebé —dijo volcando los ojos—. También dice que va a pagarte todos los gastos de Tiago.

— ¿Cómo saben que está viviendo conmigo?

— ¿A dónde más va a ir? Lo que no entiendo es cómo lo perdonaste, o qué te dijo para que lo aceptaras.

Ian esquivó la pregunta, no podía decirle a Sophie sobre su apuesta.

—Dile a Thaly que gracias, pero Tiago va a pagarse sus gastos.

—Sí, esto está en la parte de atrás de la carta. —Le dio la vuelta al papel—. A mi hermano no lo van a contratar en ningún lugar por ser menor de edad, así que Thaly va a encargarse de eso. Deja que busque empleo un par de días y cuando no lo consiga dile que vaya a esa dirección.

Ian leyó a toda velocidad, extrañado.

—No entiendo, ¿por qué tu madre le da a Tiago todas las posibilidades de mantenerse por su cuenta?

—Ella dice que es porque no quiere mandarlo al exterior, ni a un colegio militar. La verdad es que apostó con mi padre cuándo regresaba. Él le dio un mes, Thaly le dio dos, así que intentará que se mantenga fuera de casa el mayor tiempo posible —explicó levantando los hombros.

—Tus padres son tan raros...

—Apostaron quién cambiaba pañales por los siguientes dos años, así que se lo toman muy en serio.

Ian leyó la carta con más atención y al finalizar la guardó con cuidado, no podía perderla, puesto que era una guía de supervivencia a su nuevo compañero de departamento.

Tiago no perdió el tiempo esa mañana. Se dirigió al colegio que le correspondía de acuerdo a la nueva zona donde vivía y averiguó los requisitos. Como suponía, eran sus padres quienes tenían que inscribirlo. Llamó a su padre avisándole que necesitaba de su firma, en parte con la intención de echarle en cara que había conseguido un cupo y él no podría hacer nada al respecto.

La fachada del colegio parecía la de una cárcel. Los alumnos no le prestaban atención, pero lucían muy diferentes a los alumnos de Saint Abel, intentó observarlos de manera disimulada y agradeció internamente estar rodeado de gente normal y no de gente rica a la que su familia había rehuido por años. No llevaban uniforme, cosa que le agradaba también, podría vestirse como quisiera, y en cuanto a las chicas no veía a ninguna que fuese especialmente bonita, pero había tantos alumnos que estaba seguro de encontrar algo.

El lugar era grande, pero no tenía la infraestructura de sus anteriores colegios, ni estaba en las mismas condiciones. La pintura de las paredes estaba entre rayada descascarada y todos los pasillos lucían igual de estrechos y oscuros.

Siguiendo indicaciones llegó a la dirección y esperó en un banco de madera atornillado al suelo a que su padre llegara.

En cuanto apareció, no cruzaron palabra. Nicolás entró a la oficina y salió más tarde.

—Ya está. Le entregué todos tus papeles y empiezas mañana.

— ¿De verdad? ¿Así de fácil? ¿No vas a amenazarme ni a decirme que voy a arrepentirme?

—No, si es lo que quieres... será una experiencia interesante —dijo con una media sonrisa, como si supiera algo que él no—. Interesante que te tocara este colegio. Creo que es el peor de todos.

—Es el que me toca por la zona.

—Sí, porque vives en la peor zona de todas; igual no deja de ser una coincidencia interesante. Suerte —terminó dándole una corta palmada en el hombro.

Tiago hizo un gesto dedesagrado y se levantó trémulamente. No había alumnos fuera de sus aulas asíque aprovecho de observar bien a su alrededor mientras caminaba a la salida. Loprimero ya estaba resuelto, ahora debía ir a casa de Steve y asegurase de querecuperase a Sophie antes que Ian.

Gracias por leer! voten y comenten por favor! quieren otro capi hoy???

Continue Reading

You'll Also Like

365K 37.1K 32
La creencia dice que un hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, a pesar del tiempo, del lugar y las circunstancias; el hilo...
931 81 5
¿Se descubrirá al asesino?
12.5K 813 14
𝚃𝚛𝚊𝚜 𝚕𝚊 𝚖𝚞𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚍𝚎 𝚝𝚞 𝚏𝚊𝚖𝚒𝚕𝚒𝚊, 𝚕𝚊 𝚕𝚞𝚗𝚊 𝚜𝚞𝚙𝚎𝚛𝚒𝚘𝚛 𝚞𝚗𝚘 𝚝𝚎 𝚌𝚘𝚗𝚟𝚒𝚎𝚛𝚝𝚎 𝚎𝚗 𝚍𝚎𝚖𝚘𝚗𝚒𝚘 𝚢 𝚜𝚞 𝚍𝚒𝚜...
109K 10.3K 22
Nadie dijo que ser una licántropa fuese la bomba; de hecho, para Leah Clearwater es una auténtica mierda. Para ella, es el origen de todas sus desgra...