POCHÉ.
-¿Daniela, estás ahí?- volvió a golpear Mario la puerta.
-Sí está- se escucho la voz de Kathia algo despacio. Daniela rodeó los ojos nuevamente. Mario volvió a golpear la puerta. Estábamos atrapadas, Kathia sabia perfectamente que nos encontrábamos las dos aquí y no entiendo por que en vez de sacar a Mario, lo estaba incitando a casi derribar la puerta.
Quería un momento a solas con Daniela y ni eso puedo tener.
Mario continuó golpeando la puerta, intentó mover la perilla que se encontraba con pestillo, no sabía en que momento Daniela le había colocado el seguro pero fue la mejor idea que pudo tener.
Nos encontrábamos en la misma posición, Dani relajó su cuerpo y lo apoyó completamente en la pared que se encontraba al lado de la puerta, solo la miraba divertida y su rostro no expresaba ningún sentimiento. Cerró los ojos y empezó a murmurar palabras poco entendibles para mis oídos. La verdad es que esperaba que abriera la puerta para lanzarse a los brazos de Mario, pero al parecer no tenía ninguna intención de lidiar con él ahora.
¿Sería oportuno que la volviera a besar?
-Daniela, si no abres la puerta, la voy a derribar- amenazó con una ronca voz- Camila ya me contó lo que pasó- dijo haciendo que Daniela quedara completamente helada. Pude notar como su cuerpo se tensó de una forma bastante extraña.
Sabía que Camila no perdería la oportunidad de hacer que Mario y Daniela pelearan para terminar, aunque su hipocresía es tan grande, pues prácticamente ella esta haciendo lo mismo.
Me importaba en lo más mínimo si Mario sabía o no lo que había pasado, él desde ayer lo sospechaba y ahora acaba de confirmar su teoría.
-¿Qué pasa?- salió la voz de Paula de fondo, supongo que saliendo de la ducha.
-¡Tu amiga! ¿Donde está?- le preguntó Mario, se escucharon los pasos de Paula acercándose a la puerta e intentar abrirla pero está no tuvo resultado.
-¿Hablas de Poché?- le preguntó la castaña- Le dije a Calle si me hacía el favor de probarle algunas prendas a Poché en la habitación, estúpido- le dijo Paula salvando la situación como siempre- ¿No es así, Calle?- preguntó Pau con un grito haciendo que Daniela reaccionara.
-¡Si!- dijo ella nerviosa viéndome fijamente- Casi terminamos- volvió a decir, se volteó para disponerse a quitar el seguro de la perilla pero antes me tomé el atrevimiento de tomar sus mejillas para volver a besarla. Si esto se vuelve algo cotidiano, no me molestaría en lo absoluto.
Ella otra vez no volvió a separarse, simplemente me siguió el inocente beso; podía sentir que a Dani igual le gustaba lo que estaba pasando y esperaba no equivocarme.
Mordí ligeramente su labio inferior provocando que de su boca saliera un pequeño quejido por el dolor. No sé de donde había sacado este atrevimiento pero me encantaba.
-Ya no más- me dijo Daniela en susurro -No se porque te dejo hacer esto- frunció el ceño succionando un poco su labio inferior, una leve gota de sangre salía de él. Sin prestarle mayor atención, se dio media vuelta para continuar con lo que hacía anteriormente. Abrió la puerta y vio a Mario con el ceño fruncido más prominente que he visto en mi vida y Paula al lado de él con una toalla alrededor de su cuerpo.
-¿Por qué no respondías?- le preguntó Mario a Daniela.
-Estaba ocupada, ya te dijo Paula- le dijo Daniela acariciando su mejilla.
-¿Qué te pasó en el labio?- preguntó él pasando su pulgar para contornear suavemente el labio de mi vecina, Daniela mordió su labio inferior para ocultar la pequeña herida.
-Se pegó cuando golpeaste la puerta, animal- solté de pronto. Mario me ignoró completamente para volver a mirar el labio de su novia.
Pau me dirigió una mirada curiosa mientras que Mario tomaba de la mano de mi vecina para llevarla a la sala de estar dejándome a mí y a la castaña solas.
-¿Te cambiaras?- intenté actuar normal, fingir que nada había pasado. Aún seguía con el pensamiento de mantener esto entre Daniela y yo pero sé que Pau nos bombardera con su preguntas una vez que estemos solas las tres.
-Ajá- dijo Paula divertida- Deberías agradecer que me tienes como amiga, Mario estaba realmente rojo- rió para ingresar a la habitación de Dani- Por cierto, ¿Qué hacían?
-Me estaba regañando por lo de la pelea- me encogí de hombros restándole importancia a la situación.
-¿Y por eso estaba con seguro la puerta?-alzó una ceja.
-Tú solo cámbiate rápido- le dije para cerrar la puerta de la habitación y dirigirme a la sala de estar.
Allí se encontraban Daniela, Mario y Kathia, no entiendo cómo es que aún no se ha ido, y no me refiero a Kathia.
Me acerque a donde se encontraba mi amiga y me coloqué a su lado. Visualicé a mi vecina, quien se encontraba hablando en susurro con Mario, no sé qué le habrá dicho pero su tono y actitud habían cambiado completamente. Mario tomó la mano de Daniela para entrelazarla con la suya y depositar un beso en su mejilla; al parecer el labio de está estaba aún sensible y me fascinaba saber que yo era la culpable de eso.
-Me llamó mi jefe, tengo que ir al trabajo-me avisó Kathia a lo que asentí como respuesta.
-Te acompaño hasta tu auto- le ofrecí y ella no se negó. Kathia se acomodó su bolso en su hombro para disponerse a salir del apartamento. Caminó hasta la salida de este y yo la seguí por detrás.
-¡Oye tú!- gritó Mario provocando que me diera la vuelta para mirarlo fijamente- No te quiero volver a ver cerca Calle- me apuntó con su dedo índice. Quede congelada ante su amenaza- Ya Camila me lo contó todo- dijo sin dar más detalles.
-Pues que pena por ti- le dije- Pero trabajo con Daniela, mejor acostúmbrate- sonreí un poco haciendo que el tono rojo de su cara se intensificara. Las ganas de sacar el tema de Camila aumentaban cada vez más, Daniela no emitía ninguna palabra y por lo que veía, no tenía intención de hacerlo.
-Ya estás advertida- me volvió a apuntar.
-Mejor preocúpate de ser más cuidadoso con lo que haces con Camila- le dije sin más, su cara se desfiguró completamente y la cara de Daniela también. El tema había vuelto y para ninguno de los que nos encontrábamos aquí se le era desconocido. Solo espero que Daniela le pregunte sobre Camila para que al fin se diera cuenta quien era realmente.
Kathia volvió a tomar mi mano, abrió la puerta del apartamento y me guió hasta el ascensor sin emitir ninguna palabra.
Las puertas de este se abrieron de par en par dejándonos ver a un hombre bastante sonriente.
-¡Señor Calle!- le dije al reconocerlo. Desde el día que me mude que no lo había visto y me agradaba poder saludarlo de vez en cuando.
-Señorita María José, ¿Cómo estás?- preguntó para darme un ligero beso en la mejilla en forma de saludo.
-Muy bien- le dije contenta, mi estado de ánimo había cambiado rotundamente, estaba feliz y radiante; contestarle a Mario y besar a Daniela dos veces en menos de cinco minutos le cambia el ánimo a cualquiera. Sea lo que sea que me este haciendo Daniela Calle, estaba resultando ser de mi completo agrado- Y usted se ve bastante feliz- destaqué la sonrisa que el Señor Germán Calle traía encima.
-Pues sí- dijo contento- No sabía que trabajabas con mi hija- rió- Y yo pensé que se odiarían hasta que lograra sacarte del apartamento como siempre lo hace con los demás inquilinos.
Me quede congelada por un momento. ¿Osea que el señor Germán había visto el video y el diario?
-Usted vio lo de...- le dije a lo que él asintió. Era raro que estuviera tan feliz, si yo fuera él, estaría furioso conmigo por casi arruinar el trabajo de su hija- Que pena, señor- me tape la cara de vergüenza.
-¡No te preocupes!- dijo- Me encantó- aguarden ¿Qué?
Fruncí el ceño.
-No te lo tomes a mal- dijo el señor Calle- Camila Esguerra no es de mi total agrado- alcé una ceja, desconocía que el señor Germán conociera a la peli roja, pero me agradaba que estuviera "de mi lado" por así decirlo- ¿Y ella es?- preguntó refiriéndose a Kathia, quien se mantuvo callada todo el tiempo de la conversación.
-Ella es Kathia, una amiga- le sonreí.
-Un gusto conocerlo, Señor Calle- Kathia le tendió la mano a lo que él la recibió con gusto.
-¿Está Daniela en el apartamento?- preguntó él a lo que yo asentí- ¡Perfecto! Las invito a comer.
-Yo me tengo que ir al trabajo, fue un gusto Señor Calle- se despidió Kathia- Adiós Poché, hablamos luego- sin decir más, se adentro al ascensor para irse del lugar.
-Y bien María José ¿Tú aceptas?- me propuso el señor Germán. Lo pensé por unos largos segundos si aceptar o no, eso implicaría desayunar con Daniela, Mario y tal vez Paula. Al ver que no contestaba, el señor Germán volvió a insistir hasta convencerme por completo, terminé por aceptar. Él caminó rápido al apartamento de Daniela, golpeó la puerta y está le abrió. Su cara de asombro se hizo presente, al parecer no esperaba la visita de su padre.
Charlaron por unos cuantos minutos cuando una Paula bien vestida salió del apartamento seguida por Daniela y el estúpido de su novio.
-¿Poché irá con nosotros?-preguntó Daniela al verme parada, Paula enganchó su brazo con el mío inmediatamente cuando me vió. El rostro de Mario seguía con el mismo enojo pero estaba manteniendo una notora distancia con Daniela.
-La invite, espero que no les importe- dijo Germán.
-De hecho...- empezó Mario cuando fue interrumpido por Paula.
-De hecho nos encanta la idea- dijo la castaña emocionada para girar y llevarme al ascensor seguido por los demás.
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El desayuno había sido uno de los más divertidos que he tenido en los últimos días. Germán no paraba de hablar del vídeo provocando que no me sintiera tan culpable por lo que había pasado, al igual que Paula, ambos se reían sin parar. Daniela se mantuvo seria en toda la comida pero se me hizo bastante extraño que no se sentara al lado de Mario, este se sentó al lado de Germán y Daniela al lado de Paula. A mis adentros, pensaba que de verdad lo que le había dicho de Camila había sido la culpable de esta repentina separación. Ninguno de los dos hablo mucho, Mario me lanzaba miradas asesinas todo el tiempo, si las miradas matasen, yo ya estaría tres metros bajo tierra.
Ahora me encontraba en mi apartamento, como aún no nos confirman si podemos asistir o no a la casona, no tengo nada que hacer más que disfrutar de mi día de descanso. El sonido de mi teléfono se escuchó por toda mi habitación y un mensaje de texto de un número desconocido apareció en la pantalla.
DE: DESCONOCIDO.
HOLA BONITA, ESE PELO AZUL TE QUEDA ESPECTACULAR.
Fruncí el ceño. ¿Quién rayos me escribiría algo así?
PARA: DESCONOCIDO.
¿QUIEN ERES Y QUIEN TE PASO MI NUMERO?
Escribí lo primero que se me paso por la cabeza, pocas personas tenían mi número y no es que yo lo ande publicando en mis redes sociales para que cualquier persona demente pueda escribirme.
DE: DESCONOCIDO.
NO IMPORTA QUIEN SOY, PERO DEBES SABER QUE TE CONOZCO PERFECTAMENTE, MARÍA JOSÉ GARZÓN.
PARA: DESCONOCIDO.
¡QUE PUTAS! ¿QUIEN ERES? ESTO DE VERDAD NO ES CHISTOSO.
DE: DESCONOCIDO.
UPA, SEXY, MAMASITA.
PARA: DESCONOCIDO.
ESTO YA ME ESTA ASUSTANDO.
DE: DESCONOCIDO.
SE QUE VIVES CON TU HERMANA Y TU PAPA.
SE MUCHO MAS DE LO QUE CREES.
PARA: DESCONOCIDO.
¿COMO CONSEGUISTE MI NUMERO?
Le volví a preguntar, comencé a mordisquear mis uñas por el nerviosismo que había provocado estos mensajes. Desconocía totalmente quien era la persona que los estaba enviando y no tenía en mente quien podría ser.
DE: DESCONOCIDO.
VI COMO AGARRABAS A GOLPES A ESA MODELITO, ¡ME ENCANTA! TAL Y COMO TE ENSEÑE.
SEXY POR NATURALEZA, GARZÓN.
PARA: DESCONOCIDO.
¡¿QUIEN ERES?!
DE: DESCONOCIDO.
TIENES UNAS NALGUITAS HERMOSAS, BEBÉ.
Esto ya se esta volviendo loco.
PARA: DESCONOCIDO.
¡QUE PUTAS!
DE: DESCONOCIDO.
TE TENGO UNA PROPUESTA, CARIÑO.
PARA: DESCONOCIDO.
NI PIENSES QUE HARE UN TRATO CON UNA PERSONA LOCA COMO TÚ.
DE: DESCONOCIDO.
TE LLAMARE, SI CONTESTAS, VERAS QUE TE ENCANTARA.
PARA: DESCONOCIDO.
NI CREAS QUE VOY A CONTESTAR.
DE: DESCONOCIDO.
CONTESTA Y SABRAS LO QUE ES BUENO🌚.
El cuadro de "LLAMADA ENTRANTE" se hizo presente en la pantalla de mi teléfono. Tenía dos opciones; contestar y saber quien era esta persona sin vida que estaba molestándome o ignorar y carcomerme la cabeza al pensar quien puede ser.
Sin dudar, opté por la primera opción.
*LLAMADA*
-¿Aló?- pregunté insegura, nadie te manda mensajes de la nada y te llama, pero la curiosidad es más fuerte y no me daré el lujo de no saber quien era.
-Señorita Garzón, usted es acusada de olvidar a su mejor amiga por lo que se le informa que ella se acaba de vengar- rió Makis en la otra línea.
-¡Maldita hija de puta!- le grite desahogándome, el peso que traía encima se había alivianado completamente-¡¿Por qué juegas así conmigo?!- le pregunté exaltada pero con tono de risa.
-Quería divertirme un rato- rió con más ganas- Hubiera pagado por ver tu cara en vivo y en directo cuando leías los mensajes- rodeé mis ojos.
-¿Por qué no me hablaste con tu número?- pregunté curiosa.
-Perdí mi teléfono y tuve que comprar otro- dijo sin darle mayor importancia- Pero te ví en Youtube- gritó- ¡ERES FAMOSA!- se exaltó provocando que soltara una sonora carcajada.
-Si tan solo supieras todo lo que esta pasando- suspiré acomodándome mejor en mi cama.
-Pues ahora tendremos todo el tiempo del mundo para que me cuentes- dijo- ¿A que hora piensas venir por mí al aeropuerto?.
¿Qué?.
-¡¿Ya estás aquí?!- le pregunté ansiosa. No podía creer que ya estuviera aquí, a unos cuantos kilometros de distancia, vería a mi mejor amiga. Mi día no podría ir mejor.
-Terminé todo mis compromisos antes y quise darte una sorpresa- dijo emocionada- ¿Vendrás por mí o qué?- preguntó.
-Llegó en un rato- le colgué sin esperar respuesta, me coloqué mis zapatillas lo más rápido posible, tome mi teléfono y mi bolso para salir corriendo del apartamento. Makis había llegado y ya era hora.
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CALLE.
Todo lo que había pasado con Poché las últimas horas me tiene totalmente consternada, no sé como ni porque actuaba de esa manera ni mucho menos porque me dejaba besar por ella. Yo debía negarme, debía alejarla cuando intentara besarme, debía no gustarme lo que estaba pasando. Aún estaba buscando la lógica del porque no había respondido de la misma forma en la habitación como lo había hecho en el baño del Honeycut, me había pillado de sorpresa pero eso no justificaba el hecho que le había seguido el beso ¡DOS VECES!
Solo una vez en mi vida me había gustado una chica, fue cuando tenía como once años pero nunca llegue a tener una relación con ella y no creo que sea el momento para comenzar a sentir algo por alguna.
Las dos veces que de verdad había besado a Poché, no lo negaba me había gustado, más de lo que yo quisiera pero ella no debía saberlo, ella debía seguir pensando que nada va a pasar entre nosotras dos. Tengo novio o al menos eso creo.
Cuando Poché sacó el tema de Camila en frente de Mario, la ví con tanta seguridad que hasta yo había creo todo lo que había dicho, se le escuchaba tan convincente que cuando desapareció con Kathia, no dude ni un segundo en preguntarle a Mario sobre su amiga peli roja.
*Flashback*
Mario se giró para observarme una vez que la pitufo azul y su desagradable amiga se habían ido. Intento leer mis facciones, estaba algo molesta y ese sentimiento siempre se reflejaba con claridad en mi rostro.
-¿No creerás lo que dijo ella, no?- me preguntó acercándose poco a poco.
-¿Qué? ¿Qué te besaste con Camila?- pregunté alzando una ceja con un tono molesto. Las acusaciones que hizo María José rondaban por mi cabeza, todos los momentos donde ella me recalcó lo que había visto no era mentira pasaron como relámpago por mi cerebro.
La cara de Mario era épica, como su hubiese visto un fantasma.
-El que debería estar enojado soy yo- alzó un poco la voz- Tú dejaste que esa chica te besara- intentó cambiar el tema de conversación. Era siempre su técnica para desviar el tema, ya lo conocía a la perfección.
-No me cambies el tema, Mario- me crucé de brazos- ¡¿Es o no es cierto?!- alcé la voz a la misma tonalidad que él.
-¿De verdad crees que soy capaz de eso?- se acercó a mi para tomar mis manos y no me negué.
El día de ayer confiaba completamente en mi novio pero hoy no puedo decir lo mismo, algo me decía que tenía que desconfiar pero no quería asumirlo.
-¿No confías en mí?- volvió a preguntar alzando mi barbilla para poder verlo a los ojos. ¿Debería confiar en él?
Suspiré en modo de respuesta y entre cerré los ojos aún sin contestarle, eso al parecer hizo que su enojo se incrementara, me soltó brutalmente y se alejó de mí.
-¡Soy tu novio!- le alzó más la voz provocando que ahora si me comenzara a molestar en serio- Debes de confiar en mí más que en nadie.
-No dije no que confiara en ti- intenté defenderme pero en mi mente seguían pasando las escenas de Poché.
-Pues estás dudando- se cruzó de brazos.
-¡¿Cómo no quieres que dude cuando no es la única que me ha dicho lo mismo?!- comencé a alterarme.
-Si no confías en mí tal vez esto debería...- dijo cuando el sonido de la puerta lo interrumpió.
Caminé por su lado, esquivándolo completamente hasta abrir la puerta.
*Fin flashback*
En este momento de mi vida no sé si tengo novio y no sé si de verdad me estaba empezando a gustar mi vecina.
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Si es que no es así, habrá capítulo normal el Lunes en la noche.
Veremos que pasa😏.
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