Capítulo 12

359 16 1
                                    

Lo primero que hice, fue llamar a mis padres. Me pusieron en alta voz y sin rodeos les conté todo. Al principio se sorprendieron bastante, sobre todo el hecho de irme con Javier, si bien les había hablado de él, nunca imaginaron que fuera en serio, tanto que incluso me atrevería a seguirlo de esa forma. Les preocupó de sobremanera que dejara la Universidad, de hecho fue lo que más me recriminaron, les juré que cuando volviera, terminaría y con honores y les justifiqué que necesitaba este viaje casi como una terapia. Tras escucharme atentos, aceptaron. Al ser hija única, ellos me consentían en todo, y yo, siendo muy sincera, sabía sacarle provecho a la situación.

Una vez hecho esto, que consideraba para mí lo más importante de la lista, me dirigí a la Universidad, no sin antes conversar con Fran.

-Es una decisión tomada Fran, me iré con él-

-¿Estás segura?, ¿no crees que es muy precipitado?

-Para nada, piénsalo como unas vacaciones, me las merezco.

-No digo lo contrario, pero… que pasará con los estudios, te atrasaras un año…

-Por vivir experiencias irrepetibles, por jugármela por este hombre que me encanta, siento que vale totalmente la pena.

-Pero ¿dónde están tus prioridades?

Ella a veces podía ser muy cuadrada- No estoy dejando nada, solo estoy poniendo pausa a mi vida aquí, para descubrir el mundo, de forma empírica, con mi propia piel-

-¿Y si las cosas no funcionan con Javier estando allá?

-¡No seas pesimista!- le dije frunciendo el ceño.

-No es pesimismo, es ser realista.

-Bueno si eso llegase a suceder, cosa que no creo, tomo mis cosas y me regreso, simple.

Al ver mi convicción y seguridad, ante  la locura que según ella estaba a punto de cometer, me dijo- Okey, entonces… ¡Disfrútalo!, viaja, sácate muchas fotos y me las envías, tráeme algo, lo que sea, de recuerdo, averigua hostales para que viajemos juntas después…- cotorreó sacando todo su entusiasmo contenido, que había guardado para dárselas de mi madre primero.

Riendo, me acompañó a hacer los trámites que me permitirían congelar mi carrera hasta previo aviso. Con eso último, el viaje se hacía más real, concreto. Hasta el momento había sido una fantasía, pero ahora está hecho. Me iba de Chile por cinco meses, dentro de 4 días más.   

Los días pasaron volando, entre maletas, compras de último momento, mapas, encargos de todo el mundo, no me di cuenta cuando estábamos en el día previo al gran viaje.

-Flo, tengo algo que confesarte- Dijo Javi algo nervioso, mientras guardábamos las cámaras fotográficas.

-¿Qué? ¿Qué cosa?- le dije algo distraída.

-Tendrás que preparar tu mano para mañana

-¿Preparar mi mano? ¿Cómo? no entiendo.-Le pregunté confusa.

-Esto afectará mi imagen de macho valiente y corpulento que yo sé que tienes de mi- dijo bromeando divertido- pero debo decirte que…- dudó por un momento- le tengo pánico a volar, cada vez que lo hago, sudo como si hubiese corrido un maratón.- bajó su cabeza avergonzado ante su declaración.

En ese momento, me invadió un sentimiento de ternura y protección hacia él. Por primera vez, sentía que me necesitaba, que confiaba en mí. Sin poder evitarlo solté una risita y lo abracé- ¿Puedes imaginar lo tierno que te has visto al decirme eso?

-No te burles de mí- me dijo, expresando, a propósito de lo que acababa de decirle, toda su ternura contenida.

-Eres la coshita más ninda de toyo el universho- Le conteste, apretando sus mejillas, poniendo esa típica voz de las mamás, cuando miman a su pequeños, sonando muy ridícula.

Abre los ojos y descúbremeWhere stories live. Discover now