7w7
No tenía muchos días de descanso, apenas había aterrizado en Toronto y estuve cerca de una hora sacandome fotos con mis fans, ver sus rostros llenos de alegría al verme es algo que me hincha el pecho, quisiera sentir lo que ellas sienten al verme.
No había hablado con Mercy en los últimos días, de hecho, siquiera le había avisado que estaba en la ciudad. Los constantes rumores que hay entre Hailey Baldwin y yo han afectado nuestra relación mas de lo debido.
'Pasas mas tiempo con ella que conmigo.'
'Yo soy tu novia, ¿qué te sucede, Shawn?'
Y joder, si que tenía razón.
Suspire frustrado mientras las puertas del elevador se abrían en en mi piso; quería llamarla, decirle que la amo, la extraño, mierda. Marqué su número sin esperar a llegar a mi departamento, pero cada llamada me llevaba al buzón de voz, ¿dónde éstas, Mercy? Inserte las llaves en la puerta extrañado por escuchar ruido adentro, al entrar vi una larga cabellera castaña del otro lado del sillón, giró a verme en cuatro la puerta se cerró generando ese ligero "click".
—¿¡Sh-shawn?!— podía jurar que se había atragantado con las palomitas en su boca.
—Hola, pequeño bicho, — sonreí, ella se levantó corriendo mientras envolvía sus brazos alrededor de mi torso.
—¿Qué haces aquí? — se separó sonrojándose, llevaba puesta una de mis camisas y unos grandes calcetines que supuse, eran míos.
Me pregunto si llevará ropa abajo.
—T-tú no llamaste, no sabía que vendrías — miré con cautela el departamento, estaba en orden a excepción del sillón que contaba con mantas y envoltorios de dulce, ella había estado durmiendo ahí.
—Surgieron unos cambios de fecha y...— le miré, estaba despeinada y sus ojos tenían cierto brillo, — pude volver a casa...— me interrumpió.
—Necesitamos hablar...— tragué en seco, — no tenía planeado que volvieras, primero voy a ordenar todo...— murmuró y supe que algo no andaba bien.
—Dejalo así, ¿qué sucede? — pregunté después de sujetar su muñeca.
—Esto...— inhaló profundo, — esto debe terminar.
Mi corazón se detuvo y una horrible sensación invadió cada parte de mi cuerpo.
—Yo, yo casi nunca se nada de ti, de como te sientes...— se pasó la mano por el cabello con cierta frustración, — se supone que debo porque soy tu novia pero no respondes mis llamadas, ignoras mis mensajes, trato de pensar que estas ocupado pero...— se pasó el dorso de la mano por la mejilla sacando fuera de su rostro las lágrimas, — pero es increíble como ni un solo mensaje en semanas me has enviado, en realidad ya no sabía si seguíamos en una relación.
—No digas eso...— retrocedió.
—Siento no haber sido lo suficientemente fuerte, paciente, y buena para ti, — podía notar la culpa en sus palabras, — necesitas a alguien que crezca contigo, no alguien que se quede pequeña en casa esperando un poco de atención.
Se dio la vuelta y entró a la habitación.
Sentí la ausencia de su mano en la mía como un suave frío, me senté en el sofá frente a la televisión viendo las palomitas en el bowl, encendí mi celular viendo todas las llamadas pérdidas con su nombre, aquellos mensajes ignorados.
Si alguien debía sentirse culpable aquí, era yo.
La puerta de la habitación se abrió y Mercy portaba su ropa y una mochila gris colgando de su espalda, se detuvo a unos cuantos metros de mi viendo el desorden.
—Siento el desorden...— fue lo último que dijo antes de pasar de largo y coger unas últimas cosas.
Ella trataba de ser silenciosa para no demostrar que mi silencio le dolía.
—El que no fue suficiente fui yo...— hablé cuando estaba apunto de marcharse, — quien no supo cuidarte fui yo —. Y ahí estaban esas lágrimas calientes saliendo por mis ojos, — siempre fuiste tan atenta, y yo fui...un cretino. No te culpo por dejarme, — me levanté girando a encararla, — no te vayas.
Caminé donde ella cubriendo la puerta.
—No me dejes, no, no...— inserte el código de seguridad, — si sales de aquí la alarma se activará y la policía vendrá...— sonrió ligeramente, — siento haber sido tan imbécil, Mercy, yo te quiero, te quiero tanto, — cogí su rostro uniendo nuestros labios después de meses.
Sentir la calidez de su cuerpo junto al mío me hizo gemir y morder su cuello al oler mi esencia en ella. Como debía de ser.
—He estado fantaseando contigo cada noche desde que me fui, te extraño cada maldito segundo pero, diablos, mereces a alguien que este a tu lado en todo momento...
—No necesito a alguien a mi lado todo el tiempo, — me abrazó tan fuerte que mis costillas dolieron, — solo te necesito a ti. Aquí, conmigo.
Besé de nuevo sus labios tocando por debajo de su camisa la curva de su espalda, sus manos se colaron por debajo de mi playera acariciando mi torso y costillas con suavidad.
—Nena...— gemí, — se dura, he estado esperando por esto casi cinco meses...— cuando las palabras terminaron sus uñas rasguñaron mi espalda y mis manos estrujaron con firmeza su trasero.
La lleve al sillón botando todo (incluyendo el tazón de palomitas) al suelo, saqué su camisa succionando aquellos rosados y erectos pezones rosas que pedían a gritos un par de mimos. Me llevé uno entre los dientes apretando ligeramente justo como a ella le gustaba; mi polla se engrosaba cada vez mas cuando ella la acariciaba por encima de los pantalones, me deshice de los suyos seguidos por sus bragas dejando besos por todas sus piernas.
—Quita tus pantalones...— gimió y la miré divertido, — quiero que me folles la boca, — la diversión desapareció y aquella horda de excitación me recorrió por todo el cuerpo acumulándose en mi palpitante miembro.
—En realidad necesitas una follada de boca, nena, — me saqué la camisa, — cuando me fui esas guarradas no salían de tus lindos labios.
—Cuando te fuiste comencé a necesitar bajar mis erecciones imaginarias con otras cosas...— me tense cuando bajó su mano tomando la mía, — usaba los dedos...— la llevó a su feminidad y se acarició dejándome sentir la exquisita humedad que la llenaba.
—¿Qué dedos usabas? — deslice mi dedo índice por el borde de su entrada introduciendo este de golpe, — ¿eran dos? — el medio se unió provocando que ella gimiera, — ¿o tres? — metí el anular bombeando con fuerza, abrió mas las piernas mientras gemía y me miraba muy apenas, — ¿eran mejores que mi polla?
—No, en lo absoluto, — susurró.
Retiré mis dedos sacando mi pantalón de una vez por todas, el bóxer lo hizo ella misma para después empujarme al sillón quedando sentado, se colocó de rodillas en el suelo abriendo mis piernas. Mi polla palpitaba recargada en mi abdomen mientras goteaba liquido pre seminal, lo cogió con una mano subiendo de arriba a abajo, mi pulso se aceleró al igual que los movimientos sobre mi glande, dejó un beso en la punta procedió a masajear mis pelotas, abrió la boca succionando la cabeza con fuerza, grité ante la sensación tan encantadora y acaricié su cabello tratando de no tirar de este y meterle la polla hasta la garganta.
Su lengua se deslizó por toda mi longitud y me estremecí cuando comenzó a meterlo mas y mas dentro, movió su mano en la base mientras su garganta se contraía alrededor de mi pene y yo gemía como un desquiciado, tiré de su cabello hacia atrás sacándola de mi boca.
—Pienso correrme en tu rostro, linda, pero no ahora, — la levante sentandola sobre mi polla de un solo golpe.
—Dios santo...— tomé ambas mejillas de su culo azotando de arriba abajo en cada embestida, sus senos estaban en mi boca.
—Extrañaba tu rostro sonrojado mientras te follo. — La besé Hundiéndome mas en su suave y caliente carne, sus paredes se contrajeron y me sentí en el paraíso, — aprieta mi polla, — ordene.
—No se como hacer eso...— gimió y volví a entrar hasta la empuñadura.
—¡Oh dios mío!— se sacudió apretando sus paredes de nuevo la sentía tan a fondo que mis ojos salían de sus órbitas.
La recosté en el sofá colocando sus talones sobre mis hombros, entraba h salía por completo, sus labios me absorbían hacia dentro apretando tan malditamente bien mi polla que estaba a punto de perder los estribos y correrme dentro.
—Vale esperar por ti cada maldito segundo... — susurré sobre sus labios antes de salir y sentir mi miembro expulsar toda su carga, sus manos acunaron mis mejillas depositando besos en mi mandíbula y labios, — voy a llevarte a todos lado, conocerás París, Alemania, Japón... — me cortó.
—No tienes permitido salir conmi...
—Ellas lo aceptaran, les gusta verme feliz, ¿no?
—🌑—
You Swans like:
Okay. Okay. NO TENGO PALABRAS PARA EXPLICAR CUANTO AMÉ EL JODIDO ÁLBUM, FUE TAN MAGNÍFICO.
Mi preferida súper fue
Tan depresiva y perfecta. Otra fue Particular Taste.
Amé cada una, la forma en la que la voz de Julia y Shawn combina en perfecta.
¿Cómo me tatúo el álbum entero?
You are perfectly wrong for me, and that's why is so hard to leave...