POCHÉ.
Las palabras de Daniela me llegaron como un balde de agua fría, no pude ejercer ningún movimiento, ni facial ni corporal. Por un lado estaba contenta por no tener que modelar y por otro, estaba un poco triste ya que estaba ilusionada por lo que se venía, me había costado tanto procesarlo y aceptarlo ¿Para qué ahora me despida y ya?
Ya me había visualizado estar en la revista de H&M siendo la imagen de la línea de ropa de la hija del dueño de los EDIFICIOS CALLE.
Es el trabajo más corto que he tenido y eso que ni siquiera había empezado. ¿Se puede tener peor suerte que la mía?
Ya me visualicé trabajando en el Starbucks del centro comercial.
-¿Estás bromeando?- habló de pronto Paula, llevábamos mucho tiempo en silencio, no le había respondido a Daniela referente a lo que acababa de decir.
-No, se presentó algo esta mañana con Mario y...-trató de explicar Daniela.
-¡Daniela Calle tu no puedes hacer eso!- se alteró Pau interrumpiéndola. Solo me senté a observar la escena que venía a continuación.
Mi mente no sabía que decir ni como reaccionar ante la situación que se está presentando.
- ¿Estás loca? Poché es perfecta para este trabajo- continuó ella.
-¿Me dejas explicar...?- miró a Pau, ella solo suspiró frustrada y se sentó a mi lado quedando Daniela en frente de nosotras.
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CALLE.
*FlASHBACK*
-No te arrepentirás, bebé- me insistió otra vez Mario. Lo miré tratando de descifrar porque tanto de su insistencia, porque me presionaba para contratar a su amiga. Aún no lo entendía.
Miré con detenimiento las facciones de Camila, tenía un rostro muy fino y una tez demasiado perfecta. Sus ojos verdosos resaltaban demasiado y realizaban una envidiable combinación con su color de cabello, sin duda era muy bonita.
Pensándolo bien, nunca me había tomado el tiempo de mirar con detenimiento a la pitufo azul. Solo pude notar la segunda vez que la vi, sus ojos café verdosos, que sin duda, es lo más bello que resalta de su rostro.
Le dediqué otro suspiro de frustración a Mario que al parecer aún no captaba mi incomodidad ni la desesperación que mostraba en ese momento.
Yo solo quería tomar mi desayuno tranquila por una vez en mi vida y compartir un momento con mi novio pero nada sale como yo quiero.
-Esta bien- solté de pronto ya cansada de la situación. Solo tenía dos opciones. Aceptar o no.
Y había escogido la primera.
Mario no tardó en abrazarme mientras que Camila solo esbozó una gran sonrisa.
Él estaba feliz y eso me gustaba.
*FIN FLASHBACK*
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POCHÉ
Entiendo mucho la frustración de la castaña, yo estaría igual si tuviera que tomar una postura en este instante. Habíamos trabajado horas en arreglar casi todas las prendas para que llegue Daniela y cancele todo. Pero también tengo muy claro que no podía reclamarle nada, era su línea de ropa, su decisión.
- Él no sabía que yo ya tenía modelo y no pude decirle que no-pasó sus manos por su rostro en forma de frustración. Solo me limite a asentir lentamente.
No tenía idea de quien era Camila, ni mucho menos Mario, pero quien sea que sea él, se nota que tiene mucho poder sobre Daniela.
-¿Y aceptaste sin consultarme?- respondió Paula.
-Mario dijo que estarías de acuerdo- Daniela mordió levemente su labio inferior, Pau soltó una carcajada.
-¿Y desde cuando Mario sabe lo que pienso?- habló burlesca, solté una pequeña carcajada. Daniela dirigió su mirada a mí y volvió a examinarme de pies a cabeza.
-Perdón- me miró a los ojos. Su mirada reflejaba preocupación y arrepentimiento, al parecer si era un perdón sincero. No se cómo sentirme en este momento ni mucho menos que responderle.
-No hay problema- dije tratando de sonar tranquila y segura. Algo en mi interior no quería hacerla sentir culpable por su ya tomada decisión.
-Pues yo sí tengo problema- se paró Pau- No sé como le harás Dani pero la ropa ya está ajustada a la medida de Poché.
Y si, era cierto.
Y desconocía si eso era un impedimento para que Daniela me despidiera.
Me paré para dirigirme a las bolsas que yacían en el suelo de mi sala de estar para revisar que prendas quedaban por ajustar. Mientras que Daniela y Paula empezaron a discutir, no de mala forma pero si muy frustradamente, me hacían sentir incomoda porque yo era la causante de esa discusión. Le agradezco muchísimo a Pau que confie ciegamente en mi pero no quería ser la culpable de que ambas se dejen de hablar o algo peor.
Sea quien sea ese tal Mario, ya me cae muy mal. Pero se que en el fondo, la otra chica lo haría mil veces mejor que yo, tal vez era profesional y muy bonita. Lo último que quería era fallar en este trabajo, fallarle a Daniela, a Paula y quedar en completo ridículo.
-¡YA SE!- el grito de Pau interrumpió mis acciones haciendo que lanzara la prenda que tenía en mis manos al aire. Fijé mi miraba en ella- !DIOS, SOY UNA GENIA!- volvió a exclamar.
Daniela y yo nos quedamos observándola durante unos segundos hasta que se dignara a hablar sobre el porque se consideraba una genia.
-¿Y bien?- solté.
-Que Camila sea la modelo de los trajes de baño- habló rápido Pau.
¿Qué? ¿Trajes de baño? ¿Cómo yo no tenía conocimiento de esa parte del trato?
-Poché, tal vez no sea el mismo sueldo que antes pero no es mucho lo que te descontaran- empezó a hablar, solo alcé una ceja- Pero es la única forma de que continúes en la revista.
-¿Trajes de baño?- es lo único que logró salir de mi boca.
-¿Qué no te lo dije?- fingió inocencia a lo que yo solo negué con mi cabeza-Pequeños detalles que a uno se olvida mencionar- rió-Aparte, son las únicas prendas que no hemos modificado-miré a Daniela, quien tenía una sonrisa maliciosa en su rostro.
Yo seguía paralizada, no estaba enfadada, incluso me causaba cierta risa la situación que se había formado, pero sin duda, Camila me había quitado un gran peso de encima.
-Por mi no hay problema- dijo Daniela a lo que Pau aplaudió. Ambas fijaron su mirada en mi.
-¿Esperan mi opinión?- dije
-Obvio...
-De hecho no, nos vemos en dos días pitufo azul-dijo Daniela tomando sus cosas- Sigue ensayando frente al espejo- me susurró al oído con un tono gracioso mientras pasaba por mi lado para disponerse a salir de apartamento sin despedirse. Hace un rato estaba arrepentida y ahora me hace cierta burla. ¿Quién la entiende?
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La alarma de mi teléfono volvió a sonar, era la cuarta vez que lo dejaba vibrar. El sueño me consumía y no tenía ganas de salir de mi cama.
Habían pasado ya los dos días, es decir, hoy es la primera sesión de fotos y a decir verdad estaba muy nerviosa.
No había tenido contacto con Daniela desde la última vez que estuvo en mi apartamento, pero se que en menos de una hora, voy a estar montada en su auto para ir a la sesión. Yo no tenía problemas en ir en taxi pero a Paula se le ocurrió la brillante idea de que ella me llevara, fue tan insistente que tuve que aceptar.
Me paré de mi cama, ya no podía dejar pasar otra alarma más. Tomé rápidamente las toallas tendidas al borde de mi cama para ir a por una ducha express.
Solo pensaba en que poses iba a hacer frente a la cámara y como resultaría todo esto.
Le había contado a Valentina todo lo que estaba ocurriendo en mi vida en este momento y ni ella podía creerlo. Basta con saber que tuvo la misma reacción que Makis, se rió de mi por mucho, mucho rato para luego contarle a mi padre, quien me llamó a los minutos diciéndome que si una de las fotos salía "hermosa" se la mandara para que pudiera enmarcarla y colocarla en la mesa de su oficina.
No sabía si sentirme ofendida o halagada.
Agradecidamente ninguno de los dos volvió a tocar el tema de Barbara, y ella tampoco me ha vuelto a enviar mensajes, cosa que anhelo que se mantenga así por mucho tiempo.
En estos últimos días no he pensado mucho en ella, y la verdad todo es gracias a mi nuevo trabajo, que consumía casi al cien por ciento mis pensamientos.
Salí de la ducha y me puse lo más cómodo que encontré pues la vestimenta con la que llegue sería la menos importante en esta ocasión. La noche anterior había arreglado un bolso con cosas necesarias para la sesión, algún cambio de ropa interior, una que otra paleta de sombras entre otras cosas.
El sonido de un mensaje de texto inundó mi habitación.
DE: DANIELA👹
ESTOY AFUERA.
NO TARDES.
Amaba y me daba risa el emoji que le había colocado, sentía que la identificaba a la perfección. Decidí no contestar el mensaje, tomé todas mis cosas y salí del apartamento.
Bajé por el ascensor hasta llegar al lobby, caminé hasta la salida cuando la voz de Ed me detuvo.
-Señorita Garzón, ¿Necesita ayuda?- preguntó Ed tendiendo su mano para que le pasara el gran bolso que llevaba cargando en el hombro.
-No es necesario, Ed- le sonreí amable, él se dirigió rápidamente a la puerta para abrirla facilitando mi salida del edificio-Gracias, eres el mejor.
El claxon del auto de Daniela se hizo escuchar, dirigí mi vista a su auto y me hizo una seña para que apresurará el paso.
-Veo que es amiga de la señorita Calle- dijo Ed.
-Algo así.
-Mucha suerte- dijo tocando mi hombro, pareciera como si me estuviese dando el pésame. Raro.
Caminé hasta el auto de Daniela, me subí en el asiento del copiloto dejando mi bolso en el asiento trasero.
-Hasta que llegas- gruño. Me abroché el cinturón de seguridad mientras ella hacía partir el auto. Llevaba una vestimenta bastante formal, a decir verdad se veía hermosa, no llevaba mucho maquillaje pero sus labios rojos resaltaban.
Me concentré en mirarla, tenía la mirada fija en el camino con un pequeño ceño fruncido pronunciado en su frente, su nariz respingada y su boca le daban un perfil demasiado perfecto.
Si no hubiera conocido a Daniela bajo estas circunstancias, tal vez hubiera intentado coquetear con ella, tal vez me hubiera empezado a gustar, solo tal vez hubiera intentado tener algo con ella. Pero como no fue así, solo me limito a que me atraiga físicamente y ya.
Había llegado a esa conclusión en los últimos dos días, donde de verdad me había planteado el porque había aceptado el trabajo, el porque no quería decepcionarla y del porque quería hacer un trabajo excepcional.
Si, me atrae pero solo eso.
Sumándole que dudo que sea Bisexual, eso me da cero probabilidades con ella y le suma puntos a mi reciente conclusión.
-Deja de mirarme y baja del auto- habló haciéndome reaccionar. No se cuanto tiempo había pasado pero ya estábamos frente al lugar donde sería la sesión de fotos.
Era una casona enorme, de ella salía y entraba gente sin parar. Tomé mi bolso y cerré la puerta del auto.
Esperé a que Daniela estuviera lista para entrar y me dispuse a seguirla hasta la entrada de este lugar. Un señor alto nos abrió la puerta permitiéndonos pasar, el lugar estaba repleto por dentro, señores corrían de allá para acá con muchas cámaras en mano mientras que chicas con distintos conjuntos y tipos de maquillaje se arreglaban para su próxima sesión. Todas lucían muy profesionales que me hacía sentir un poco intimidada.
Seguí a mi 'jefa' hasta una habitación desocupada, había un fondo blanco que cubría una pared entera de esta habitación, cerré la puerta tras de mí para posicionarme al lado de Daniela a esperar sus ordenes.
-Paula te vestirá, luego vienes conmigo para que te maquille- habló mientras ubicaba todas sus cosas en un gran tocador con un gran espejo que tenía iluminación en todos sus bordes. Solo asentí con mi cabeza.
-¿Daniela?- habló una chica de pronto abriendo la puerta y entrando a la habitación-¿Poché, eres tú?.
Giré mi cabeza para mirar a la chica que me había llamado, y ahí estaba ella, siempre linda y muy bien vestida...
-Camila...
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