Prejuicios
El equipo de ingenieros de One Direction ya había armado el nuevo escenario que la banda utilizaría. Con un nuevo diseño y diferentes plataformas, los chicos estaban seguros que a todas sus fanáticas y no fanáticos les encantaría. Dicho escenario era tan enorme que fue instalado a las afueras de la ciudad de Londres, en un gigantesco circuito. Niall, Liam, Louis, Zayn y Harry pasaban su mayoría del tiempo allá, familiarizándose con el nuevo escenario. Niall estaba particularmente encantado con los diferentes puentes que contenía el escenario que conectaban con un segundo escenario que se elevaría por encima de la multitud.
- Esto es realmente asombroso- exclamó Liam, mirando el lugar, maravillado.
- Me gusta porque parece un laberinto- comentó Louis un poco a lo lejos, jugando con una pelota de fútbol.
- Sería muy gracioso si alguno de ustedes se perdiera mientras cantamos- carcajeó Harry, bebiendo de una botella de agua.
- Créeme, el primero en perderse serás tú- le contestó Zayn.
- Okey, okey chicos- los llamó Paul Roberts, coreógrafo-. Vengan, tenemos que practicar la nueva coreografía.
- ¿Otra?- preguntó Zayn, haciendo un puchero.
- Todos los años la cambiamos, Malik- le dijo Liam-. ¿Por qué? ¿Estas asustado de que se te olvide?
- Oye, sé que soy un pésimo bailarín, no tienes por qué recordármelo.
- Oye hermano, que eso no te afecte- le dijo Louis, pasando un brazo por su cuello-. Míralo desde este punto de vista: todos somos pésimos bailarines, hasta ellos- Louis señaló a Josh, Jon, Sandy y a Dan del otro lado de la escenografía, puliendo la música.
- Te escuché- gritó Jon de vuelta.
- No se amarguen la vida- les dijo Paul Roberts-. Solo serán unos cuantos nuevos desplazamientos. El escenario es muy grande y hay que sincronizar cuando se separan y cuando se juntan.
- ¿Puedo hacer mis famosos saltos?- preguntó Niall, expectante.
- No veo por qué no, pero debes tener cuidado con tu rodilla- le advirtió Paul-. Okey, listo caballeros- señaló a los músicos-. A mi señal, la primera canción. 1, 2,3 ¡Ya!
***
En SyCo, todos se hallaban trabajando, pero sin duda quienes se estaban sacando los cabellos eran Edward Styles y Andy Samuels. Hacer trámites y validar los derechos de las canciones a la banda no era nada sencillo. Solo faltaban unos cuantos sellos y permisos para que los chicos pudieran firmarlos y luego Simon y Bob.
- Demonios- masculló Andy, pasándose una mano por la frente-. Me siento peor que la Universidad.
- Es tu trabajo, Andy- contestó Edward mientras mandaba a imprimir unos documentos.
- Jamás me esforcé tanto toda mi vida- farfulló el rubio entre jadeos y desparramado en el sillón.
- No seas desmesurado- replicó Edward-. Si apenas has tocado la computadora.
- ¿Qué apenas la he tocado?- Andy se levantó de la silla giratoria tan de repente que Edward dio un saltito-. Oh, habla el que ni siquiera vigila que las hojas de los derechos de autor se están desparramando por el piso.
Edward miró hacia al frente y efectivamente, Andy tenía razón. Las hojas caían al piso y se confundían con otras. Edward maldijo en voz baja y comenzó a recogerlas una a una, pero siempre caía otra, y otra, y otra.
- Siempre estás distraído en tu mundo- continuó Andy, cruzándose de brazos-. Que ni siquiera sabes que pasa alrededor.
- Sabes perfectamente- contestó Edward, alzándose del suelo con un montón de hojas desordenadas en sus manos-. Que cuando estoy trabajando, me concentro efusivamente hasta terminar.
- Oh, quizás ese sea tu problema- puntualizó su compañero-. Que estas tan metido en lo tuyo que supones que los demás no hacemos nada.
Edward dejó el montón de escritos en el escritorio más cercano. Se quitó un par de rulos de su sudada frente y se jaló un poco la corbata, que estaba floja y se apretó nuevamente a su cuello.
- Vale, lo siento- alzó las manos en modo de disculpa-. Lamento haberte juzgado.
Oyeron como la puerta rechinó al abrirse y una cabeza sonriente, colorada y rubia asomarse. Era Marissa Cole, y tenía un carrito donde llevaba el té de la tarde y buñuelos.
- ¿Puedo pasar?- preguntó ella.
- ¡Oh! Marissa- exclamó Andy con ánimo-. Claro, claro.
Marissa abrió la puerta y se acercó con el carrito, cuidando de no pisar nada o tropezar con algo. Las ruedas del carrito chillaban graciosamente pero no era molestoso. Marissa entonces se puso a un lado del carrito gris mientras manipulaba las tazas vacías y la tetera caliente.
- ¿Yorkshire Tea?- preguntó.
- Absolutamente, si- asintió Andy pero Edward no había respondido.
Edward más bien, con sus manos en las caderas, tenía el ceño ligeramente fruncido. Parecía estar reflexionando algo importante, pero sus ojos estaban fijos en la figura de la pequeña Marissa.
- ¿Té, Edward?
- S-Si- titubeó, sacudiendo sus rulos.
- ¿Leche o limón?- preguntó a ambos.
- Leche- dijeron ambos al mismo tiempo.
Andy rodeó el mueble de madera mientras se aproximaba a Marissa con su sonrisa alegre, viendo los bollos que había allí.
- Vaya Marissa, que atenta eres- le alagó él y ella solo asintió en reír-. Jamás una asistenta de maquillaje nos había traído bollos y té a la oficina.
- Lorena solía hacerlo- Edward se desplomó en su asiento-. ¿No lo recuerdas?
- Muy pocas veces- contestó Andy y aceptó la taza que le dio Marissa-. Gracias, señorita-dio un sorbo a su té.
Marissa cogió la tacita y la puso en un espacio libre del abarrotado escritorio de Edward. Edward asintió con un ligero movimiento de cabeza sin decir nada, cogiendo la taza por el asa y dando un sorbo. Marissa dejó cuatro buñuelos dispuestos en una servilleta y abandonó la oficina con una sonrisa encantadora.
Andy volvió a beber de su té y apoyó sus muslos en la superficie de su escritorio. Sonreía a un punto inexistente de la oficina. Edward daba ligeros movimientos a la taza, haciendo que la infusión diera breves vueltas.
- Ah- exclamó Andy satisfecho-. Que atenta es Marissa ¿No crees? Vaya, y llegó justo a tiempo.
- Si- musitó Edward, concentrado-. Si lo hizo.
- ¿Sucede algo?- interrogó el rubio dando un mordisco a su bollo.
- Me parece extraño- Edward dejó la taza en la superficie de madera. Aún tenía un poco de té-. Que llegara justo en el momento exacto.
- ¿Casualidad?- habló Andy con la boca llena y encogiéndose de hombros.
- Esporádico, diría yo- Edward fijó sus ojos esmeraldas en Andy-. Pero con mucha precisión.
- ¿Insinúas que nos estaba espiando?
- No puedo asegurarlo- Edward se frotó la barbilla-. Pero presiento que…sí.
- Por favor, Edward- bufó Andy como si aquello fuera muy tonto-. Es asistenta. Se supone que ese es su trabajo.
Edward abrió la boca para hablar pero la cerró de inmediato. Andy tenía razón. Ella es asistente, se supone que debe hacer lo que le mandan, por lo cual su hipótesis no tenía mucha validez en ese campo.
- Si- firmó Edward aún inseguro-. Ese es su trabajo.
Nota de la Autora:
Ohh ohhh creo que ya comenzó el drama. H-Holaaa queridos lectores! Como estan? Yo bien, chevere. Bueno, que les pareció el capítulo? díganme que les parecio :D
Nota: Recuerdan aquella vez que pedí la opinión de un video y de nombres para hombres? Pues el nombre ganador sin duda fue el de Leo por @sou94D asi que este capítulo es para ti! Ya verán para quien es el nombre de este nuevo personaje. Las amo! xoxo