Mi Alfa Vikingo.

By httops

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PRIMER LIBRO. El segundo lo pueden encontrar como "Renacer Vikingo" en mi perfil. Si tener un alfa es difícil... More

PRESENTACIÓN DE PERSONAJES.
PRESENTACIÓN DE PERSONAJES. 2
Capítulo 1.
Capítulo 2.
Capítulo 3.
Capítulo 4.
Capítulo 5.
Capítulo 6.
Capítulo 7.
Capítulo 8.
Capítulo 9.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 18
Capítulo 19.
Capítulo 20.
Capítulo 21.
Capítulo 22.
Capítulo 23.
Capítulo 24.
Capítulo 25.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Final.
Epílogo.
Nueva fic.
Segunda temporada.

Capítulo 17.

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By httops

Tendré que conseguirte una cama más grande -El rubio susurró sobre la boca del omega.- O tendrás que vivir nuevamente junto a mí -Su lengua recorrió lentamente los delgados labios del menor.-

-La opción de la cama suena bien -Respondió agitado mientras era colocado suavemente sobre el colchón de cuero y lana.-

Pareció ser un ronroneo lo que produjo el conde cuando olisqueó en su cuello, besándolo suavemente mientras que sus manos se encargaban de desnudar el pequeño cuerpo del pelinegro.

El lobo de Ragnar estaba totalmente agusto al tener a aquél muchacho en aquellas condiciones. Le decía que lo quería así siempre, dispuesto a tenerlo. Su parte racional le decía que era mejor cuando tenía autonomía y que no había nada mejor que una pareja independiente, pero él no le hacía caso a ninguno de los dos.

Simplemente se dedicaba a pasar sus casi ásperas manos sobre la tersa piel del  ojiceleste, quien cada tanto soltaba suspiros al calor que producía el alfa.

El cuerpo del rubio siempre había sido cálido, como el de todo alfa. Éstos producían más calor que cualquiera de las otras dos razas.

Fue fácil estar piel a piel en cuestión de minutos. La temperatura de la habitación iba aumentando con velocidad y el olor a excitación gobernaba en el ambiente.

El mayor se colocó de rodillas y tomó la pierna de Athelstan, besándola lentamente, llegando a los muslos, donde recorrió con su lengua caliente.

Mordisqueó a gusto y se deleitó al estar tan cerca del lubricante que producía el menor.

Olía tan bien como las veces anteriores y lo único que hacía era que su hambre sexual crezca aún más.

Dudó entre masajearse el entrepierna para aguantar el dolor que le provocaba su erección y hacer que Athelstan lo reciba en su deliciosa boca.

Los jadeos necesitados del cristiano le hacían perder la cordura y decidió que lo mejor sería entrar en él de una buena vez.

Tomó de las piernas al muchacho y las colocó sobre sus hombros, acercándose más a su cuerpo.

Gimió al verlo con los ojos llorosos y su boca entreabierta, más aquellos rizos oscuros que reposaban en su frente.

Con su mano libre tomó su pene y mirando hacia aquella maravillosa obra de arte que habían hecho los dioses, se adentró lentamente, viendo cada gesto del pelinegro.

Le encantaba cuando cerraba sus ojos y lentamente abría la boca para luego morder sus labios con fuerza.

Al estar completamente dentro de él se permitió gemir un poco más alto, disfrutando el espectacular momento.

La vibración en su pecho no cesaba y estaba seguro que era su lobo, quien como loco quería repetirle cien mil veces que el omega le pertenecía.

Él lo sabía por completo. No le cabía ninguna duda sobre aquello y estaba totalmente seguro que lo que haría estaba en todo su derecho.

Embistió fuertemente el pequeño cuerpo, notando cómo Athelstan intentaba sostenerse de las sábanas, sin poder controlar los gemidos que delataban su placer.

El cual era tal que estaba seguro que no duraría mucho y que acabaría primero que el mayor.

Se sentía tan bien tener nuevamente a Ragnar en su interior que disfrutaba tener aquél miembro tan grande entrando y saliendo con tal velocidad.

-Eres un completo tesoro -Soltó de la nada el rubio, inclinándose hacia adelante, logrando flexionar más el cuerpo del pelinegro, llegando a lo profundo, tocando el próstata una y otra vez.-

El sacerdote blanqueó sus ojos al no poder resistir tanto placer y sólo fueron gemidos los que salieron de su boca, sin poder contestarle al conde.

Ya cuando sabía que se vendría, Ragnar llegó a besarlo lentamente, adentrando su lengua en su boca luego de morder sus labios.

El recorrido de besos llegó hasta su cuello nuevamente y el alfa no resistió más.

Sus dientes crecieron contra su voluntad y la necesidad lo cautivó. Cuanto más gemidos salían de la boca del omega él se impulsaba más a hacerlo.

Finalmente lo hizo. Su mandíbula se clavó en la delicada zona del menor al mismo tiempo que el ojiceleste llegaba al orgasmo y él comenzaba a anudarlo.

Los profundos quejidos del omega se hicieron escuchar al sentir el dolor producido por la mordida y el del nudo creciendo con fuerza.

Por un momento entró en pánico ya que no se esperaba para nada el que el mayor decida marcarlo, había pasado su celo sin hacerlo y ahora se decidía a clavarle los dientes.

Él estaba siendo completamente de Ragnar en aquellos momentos y esa unión le decía que el alfa también le pertenecía de igual manera.

Sus ojos no pudieron contener las lágrimas causadas por el dolor que predominaba un poco más que el placer y se encontró sollozando.

Una vez Ragnar deslizó su dentadura fuera de su carne, comenzó a pasar repetidas veces su lengua sobre la herida, ayudando a que no sangre demasiado.

No se movió mucho a causa del nudo y examinó el rostro lloroso del menor.

-Ahora nos pertenecemos mutuamente -Dijo, acercándose a los labios del pelinegro para besarlos suavemente.- Espero y estés consciente lo que ésto significa y puedas asimilar lo que vendrá por delante.

Las mejillas sonrojadas en aquél pálido rostro le provocaban un extremo placer, sin hablar de lo  rojizo que se encontraban aquellos labios.

Se permitió admirarlo, ver aquella marca en su cuello gracias a la casi nula luz de la luna que se colaba por la ventana.

Al ver que el pelinegro estaba sufriendo de alguna manera, se dedicó a lamer nuevamente la herida, esperando que eso pueda calmarle un poco.

Luego de que finalmente el nudo se deshizo y el orgasmo llegó finalmente, llenando con el cálido semen al omega, se permitieron cambiar de posición, Ragnar abrazando desde atrás al menor, reposando sus labios en la marca.

La mañana dio paso al cálido sol que no tardó en despertar a los pueblerinos y visitantes.

El conde abrió sus ojos al sentir a la gallina de Athelstan merodeando cerca de la ventana, molestando con sus ruidos.

No tardó en darse cuenta que el omega no estaba en la cama y con rapidez se levantó.

Con pasos lentos se dirigió hacia la cocina, pero tampoco se encontraba allí. Agudizó su oído lo más que pudo para saber si siquiera se hallaba en la casa, pero no era así.

Sin importarle realmente el estar desnudo, salió al exterior, viendo cómo el amanecer del sol parecía teñir las hojas de los árboles.

Seguido por su instinto y conocimiento emprendió una corta caminata hasta el río, sabiendo de antemano que el sacerdote probablemente se encontraba allí.

Mentiría si dijera que no era el hombre más limpio que había conocido ya que entre toda su vida rodeado de vikingos y visitas ocasionales a los sajones, nunca había visto a un hombre tan preocupado por su higiene, y quizás eso era una de las cosas que le gustaban de Athelstan.

Se alegró de verlo a lo lejos en la orilla del río. Sabía que a esas horas de la madrugada el agua estaría congelada y a lo mejor estaba esperando tomar coraje para meterse de una buena vez al agua.

Se extrañó al no verlo con su sotana y simplemente con un pantalón de cuero de cabra que no sabía de dónde había sacado.

Al acercarse, el menor se volteó.

Aquél par de ojos y nariz roja le dijeron que no estaba bien. Se aproximó aún más hasta quedar frente a frente, esperando una explicación.

Athelstan había despertado con fuertes mareos aquella mañana, su cuello le dolía demasiado, logrando que tuviera malestares. No soportaba más del dolor de cabeza y fue un gran logro salir del agarre del alfa en la cama.

Decidió dar una caminata para calmar su malestar y lo cumplió a la media hora. Refrescar su rostro con el agua del río había sido una buena idea ya que se terminaba de despertar y la frescura le ayudaba a bajar el calor de la fiebre.

El curandero le había dicho que probablemente tendría que pasar por varios dolores pero le parecía demasiado pronto para éso ya que siquiera tenía una semana de embarazo.

Al final se resignó, el ardiente dolor de la mordida le irritaba demasiado y no sabía cómo aligerarlo. Estaba seguro de que el alfa tendría la solución pero realmente necesitaba estar sólo en aquellos momentos.

Pero ahora que le veía directamente al rostro, no podía creerse realmente que aquél guapo hombre esté interesado en él y quiera formar una familia.

¿Pero qué estaba diciendo? ¡Ragnar ya tenía una familia! Él era el que sobraba allí.

Era tan grande la capacidad de su mente al hondar de un tema a otro que si no se conociera, se sorprendería de sus cambios de ánimo tan drásticos.

-Realmente no entiendo qué estamos haciendo, Ragnar -Sollozó al mismo tiempo en el que el rubio lo tomaba en un fuerte abrazo.-

-Estamos siguiendo nuestro destino, Athelstan -Murmuró. Una mano estaba en el cabello del ojiceleste y la otra en su cintura, mientras intentaba calmarlo.-

El omega pudo sentir el corazón de su alfa en su oído. La altura de éste le permitía poder escuchar los latidos de su corazón sin ningún problema, notando que se acoplaban a los suyos.

Las feromonas que producía el cuerpo del conde eran provocadas por su lobo, quien intentaba a toda costa calmar al menor, lográndolo a los minutos.

Aprovechó para seguir ayudando a que la herida sane y supo que aquello era lo que necesitaba el menor ya que apenas su caliente boca hizo contacto con la delicada zona, soltó un largo suspiro.

Ya cuando ambos estaban más calmados, Athelstan se dio cuenta que el mayor no tenía nada que cubra su cuerpo y la vergüenza lo golpeó de lleno.

No era lo mismo el verlo a la luz del día pudiendo ver hasta aquellos rubios vellos en sus piernas.

Luego de un baño que no permitió más que alguna que otra caricia, ambos volvieron a la cabaña para cubrir sus cuerpos y seguidamente caminar hasta el centro de Kattegat, donde se encontraba la casa del conde.

Para pocos fue sorpresa ver la reciente marca en el cuello del omega, ya que al estar esperando un hijo de Ragnar lo único que le faltaba era eso.

Los pocos que se asombraron fueron en parte los sajones.
Y entre ellos Ecbert.

Cuando Lothbrok se dirigió hasta donde se encontraban sus hijos cargando bolsas de restos de frutos para fertilizar la tierra, el Rey no dudó en acercarse.

-Supongo que debo felicitarlos por finalmente hacer las cosas formales -Sonrió, quizás poco contento.-

-Gracias Ecbert, es gratificante para mí tener tu amistad -Le devolvió la sonrisa y se apresuró a abrazarle.- No sabes las ganas que tengo de reencontrarme con los demás y poder contarles nuevas historias -Dijo contra su pecho, sintiendo la calidez del alfa.-

-Ciertamente te han extrañado, parecen críos al tenerte cerca -Rió, separándose un poco para verle a los ojos.- ¿qué te parece si ésta noche nos acompañas? -Preguntó acariciando la mejilla del omega.-

-¿Dónde quieres que los acompañe precisamente? -Preguntó Ragnar, llegando con su voz ronca y rostro serio.-

Athelstan se separó del Rey y rápidamente fue tomado con fuerza por el conde, quien lo estrechó contra su cuerpo, olisqueando su cabello para intentar calmarse.

-A nuestra fogata de oraciones -Contestó Ecbert, sin perder su tono amable, notando cómo su inseguro socio le veía con recelo.- También puedes acompañarnos si lo deseas, es igual de satisfactorio que los rituales paganos, evitando los sacrificios, claro está.

-No creo que sea lo mejor para mi omega el estar rodeado de hombres -Habló firme, bajando su mano hasta la cintura del omega.-

En realidad lo que le molestaba era el que tantos alfas y betas estén atentos a su omega, sin quitarle los ojos mientras relataba aventuras de otros guerreros.

-Oh vamos -Animó el mayor de los tres, dando un golpe un poco brusco en el hombro del conde.- Mis hombres nunca se han pasado de la raya con tu muchacho -Sonrió de lado, viendo a Athelstan.- Además, se podrán ir cuando quieran.

El rubio se rindió. Veía el rostro de ilusión de su omega y no podía negarle aquél pequeño capricho que tenía de ser por un momento un historiador.

El encuentro sería ante de la medianoche para así poder ver las estrellas en su máximo esplendor mientras sus plegarias eran dirigidas al todopoderoso.

Pero mientras tanto y llegaba el mediodía, el pelinegro se encontró con los hijos de su alfa mientras compraba alimento para su gallina.

-Así que es cierto, mi padre te marcó -Oyó decir a Bjorn a su derecha.-

Volteó y vio al chico de brazos cruzados más rostro serio. Se parecía tanto a su progenitor.

Sabía que con aquél ojiazul debía de medir las palabras, pues era muy temperamental.

Notó que a su lado llegaba Ivar, quien al ver a su hermano a la defensiva, él también decidió cruzarse de brazos y verlo serio.

-Sí -Dijo sin más. No sabía qué hacer, explicarles quizás sería bueno. ¿Pero qué debía de explicar? Los alfas sabían que él estaba esperando a su nuevo hermano o hermana y no entendía el disgusto de éstos al enterarse que había sido mordido por su padre.-

-Sabes que mi padre te ha de estar buscando porque los primeros días necesitarás de su saliva para cerrar la unión, ¿cierto? -Alzó una ceja, viendo ciertamente cómo el omega hacía una mueca de dolor por la herida, la cual se encontraba al rojo vivo.-

-¿Mi padre te marcó? -Preguntó Ivar, descruzando los brazos y abriendo su boca en sorpresa, dando dos pasos al frente, acercándose al omega.-

Si bien el castaño era casi de la misma altura que el sacerdote al ser más grande que Bjorn, quien era una cabeza más pequeño que su hermano, no representaba una amenaza para Athelstan ya que su calmada actitud ayudaba a que se sienta un poco seguro.

Vio como la delgada mano del chico se alzaba en su dirección y supo que era para poder llegar hasta la mordida, pero no supo si realmente debía dejarlo tocar aquella zona.

La gran mandíbula de Ragnar estaba marcada en todo su esplendor, diciendo sin palabras que el omega ya tenía dueño, y uno muy importante.

A lo lejos vio la figura de Rollo acercarse, de seguro también quería confirmar los chismes que se habían propagado por todo Kattegat.

Aquél hombre de complexión física un poco más grande que la de su alfa se acercó a zancadas, clavando la mirada en su cuello.

Mantuvo sus ojos en el mismo punto por varios segundos y cuando el ojiceleste pensó que iba a hablar, se retiró a paso apurado.

-Espera... -Dijo Bjorn con media sonrisa.- tres, dos... -Rollo gruñó con todas sus fuerzas, logrando que todos en el comercio hagan silencio.-

Aunque eso no detuvo su caminar, desapareciendo entre la multitud.

La vista del omega volvió hacia los Ragnarsson, notando que ambos se mostraban divertidos ante la actitud de su tío.

-Rollo está celoso -Dijo Bjorn como si nada, codeando a su hermano para luego soltar una carcajada.-

Oh claro que no, aquello no podía estar pasando. Si bien sabía que el hermano de su alfa mantenía un interés en él, pensó que se había ido al pasar del tiempo.

Otro gruñido se hizo oír con firmeza, logrando que los omegas que se encontraban en el lugar cayeran de rodillas.

No me tardé taaaanto, eh.

Bueno, ésta es la cuestión. Hace poco me hice unos análisis, los cuales no salieron muy bien. Mi salud en éste momento no es la mejor de todas y estoy en marcha para bajar un poco de peso porque lo necesito.

Ayer empecé a hacer aeróbicos como me aconsejó el médico y espero que ayude.

Si bien no me dijo ninguna dieta en especial y simplemente me recomendó bajar un poco de peso, me gustaría que me recomienden qué puedo dejar de comer para adelgazar de forma saludable.

Sé que el azúcar y el harina es parte esencial, así que de a poco estoy dejando de comer esas cosas.

Bueno, era eso, que entiendan que si me tardo no es por maldad, sino que estoy concentrada en mi salud.

Casi se me olvida. Quisiera saber qué es lo que les gusta más de Athelstan, al igual de lo que más les disgusta.

Lo mismo con Ragnar, quiero saber qué piensan.

¡Gracias!

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