Connor suspira en el umbral de la puerta principal, a sus espaldas esta la 4x4 de su padre esperando. Lo habia venido a buscar sin previo aviso, esto enojo un poco a Connor, pero no podía hacer nada. Era su padre.
- Estare bien -le aseguro cuando me estudia con sus ojos por cuarta vez.
- Si algo pasa me lo haces saber -asiento, y me abraza. El padre de Connor llama por segunda vez haciendo sonar el claxon- ¡Carajo, ya voy! -le grita Connor al soltarse- ¡Como se nota que no tienes amigos a horas de donde vives tu!
El padre de Connor se ríe, y niega con la cabeza. Los veo mas unidos de la ultima vez que los vi juntos. Charlie estaba procesando la información de la preferencia sexual de Connor, si bien no lo trataba mal, estaba algo así como distante. Pero ahora las cosas volvieron a ser como eran, de hecho mucho mejor que antes y me siento realmente feliz. Connor temía porque su padre ya no lo mirara como su hijo nunca mas, pero yo sabia que eso no iba a pasar. Charlie nunca lo miro diferente, solo necesitaba entender lo que pasaba.
- Sera mejor que vayas, sino te va a dejar sin películas de Channing Tatum -abre sus ojos y niega con la cabeza. Ambos nos reímos.
- Te echare de menos -vuelve a darme un breve abrazo- Cualquier cosa ya sabes.
- Lo se, amigo. Para ti va igual -sonríe.
- Déjale mis saludos a Andrew.
- Pero si te hablas con él -se ríe.
- Lo se, solo me gusta decirlo -me río negando con la cabeza- Entonces dile que me gustaría repetir lo del sábado.
- ¡Diablos, no! -se ríe- Se lo dirás tu -suspiro- Adiós, Connor.
- Adiós amigo -dicho esto se encamina hacia la 4x4 de su padre, al entrar puedo escuchar como Charlie lo molesta. Los saludo con la mano y entro.
Nuevamente solo. Connor distrajo mis pensamientos estos días, pero ahora se que volverán y se que no estará en casa cuando llegue del instituto después de haber visto a Heather, y así animarme con sus bromas. Iba a ser una semana difícil.
La semana termino. Y si, fue difícil. Era como si cada día el dolor, y la distancia crecía mas. Mis ganas de ir con ella y hablarle eran inmensas, pero nos separaba un gran muro invisible. No se veía, pero lo sentía. Lo sentía cuando me miraba, y en aquellos ojos no estaba la dulzura que llegue a ver semanas antes, en esos hermosos y profundos ojos que me miraban, ahora había enojo, culpa, tristeza. Y era muy difícil mantener el contacto visual viendo esto, mas la miraba y mas quería correr hacia ella, abrazarla y exigirle que se deje querer. Pero eso no seria muy lindo. No puedes exigir amor cuando lo que sientes por esa persona no es correspondido.
Mis sentimientos hacia ella no se calmaban, sinceramente envidio a esas personas que superan las cosas rápido, yo no puedo. Claro, es fácil sacarte de la cabeza a una chica que te gusta, pero ella no gusta de ti. Pero es muy complicado sacar de tu mente a la persona que provoca algo mas fuerte. Este es el lado jodido del amor. Olvidar. Yo no puedo olvidar todo lo que siento, tampoco se si quiero. Mas allá de como estén las cosas hoy, no me arrepiento de lo que siento. La recordare como el primer amor que no se dio.
Lo mas duro de todo esto, es que su cumpleaños esta mas cerca. Y cuando pienso en eso, si me arrepiento de haber abierto la boca. Le prometí que este año su cumpleaños iba a ser diferente, pero jodí todo. Y me llena de culpa saber que ese día, va a ser una mierda. Quería que fuera diferente. Aun así, me encuentro en la librería de la ciudad, la misma donde Heather había visto el libro que quería. Lo tengo en mis manos.
- Delirium -suspiro, y sonrío al recordar su reacción al verlo. A Heather no la lleves a una dulcería, a Disney, o a tiendas de ropa, llévala a una gran librería, y ella sera feliz. Me encantaría ver su reacción al ver el libro, pero no podre hacerlo. Solo espero que lo acepte, y que no me lo devuelva de mala manera.
Voy a la caja y pago por el, le pido que lo envuelvan, asi que lo hacen con un papel rojo, y luego me lo entregan en una bolsa. Tengo el regalo. Ahora debo esperar a que el día que quería cambiar llegue.
Jueves 15 de Septiembre. Es el día. Hoy es su cumpleaños.
Anoche no pude dormir. Me sentía nervioso y con algo de miedo. Nervioso por su reacción al ver el libro, y con miedo, por como va a ser su día hoy. Me encuentro en mi habitación, mirando la bolsa gris que contiene el libro. El Elliot confiado paso a ser historia desde que conocí a Heather.
Suspiro profundamente y cojo el libro. Bajo las escaleras, y en la sala esta mi padre jugando con Lizzie a las cartas, y mi madre esta tejiendo. Cuando me ven, mis padres suspiran, sabían lo que me tenia entre manos. En cambio Lizzie me sonríe, manteniendo su inocencia.
- ¿Estas seguro de esto? -pregunta mi madre.
- No. Pero prometí cambiar su cumpleaños este año, y quizás... -suspiro- Quizás el libro sea algo bueno.
- ¿Y si no lo acepta? -ahora es mi padre quien pregunta. Decidí no pensar en esto porque me sentía mas inseguro.
- Veremos que pasa. Ahora se lo llevare, y lo dejare en un lugar que lo encuentre.
- Es muy arriesgado que vayas a su casa.
- Hoy no fue al instituto. No tengo otra manera de hacerlo, además... quiero ver a la distancia como esta. Hoy es un día muy jodido. Mucho mas que los demás.
- Nada de lo que digamos cambiara tu decisión -agrega mi padre y niego con la cabeza- Esta bien, hijo. Ve, y hazlo. No te frenare.
Mi madre me sigue estudiando con sus ojos. Estaba en desacuerdo con esto, pero luego de suspirar profundamente asiente lentamente.
- Apoyamos tus decisiones, solo no nos gusta verte mal.
- De eso se trata la vida, aprendes de ella sufriendo -mis padres no dicen nada, solo se quedan en silencio- Bien, iré a su casa -me dirijo a la puerta principal, pero la voz de Lizzie me frena.
- Dile a Heather muy feliz cumpleaños de mi parte -sonrío débilmente. Me hubiera gustado que Lizzie pasara el día con nosotros en su cumpleaños. Lizzie siempre consigue la forma de hacerte sonreír o reír con su inocencia. No le contesto, no iba a decirle que lo haré. No voy a mentirle. Me subo a mi motocicleta, y con mucha mas inseguridad que antes me dirijo a la casa de Heather.
El transito esta tranquilo, así que no tardo en llegar. Mi corazón se acelera al ver la casa de Heather, había estacionado la motocicleta en la casa de al lado. Me bajo de la misma y camino hacia su casa, cada paso pesaba mas. Cada paso dolía. Suspiro cuando estoy a pocos pasos de la puerta principal.
- Por favor... no -su débil voz me detiene. Me quedo frente a la puerta. Escucho pasos pesados, y una risa asquerosa. Los pelos se me erizan. Oh no...
- Sabes que así me gustas mas -aprieto mis puños hasta que mis nudillos están blancos. Mi estomago duele cuando escucho a Heather llorar. Esto no esta pasando.
Lo siguiente que escucho es el sonido de un cristal romperse contra el suelo, para luego escuchar movimientos extraños y a Heather pidiendo por favor.
¡Carajo, no!
La puerta esta cerrada. La desesperación crece en mi cuando lo noto, y crece mas cuando escucho sus llantos. Arrojo el libro a un lado y choco mi cuerpo con la puerta mas de una vez, intento derribarla.
- ¡No me importa quien este ahí, no podrá entrar! -se ríe- Seras mía... -esa voz asquerosa es lo ultimo que necesito. Choco una vez mas la puerta y se abre. La parte izquierda de mi cuerpo me duele a causa de esos golpes, pero el dolor desaparece cuando mis ojos ven a Heather.
Estaba acostada en el suelo. Estaba a medio vestir, su pantalón estaba por sus muslos, y no llevaba remera, solo tenia un sujetador. Los cristales de lo que era un florero estaban a su alrededor. Estaba llorando intentando alejar a la mierda de su tío que se encontraba encima de ella a punto de hacerle algo que se supone que un familiar no haría. Mis manos comienzan a temblar.
- ¿Te sumaras a la fiesta? -se ríe. Y sin pensarlo me abalanzo hacia él y lo alejo de Heather. El asqueroso sujeto queda tumbado en el suelo, así que pongo una de mis manos en su cuello y con la otra le doy un golpe tras otro en la cara, la sangre comenzaba a brotar, pero no me importaba. Iba a matarlo. No me importaba cuantos golpes o como le estaba dando, quería matar al hijo de puta.
- ¡Elliot, para! -me grita Heather pero la escucho muy a lo lejos. No soy capaz de detenerme- Por favor, para... -cuando su mano se posa en mi hombro me detengo. El tío de Heather estaba semi inconsciente en el suelo, había sangre en ese asqueroso rostro, y sangre en mi mano y en mi remera. Podía jurar que aun sonreía, y lo estaba haciendo. El muy hijo de puta sonreía aun, con los dientes manchados de sangre.
Quiero abalanzarme sobre él una vez mas, pero Heather me detiene.
- Por favor no... -la miro. Sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto haber llorado. Se cubría el pecho con sus brazos y me siento enfermo.
- Por Dios, Heather... -no le pido permiso. La acerco a mi y la rodeo con mis brazos, Heather llora ahogando sus lágrimas en mi remera. Me siento terrible, enfermo, odio esto. Odio saber que siempre fue así. Odio saber que el maldito le quito todo lo que tenia luego de la muerte de sus padres.
El tío de Heather escupe un poco de sangre de su boca y me mira.
- El saco de huesos no te va a satisfacer lo suficiente, chico. Búscate otra -abrazo aun mas fuerte a Heather.
- Cierra la puta boca.
Se ríe e intenta levantarse.
- ¿Heather? -Carmen entra por la puerta principal, entra con miedo, pero cuando ve a su hombre sus ojos se ensanchan- ¡Oh, Gerard! -se arrodilla a su lado y lo ayuda a levantarse. Los ojos de Carmen se posan en Heather, luego en mi. Los mismos se llenan de lágrimas y niega con la cabeza.
- ¡Dijiste que no lo volverías a hacer! ¡Lo prometiste! -Carmen le pega con el puño cerrado en el pecho.
- ¡Callate mujer! -Carmen se aparta de él con miedo. No me gusta que un hombre genere miedo en una mujer. Mis brazos no dejan de abrazar a Heather, no quiero apartarme de ella, pero ella tampoco quiere hacerlo- Y a ti te dije que no vuelvas aquí -se dirige a mi. Cuando Gerard pone atención en mi, Carmen coge el teléfono, así que decido distraerlo.
- ¿Quieres acabar con esto? -quiero alejarme de Heather para darle la ultima paliza, pero Heather me agarra entre sus brazos y no me deja salir.
Carmen corta la llamada con la policía. Cuando Gerard nota lo que hizo, se voltea hacia ella de forma furiosa.
- ¡¿Que hiciste puta?! -se acerca a ella, pero Carmen se aleja.
- ¡Dejala ya! -grita Heather y se aparta de mi sin verme. Se pone en el medio de Gerard y Carmen, lo empuja alejándolo de ella mientras llora. Gerard se ríe.
- Me recuerdas a las primeras noches, me alejabas así. Y eso me encantaba -este hombre quiere que lo mate.
Me abalanzo una vez mas hacia él y lo alejo de Heather, cuando lo hago, el maldito cae una vez mas al suelo. Aun se seguía riendo. Juro que lo odio.
Mientras él seguía tirado en el suelo, abrazo a Heather. Carmen se pone detrás de mi, y ambas lo miran con miedo, asco, y odio. Ambas lloraban.
Cuando escucho las sirenas me siento calmado, quizás tenga problemas por haberlo golpeado, pero tienen que entender que no pude no hacer nada. Dos policías entran con armas en sus manos, al ver la escena bajan las mismas.
- ¿Que ha pasado aquí? -los dos hombres me miran a mi, y luego a Gerard.
Lo único que quería era que esto acabara. Sacar a Heather de aquí, llevarla a ella y a Carmen. Me duele mas el estomago al pensar que cada cumpleaños de Heather desde la muerte de su padres haya sido así. Solo quiero llevarme todo su dolor.
Hola... Solo... es el capitulo que mas me costo escribir. Me senti Elliot, y juro que me senti demasiado mal cuando tuve que imaginarme la escena. Nada, las leo en los comentarios. Gracias por su apoyo...