Capítulo 10

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Fran se quedó los dos días siguientes junto a mí, intentando hacerme comer y meterme a la ducha.

-¡Ya basta Flo!, pareces un vagabundo, tienes que levantarte de esa cama ¡Ahora!- me reclamó.

Haciéndome un ovillo, me tapé hasta la cabeza- ¡No quiero!

-Javier ha intentado entrar muchas veces… no puedo detenerlo más, así que si no quieres que te vea en esas condiciones, ¡te levantas ya!

Le había escrito a Javi explicándole que algo había ocurrido con Tomás, pero al parecer ya era hora de contárselo frente a frente.

-Bueno ya, realmente me está sonando la tripa y mi pelo me exige a gritos un baño. No estoy hecha para la depresión- le comenté bromeando.

-Claro que no, así que mientras entras al agua, prepararé algo de comer y luego cruzas a hablar con ese guapo con el que estas saliendo, se lo merece.

-Si mamá, haré todo lo que me digas- la molesté riendo bajito.

Una vez, viéndome digna tras la ducha y la comida, y despidiéndome de Fran que había decidido volver a su hogar, me encaminé al departamento de Javier. Di unos golpecitos y esperé.

-Bonita- dijo abrazándome al verme- ¿Qué ha pasado?

Nos sentamos en el sillón y entre sollozos le conté lo que había ocurrido. Él, la verdad, no tan sorprendido como esperaba, comenzó a hablar.

-Yo te lo dije Flo, lo sabía y tú… ¿Qué piensas hacer?- preguntó, denotando inseguridad en su voz.

-Que esa idea no cruce ni por un segundo tus pensamientos- le advertí, adivinando lo que estaba especulando.- Yo estoy contigo Javi, me encantas, pienso en ti todo el tiempo, ese pasillo que nos separa, me parece una eternidad- le dije revelando lo que me hacía sentir, pero siempre omitiendo la controversia que en mi interior se desataba.

-Si alguna vez decides que es Tomás con quien quieres estar o te das cuenta que yo no te gusto tanto como crees… ¿me lo dirás?, ¿serás sincera conmigo?-

-Eso no sucederá Javi, por favor no pienses así- Me sentí desesperada al ver su expresión de inseguridad.

-Prométemelo Flo, prométeme que me lo dirás-

Exasperándome por un momento, respondí- Aunque estoy segura que eso jamás pasará, te lo prometo, te lo diré, lo juro.-

-Gracias- respondió cabizbajo.

Una punzada de dolor presionó mi corazón. Me acerqué a él, acaricié sus mejillas, sintiendo el roce de su barba incipiente entre mis dedos, lo giré hacia mí y mirándolo a los ojos volví a hablar.

-Nunca esperé que alguien como tú, pudiese fijarse en mí, jamás desperdiciaré una oportunidad como esta. Me gustas, lo digo enserio. Si te estoy contando todo esto, no es para martirizarte, mi única intención es ser sincera contigo, como espero que tú seas conmigo. Así que no pienses cosas que no son ¿de acuerdo?

Poniendo una sonrisa en su rostro, me contestó- De acuerdo.

Sintiendo un alivio en mi interior, le di un beso que le transmitiera todos los sentimientos, que dentro de mí se agolpaban cuando de él se trataba, intentando tranquilizarlo y hacerlo regresar a mí, así como es, sencillo, alegre, seguro.

Después de estar toda la tarde juntos viendo películas acurrucados en su habitación, decidí que necesitaba hacer ejercicios y así aprovechar de despejar mi cabeza. Enfundándome unas calzas negras y una camiseta rosa, me puse a correr por el parque que se extendía por varias cuadras. Corrí como jamás lo había hecho, sintiendo que de esa manera me liberaría y botaría todas las preocupaciones que me atormentaban. Sintiendo que me faltaba el aire y empapada en sudor, me detuve. Cuando intentaba respirar profundamente para recuperarme, me di vuelta al escuchar mi nombre.

Abre los ojos y descúbremeWhere stories live. Discover now