Historia de LouderThanHe1l
- ¿Qué tal si te vas a la mierda? - Le murmuré en voz baja a Michael después de que él intentara forzarme a fortalecer mis poderes.
- Ezralee, por favor, cariño, intenta un poco más...- Dijo Michael con la cabeza entre las manos.
- Estás pidiendome realizar las siete maravillas cuando ni siquiera sé qué son, Michael. ¡Es agotador y estoy harta y cansada de esto! - Le grité de nuevo.
- Ezralee, los realizarás tan pronto como puedas hacerlo por mí y les mostraremos lo poderosa que eres... no pueden vencer a dos seres de nivel supremo. Solo confía en mí y vuelve a intentarlo - Dijo agarrando mis manos entre las suyas.
Ya había realizado telekinesis, pyrokinesis, descensum y transmutación. Michael estaba tratando de entrenarme a través de la adivinación. Había escondido uno de sus anillos en algún lugar del puesto de avanzada y aparentemente me estaba demorando demasiado en encontrarlo.
- ¿No podemos pasar a otra cosa? - Le rogué a lo que él solo negó con la cabeza y me hizo un gesto para que volviera a intentarlo.
Entonces mi mente sintió que se estaba nublando, estaba buscando.
- Tercer estante desde la parte inferior, décimo a la derecha, columna vertebral de color rojo oscuro. Entre las páginas 63 y 64...- Dije finalmente abriendo mis ojos nuevamente y mirándolo con ojos esperanzados.
Inclinó la cabeza hacia un lado, esperando que intentara que el libro apareciera en mi mano. Concentré toda mi energía en la tarea e imaginé la espina de cuero encuadernada en mi mano hasta que finalmente apareció.
Tiré el libro sobre la mesa y lo abrí para poder agarrar el anillo de Michael desde adentro. Una vez que tuve su anillo en mi mano, lo lancé a su cabeza, probablemente no fue la mejor idea, pero todo lo que hizo fue poner los ojos en blanco y luego agacharse para recogerlo.
- Bien, ahora concilium. Hazme hacer lo que quieras - Dijo Michael lanzando sus brazos al aire.
No debería haber dicho lo que quiera porque básicamente me dio permiso para golpearle el culo. Sonreí, habiendolo tenido más insensato para realizar esta tarea.
Concentré mi energía en él y lo hice abofetear a sí mismo tan fuerte que su cabello se agitó mientras giraba la cabeza.
- ¡Ezralee! - Gritaba cada vez más molesto con mis juegos infantiles.
- ¡Dijiste lo que yo quisiera! - Dije en mi propia defensa.
- ¡Pensé que ibas a hacer algo que sería agradable para los dos! - Dijo mirándome con los ojos muy abiertos.
Simplemente me encogí de hombros y pregunté qué sigue.
- Transmutación, ve - Dijo frotándose las sienes por evidente molestia.
Hice lo que me dijo y me teletransporté a sus brazos y le di un rápido beso en la mejilla.
- ¿Mejor? - Pregunté inocentemente antes de que Michael me echara de él y me instruyera a Vitalum Vitalis, que pasó a ser el que más me preocupaba.
- ¿Cómo se supone que debo hacer eso si nadie que esté muerto merece la pena ser devuelto a la vida? - Le pregunté con la esperanza de que no iba a tirar de algo estúpido.
- Voy a debilitar mi propia fuerza vital, a ver si puedes recuperar mi salud - Dijo tomando mis manos entre las suyas y tratando de animarme lo más posible antes de dejar su cuerpo en la cama y dejar que sus ojos se posen en la parte posterior de su cabeza mientras comienza a suicidarse lentamente.
Lo admito, es difícil de ver, especialmente sabiendo que él confió en mí para que le devolviera su fuerza cuando yo misma dudaba de mis habilidades.
Antes de que pudiera realizar la tarea escuché un golpe en la puerta. Al principio lo ignoré y concentré mis poderes en el cuerpo de Michael, pero antes de que pudiera abrir la puerta, reveló a Cordelia.
- ¿Qué demonios está pasando aquí? - Dijo Cordelia mirando a Michael.
- Las siete malditas maravillas, ahora, si me disculpas, estoy intentando realizar la última - Dije usando la telequinesia para cerrar la puerta con fuerza y cerrarla antes de devolverle la vida a Michael.
Justo cuando había terminado y él se sentó de nuevo, Cordelia abrió la puerta, habiendo recuperado la salud de Michael, me dejó sin energia y me desplomé sobre la cama.
- No tienes derecho a administrar la prueba de las Siete Maravillas, ¡mira lo que le has hecho! - Escuché a Cordelia gritarle.
- Si recuerdo bien, soy el alfa, tengo el mismo derecho de administrar lo que me dé la gana - Se apresuró a levantarme en sus brazos y transferir algo de su propia energía a mí para que pudiera estar de pie por mi cuenta.
Cordelia nos miró a los dos sorprendida.
- ¿Pasó ella...? - Ella preguntó en voz baja.
- Por supuesto que pasó, ¿qué esperabas? Tampoco le tomó tanto tiempo - Dijo Michael mirándome con orgullo.
- Sorpresa, los dos estamos al nivel de la jodida suprema. Juntos seremos más poderosos de lo que jamás podrías ser - Dije todavía un poco mareada y aferrándome a Michael para que no cayera.
- Ezralee, por favor escúchame. No deberías tener nada que ver con él. Tus poderes son de la luz, los suyos son de los lugares más oscuros del infierno. Por favor, déjalo - Cordelia me rogó agarrando mi brazo y tratando de jalarme hacia ella.
- ¿No puedes ver que te obligó a sentirte atraida por él? - Ella preguntó, a lo que fruncí mis cejas y lo miré.
- ¿De qué está hablando? - Le pregunté a Michael mientras él la miraba.
- Vete, Cordelia. Continuaremos esta conversación más tarde - Dijo Michael obligando a Cordelia a salir por la puerta y cerrándola de golpe.
Podía escucharla cada vez más enojada con Michael mientras hacía 'clic' enojada con sus botas de tacón en la otra dirección para darnos privacidad. Sabía que ella solo aceptaba irse y ser tratada de esa manera con la esperanza de que finalmente encontrara algo que no aprobara y me uniera a su aquelarre.
- ¿Qué quiere decir con eso, Michael? - Exigí alejarme de él y fuera de su alcance.
- Ella solo está haciendo una mierda para alejarte de mí. ¡No tiene ninguna convicción! - Dijo extendiéndose hacia mí.
- Estoy tan cerca de salir corriendo de aquí y estar con Cordelia si no me explicas el tuyo - Dije sacando mi brazo de su agarre.
Él todavía se negó a decirme, así que usé un poder que ni siquiera sabía que tenía, la clarividencia, el que él había estado usando para entrar en mi mente.
- ¿Me hiciste enamorarme de ti...? - Pregunté después de finalmente llegar a su cerebro.
- No es así, Ezra, solo lo usé al principio cuando pisaste mi oficina por primera vez. De lo contrario, hubieras escapado - Dijo defendiendo sus acciones.
- Michael, ¿no ves nada malo en esto? - Pregunté tratando de calibrar las emociones en sus ojos.
- No lo entenderías incluso si tratara de explicarte, así que es mejor que me vaya antes de entrar en otro argumento explosivo - Dijo dirigiéndose a la puerta.
- No, vas a intentar explicarme ahora mismo - Dije con severidad haciéndolo detenerse en sus pasos y haciéndolo incapaz de moverse tal como me había hecho a mí innumerables veces.
Hacer eso le hizo sonreír y caminar hacia mí una vez que lo liberé de mi agarre.
- Habla - Es todo lo que dije cuando me senté en mi cama con los brazos cruzados sobre mi pecho.
- No quiero, cariño. Eso me hará sonar patético...-
Fruncí el ceño, esta era la primera vez que Michael se había mostrado como un cobarde frente a mí.
- ¿Por favor? - Le pregunte alcanzando su mano.
- Te conté cómo era consciente de tu existencia, ¿correcto? - Preguntó Michael, aunque ya sabía que la respuesta era sí.
De todos modos, le di un gesto de cortesía para animarlo a seguir con su historia.
- Bueno, mierda, esto suena tan estúpido, me enamoré de ti antes de que te conociera... sentí algún tipo de conexión de otro mundo con tu alma angelical, Ezra...- Dijo Michael poniendo su rostro en sus manos por la vergüenza.
Le froté la espalda para que continuara.
- Pensé que cuando te viera por primera vez, sentirías la misma conexión, pero no estaba seguro, así que puse algo similar a un hechizo de atracción en ti. Una vez que sabía que realmente sentías algo por mi, lo quité. Lo juro - Dijo Michael con la esperanza de no enfurecerme como había estado durante los últimos días.
- Eso no está bien, Michael ...- Dije suspirando.
- ¿Cómo sé que lo quitaste...? - Le pregunte tranquilamente.
- ¿Sientes algo por mí? - Preguntó Michael en voz baja.
- Por supuesto...-
- ¿Se siente real? - Preguntó mirándome profundamente a los ojos. Yo asentí.
- Así es como sabes que te lo quité. Solo lo usé para atraparte, no para retenerte. Esa es tu elección... te amo, Ezralee ...- Susurro Michael en mi cabello.
- ¿Que acabas de decir? - Le pregunté asombrada de que una relación que solo había estado sucediendo durante un mes a lo sumo se hubiera convertido en algo más para él.
- No me hagas la jodida repetición - Escupió ásperamente empujándome y levantándome.
- Está el Michael que conozco y amo, énfasis adicional en el amor - Dije burlándome de él juguetonamente.
- ¿Te gustaría detener esto y lidiar con los intrusos que caminan por nuestros pasillos en este momento o vas a seguir molestándome? - Preguntó cruzando ambos brazos sobre su pecho y mirándome expectante.
- Preferiblemente, me gustaría seguir molestándote. Es mucho más divertido que lidiar con problemas reales - Dije tumbándome en la cama.
- Ezra, no podemos actuar como si no estuvieran justo afuera de nuestra puerta - Dijo Michael acostándose a mi lado.
- Bueno, ¿por qué no somos productivos ¡Enséñame cosas, dime cómo hacer nevar! - Dije emocionada sentándome y moviéndome hacia el regazo de Michael.
Me agarró el pelo con la mano y me lo puso sobre el hombro.
- Eso es un poco más difícil, y es posible que no puedas controlarlo si eres la mitad de poderosa que creo que eres - Dijo, picoteando mis labios.
- ¿Por favor? Si pasa algo, entonces puedes detenerme - Dije tratando de tranquilizarlo.
Finalmente se rindió y accedió a dejarme intentarlo.
- Solo imagina que el agua en el aire se convierte en nieve, si tienes la habilidad, entonces debería funcionar si no, es algo en lo que podemos trabajar - Dijo, permitiéndome permanecer sentada en su regazo mientras intentaba cambiar el clima que nos rodeaba.
Después de lo que pareció una eternidad, Michael habló.
- Si no puedes hacerlo, está bien. Aprenderás con el tiempo...- Rápidamente puse mi dedo en su boca para callarlo ya que estaba rompiendo mi concentración.
Me concentré tan fuerte que sentí que estaba forzando mi cerebro hasta que finalmente conseguí que un copo de nieve cayera del aire a nuestro alrededor.
- Bien, podemos...- Michael comenzó a decir antes de que terminara.
Miro a nuestro alrededor, había convertido casi todas las moléculas de agua en la nieve blanca y esponjosa que nos rodeaba.
- ¡Feliz Navidad! - Dije en broma
- Ezra, es noviembre... y no celebro la Navidad - Dijo Michael quitándose la nieve de la cara y sonriendo.
- Supongo que podemos lidiar con los llamados intrusos ahora - Dije, apoyando mi barbilla en su hombro.
- Todavía no, déjame disfrutar esto antes de que todo se vaya al infierno - Dijo abrazándome y besándome ligeramente mientras la nieve seguía cayendo a nuestro alrededor.
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Hasta la próxima actualización, mantente sexy y no caigas en el anticristo. Realmente necesito dejar de decir eso como si ninguno de nosotros hubiera colapsado en ese agujero de conejo. BYEEEE.