(2)
BLACK
—Causas un problema, por pequeño que sea, y no dudaré en enviarte con tu madre.
—Yo también estoy feliz de verte, papá.
El sarcasmo de mi voz no pasa desapercibido, mi padre alza una ceja pero no dice nada, no tiene ganas de lidiar conmigo y si no fuera por el desastre que causé en casa de mi madre, estoy seguro de que no me habría dejado volver a vivir con él.
—Me comportaré— le digo, con la mano sobre el corazón y una expresión exageradamente dramática.
—Hablo en serio, Black.— me asegura, aflojando su apretada corbata, —Y nada de actitudes con Tina, a la primera queja, le dices adiós a tu moto.
Tina es su mujer del momento, mi padre ha sido un mujeriego sin precedentes, sobretodo después de que se divorció de mi madre hace 5 años. Creo que la única razón por la que esta mujer le ha durado tanto es porque la embarazó por accidente. Mi padre no es un amante de tener hijos, mi hermana y yo lo sabemos por experiencia.
—Jamás sería capaz, padre.— digo 'padre' en un tono dramático, —No tengo intenciones de molestar a una mujer embarazada, por cierto, felicitaciones, debes estar tan emocionado.— le doy una falsa sonrisa.
—No sé de donde sacaste esa actitud, Black, porque de mí no fue.
—Tal vez soy adoptado— me encojo de hombros.
—Lo que sea,— suspira, —Oh, y nada de juntarte con esos delincuentes de nuevo, ellos fueron la razón por la que te envié con tu madre hace un año.
Le doy la espalda para caminar a mi habitación.
—Como tú digas, querido padre.
Le oigo murmurar algo sobre mi sarcasmo pero lo ignoro y entro a mi habitación. Quisiera decir que está igual a como lo dejé hace un año pero parece que mi padre lo ha estado usando como oficina, hay un escritorio y un estante con un montón de papeles. Mi cama se sitúa en una esquina, es lo único mío en el lugar.
A pesar de que llegué anoche, era tarde así que mi padre esperó hasta hoy para darme su sermón del nuevo comienzo cuando llegó del trabajo. Me acuesto sobre mi espalda, y el ardor se extiende sobre toda la piel de la misma ante el roce. Me pongo de pie y me quito la camisa por encima de la cabeza para revisarme frente al espejo.
Rasguños por toda mi espalda. Rojos, la piel hinchada alrededor de cada linea de rasguño.
Mi mente viaja a mi pequeño paseo de esta tarde, a esa chica hermosa que besé en el baño de la gasolinera, ella fue sin duda el mejor puto beso de mi vida y ni siquiera sé su nombre. Ni siquiera conozco el sonido de su voz. Pero conozco su sabor y sus gemidos.
Oh y bastante bien, de solo recordarlos, me tenso un poco.
Nunca he sentido un deseo tan puramente carnal, una química tan fuerte con alguien con la que ni siquiera he hablado. Todo en ella parecía hecho para mí, para acoplarse a mí, lo que más me gustó fue lo mucho que ella disfrutó mi brusquedad.
Tengo que verla otra vez.
Luché para no seguirla o pedirle su numero pero sé leer a las personas muy bien, ella no quería que le hablara, que rompiera la magia del anonimato de lo que acababa de pasar entre nosotros y por más que quisiera saber de ella, yo tampoco quería arruinar esa magia.
Además, sé que la veré de nuevo, cuando observé su moto en el semáforo vi un sticker de la universidad comunitaria de aquí de este año, así que la encontraré cuando vuelva a ese lugar el lunes. Recuerdo cada parte de ella con mucho detalle. Lo que más me sorprendió fue el tono azul claro de su cabello el cual hacia juego con sus ojos, me pregunto si se lo ha tintado a propósito o solo le gusta ese color. Tiene unos labios gruesos muy bonitos que se ven como si los tuviera en un puchero permanente, y aunque las facciones de su rostro son aniñadas, su estilo la hace lucir mayor de lo que probablemente es con esos jeans desgastados, esa franela holgada y esa actitud de rebeldía.
Te veré de nuevo, chica azul.
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Después de darme una ducha, y ponerme unos jeans y una franela negra, salgo por la puerta de atrás de la casa, ya está oscureciendo y estoy seguro que mi padre me daría un sermón si me ve salir a esta hora. Pero también sé que estar pendiente de si estoy o no en mi cuarto no es su prioridad. Nunca he sido su prioridad, así que estaré bien.
Camino calle abajo con las manos en los bolsillos de mis pantalones, nuestro vecindario es una mezcla entre clase media y baja, hay muchos trabajadores de oficina pero también hay familias que viven de la caridad y de lo que el gobierno les da. No es muy peligroso pero no lo nombraría el vecindario más seguro del mundo.
Ladridos de perros, sonido de televisores con alto volumen, y voces de gente conversando en las entradas de su casa o en sus patios son todo lo que oigo al caminar por la acera. A pesar de que no es una ciudad, es un pueblo mucho más moderno que el de mi madre, donde las casas están a millas de distancia una de la otra, y pasaba más de una hora en el bus escolar cada vez que iba a la preparatoria de allá. Así que sí, estoy contento de haber vuelto aquí.
Aquí me crié, y sino fuera por la incapacidad de mi padre de soportar mi comportamiento hubiera seguido en vez de irme con mi madre hace un año. Fue muy duro, todos mis amigos con los que me crié estaban aquí.
Mi pandilla, mi gente.
Cruzo en la esquina de mi calle y ahí esta la casa que conozco mejor que la mía.
La casa de Red.
Su nombre real es Reed, pero desde pequeño le ha gustado que lo llamemos Red, además, éramos el duo invencible, Black y Red, ¿A qué suena bien, eh?
Me encantaba pasar tiempo en la casa de Red mientras crecía, era lo más cercano a un hogar normal que había tenido en mi vida. Sus padres, aunque desapegados y poco cariñosos, eran decentes y nunca les escuché pelear o golpearse como pasó con los míos antes de que finalmente se divorciaran.
Red es como mi hermano, él nunca me preguntaba o cuestionaba cuando aparecía en la puerta de su casa en la madrugada con los ojos rojos de tanto llorar, siempre me recibía como si nada, sin preguntas, y nos lo pasábamos tan bien que terminaba olvidando la realidad en casa.
Hace unos años, lo que comenzó como un grupo de chicos intocables en el primer año de preparatoria, se convirtió en algo más serio hasta convertirse en una pandilla. Supe que la cosa iba en serio cuando todos nos hicimos tatuajes a lo largo de nuestra espina dorsal como marca de nuestro grupo.
Red siempre ha sido de carácter fuerte e inestable, buscando la siguiente dosis de problemas y adrenalina, tiene muchas habilidades de líder y aunque el grupo lo formamos los dos, él terminó siendo el líder, y no me molestó para nada, Red tenía la frialdad para lidiar con las cosas de la pandilla que a mi me faltaba. Ser su mano derecha era suficiente para mí.
Hasta que nos metimos en problemas por vandalismo y mi padre me mandó con mi madre. Aunque no he estado, Red me ha enviado mensajes cada par de meses, preguntando cuando volveré y que siempre seré su mano derecha sin importar que. Sé que puedo contar con él para ayudarme a reinstalarme aquí con la mayor facilidad posible. Toco la puerta, y la Sra. Rays, la madre de Red abre, su expresión expandiéndose en sorpresa.
—¿Black?
—Hola, Señora Rays.
—¡Oh mi Dios! ¡Cómo has crecido!
Exagerada, solo ha sido un año.
No hay abrazos ni apretones de mano, como he dicho, sus padres no son la fuente de la demostraciones de cariño.
—Red se va a emocionar tanto,— me hace pasar y yo solo le sonrío, —Estaba tan deprimido cuando te fuiste, no le digas que yo te conté.
Le hago un gesto de sellar mis labios con los dedos.
—Red está en su habitación con Blue.
—¿Blue?
Eso es nuevo, ¿otro miembro de la pandilla? Ella se ríe.
—Ah, su novia, se llama Bea pero todos la llamamos Blue, fue idea de Red, ya sabes su obsesión con los colores.
¿Red tiene novia?
¿A caso he caído en un universo paralelo?
El Red de hace un año no tenía ningún interés en sentar cabeza, supongo que ha cambiado, no puedo esperar que sea el mismo. Tengo curiosidad por saber quien fue la chica afortunada que lo hizo ponerse serio. La Sra. Rays parece leer mi mente.
—Lo sé, yo tampoco me esperaba que sentará cabeza pero ya era hora de que tuviera por lo menos una novia o algo.
—Claro.— murmuro.
Ella se detiene al principio de la escaleras.
—Creo que conoces el camino, mejor que nadie.— me señala para que suba al cuarto de Red, —Pero,— ella tose incomoda, —Te recomiendo tocar la puerta, ya sabes...— yo alzo una ceja, disfrutando verla tan incomoda,—Por si... están... ocupados.
¿Ocupados follando, Sra. Rays?
Le doy una sonrisa de boca cerrada como despedida y subo, la nostalgia me golpea con fuerza al caminar a la puerta de Red, pasé básicamente toda mi vida pasando por este pasillo cuando venia a verlo. Toco la puerta y me siento estúpido al emocionarme, escucho el pasa de aquella voz que conozco tan bien.
Al abrir la puerta, el olor característico del cuarto de Red llena mi nariz: Skittles y suavizante de ropa de olor muy dulce. Los dulces son la debilidad de Red. No me sorprende ver a Red sin camisa, con los audífonos coloridos puestos sobre su desordenando cabello rojo. Está sentado frente a su computadora, jugando en linea, murmurando groserías en el micrófono que sale de sus audífonos y está a un lado de su boca.
—¿Red?
Mi tono de voz es ligeramente alto para que me pueda escuchar, Red se gira en su silla giratoria y sus ojos azules se iluminan y se abren en sorpresa.
—¿Black?
Levanto mis manos en el aire.
—El mismo.
Red se arranca los audífonos y se apresura hacia mí, y noto que ha crecido, yo siempre he sido más alto que él pero al parecer ya no es así, tenemos la misma estatura ahora, mierda, ya no podré burlarme y llamarlo enano. Red me envuelve en un abrazo lleno de emoción y yo se lo respondo con el mismo sentimiento.
Cuando nos separamos me agarra de la cara.
—Black, mi hermano, mi sangre.
—Red, mi hermano, mis huesos.
Si, suena bastante extraño pero así nos saludábamos cuando empezamos la pandilla.
—¿Qué mierda...? ¿Cuándo llegaste?— pregunta, mientras me adentro en su habitación y cerramos la puerta.
—Ayer, no vine más temprano porque sabía que estabas en clases.
Red me sonríe abiertamente, noto lo mucho que han madurado sus facciones y que ha estado haciendo ejercicio, tiene los músculos definidos, y un nuevo tatuaje en la V de la parte baja de su abdomen.
—No puedo creerlo, estás aquí.— me señala, —no vuelvas a irte, Black, no podré manejarlo.
—Eso mismo me dijo mi ex novia.
—Muy gracioso,— él se inclina sobre la computadora para decirle a los jugadores en linea que volverá en un rato.
Yo observo su habitación, y recuerdo que su madre me dijo que estaba con su novia.
—Tu madre dijo que no estabas solo.
—Oh, Blue está en el baño, debe volver en un rato.
El baño está fuera de la habitación en el pasillo.
—¿Novia, eh?
Él se ríe, enderezándose.
—No, no es mi novia, pero ya sabes como es mi madre, necesita ponerle un titulo a todo.
Enarco una ceja.
—Igual estoy impresionado, nunca has traído una chica a casa o por lo menos no por la puerta, siempre usando la ventana.
—Ella es...— hace una pausa, lamiéndose los labios, —diferente.
Me siento sobre la cama.
—Estoy intrigado.
La puerta se abre y mi mirada viaja a la misma, buscando a la chica especial que logró que mi mejor amigo la trajera a casa.
Mierda.
Al principio, creo que mis ojos me están jugando una broma muy pesada pero parpadeo una y otra vez, y ella sigue allí, con su cabello azul cayendo a los lados de su cara, sus ropas holgadas.
Es ella...
La chica azul.
La chica que besé en la gasolinera.
Cuando su mirada encuentra la mía, ella se congela, agarrándoselo del pomo de la puerta como si eso le ayudara a mantener el equilibrio. El silencio que reina entre nosotros es pesado e incómodo, como si nos hubieran atrapado en pleno crimen. Red se aclara la garganta.
—¿Se conocen?
Ambos despertamos de nuestro trance.
—¡No!
Esos labios que besé como desquiciado hace unas horas esbozan una sonrisa y ella entra.
—No, para nada, ¿quién es tu amigo?
Red se sienta sobre la silla giratoria.
—Él es Black, te he hablado de él.
Ella me ofrece su mano.
—Mucho gusto, Black, soy Blue.
Tomo su mano y la aprieto ligeramente antes de soltarla, sus ojos están en todos lados menos sobre mí.
¿No puedes mirarme a los ojos, eh?
Mierda, ¿qué he hecho? En mi defensa, ¿Cómo se suponía que sabría que ella era la novia de mi mejor amigo? Maldita sea, pensar con el pene siempre me ha traído problemas pero esto ya es otro nivel.
Bien hecho, Black, a ver como sales de esta.
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Nota de la autora: Ese momento incómodo cuando... Black y Blue se encontraron, se puede sentir la tensión de aquí a China XD Hemos conocido a Black ahora :) ¿qué pensamos de nuestro querido sarcástico y burlón nuevo amigo?
Muchas gracias por el apoyo a esta nueva historia.
Los quiero,
Ariana G.