EPIFANÍA. | Yoonmin +18. [DIS...

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‼️ Está historia está disponible en papel en Amazon‼️ TERCERA TEMPORADA DEL FANFIC "PARAFILIA". Yoongi finge... More

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Sinopsis
Advertencias
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Final.
Epílogo.
SORPRESA.
Entrevista Pt. 2 (UNO)
Entrevista pt. 2 (DOS)
Especial. {VkookMin}
Especial. {Yoonmin}
Especial. {Namjin}
DESPUÉS DE LA EPIFANÍA

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By wonderfulstar_

8 meses después de la "muerte" de Yoongi.

Jimin jadeaba de manera entrecortada mientras su boca era atrapada por la de Taehyung en un beso hambriento, Jungkook embestía a Jimin con fuerza, aferrándose a sus caderas mientras observaba como su novio masturbaba el miembro de su hermano con su mano. Taehyung se levantó empujando a Jungkook de espaldas a la cama e introduciendo su miembro duro en su entrada, Jimin aprovechó la posición para montarse a horcajas sobre Jungkook y auto penetrarse nuevamente con la dureza de este, mientras Taehyung volvía a tomar sus labios sin dejar de embestir al menor de los tres.

Los sonidos en la habitación eran obscenos, el golpe de sus caderas, el chasquido de sus labios, las maldiciones y gemidos qué escapan de las bocas de los chicos, era sucio, pero demasiado excitante. El orgasmo los golpeó casi al mismo tiempo y cuando sucedió Jimin se apartó del regazo de Jungkook para dejarse caer a su lado en el colchón, Taehyung hizo lo mismo recostándose al otro lado de Jimin.

Ambos chicos abrazaron a Jimin, sin poder evitar reírse de lo que acaban de hacer, pues siempre decían que sería la última y eso nunca se cumplía.

Su estilo de vida podría ser considerado un desastre total para cualquiera que lo analizara, pero los tres chicos se sentían cómodos de aquella manera. Todo había comenzado el día en Jimin llegó borracho y drogado a casa, un día de fiesta normal para el pelirrojo, Jimin se había prácticamente lanzado sobre su hermano en el momento en que lo vio salir del baño con una toalla atada a la cintura, totalmente provocativo para el ebrio pelirrojo. Jungkook le había propuesto a Taehyung mantener relaciones sexuales un día, y luego de bastante insistencia y de que Jimin le hiciese una mamada excelente a Taehyung, este aceptó.

La vida de Jimin había dado un giro de 90 grados, los meses siguientes a la muerte de Yoongi, Jimin no creyó ser capaz de seguir adelante, hasta qué falló en su intento de suicidarse lanzándose desde la azotea del edificio. Pero toda su tristeza se fue una semana después, cuando cayó en cuenta de que no podía continuar de aquella manera, y desde entonces se escondió tras su máscara de chico alegre y extrovertido, solo qué esta vez había agregado unas cuantas cosas más, como su adicción al sexo, drogas, alcohol y peleas clandestinas.

La ira de Jimin se desataba en el ring de boxeo, ese era el momento en que dejaba salir todo ese dolor y sufrimiento comprimido, era ese el único momento en el que podía sentir que le estaba devolviendo a la vida una de las tantas palizas que le había dado.

Luego estaba Kim Hyo Jong, mejor conocido como E'dawn, era un chico de cara bonita con cabellos naranjas a quien había conocido en una carrera clandestina y había tenido sexo con él la primera noche en la parte trasera de un auto. Desde ese momento digamos que era "especial" para Jimin.

Por otro estaban Hoseok, Edán y Seokjin, quienes estaban en absoluto desacuerdo con la vida qué Jimin llevaba ahora, eso sin saber de las relaciones incestuosas que mantenía con su hermano menor y su cuñado. Con Hoseok y Edán se había peleado ya alrededor de cuatro veces, hasta en un par de ocasiones Edán se vio obligado a darle unos cuantos golpes a Jimin para "hacerlo entrar en razón" cosa que obviamente no funcionó.

Jimin iba por la vida con la frase "me vale verga todo, muéranse" tatuada en la frente, y ver la manera en que se autodestruía lentamente les dolía a todos, incluso a Jungkook y Taehyung.

―Ya me voy ― habló Taehyung levantándose y recogiendo su ropa qué se hallaba esparcida por el suelo de la habitación—. Si llego tarde otra vez, los chicos se van a molestar.

―De acuerdo. ―Jungkook respondió sentándose en la cama y Jimin copió su acción.

―Pórtense bien, sobre todo tú, Jimin ―advirtió el peliverde y luego se acercó a los menores, dejando un beso en los labios de Jungkook y otro en la mejilla de Jimin.

―No sé qué es portarse bien, yo soy un niño malo. ―Jimin infló sus mejillas viéndose tierno y Taehyung sonrió al mismo tiempo qué Jungkook rodeaba a su hermano con sus brazos y lo llenaba de besos.

―Se ven tan tiernos qué me provoca comérmelos, pero ya no tengo tiempo. ―Taehyung terminó de recoger sus cosas y salió de la habitación dispuesto a volver a la mansión, y una vez la puerta de entrada se cerró con un chasquido los menores supieron qué estaban solos.

―Ggukie, tengo hambre. ―El mencionado asintió y se levantó de la cama para colocarse ropa interior.

―Iré a preparar la cena. ¿Me acompañas? ―Jimin asintió en acuerdo y se levantó para colocarse también algo de ropa.

Jungkook era la única persona qué podía ver el verdadero estado de Jimin, sin toda esa mierda detrás de la que se escondía, él era el único que podía ver la sonrisa rota de Jimin y quién lo escuchaba llorar a gritos en las noches a causa de las incesantes pesadillas. Jungkook era el único que podía sostener a Jimin cuando sentía que no podía soportar más fingir de aquella manera, escondiendo todo y tratando de convencerse de que lo había superado, porque ambos lo sabían, sabían que para Jimin era prácticamente imposible olvidar a Yoongi. Jungkook podía ver los ojos de Jimin sin ningún tipo de máscara, podía ver toda la miseria que consumía cada día a su hermano, podía ver lo mucho que le dolía tener que fingir de aquella manera para que los demás dejasen de recordarle que debía seguir adelante, que todo estaría bien, que Yoongi estaba muerto y no podía hacer nada contra eso.

― ¿Qué quieres cenar? ―preguntó Jungkook entrando a la cocina con Jimin detrás de él.

―Hamburguesas. ―Jimin sonrió y Jungkook accedió empezando a sacar todos los ingredientes del refrigerador.

Jungkook observó sobre el mesón la factura de las cosas que había comprado esa mañana, rápidamente la arrugó y la lanzó al cesto de la basura cuando leyó el nombre de Yoongi en esta, pues algunas de las cosas que compraba eran cobradas directamente a su cuenta.

"Debes ser más cuidadoso". Habló aquella voz en su cabeza y observó a Jimin quien estaba sentado en la barra con su teléfono en la mano.

― ¿Has hablado con Seokjin? ―cuestionó Jungkook encendiendo la plancha para cocinar las hamburguesas.

―Sí, quiere que vaya este fin de semana a la mansión. ―El pelirrojo contestó sin apartar la vista del aparato.

― ¿Irás? ―indagó Jungkook curioso.

―Ya sabes qué no me gusta ir a la mansión, Jungkook, menos por tanto tiempo, me recuerda a él. ―Jimin frunció el ceño, agitando su cabeza para alejar los recuerdos qué comenzaban a acumularse en su cabeza, Jungkook se quedó atento, por si debía correr hacía Jimin cuando otro de sus conocidos ataques lo golpeara, como acostumbraba a suceder cada vez qué Jimin recordaba a Yoongi y la ansiedad lo invadía de manera dolorosa.

―De acuerdo, puedes decirle que se vean en otro lugar entonces, o que venga él a pasar el fin de semana. ―El menor trató de entusiasmar a Jimin por la idea de ver a su hyung, pero el chico no mostraba ninguna emoción aparente.

―Quizás le diga —finalizó Jimin y Jungkook entendió que el mayor no quería hablar más acerca del tema.

Terminó de preparar la cena en silencio, Jimin mantenía su vista fija en el celular, batallando con esas voces en su cabeza que aparecían con cada recuerdo de Yoongi amenazando con volverlo loco, aún más.

No está muerto.

Sí lo está.

Deja de decirnos qué callemos.

Ustedes solo me recuerdan a él.

Tú lo recuerdas, solo despierta.

Estás viviendo una mentira, despierta.

Despierta.

Despierta.

Basta.

Basta.

¡Basta!

― ¡BASTA! ―Jungkook se sobresaltó girando su vista hasta Jimin enseguida observando su celular que ahora permanecía en la orilla del mesón mientras él mantenía sus manos en su cabeza con los ojos fuertemente cerrados― ¡BASTA! ¡ÉL ESTA MUERTO! ¡BASTA!

Jungkook corrió hasta Jimin, parándose a su lado y susurrándole que se tranquilizara.

―Estás aquí Jimin, respira, cálmate, no es real ―Jimin negaba sin dejar de sacudir la cabeza con fuerza totalmente aturdido por las voces qué se reían de él en su cabeza― ¡JIMIN!

El grito de Jungkook lo trajo nuevamente a la realidad, las voces cesaron y su cuerpo tembló relajándose poco a poco, el mayor parpadeó y observó a su hermano percatándose de lo que había sucedido. Suspiró.

―Lo siento... ―murmuró Jimin avergonzado.

―Ya sabes qué no debes disculparte, Jimin, no es tú culpa ―Jungkook le dedicó una media sonrisa y acarició su cabeza antes de envolverlo en sus brazos―. Todo está bien.

Jimin se dejó abrazar por Jungkook, agradeciendo que su hermano pudiese calmarlo en aquellas situaciones. Se sentía frustrado, sentía su cordura colgar de un hilo que en cualquier momento se reventaría, sentía como aquellas voces le advertían lo inevitable, que en cualquier momento... se iba a volver loco.

Jungkook sirvió las hamburguesas y comieron mientras le contaba cosas al azar a Jimin, tratando de distraer su mente del reciente suceso.

El timbre sonó y el pelinegro rodó los ojos sabiendo de quién se trataba, se levantó para caminar a su habitación y ponerse algo más de ropa mientras Jimin se levantaba también para abrir la puerta sin importarle estar llevando solo ropa interior.

Jimin abrió la puerta sonriendo al ver E'Dawn, el pelinaranja entró abrazándolo por la cintura y besó castamente sus labios para luego cerrar la puerta y seguir a Jimin de nuevo hasta la cocina.

― ¿Cómo está todo, baby boy? ―E'Dawn habló y Jimin sonrió encogiéndose de hombros.

Jungkook chasqueó su lengua entrando a la cocina y observando cómo el novio de su hermano terminaba de comerse su comida.

―Hola, Jungkookie, hoy te ves más hermoso que nunca. ―El pelinaranja bromeó haciendo que el menor rodara los ojos.

―Si tienes un poco de aprecio por tú vida, cállate. Te recuerdo que se usar muy bien mis puños y también una pistola ―advirtió haciendo que E'Dawn riera y Jimin decidió no meterse, solo terminó de comer en silencio.

― ¿Qué hay para esta noche? ―preguntó Jimin tratando de romper la tensión en el ambiente.

―No mucho, solo una carrera. ―Jimin asintió y Jungkook miró a su hermano con una ceja alzada.

―Sí, Ggukie. Saldré esta noche, lo siento. ―El menor trató de no mostrarse tan decepcionado como en realidad lo estaba y luego simplemente se giró para lavar los platos sabiendo que era inútil tratar de oponerse.

―Jackson dijo qué probablemente iría. ―Los ojos de Jimin se iluminaron al escuchar las palabras de su novio.

― ¿Estás hablando en serio?

―Tan serio cómo la cara de culo de tu hermano. ―Jimin sonrió y Jungkook luchó por no lanzarle un cuchillo al pelinaranja.

―Iré a cambiarme, no se maten, porfa.

E'Dawn terminó de comerse la comida de Jungkook en silencio mientras este lavaba los platos.

Al cabo de unos minutos Jimin volvió bañado y vestido, listo para irse a una noche loca con su novio.

―Dos cosas ―Jungkook comenzó a hablar―. No llegues tan tarde, y... no consumas nada ilegal.

Jungkook miró a Jimin y luego a E'Dawn, advirtiéndoles con la mirada.

―Okey, okey. Ya escuchaste, baby boy, nada ilegal esta noche. ―E'Dawn habló y Jimin asintió como un niño pequeño.

―Adiós, Ggukie. ―Jimin dio la vuelta con la intención de irse, pero Jungkook lo jaló del brazo para abrazarlo posesivamente y luego plantar un pequeño beso en sus labios.

El mayor sonrió y volvió a besar los labios de su hermano.

E'Dawn gruñó. ―Me encanta esa relación incestuosa suya.

El pelinaranja tomó la mano de Jimin y se despidió de Jungkook amablemente para luego salir del departamento.

La brisa fría los golpeó una vez estuvieron fuera del edificio y Jimin siguió a E'Dawn hasta su moto, subiéndose una vez el pelinaranja encendió el motor. Jimin giró su vista en todas las direcciones cuando sintió una pesada mirada en su nuca y su piel se erizó, sin embargo, no vio nada extraño.

― ¿A veces no sientes qué nos están observando? ―preguntó Jimin pasando sus brazos por la cintura de su novio.

―Estás imaginando cosas, baby boy. ―E'Dawn arrancó la moto y Jimin sacudió su cabeza tratando de convencerse a sí mismo de que el chico tenía razón.

Pero Jimin no estaba equivocado cuando decía que los observaban, porque a veces, las sombras de la noche no eran solo sombras, a veces escondían personas, personas que no eran simples individuos, si no pasados dolorosos, de esos que no te dejan dormir por la noche.

Las sombras eran espías, y la persona qué observaba desde estas se llamaba Min Yoongi.

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