Llegamos a la universidad, y aquí comienza la parte "no tan bonita" de la historia, por lo menos para mí. El hecho de que estuviese perdidamente enamorada de Tomás, que me moría por besarlo e incluso algo más.-Debo ser muy sincera en este punto.- No significaba que él sintiera lo mismo que yo, muy por el contrario, a sus ojos, yo era su amigo, incluso más, su hermana pequeña, más de alguna vez he llegado a pensar que incluso no me reconoce como una mujer, porque... ¡eructa estando yo!-Creo que para esto realmente tiene un don, hace temblar todo el departamento, literalmente,- me cuenta de sus aventuras y conquistas, llega a media noche a mi departamento totalmente borracho a mendigar el sofá para pasar la resaca, y yo, me conformo con eso, finalmente ante todo soy su amiga y jamás le daría la espalda, fuese lo que fuese, aunque doliera.
Caminamos por el jardín central,- muy lindo a decir verdad, era un espacio amplio lleno de ciruelos japoneses en la plenitud de la primavera y un pequeño estanque artificial donde nadaban algunos peces-, cuando aparece una chica rubia, de ojos azules, alta y para más muy curvilínea, y le planta un beso a Tomás en la boca sin previo aviso, él al principio se sorprendió, pero luego cambió su expresión, la tomó por su cintura y profundizó el beso.
Ahí me quede yo congelada ante tal espectáculo, si bien siempre he sabido que Tomás tiene novias y conquistas, nunca había estado presente ante una demostración así, porque cuando veía que se acercaban o él me invitaba a salir junto a ellas, siempre preferí evitarlo, o sea soy todo menos masoquista. Pero ahí estaba, mirando en primera fila, mi estómago se contrajo y una pequeña angustia comenzó a subir por mi garganta, para peor mis piernas no me respondían y no me hacían caso de salir corriendo de ahí.- Disimula tu cara de horror, pensé cuando comenzaban a separarse.
-Flo, te presento a Mariela, Mariela ella es Flo, mi mejor amiga.
La jirafa teñida con una sonrisa de oreja a oreja se acerca a mí, me abraza y me da un beso en la mejilla.
-Un gusto conocerte Flo, las amigas de mi osito también son mis amigas. Además que me ha hablado mucho de ti- Dijo con un tono de voz agudo y molesto.
-¿¿¿Osito????.-Dije casi gritando antes de que pudiera si quiera pensar que lo dije en voz alta. Tomás se puso muy rojo y me miró con esa cara que dice "o la paras aquí y la saludas como corresponde o te estrangulo". Ella también me miro extrañada pero antes de que dijera algo plante una sonrisa,-bastante cínica a decir verdad,- en mi rostro y le respondí.
-Perdón Mariela pero me encanta molestarlo, así es que me has dado un gran material con lo de "osito", el gusto también es mío.
Ella inmediatamente se relajó de nuevo y lo abrazó, pero Tomás continuaba con esa mirada reprobatoria en su rostro.
-Bueno, te dejamos, debemos ir a clases y hoy tenemos el examen más terrible de Fisiología, ¿verdad osito? – Otra vez con lo de osito, si lo decía una vez más en mi presencia juro que me lanzaría directamente a su largo y estilizado cuello.
- Eh, si es verdad. Luego hablamos Flo.
-Está bien "osito" nos vemos.- Le dije con mi peor cara de repulsión ante todo lo que estaba ocurriendo, sin esperar una respuesta de su parte, me di media vuelta y me fui.
Comencé a caminar más rápido de lo que realmente era mi intención, pero deseaba salir de ahí lo más velozmente posible. Varias cosas habían sucedido. Primero Tomás jamás me contó de la existencia de la jirafa, además para que ya le tenga un sobrenombre meloso, tiene que ser porque llevan un tiempo saliendo. Segundo, porque mierda Tomás montó ese espectáculo frente a mí, que acaso no puede controlar sus hormonas revolucionadas de adolescente pre púber?, o sea digo, tiene 22 años, como no poder controlarse un poco. Sentía que mi cabeza iba a estallar, mil pensamientos pasaban por mi cabeza.
-Si continuas caminando así, dejarás una grieta en el piso.- Dijo Fran, mi mejor y única amiga mujer, ella era, además de Tomás mi confidente, le contaba todo lo que a Tomás no podía por razones obvias.
-¡¡Amiga!!- exclamé con cara de perrito abandonado-
-¿Qué ocurre Flo? No me digas que son tus rollos de comedia romántica con Tomás otra vez.
-Sí, lo es, otra vez.
-No entiendo como sufres tanto y en silencio amiga, si no le dices lo que sientes, él no tiene como imaginárselo, han sido amigos toda la vida y ya sabemos que él, precisamente no te ve de la misma forma que tú.
Ella a veces puede ser cruel, pero es realista y me baja de la nube en donde constantemente me encuentro con respecto a Tomás. Porque sí, a veces me sorprendo imaginándonos correr por la playa vestidos de blanco, mojándonos con agua de mar y él elevándome por el aire riéndonos y besándonos, mientras de fondo suena I Will Always Love You de Whitney Houston.- Lo sé, soy una idiota.
-Fran tú no me entiendes.
-Si lo hago y por eso mismo te estoy diciendo todo esto.
-Es verdad, eres la mejor amiga.- y le di un abrazo.
-Bueno, no nos pongamos melodramáticas que ahora tenemos clases de Epistemología de la Comunicación.- y así mismo, me tomó del brazo y literalmente me tiró dentro del salón.
Tuvimos que aguantar una larga y aburrida clase de Epi, pero por fin había terminado con una interrogación y un ensayo de diez páginas como tarea.
Nos dirigimos al comedor para tomar un café y un brownie de chocolate antes de la siguiente clase.- Si, la manzana del desayuno solo es una pantalla, la verdad es que soy adicta al chocolate y al café, sinceramente creo que sin ellos no podría sobrevivir- Cuando Fran me pega un codazo a modo de advertencia.
-Ahí viene, tranquilidad ante todo.- Me dijo en un susurro apenas audible.
-"Osito".- Dije haciendo una leve reverencia al verlo.
-A veces eres realmente insoportable, no creas que esto va a quedar así, debemos conversar.- Me lanzo Tomás si detenerse si quiera.
- Pero, ¿Qué es lo que te pasa?.- Esa actitud realmente me irritó.
- No te hagas la santa Florencia, ahora no tengo ni tiempo ni ganas de quedarme aquí, así que hablamos más tarde.- Se dio la media vuelta y continuó con su camino.
Increíble, que exactamente fue lo que ocurrió, aunque debo admitir que esa bata blanca se le veía demasiado sexy.- Enfócate.
-Flo, deja de mirarlo de esa manera, toma tú brownie y siéntate.
-¿No crees que exageró?.- Le pregunté a Fran sin poder despegar la vista de donde había estado hace algunos segundos.
-Mmmm la verdad no lo creo.
-¿Qué?.- Ahora si la miré.
-Si, como es eso de molestarlo todo el tiempo con lo de "osito".- Ella ya se sabía la historia, se la conté mientras el profesor daba su largo discurso sobre la comunicación.
-Pero era una broma, no entiendo que se moleste tanto.
-Bueno quizás la chica le gusta de verdad y esta vez sí va enserio.
Y con esas simples palabras, todo mi mundo se vino abajo, puede ser verdad, Tomás siempre llegaba contándome de chicas de una noche, diversión del momento, a lo más una semana. Hablaba de ellas sin mayor apego, pero Mariela parecía ser diferente, la manera en que la vio, en que la besó y ahora su enojo tan dramático. Él realmente la quiere. Mis oportunidades, ya inexistentes, se redujeron a impensables.
Me despedí de Fran y me subí al metro en la estación República, me apoyé en la puerta del tren, tratando de no pensar mientras hacía el recorrido de vuelta a mi hogar.
"Estación Los Leones, deje bajar antes de subir, lo saluda el metro de Santiago".- Escuché la voz en el alto parlante.
Caminé hacia mi edificio pensando en los quince pisos que me esperaban por subir y que indudablemente, hacían este particular día en uno aún peor.
Cuando llegué a mi apartamento, casi sin respiración,- lo juro, eso del ejercicio no se me da, por eso estoy tan flácida, lo asumo- tiré mi bolso y mis zapatos a un costado, y todo el llanto que había contenido durante la jornada, hizo explosión cual bomba de destrucción letal. Sentía que no me podía contener y no entendía por qué, siempre he sabido de Tomás con otras chicas, ¿por qué ahora me siento diferente?
Cuando me calmé un poco, prendí la radio para no sentirme tan sola.
-Pero ¿qué mieeer?. Puse atención a la letra de la canción que sonaba.
-Puedo imaginar pero no sé cómo se siente, que el mundo se detenga cuando acaricia mi piel, que las manos del reloj no giren si no está presente, dicen que es tan suave, dulce y fluye como miel. Cuanto tiempo tardara ¿O no es para todos? ¿Por qué de mí se esconderá? ¿Dónde está?.....
Cantaba Joy con esa dulce voz y si más, el llanto regreso y para quedarse.
Como si el mundo se hubiese ensañado conmigo, después de haberme cambiado a pijama y haberme hecho una cola de caballo en mi cabello, suena el interfón.
-¿Diga?
-Señorita Florencia, se encuentra aquí abajo el joven Tomás. ¿Le hago subir?
¡No! ¿Por qué precisamente ahora? ¿Qué acaso no puede esperar a mañana para descargar su rabia hacia mí?.- Si Will, que pase, muchas gracias.
Sin ningún esfuerzo por mejorar mi imagen, me senté en el sofá a esperarlo.
Suena el timbre y me pongo de pie a recibirlo.
-Tomás, que gusto contar con tú presencia.- Le solté mientras hacía ademán de invitarlo a entrar.
-Flo, vengo con buenas intenciones a conversar lo que ha pasado en el instituto, por favor deja ya ese sarcasmo ¿vale?
-Okey, perdón a veces puedo ser bastante insoportable.
-Me lo dices a mí.- Dijo soltando una risita
-Bien, ¿Qué es lo que me vienes a decir?
-Flo, bueno yo...-Comenzó, se notaba bastante nervioso.
-Tú...
-Lamento no haberte contado sobre Mariela, llevamos saliendo cerca de dos meses.- ¿Qué? ¿Dos meses ya? Sabía que podían llevar un tiempo pero, ¿tanto?- y la verdad es que me gusta muchísimo, no lo sé, con ella es diferente, además está buenísima ¿no lo crees?
-Primero que todo Tomás, soy una chica, por si no lo has notado,-dije bastante irritada, a veces Tomás podía ser tan imbécil- entonces no podría decirte si la mujer está buenísima o no, segundo, me sorprende que no me hayas contado, se supone que soy tu mejor amiga, ¿ya no confías en mí?
-No, no es eso Flo, y lo sabes, es solo que...
-Es solo que ¿Qué?
-No lo sé, es solo una tontería
-Habla Tomás, AHORA!
-Es solo que a veces siento que tú confundes nuestra amistad y me celas más de lo que debería ser normal para una amiga.- Dijo con su rostro completamente rojo.
Y ahí mismo me quede congelada con las lágrimas, que ese día quisieron deleitarme con su presencia, amenazando con salir.
Rápidamente comencé a respirar, él no podía descubrir la verdad y menos de esta forma, si algún día me decidía a contarle, sería en un momento especial, no en medio de una discusión.
Como vio que yo no reaccionaba comenzó otra vez.
-Flo, yo no quise decir eso exactamente,-dijo muy nervioso- es complicado.
-Tomás yo no sé qué diablos te crees. ¿El sex simbol de Chile? ¿Un top model? ¿Qué crees que cada mujer que pisa este planeta tiene que andar detrás de ti? Si lo sé, eres bastante popular entre las mujeres de la Universidad, pero no por eso hasta yo tengo que caer en tus "encantos", - Dije haciendo el gesto de comillas con las manos.- Eres un arrogante.
-Florencia, estas desviando el tema, yo jamás...
-Si lo hiciste y sabes qué, ya no quiero hablar contigo, ándate por favor.- Le dije, sin saber de dónde había yo, sacado todo ese discurso ridículo, pero fue lo único que se me ocurrió y era la única forma de zafarme de la situación.
-Eres una inmadura Florencia Moccia, cuando se te pase el berrinche y la idiotez me llamas para que de una vez por todas arreglemos este asunto.- y sin más me dejó ahí, enfurecida, con ganas de patear algo.