POCHÉ.
Salí del Hotel y afuera de el se encontraba una larga fila de taxis disponibles para los que se hospedaban aquí. Tomé el primero que ví, el conductor se subió al asiento del piloto mientras yo me acomodaba en el asiento trasero.
-¿A dónde la llevo?- preguntó, sin vacilar le tendí el papel con la dirección de "LOS EDIFICIOS CALLE", el lo tomó y leyó con gusto, encendió el motor y partió.
Habían pasado como unos quince minutos cuando el auto se detuvo en frente de un gran edificio, muy sofisticado para ser realista. Agradecí, pagué lo correspondido y no tardé en entrar al hermoso edificio. El lugar de espera era enorme, lleno de sillones y macetas, candelabros y un toque de olor a citrus. Un cartel enorme llamó mi atención... "APARTAMENTO #268 EN REMATE"
Wow, el precio que pedían por él era inclusive más inferior del que yo había buscado, no me sorprendería que alguien haya muerto en ese lugar para que lo estén rematando a tan bajo precio.
Mi objetivo inicial era el apartamento #153, pero no niego que este aviso me tentó demasiado.
-¿Necesita algo señorita?- se acercó un señor no muy viejo, tendría unos 45 años, vestido de un terno gris y zapatos negros que brillaban.
-Vengo por el anuncio- dije apuntando el cartel, el lo observó y asintió.
-Sígame por aquí por favor- se acomodó su terno y avanzó hasta una puerta. En ella, había un cartel de metal colgado que decía "Sr. Germán Calle". El señor que me guió hasta aquí tocó la puerta y un fuerte "Pase" se escuchó, esté hizo una seña para que esperara en mi lugar, solo me limité a asentir y el entró a esa oficina.
Volví a observar el lugar, de verdad estoy muy sorprendida de lo elegante que es, nunca me había imaginado a mí vivir en un lugar así, aunque sea solo momentáneo, me emociona demasiado.
-Pase- interrumpió mis pensamientos la voz del señor- El Señor Calle quiere hablar con usted sobre el anuncio.
Tomé firmemente mi bolso y caminé a paso lento hasta la entrada de la oficina, pareciera que vine a buscar empleo en vez de venir a arrendar un apartamento. Entré a la oficina y el señor cerró la puerta dejándome a solas con el Señor Calle, que por cierto no tengo idea quien es.
-Buenas, soy María José Garzón.
-Tomé asiento señorita Garzón-habló el Señor Calle muy amablemente, caminé y me senté en la gran silla de cuero que estaba posicionada en frente de su escritorio- Soy Germán Calle- me tendió la mano y la tomé sin pensarlo-Me dijo Ed que vienes por el anuncio- asentí- Bien, este apartamento es muy peculiar, ¿Sabes? Pero hemos tenido muchos problemas en alquilarlo.
Bien, ya estaba preparada para escuchar la forma en la que murió la persona que vivió ahí.
-¿Puedo saber el por qué?- pregunté sin rodeos.
-No es nada grave María José, problemas entre los vecinos que es muy común- rió cortamente- Pero más que nada eso. Para mí es muy importante que todos mis inquilinos estén a gusto- asentí lentamente- Muy bien, ¿te interesa ir a ver como es el apartamento y luego vemos si firmamos el contrato?
-Claro- dije algo emocionada, de verdad el problema con los vecinos era lo mínimo que me importaba, no saldría mucho tampoco así que dudo toparme con alguno de ellos.
El señor Calle llamó a Ed para que me llevará a ver el apartamento, lo seguí hasta el ascensor y nos adentramos en el.
-Le va a encantar este apartamento- dijo tratando de sonar emocionado- Sobre todo la diversión, nunca se aburrirá.
¿Diversión? ¿Acaso alguno de mis futuros vecinos era payaso? ¿Comediante?.
Las puertas del ascensor de abrieron de par en par, seguí a Ed hasta la puerta donde salía el gran #268, introdujo la llave y me hizo pasar primero. Definitivamente este lugar no deja de sorprenderme, era realmente hermoso e ideal para mí. Quedé asombrada al observar la hermosa vista que tenía de la ciudad de LA, un ventanal enorme que iluminaba toda la sala de estar, dandole una peculiar luz natural.
Recorrí todo lo que pude, entré a cada habitación que tenía este lugar y cada vez quedaba más encantada, la decoración era muy mi estilo. Lo quiero y no perdería la oportunidad de tenerlo.
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CALLE.
Estaba muerta en vida, la cabeza me dolía a mil, los párpados me pesaban, tenia las ojeras marcadas y acidez. Sin duda, la resaca me llegó fuerte.
Caminé como pude hasta la cocina, de uno de los estantes saqué una pastilla, ojalá me quite este dolor de cabeza insoportable que se vió intensificado por la laaaaaarga charla que tuve ayer con mi papá, que básicamente se resumía en "¿Cuándo vas a madurar? ¿Qué voy a hacer contigo? No se que tengo que hacer para que dejes de hacer bobadas, Daniela...etc" Aunque lo más extraño es que no me hizo ningún comentario sobre Mario ni mucho menos sobre que nos pilló a punto de tener sexo.
Me advirtió que la próxima vez que lograra que un inquilino deje el apartamento me enviará a Atlanta con mi abuela, aunque ya tenga 21 años y prácticamente tenga un trabajo, dice que no soy lo suficientemente madura para ser independiente.
Bobadas.
He vivido sola por cuatro años y ¡Sorpresa papi! Sigo viva.
Sumándole que dijo que gracias a mí, estaba por poco regalando el apartamento #268, ¿Y? Como si no le bastara con todo lo que gana con el arriendo de los demás.
Tomé las toallas blancas que se encontraban dobladas en un cajón para ir a darme una ducha rápida, hoy tenía una junta con los de la marca 'H&M' para hablar sobre como iba el proceso de sacar mi propia línea de ropa y sobre como iba 'mi búsqueda' para encontrar a la nueva modelo.
Si Paula no me consigue a esa chica de la que tanto habla, no se que haré.
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POCHÉ.
-¿Dónde firmo?- pregunté animada, no se como explicar la sensación que tengo dentro de mi, es una mezcla rara de alegría, relajación y felicidad. El señor Calle rió levemente y me extendió una pluma color negra.
-En la línea, María José- dijo, inmediatamente firmé sin titubear y le devolví la pluma.
Eso era todo, el apartamento era mío.
-Bien señorita Garzón, fue un gusto cerrar este trato con usted- Germán guardó el reciente documento firmado en un cajón bajo llave- Espero que su estadía sea la más grata- sonrió ampliamente.
-Lo mismo espero- dije igual sonriendo, Germán me tendió las llaves del apartamento junto con algunos números de urgencia, del buffet, gasfiters, electricistas, etc.-Muchas gracias.
-Espero que nos encontremos seguido, cualquier cosa que necesites puedes venir a mi oficina- ofreció, asentí y me despedí de él.
Salí de su oficina para dirigirme a mi nuevo apartamento, Germán había sido muy amable ya que llamo al Hotel Westin Bonaventure para que trajeran mis pertenencias al edificio, solo me queda esperar a que lleguen a mi puerta. Me adentré en el ascensor y marqué el número de mi piso, de verdad estaba tan ansiosa como una niña a la cual le dan su primer juguete.
El sonido de mi teléfono me asustó, lo saqué rápidamente de mi bolsillo, era un mensaje.
DE: DESCONOCIDO.
¿QUIERES DEJAR DE SER INMADURA Y ATENDERME LAS LLAMADAS?
Fruncí el ceño, esto debe ser una broma. Mis ánimos se fueron al suelo en un solo segundo. Tiempo récord.
El sonido del ascensor indicándome que ya llegue al piso esperado se escuchó al unísono con el de mi teléfono indicándome que me había llegado otro mensaje. Volví a mirar la pantalla mientras caminaba hasta mi apartamento.
DE: DESCONOCIDO.
LLAME A VALENTINA Y ME DIJO QUE ESTAS EN LOS ANGELES. ¿QUE MIERDA HACES ALLA?
No entiendo porque me sigue buscando cuando supuestamente fue ella quien terminó conmigo, sería yo la que debería buscarla, es lo típico y la verdad no me nace tener ningún contacto con Barbara, ni de conocidas, amigas, ex's, de nada y punto. Que sea feliz con su nueva novia, por algo la escogió a ella antes que a mí.
¿Qué acaso no le bastó tirar dos años de relación a la basura? ¿Romper mi corazón en mil pedazos? ¿Cuál es su necesidad de seguir haciéndome daño?
Pero de algo estoy muy segura.
Si no rompo el contacto con ella al cien por ciento, nunca la voy a superar y este cambio que estoy haciendo en mi vida va a ser en vano.
PARA: DESCONOCIDO.
SE FELIZ CON GABRIELA Y A MI DEJAME EN PAZ.
Escribí con rapidez cuando en un momento a otro me encontraba en el piso con todas mis pertenencias regadas en él. Un dolor agudo y punzante se hizo presente en mi nalga derecha.
Un aroma dulce inundó mis fosas nasales, muy parecido al vainilla. Levanté mi vista para ver al o a la idiota causante de mi caída.
Una chica vestida con unos pantalones, una chaqueta bastante formal blanca con negro y tacos negros. Su cabello llegaba hasta sus hombros de un color café con ondas no muy definidas. Traía puesta unas gafas negras impidiéndome ver completamente su rostro.
No mentiré, por lo que podía ver, era bastante atractiva.
-Fíjate por favor- soltó de la nada, me paré como pude debido a que ni siquiera fue capaz de ayudarme. Empecé a reunir mis cosas con rapidez para ponerlas dentro de mi bolso. Me acomodé mi ropa y colgué mi bolso en mi hombro.
-Gracias por tu ayuda- dije con sarcasmo para seguir con mi camino, tomé las llaves y entré a mi apartamento. Lo único que sentí en todo ese momento fue su mirada posada en mí. No dijo nada, solo se inmutó a verme hasta que entre y la perdí de vista.
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PRONTO TENDRÉ EL CAPITULO 7!!!
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