Tori's POV
La vida es una basura...
Bueno, tal vez no, pero no ha sido un gran día.
Comenzando con que no pasé la mejor noche; dormí muy poco y llegué tarde a mi primera clase.
Como si no fuera suficiente olvidé que tenía un examen para el cual no estudié casi nada, así que no espero gran cosa de esa calificación.
Estaba confundida y molesta.
Gracias a Jade.
Lo que me dijo el día anterior antes de dejarme parada como idiota a media calle, después de haberme besado.
¿Quién entiende a esa chica?
Porque definitivamente yo no.
No estaba dispuesta a continuar aventando mi dignidad por la borda intentando hablarle.
Pero, definitivamente, todas mis intenciones de hablar con ella se esfumaron en cuanto la vi entrar hablando muy alegre con una chica.
Y no... No eran celos, simplemente me pareció una estupidez que; mientras mis ojeras eran más grandes que mis ganas de vivir, ella se veía totalmente radiante, como si nada le molestara. Como si con lo que hizo la noche anterior no hubiera abierto la caja de pandora dentro de mis pensamientos.
La primera mirada que cruzamos bastó para saber que no estaba interesada en entablar una conversación. Pasamos de largo una enseguida de la otra, ella concentrada en la conversación con esa chica y yo fingiendo que mis pensamientos no parecían un enjambre.
Ella pretendía que todo volviera a ser como antes, así que eso iba a intentar, sólo que esta vez no iba a permitir que me tratara como le diera gana. Esta vez me tocaba a mí ser la indiferente.
Iba a ser una tarea difícil, ahora más que nunca no podía sacármela de la cabeza. No podía ignorar cada uno de sus movimientos, no podía evitar buscarla en los pasillos.
Tuvo problemas con su casillero, así que no pudo sacar sus libros... En el almuerzo se sentó lejos de nosotros, de nuevo con esa chica, Valery creo...
El punto es que yo sabía que estaba ahí.
Me obsesionaba, pensaba en eso a cada minuto del día. Las clases pasaban y mi concentración no se encontraba disponible.
- Aquí estas - Habló alguien detrás de mí.
Beck... Había estado evitando hablar con él también. O por lo menos hablar con él sin nadie más alrededor.
- Hola... - Respondí desde mi lugar en el piso.
- ¿Estás bien? - Preguntó con una mano sujetando su mochila y otra en el bolsillo del pantalón. Una pose de chico relajado que en su momento me había impresionado como a la mitad de chicas en esta escuela.
- ¿Por qué la pregunta? -
- No siempre tiene que haber una razón en específico para preguntarle a alguien si está bien - Sonreí de medio lado ante su explicación - Pero, en este caso, creo que si las hay -
- ¿Por ejemplo? -
- Bueno... Olvidas estudiar para exámenes, faltas a clases y estás en medio del pasillo sentada en el piso como si hubieras perdido una batalla -
- No falto a clases... - Me justifiqué. Él alzó un ceja - Era la última... Necesitaba un respiro, no ha sido mi día -
Realmente no lo era.
- ¿Sabes que puedes contarme lo que quieras cierto? Puedes confiar en mi - Sonrió amigable - ¿Me puedo sentar? -
- Claro, cabello sedoso - Respondí con el apodo que a veces le daba. Él rio mientras ocupaba el lugar a mi izquierda.
- Entonces... ¿Qué pasa? - Preguntó apoyando los brazos sobre sus rodillas.
- Oh no... - Me negué - Te dije que podías sentarte, eso no incluía contarte lo que ocurre -
- Así que sí ocurre algo - Afirmó.
- ¿Qué? - Respondí de inmediato a la defensiva - No... -
El recuerdo de Jade vino a mi mente. - No - Volví a repetir.
No me pasaba nada. Ni con Jade, ni con Beck, ni con nadie.
- Muy bien... Porque a mí si - Titubeó.
Lo miré curiosa, y él me sonrió como si lamentara algo.
- ¿Ah sí? y... ¿Qué es? -
- Tú... - Dijo después de unos segundos de mirarme - Me gustas -
- Uhmm - Mis labios se abrieron ligeramente, por lo repentino que había sido, pero no fui capaz de decir nada.
¿A caso no iba a emocionarme?
Digo... Beck era perfecto y me estaba diciendo que le gusto. ¿Dónde estaba mi adolescente interna en estas ocasiones?
- Vaya... Creo que te dejé sin palabras - Se burló el chico. Intentando disimular que estaba nervioso.
Vamos... Tampoco era lo más inesperado del mundo.
No besas a alguien nada más por que sí.
Bueno, tal vez Jade si....
Pensar en ella justo cuando Beck acababa de confesar que le gusto, era el maldito colmo.
- ¿Tori? - Preguntó el pobre chico que, de seguro, ya se había vuelto loco de tanto esperar una respuesta - Oye mira si te incomoda... -
- No Beck, no es eso, yo sólo... No sé qué decirte -
- Bueno... No esperaba que me dijeras nada, sólo... - Alzó los hombros - Quería que lo supieras, como dato curioso - Sonreí.
- Vaya, qué dato tan... Halagador -
- ¿Te parece? - En su mirada vi un destello de ilusión.
- Bueno... Si - No sabía qué contestar, me sentía incómoda pues no sentía exactamente lo mismo por él y no quería hacerle creer que sí para que después resulte que me gusta Jad...
¡NO ME GUSTA JADE!
Ya habíamos discutido eso, cerebro estúpido.
Debo estar loca en verdad... ¿Qué persona normal tiene discusiones consigo mismo?
- Sólo quiero saber... ¿Por qué? - Pregunté tratando de enfocarme de nuevo. Beck rio con negación.
- ¿En verdad me estás preguntando por qué me gustas? -
- Bueno, ahora tú estás haciendo la pregunta estúpida... ¡Exactamente eso fue lo que pregunté, Oliver! - Respondí un poco exasperada.
Solía pasarme cada que no sabía cómo reaccionar a las cosas.
- Oye, tranquila... ¿Algo en verdad te está molestando no es cierto? -
Suspiré frustrada ante su pregunta.
- ¿Quieres sólo responder mis preguntas y ya? - Miré en dirección al pasillo donde se suponía estaba el salón donde Jade tomaba su clase.
Tal vez no era coincidencia que yo hubiera elegido ese lugar para sentarme... Tal vez inconscientemente esperaba verla, hablarle, besarl... Digo, aclarar las cosas.
- Ok, tranquila... Tampoco es tan fácil - Se defendió Beck. Tal vez estaba siendo un poco dura con él. En todo caso no era su culpa lo que me sucedía.
- Lo sé... Lo siento - Acaricié su brazo, lo cual causó en él una reacción extraña - No es mi día - Él sonrió y tomó mi mano entre las suyas.
Me incomodé ligeramente, pero no hice nada por evitarlo. Me parecía grosero evadirlo debido al largo tiempo durante el que habíamos sido muy buenos amigos.
- Bueno... Resulta que no tengo una respuesta - Suspiró - Lo siento - Sonrió apenado.
- No entiendo... ¿Te gusto y ya? - Pregunté y él asintió alzando los hombros.
Yo tenía la idea de que cuando alguien te gustaba, tenía que existir una lista de razones que justificaran ese hecho. Era un tanto decepcionante saber que no siempre era así.
- Bueno... Supongo que está bien - Sonreí mirándolo. Él me miró profundamente, sabía en lo que estaba pensando.
Comenzó a acercarse y yo me paralicé.
No lo hagas Tori...
Cada vez estaba más cerca.
Aléjate ahora...
Tomó mi barbilla con su mano para controlar el ángulo.
¡Haz algo Victoria Vega!
Me besó.
Primero suave y después intentó ahondarlo un poco más, mis movimientos eran torpes y no estaba reaccionando de acuerdo a lo que debería. Debe haber sido el peor beso que le han dado pues, simplemente, no podía concentrarme.
Miré de reojo cuando escuché una puerta abrirse, era Jade saliendo de su salón y no estaba nada feliz. Quise apartarme antes de que ella enfocara su vista en nosotros, pero Beck estaba tan concentrado que me libero sólo unos segundos antes de volverme a besar.
- Espera... - Dije de hablar sobre sus labios. Él se apartó, pero fue tarde. Jade nos había visto y tomó el camino opuesto a donde estábamos.
Después de todo lo que pasó, lo último que necesitaba era que me viera besando a su ex novio, de nuevo. Si ya me odiaba, ahora iba a pensar lo peor de mí.
No terminaba de entender por qué debía importarme, pero así era.
- No... - Susurré, inconscientemente, viéndola salir del edificio. Me puse de pie con la intención de seguirla.
- ¿Qué? - Me detuvo Beck. - ¿Te preocupa Jade? - Preguntó con una sonrisa irónica.
-No... Es decir, tal vez - Respondí sin concentración.
- No tienes por qué preocuparte por ella, Tori -
- Es que nosotros no deberíamos... - Quise decirle la verdad, la cual aún no estaba muy segura de cuál era.
- Esta bien... - Puso sus manos sobre mis hombros - Yo hablé con ella anoche y... - Lo miré de inmediato al escuchar eso. - Ella está de acuerdo con esto - Nos señaló.
Por alguna razón, saber eso me desanimó. Imaginé a Jade diciéndolo y mi corazón se sentía como aquella vez que creí gustarle a Daniel y en realidad se acercaba a mí porque yo le gustaba a su amigo Joseph, pero era muy tímido para decírmelo. Cuando le dije a Daniel que él me gustaba, casi segura de que me diría lo mismo... Él se rio y dijo "Wow que locura, tú le gustas a Joseph y a mí me gusta Nina, si quieres podemos ir por dulces todos juntos".
Y así fue como rompieron por primera vez mi pequeño corazón de ocho años.
Pues esta vez era parecido; me sentía igual de estúpida por creer, en alguna parte oculta en mi interior, que los sucesos ocurridos significaban un posible interés de ella hacia mí.
- Creo que es hora del ensayo - Cambié de tema, aprovechando que todos comenzaron a salir de sus aulas y los pasillos se llenaron.
- Claro... Vamos - Beck pasó su brazo sobre mis hombros.
- No tan rápido, galán - Retiré su brazo.
Él sonrió negando.
- Lo siento -
En el camino a nuestro ensayo sólo podía pensar en lo incómodo que iba a ser realizar esta obra con Jade como co-protagonista y "esposa". Creo que nos esperaba un desastre, ni siquiera sabía cómo iba a ser capaz de mirarla después de todo.
Pero no tuve que averiguarlo ese día pues ella no apareció.
"Ya entiendo por qué Singin debe estar detrás del escenario. Pista: NO SABE ACTUAR (Y menos como la esposa de un astronauta narcoléptico)
Estado: Frustrada"