EPIFANÍA. | Yoonmin +18. [DIS...

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‼️ Está historia está disponible en papel en Amazon‼️ TERCERA TEMPORADA DEL FANFIC "PARAFILIA". Yoongi finge... More

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Sinopsis
Advertencias
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Final.
Epílogo.
SORPRESA.
Entrevista Pt. 2 (UNO)
Entrevista pt. 2 (DOS)
Especial. {VkookMin}
Especial. {Yoonmin}
Especial. {Namjin}
DESPUÉS DE LA EPIFANÍA

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By wonderfulstar_

Jimin entró a la habitación dando un portazo y cerró con seguro apenas entró tal como hacía siempre. Recorrió su pequeño espacio con la mirada, el cual era sencillo, igual a todas las habitaciones en el lugar, apenas había espacio para la cama, un pequeño armario y la puerta del baño. Se dejó caer en la cama, suspirando y recordando el alboroto que hace poco se había formado gracias al "plan" de Baekhyun.

― ¡Hasta qué llegas! ―Edán saltó saliendo debajo de la cama y haciendo que Jimin pegara un brinco casi cayendo al suelo.

― ¡Jesús niño! ¿Cómo puedes aparecer así? ¡Casi me da un infarto! ―chilló Jimin incorporándose en la cama antes de examinar a Edán―. Espera. ¿Qué haces tú aquí?

― ¿No es obvio? El numerito de Baek fue para llamar la atención y que yo pudiese entrar a tu habitación sin que nadie se diese cuenta, todo un genio ¿no lo crees? ―Edán se agachó nuevamente observando debajo de la cama haciendo que Jimin frunciera el ceño.

―Si te descubren aquí, nos mataran a los dos... ―Jimin comenzó a hablar, pero Edán le interrumpió casi al instante.

―Calla pasiva en apuros, mira nada más los juguetitos que nos han dejado aquí. ―El rizado sacó una maleta negra que estaba debajo de la cama y la abrió dejando ver los distintos tipos de armas dentro de esta, desde cuchillos, navajas, hasta rifles, pistolas y granadas.

Jimin no puedo evitar sentirse demasiado descolocado con toda la situación y tenía tantas preguntas que no sabía por cual empezar.

― ¿Namjoon sabe que están aquí? ―preguntó Jimin mientras veía como Edán sacaba las navajas y las admiraba con ojos brillantes.

―Pues claro, niño listo. ¿Quién crees que nos mandó aquí? Vamos a recuperarte a ti y a Yoongi, es hora de que dejen de jugar a las escondidas y vuelvan a la mafia, basta de tanta mierda, ustedes se aman ―afirmó Edán mirándolo severamente y él no supo qué decir, tensándose casi al instante.

― ¿A qué te refieres? ―preguntó el pelirosa casi con miedo.

―A que, si tú y Yoongi no piensan juntarse nuevamente porque ambos son unos egoístas cobardes, entonces lo haremos nosotros ―finalizó el rizado.

La cabeza de Jimin dio vueltas al imaginarse nuevamente cerca de Yoongi, se empeñaba en mantener ese sentimiento de rechazo, pero su corazón seguía latiendo rápidamente reclamando a su dueño.

―Pero... Creí que las cosas no estaban bien en la mafia. ―La voz de Jimin sonó vacilante y Edán soltó una risita.

―Eso es lo que queremos que crean ―dijo poniéndose de pie―. Están buscando a Yoongi, por lo tanto, el primer lugar donde buscarán es en BS&T, así que lo mejor es que crean la mafia se desintegró, o algo así dijo Namjoon.

― ¿Dónde está Yoongi? ―Jimin trató de que la ansiedad no se notara en su voz y observó como Edán se sentaba en el colchón a su lado.

―Hm, viniendo para acá probablemente, él ya sabe que estas aquí, por lo tanto, el plan de Suho funciona ―Edán meció sus pies, esperando a que Jimin respondiera, pero este solo miró al frente procesando todo lo que estaba sucediendo ―. ¿Acaso aquí no comen?

Jimin salió de sus pensamientos y observó a Edán ladeando la cabeza sin entender a que se refería. ―S-Sí, obvio que comemos...

― ¡Entonces qué esperas! ¡Ve a buscarme un sándwich, pasiva frustrada! Este cuerpo no se mantiene a base de balas y sangre ―Edán hizo que Jimin se levantara y lo empujó hasta la puerta para luego esconderse nuevamente detrás de la cama―. Yo te esperaré aquí en mi hueco.

Jimin abrió la puerta, saliendo del lugar y cerrando con seguro antes de guardar la llave en su camino mientras comenzaba a caminar hacía el comedor pensando en que su amigo de verdad estaba loco.

Las palabras del rizado aún daban vueltas en su mente y aunque no quisiese pensar demasiado en el asunto le resultaba casi imposible, hasta esa mañana creyó que todo en su vida estaba en orden (dentro de lo que cabía) y ahora había un chico rizado en su habitación y otro rubio en quien sabe qué lugar con un plan para sacarlo de allí ―y por si fuese poco― volver a juntarlo con la persona de la que llevaba meses intentando escapar.

¿Pero a quién quería engañar? Aún detrás de todo el rencor y el dolor, no había algo que deseara más que volver a ver al pelinegro.

― ¡Las manos arriba! ―bramó un policía detrás de él y de mala gana hizo lo que se le ordenaba―. ¿Cuál es su nombre?

― ¿Para qué quiere saber mi nombre, oficial? ¿Acaso le gusto? ―bromeó el pelinegro haciendo que el policía lo sacudiera con brusquedad, logrando que pegara su cuerpo a la pared―. Min Yoongi.

―Está arrestado por...

Al instante el hombre que sacaba unas esposas cayó al suelo tras la patada que fue atestada a su costado por el pelinegro tomándolo completamente por sorpresa.

―He oído eso muchas veces. Al menos podrían esperar a decirlo cuando de verdad este arrestado. ―El hombre en el suelo jadeó adolorido y Yoongi sacó su arma apuntándolo al instante para luego disparar directo a su frente sin siquiera pensarlo.

Me ofende que crean que será así de fácil atraparme.

Tomó la mochila que anteriormente había dejado en el suelo y observó al oficial con un charco de sangre a su alrededor. Sonrió con amargura, paseando su vista por aquel oscuro callejón, consumido por las sombras de la noche, luego sacó un pequeño frasco y caminó hasta el auto de policía, escuchando las voces que sonaban a través del intercomunicador, en un momento tomó el radio y presionó un botón antes de hablar.

―Oficial caído en el sector 31-B ―habló con burla el pelinegro―. ¿Cuántos van ya? ¿Diez o... veinte?

Dicho eso soltó el radio y se alejó un poco, esparciendo un poco del contenido del frasco por todo el auto, una vez vació sacó un encendedor e hizo que la llama saliera antes de dejarlo en el suelo a un lado del auto, luego se alejó rápidamente, trotando hasta quedar a unos cuantos metros de distancia. Apenas el fuego tuvo contacto con el líquido el auto se prendió en llamas, y segundos después estalló, haciendo que sonriera complacido mientras veía el resplandor naranja elevarse.

Se dio la vuelta y continuó su camino por las oscuras calles, subiéndose el cubrebocas y acomodando la gorra sobre su cabeza. Llevaba semanas en la misma situación, vagando por los mundos bajos con un objetivo claro en mente.

Estaba cansado de tener que esperar, cansado de tener que alejarse, cansado de pensar en lo que podía ser, pero no era. Ahora estaba dispuesto a hacer las cosas a su manera. Las calles de Busan eran frías y desiertas, le recordaban tanto al estado de su pobre corazón. Pero ya pronto dejaría de ser así, lo sabía.

Estoy cansado de juegos, pequeño.

Jungkook pateó las cajas a su alrededor sintiéndose frustrado y observó al chico amarrado a la silla, Taehyung y Hoseok estaban a su lado, apuntando al joven que no hacía más que reír por la actitud desesperada de los demás presentes.

―No tienes salida, Vernon. Sabemos que eres el infiltrado, ahora dinos. ¿Fuiste tú o no quien envenenó el vino en la boda de Namjoon? ―cuestionó Hoseok con voz áspera presionando el cañón de su arma contra la sien del chico.

― ¿Por qué tanto interés? ―tentó el chico la paciencia de Hoseok―. Edán está vivo. ¿No es eso lo que importa?

―Déjate de juegos ya. Habla de una vez, maldita sea ―escupió el pelirrojo― ¿O acaso tienes miedo?

Vernon soltó una risa amarga y miró a Hoseok desafiante antes de hablar.

―Sí, fui yo. ¿Sorpresa? ―El castaño volvió a reír―. Y Lastima que el veneno no estaba terminado. Pero ahora sí, y es tan sutil... que no sabrán quien lo ingirió hasta que esté en el piso totalmente sin vida.

― ¡¿Quién más está detrás de esto?! ―gruñó Jungkook en dirección al chico perdiendo por completo la paciencia al oír aquello.

― ¿En BS&T? Nadie, pero su pequeño Jimin está en la boca del lobo. Ah... Jeonghan estará tan feliz de que por fin se cobre su venganza. ―El chico sonrió y Jungkook miró a Hoseok y Taehyung quienes lucían casi tan confundidos como él.

― ¿De qué mierda estás hablando? ―cuestionó Jungkook entre dientes sin apartar su mirada hostil del castaño.

― ¿Enserio no lo adivinan? Jimin está en la mafia de Suho. Suho amaba a Jeonghan... Y ustedes lo mataron ―acusó Vernon, en ese momento su mirada se tornó sombría y llena de rencor―. Solo es cuestión de tiempo antes de que Jimin "accidentalmente" ingiera un poco de ese veneno, y adiós mundo cruel, adiós Min Yoongi.

―No... No puedes estar hablando enserio... ―Jungkook parpadeó varias veces asimilando todo.

― ¿No es asombroso? ¿Como puedes dañar a uno con solo tocar al otro? Solo basta con empujar a Jimin a la orilla y Yoongi se lanzará al infierno a buscarlo. ―Vernon sonrió ante la clara confusión de los chicos―. Hacen todo tan fácil. ¿Es eso una ventaja o una desventaja?

―Deja de hablar mierdas ―sentenció Hoseok sin dejarse intimidar―. Si crees que Yoongi va a caer tan fácil estás equivocado.

Vernon volvió a reír, Jungkook sintió como si le hubiesen metido corriente y no se molestó en contenerse antes soltar un puñetazo directo a la mandíbula del castaño, luego de eso Taehyung lo tomó de los brazos evitando que volviera a golpearlo. Vernon escupió la sangre al suelo hasta de voltear su mirada para volver a encararlos.

―Al final todos tienen una debilidad. Y la debilidad de Min Yoongi, es Park Jimin.

Jimin iba caminando por el pasillo en el momento en que Baekhyun tiró de su brazo haciéndolo entrar a su habitación y cerrando la puerta detrás de ellos, frunció el ceño observando al rubio de manera confundida preguntándose por qué tanta brusquedad.

―Debes estar alerta en los próximos días, Yoongi está cerca y cuando esta gente lo sepa te encerraran en una jaula de ser posible ―Baekhyun comenzó a hablar―. No tomes nada que luzca sospechoso, o mejor, no tomes nada y ya. Y aléjate de Suho.

―Creo que enloquecieron, no entiendo nada. ―Jimin luchaba por ordenar el lío en su mente, sintiendo la tensión que se formaba en el ambiente.

―No necesitas entender nada, solo has lo que te digo, nos vemos luego. ―El rubio salió de la habitación y minutos después Jimin hizo lo mismo, tratando de mantener su expresión serena y cerrando los ojos con fuerza para calmarse.

En la mafia todos parecían alertas, como si esperaran una señal de guerra o algo así, sentía como su instinto le gritaba que debía estar preparado, pero la pregunta era. ¿Preparado para qué?

Las voces en su cabeza le gritaban que estaba cerca, casi podía sentir su presencia, los pensamientos lo ahogaban y se sentía ansioso, tal vez si era hora de dejar los juegos, tal vez si era hora de entregarse a él, tal vez era hora de hacer valer el "mejor juntos qué separados".

Yoongi se recostó contra la pared, sintiéndose su respiración volverse pesada y su cabeza dar vueltas, ya había olvidado cuando había sido la última vez que comió algo decente o bebió más de medio vaso de agua. Maldijo mentalmente que su cuerpo estuviera recriminándole la falta de atención, si bien mentalmente estaba totalmente activo, su cuerpo se negaba a responder de manera correcta.

Arrastró sus pasos hasta una tienda de conveniencia a un lado de la calle, eran probablemente las dos de la madrugada por lo que el lugar estaba totalmente solitario, antes de entrar palpó sus bolsillos confirmando que tenía algo de efectivo, negándose a arriesgarse por usar sus tarjetas. Ingresó al lugar y llamó la atención del dependiente que dormía en su lugar, el chico se exaltó y enseguida miró a Yoongi con desconfianza.

El pelinegro tomó una botella de agua y unos pasteles de arroz para luego dejarlos sobre el mostrador, el vendedor facturó todos los productos en silencio mientras él sacaba el dinero para pagar, Yoongi tampoco emitió palabra alguna y solo espero a que el chico le diera el cambio para agarrar sus cosas y salir.

―No estuve aquí, tú nunca me viste. ―Yoongi habló con la voz más rasposa de lo normal antes de salir y caminó nuevamente a uno de los callejones.

Se apoyó contra la pared y abrió la botella de agua dándole un trago sintiendo como su sistema se lo agradecía, soltó una risita, sintiéndose como un vagabundo en esos momentos, pero muy dentro de él sabía que no era un vagabundo. Era un asesino, un cruel y maldito asesino buscado por la ley, un desgraciado que había perdido la luz de su vida y ahora luchaba por recuperarla.

Dejó que sus pensamientos vagaran hasta Jimin, sintiendo una terrible ansiedad por la falta que el pequeño le hacía, cada día se descomponía un poco más, y sentía que la ausencia de su pequeño era el castigo por todos sus pecados, estaba muriendo, estaba muriendo lentamente porque había perdido su razón de ser, de nuevo volvía a ser un demonio de ojos vacíos, de nuevo no era más que un ángel caído destinado a vagar hasta su muerte.

Te anhelo cerca, pero te he alejado, cuando te encuentre prometo, que esta vez sí te mantendré a mi lado...

Porque el infierno puede ser el paraíso si me das tu alma para guardarla dentro mí, soy un egoísta.

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