When I saw you [Jikook] Termi...

By somnusnox

59.6K 8.4K 3.8K

》¿Cuánto tiempo debe pasar para que una supernova estalle, Jungkook?《 ~ADVERTENCIA: Esta historia es una secu... More

0
I. Taehyung
II. Ahora
III. Jueves Negro
IV. 134340
V. Horrible
VII. Víspera
VIII. Rezagados
IX. Verdades
X. Te amé mal
X. El día que te fuiste
XI. 2:25 AM
Tercera Temporada
I. Odiarte
II. Al fondo
III. Despedidas
IV - Reencuentros
V. ¿Si me has extrañado?
VI. Fuerza de la naturaleza
VII. Líneas paralelas
VIII. Almas desnudas
IX. Desquiciado
X. Sueños
XI. De punto suspensivos, seguidos y apartes
XII. Disfruta el silencio
Agradecimientos y comentarios finales

VI. Tregua

2.3K 311 210
By somnusnox


POV Jungkook

—Habrá un festival de primavera en la universidad.

Hoy Yoongi tiene el viernes libre y se ha empeñado en ir a dejarme al campus. Me lleva de la mano, más sujeto que nunca, sin quitar la vista de todo aquel que se cruce delante de nuestro camino, como si estuviese alerta a encontrarse con algo indeseado y demostrar que me tiene ahí a su lado con él.

No le he comentado lo que ha ocurrido ayer. Ese intercambio de palabras que mantuve con Jimin, y qué decir acerca de lo extraño que logró ponerme aquel apodo que solía usar conmigo. Bien bastaba para Yoongi con la llegada de él y sus amigos, no podía poner más preocupación y peso sobre sus hombros.

—¿Podríamos venir? — pregunto a media voz, intentando meterme dentro de su cabeza. Pero es como hablarle a una pared, parece estar pensando en cualquier cosa menos en lo que le estoy comentando. —¿Yoongi?

—¿Qué tal si vamos a la cafetería? Como en los viejos tiempos. — Gira su cabeza para mirarme, y el asomo tierno de sus encías rosadas produce un efecto ambulatorio de tranquilidad en mí.

Asiento sin añadir algo más. Puedo convencerlo de venir conmigo al festival en otro momento.

La cafetería se ve más vacía que en invierno, aunque, a eso de la media tarde suelen ser populares los frappes y todo tipo de bebidas heladas para amenizar el calor. Sin embargo, Yoongi aún elige un americano grande, tal y como en los otoños e inviernos pasados. Eso es lo que me ha encargado, mientras se escabulle como un ermitaño a un apartado sitio en la parte trasera del lugar, junto al ventanal que da a la facultad de administración.

No tengo que esperar demasiado. Por supuesto la elección de Yoongi es la más fácil, y la mía debiese, pero hoy es un día especialmente caluroso y quiero beber algo más fresco, por lo que, cuando la muchacha detrás del mostrador está anotando el primer pedido quedo en blanco, observando la pantalla digital que muestra las bebidas del día.

—Está éste que tiene frambuesa, arandano, yogurt y... — la muchacha me ayuda con el pedido.

—Oh, no quiero algo más, má-

—Creo que le gustará el Frappe de caramelo. — levanto la mirada de la pantalla buscando la repentina intromisión en mi pedido. El corazón me salta asustado, porque, aunque busco con la vista al portador de aquella profunda voz, por supuesto ya le conozco, y le reconozco.

Arrugo el entrecejo un poco molesto, abriendo la boca con Taehyung a mi espalda. Miro a la chica confusa.

—Sólo póngalo en la orden, le gustará, no te preocupes, nos conocemos. — Tae le guiñe un ojo. Voy a reprochar, pero la muchacha ya lo ha añadido a la orden sin siquiera corroborarlo conmigo. Me giro indignado a punto de decirle algo a Tae, pero éste me toma por los hombros haciéndome a un lado como si nada pasara, para repasar mejor el menú en la pantalla, muy tranquilo y despreocupado.

Me reprocho internamente estar lento, especialmente estos días.

—¡Oye! — exclamo. — No tenías que meterte.

—Si sé, pero demorabas un montón, y yo también quiero que me tomen la orden. — Tae resopla y luego me pega un codazo en las costillas. — Venga, paga ya, que harás cola.

Me muerdo la mejilla por dentro y me apresuro a sacar el dinero de la billetera. La chica me entrega la boleta, y me aparto enseguida, al mesón de espera, enfurruñado, a veces echando vistazos hacia Taehyung que ríe alegre ante algún comentario que le ha hecho la trabajadora.

Lleva puesta una camisa holgada a rallas y un pantalón suelto, con sus siempre embutidos mocasines Gucci. El cabello se le ha aclarado y el marrón oscuro que tenía antes ha comenzado a dar paso a un rubio cenizo.

Tae me confunde. Porque él está ahí, siendo... él, exactamente como le recordaba, y aunque tengo cierto resentimiento por las decisiones que ha tomado, y, que me han dejado fuera de su vida, sigo sintiendo ese impulso molesto de ir con él, a bromear, a hablar de focas, a reírnos. Y eso, me apena, me apena mucho.

Es rara la lógica del mundo. Que un día seas amigo de alguien, y que al siguiente sólo resultes ser un desconocido.

—¿Kookie?

Un chico esta vez se asoma por el mesón y llama por mi apodo. Alzo la mano y sacudo la boleta, flojamente, bajando la mirada luego, porque me he acordado de que no le he dado el nombre a la muchacha en la caja registradora, y que debió haber sido Taehyung.

Tomo los vasos, sintiéndome débil. No debería extrañarme encontrar a Taehyung aquí, después de todo la cafetería queda cerca de su facultad. No debería sentirme así, sobre todo porque Yoongi sigue esperándome en la parte trasera de la cafetería.

—¿Andas con alguien? — pregunta Taehyung arrastrando los pies, mientras se apoya de los codos en el mesón. Sus ojos son grandes, y sus pestañas parecen bailar cuando pestañea. No está serio, como recuerdo haberle visto la primera vez. Me sonríe ampliamente, esperando una respuesta espontánea. Pero me le quedo mirando un rato.

Había estado sintiendo pavor de encontrármelo después de haberle visto la primera vez, pero él no había aparecido luego de eso, o nuestros caminos simplemente no se habían cruzado. Y ahora que le tenía enfrente, hubiese esperado sentirme desesperado, abrumado y con ganas de escapar, pero todo lo que tengo, son esas ganas incontenibles de devolverle la sonrisa, porque, aunque no lo parezca, y aunque no debiese, tenerle cerca se siente extrañamente familiar, muy familiar.

Suelto un gesto con la boca. No es una sonrisa, es algo similar.

—Con Yoongi. — respondo.

Tae sostiene la mueca.

—¿Él está bien? — se remueve un poco acercando su bebida, retirándola del mesón, que se ve idéntica a la mía y se lleva la bombilla a la boca para succionar.

Confirmo con la cabeza ¿Debería preguntar por Hoseok?

—He venido con Jin, está esperándome en las mesas de atrás. — luego de unos segundos, un segundo vaso es extendido hace Tae por el chico que atiende. Entreabro la boca, sin saber qué decir. — ¿Vendrán al festival de primavera? Creo que estará genial.

—¿Qué hace Jin acá? Pensé que él ya había egresado. — pregunto tímido. La conversación que mantenemos tiene mucho que envidiarles a las pasadas. Es formal y los silencios se sienten pesados. ¿Tae lo sentirá? ¿Soy sólo yo?

—Si, terminó sus estudios hace un año, pero está haciendo un post grado, en administración también. Así que nos vemos a menudo. — Tae suspira, y agita un poco el cuerpo. —¡Está super helado! Se te va a congelar el cerebro. Venga, que aún no me dices si vendrán al festival.

—No. — afirmo. Si me lo está preguntando es porque sé que él asistirá, y no vendrá solo. Estará Jimin, y no me imagino, y no quiero imaginarme cómo sería estar con Yoongi ahí, al pie del cañón cuidándome, incómodo por la presencia del rubio.

—Lastima, hubiese sido bueno haberte visto ese día. — Tae se encoge de hombros y su comentario sólo logra hacerme sentir pequeñito, y un poco, muy poco emocionado. — Hobi vendrá conmigo y planeábamos hacer un picnic al atardecer.

Sonrió quedadamente.

—¿Yoongi está afuera? — inquiere de repente.

—No, está atrás, también.

No me muevo de mi lugar hasta que Tae emprende camino entre las mesas hacia la parte posterior de la cafetería. El lugar está casi vacío, con la excepción de algunos muchachos que ocupan los sillones para dormir. La parte trasera es igual, sólo dos cabezas se asoman a un costado del ventanal. Yoongi está de brazos cruzados y Jin se apoya contra el respaldo del asiento frente a él, mientras mueve los labios.

—Después de tanto tiempo siguen llevándose bien. — murmura Tae, sin dejar de caminar, aunque sus pasos se han vuelto lentos y tardíos. Tengo una mano fría y la otra caliente. Me paro en seco, para observar la escena con tiempo.

Yoongi no lleva el ceño fruncido, y sus músculos faciales no se ven tensos, por el contrario, parecen tiritarle los labios como si estuviera tratando de retener una sonrisa. Jin en cambio, luce igual de alegre de cómo lo recordaba. Su cabello está castaño esta vez y lo lleva desordenado. Ríe repentinamente de un chiste que ha dejado a Yoongi impávido, o eso creo.

El que lleva siendo mi novio hace aproximadamente más de un año, agacha la cabeza ensanchando la mueca en sus labios, ocultándosela al castaño. Sé, que no quiere mostrarle a Jin que se ha reído, sé que le interesa mantener su pose de chico serio, frío y distante.

Y algo raro hormiguea en la boca de mi estómago. Yoongi a penas ríe con otras personas, y eso me abruma.

—Ojalá pudiese ser así para nosotros también, Kookie. — vuelve a murmurar Tae, que ha parado para esperarme.

—¿Perdón? — sacudo la cabeza, mirándole con curiosidad.

—Que se llevan bien a pesar de los años y no verse nunca, ojalá pudiese ser así con nosotros, Kook. — repite, moviendo la boca lentamente como si yo estuviese sordo.

Sin querer dejo escapar una risita.

—Se llevan bien porque son cordiales. Ellos no son amigos Taehyung, como lo éramos nosotros. A veces la situación amerita ser amigable, sólo eso, no te confundas.

Me mira penetrante por entre sus párpados entornados, invadido por un oscuro silencio.

—Ya basta Jungkook. — chista. Su rostro ha adquirido demasiada serenidad, cosa que me hace recordar que pocas y exclusivas veces le había visto así. Su voz suena molesta y logra alertarme. — Si fuera un maldito hijo de puta ni siquiera me habría tomado la molestia de hablarte cuando te vi por primera vez, ni tampoco hubiese insistido ahora en seguir hablando. Hay cosas que escapan a tu entendimiento, y no voy a pedirte que las entiendas. Yo no estuve de acuerdo en irme de esa forma, sin despedirme, sin avisarte. Pero Jimin es y era mi amigo, si él así lo decidía entonces estaría para él sin chistar. — ladea la cabeza analizando mi reacción. —Eres muy buena persona Kookie, espero que las malas pasadas de la vida no te conviertan en alguien aún más arisco ¿Recuerdas que solíamos vernos en el balcón por la madrugada? Tú a penas hablabas y yo siempre estaba intentando sonsacarte algo, una sonrisa siquiera.

De repente, Taehyung ha evocado el recuerdo de algo que creía perdido.

—No voy a pedirte que me perdones, porque sé ha sido horrible lo que he hecho. Hablo particularmente por mí, no por Jimin. Es Kim Taehyung quien habla en este momento, quién solía ser tu amigo. El que te tendió una mano cuando estuviste a punto de quedar en la calle. El que se fue de vacaciones contigo, con quien solías reír. No te endurezcas Kookie, si algún día de estos quieres hablar acerca de lo que pasó, si por curiosidad, o para sanar viejas heridas voy a estar ahí, deambulando por la universidad. En el festival de primavera, en ese viejo departamento que ambos compartíamos.

Antes de que pueda estudiar el significado de todo lo que ha dicho él eleva la voz: —¡Seokjin, ya está listo, vamos!

Yoongi y Seokjin alzan la vista en nuestra dirección. Veo al mayor dedicarle una tierna sonrisa a mi novio que asiente respetuosamente, mientras se para del asiento y acorta la distancia.

Jin hace un ademán con su mano, saludándome amistoso, inclinando su cabeza. No alcanzo a responderle porque Tae ha vuelto a hablar: —Espero te guste el frappé de caramelo.

Cuando me acerco a Yoongi, acaricia mi mano una vez me siento a su lado. Él no pregunta qué ha pasado con Tae, tampoco parece llamarle la atención, ni sentirse curioso. Creo que me está dando tiempo para analizar lo que he conversado. Esa es una de las tantas cosas que adoro en él. Me da tiempo, me ha dado tanto tiempo que me asusta pensar en todo lo que ha tenido que soportar estos dos años.

Su silencio no es indiferente, está cargado de preocupación, de la misma cálida y abrumante preocupación que lleva sintiendo por mí desde que nos conocimos. No puedo decir algo. No puedo ni quiero decirle lo que ha ocurrido con Jimin el jueves pasado, ni quiero intimidarlo, ni hacerlo sentir incómodo con toda esta situación, ni con lo que me ha dicho Tae. Porque pese a que tengo un resentimiento insano y doloroso atacándome a diario desde que han vuelto, no puedo negar que necesito saber el por qué, negar que a veces, como hoy, necesito cruzar más palabras con Taehyung, no puedo negar que en algún recóndito y escondido lugar de mi corazón le quiero de vuelta como amigo. Y es angustiante querer algo, que pueda dañar a la persona que amo.

Por la noche Yoongi es dulce y suave, coqueto y atrevido. Es todo, lo que no se permite ser por el día.

Prepara algo para comer mientras murmura la estrofa de una canción, y yo descanso mi cara sobre la palma de mi mano, observándole llevar su propio ritmo. No me reta al dejar un par de ravioles sueltos en el plato al terminar de comer, por el contrario, deja el comedor sin ordenar buscando a tientas la unión de mi cuello y el hombro con sus labios, cuando estoy reincorporándome para levantar las cosas.

Yoongi es cuidadoso y tortuosamente lento, tocándome con sus manos intranquilas que se pasean por debajo de mi camisa. Su toque es electrizante y placentero, pero ante todo es dedicado y parece decirme en cada caricia cuanto me ama.

Me hace el amor como suele hacerlo. Primero parte por el cuello, y después sus besos se corrigen hacia abajo, deslizándose perezosamente por mi espalda. Luego me desviste como si tuviese miedo de romperme y no me permite deshacerme de su propia ropa. Le gusta contemplarme, lo sé, y me sigue avergonzando después de tanto tiempo que me mire de esa manera, mientras está de pie con las sienes perladas, devorándome el alma.

Esa noche es la primera que lloro después de hacer el amor. Yoongi está a mi lado con los labios entreabiertos sujetándome fuertemente de las caderas, impidiendo cualquier tentativa de escape.

Luce hermoso, aterradoramente hermoso, bañado por la luz de la luna que se cuela por las cortinas, dejando caer sobre él un manto blanco mortecino y etéreo. Estoy con él, en nuestra cama, pero no entiendo dónde está mi corazón.

No puedo entender esa angustia desbordante, que sólo logra hacerme sentir insatisfecho, cuando debería ser lo contrario, porque a su lado estoy completo, a salvo y feliz, pero no lo estoy, esa noche no estoy a salvo, ni feliz, ni completo. Y mi mente bulle, hay demasiado ruido aquí dentro, demasiados sonidos obstaculizando el foco en mi vida. Y al final, cuando los sollozos son inaudibles, y mis fosas nasales pueden aspirar aire tranquilas reposo mi mano sobre su mejilla.

No le quiero perder, pienso.

No quiero perder esto. Esa burbuja en la que habíamos vivido tan plácidamente, tan a las afueras del mundo en nuestro propio oasis. Esa incondicionalidad leal, fiel. Nuestro amor, no lo quiero perder.

Cierro los ojos, besando de manera furtiva sus labios y me acomodo aún más cerca de él, si es posible.

—Te amo— susurro bajito.

Sé que no me oye, que está soñando. Sin embargo, quiero, lo sepa incluso si está inconsciente.

Aunque, antes de caiga en sueño todo lo que puede retumbar en mi cabeza esa noche es "Eres tan horrible, Jungkook"

...

El siguiente jueves antes del festival de primavera no asistí a la clase de atletismo. Me quedé vagando, esperando pasaran las horas para ir a la clase que le seguía.

Había olvidado cómo se sentía no poder hablar con nadie acerca de lo que estaba pasando conmigo, por lo que decidí no sólo arriesgarme, sino también elegir el camino de la inconsecuencia, al ir a pasearme a las afueras de la facultad de administración, como quien no quiere la cosa.

Encontrar a Taehyung no había sido difícil. Antes de acercarme a hablarle, seguí con la mirada todo lo que hacía, desde entablar conversaciones amistosas con sus compañeros, hasta repasar algunas hojas de materia.

Decidí acercarme al verlo sentado en una banca, escuchando música por los auriculares, tomando asiento a su lado. No se inmuto, ni alzó la vista, curioso de saber quién estaba ahí, sólo siguió tarareando y meneando la cabeza al son de alguna canción. Dos minutos transcurrieron hasta que me cansé de esperar que se diera por aludido, y arranqué el cable de su oreja.

—¿No podías esperar a que terminara? — preguntó molesto.

Me impresionó saber que ya sabía de mí.

—Pensé que no te habías dado cuent-

—Oh, mi querido Jungkook, tú piensas muchas cosas. — arremetió con fanfarronería.

Abrí y cerré la boca, empuñando las manos.

—¿No vas a preguntar qué hago acá?

—No — respondió.

Tae enrolló en cable entre sus dedos.

—Quieres hablar, es obvio. — sentenció. — Te saltaste atletismo, debe ser urgente ¿No?

No le contesto.

—Venga, suéltalo ya.

Entorno los ojos, evitando mirarlo a los ojos.

—¿Cómo está Hobi?

Tae se ríe.

—Guapo como siempre, y muy alegre.

—¿Sigue pateándote de la cama? — pregunto a media voz.

—Si, y aún sigo visitando el balcón por la madrugada, viejo habito que no se ha ido. Tuve que acostumbrarme.

—¿Seúl sigue viéndose hermosa desde ese balcón? — niego con la cabeza, sin creerme que esté preguntando este tipo de cosas.

—¿Te gustaba mucho ese balcón?

Asiento sin ganas.

—Nos la pasamos mucho ahí ahora que el clima está bueno. — dice con tono pensativo.

—Estuve ahí muchas veces cuando se fueron. — admito, cerrando los ojos. — No cambiaste la cerradura, ni le dijiste al encargado del edificio que no entrara, así que sólo... fui un par de veces, pensando

—Que volveríamos en algún momento. — él completa la oración. —Pero volvimos.

—Dos años después, Tae. — esta vez sí me siento seguro de mirarle. — ¿Por qué no simplemente me dijeron?

Taehyung arruga el entrecejo relamiéndose los labios.

—¿Sabes? Me gusta pensar que a veces sacrificamos cosas, personas y oportunidades en la vida por amor. — su mención se me hace rara. — No sólo amamos románticamente, amamos a nuestra familia, a nuestros amigos.

—¿Hablas de Jimin?

—Si. No puedo hablar por él, Kookie...debió sentirse horrible-

—Se sintió peor que horrible, Taehyung.

Suspira recargando su espalda en la parte posterior de la banca, estirando sus piernas.

—Me sentí insuficiente, innecesario, sin valor. — admito. — Pensé ¿Tan poco valgo para ellos? ¿Tan poco valí para él? — evocar aquellos sentimientos hace que se me retuerza el estómago. — Los consideraba parte importante en mi vida. Tú me tendiste una mano Taehyung, un hogar cálido con risas y cariño y, en esa extensión, en ese hogar no sólo encontré amigos, hallé también el amor. Y todo eso después, se me fue arrebatado abruptamente, sin ninguna explicación. Y ahora, vuelven... cuando mi vida marchaba bien, y todas las aristas en ella se encontraban encajando perfectamente, se siente, se siente como si tuviera el mundo de cabeza.

—Lo sé. — murmura con pesadez.

—Los amigos no te abandonan. — le increpo. —Uno no abandona a quienes ama.

—¿Ni por su propio bien? — pregunta después. Tae no me mira.

—¿Y eso me hizo bien, Taehyung? — mi voz se rompe. — ¿Se supone que abandonarme en un cuarto de hotel y llevarse todas sus cosas del departamento sería por mi bien?

—Si, por tu bien y por el de Jimin. — puntualiza. — Él necesitaba tratarse, había dejado la terapia, no estaba bien. Estaba por explotar Jungkook, como una supernova... y, no podía llevarte con él en esa destrucción. Tú habrías insistido en que podrías estar con él, pero no era así.

—¿Y tú cómo lo sabes?

—Porque ahora estas con Yoongi.

—Eso no tiene algo que ver.

—Lo tiene todo que ver. Tú estabas comenzando a confundirte, y eso no hacía más que desequilibrar a Jimin, y él debía velar por sí mismo.

—¿Y yo qué, Taehyung?

—Siempre tuviste a Yoongi. — repite. — Escucha Kookie, sé que hay cosas que escapan a tu entendimiento, y hay varias que ni yo mismo puedo explicar. Pero si te digo que fue por tu bien, es porque así fue.

Me quejo.

—Habla con él.

—¿Jimin, dices?

—Si, habla con él. Si estás aquí es porque buscas respuestas, y ya lo dije, hay algunas que no me respecta dártelas.

—Volvió a decirlo... — vacilo. Tae enarca una ceja, sin entender. —Volvió a decirme horrible.

El silencio después de eso es apabullante.

—No está arrepentido... yo puedo sentir que lo lamentas, pero él, con él es diferente. — le digo titubeante.

¿Por qué estaría arrepentido? ¿Si hoy eres feliz? inquiere.

¿Lo soy?

Nota: Tarde pero seguro. ¿Mucho yoonkook? 

Vamos adentrandonos más en la trama, ahora que ya he avanzado en los capítulos iniciados puedo dar por empezada la tanda del desarrollo de la historia. Kookie ha empezado a confundirse, y se siente inseguro, peor aún, tiene miedo a perder a Yoongi. ¿Por qué tiene miedo de perderlo?

PD: Amo leer sus comentarios, en serio.

PD2: En adelante se nos vienen más momentos de Jikook, a mi parecer muy intensos.

Saludos y cariños a todas, todos  <3

Continue Reading

You'll Also Like

130K 7.9K 10
Jungkook y Jimin son los actores porno mas calientes para las personas Felicidad,amor,sensualidad y paz,hay en esa relación,pero no todo dura,ante la...
32.7K 1.4K 5
-¡Seré el alfa más fuerte de todos, y tendré una muy bella omega!- Park Jimin, un joven sin presentarse todavía, afirma que será un alfa. Y Jungkook...
139K 16K 10
cuando crees que la vida no puede golpearte más duro, llega y se ríe en tu cara. también deja a tu pequeño destinado en la puerta de tu casa, con una...
2K 218 10
Ella era bella, frágil como una rosa él era una bestia, esclavo de sus impulsos Jungkook un chico muy tímido cariñoso, humilde, respetuoso y muy fr...