-ahhhhh!
Dokho logró quitarse antes que ese reptil lo atrapara con su trompa, tropezó con bote de basura y termino en el suelo, evitando de suerte la afilada cola del basilisco.
-alejate moustro!!!
Cuando se levantó lanzó navajasos a diestra y siniestra, casi no distinguía nada.
Pero no era el único, sus compañeros estaban en situación similar, el tiempo se había congelado dentro de la barrera que Pandora creo, el eclipse ya tendría que haber terminado.
Bang-Bang-Bang...tic,tic...
-maldita sea! Se terminó el cartucho. Sísifo!!!
-aqui, pero no puedo verte bien.
-muevanse, no se queden quietos o los matarán.
Sage advirtió a sus compañeros mientras se recargaba en una columna para no tener la espalda descubierta.
Risas burlonas y gruñidos inundaban el lugar, solo estaban jugando con ellos.
-mierda, donde está la salida...
-...mgh!
-no te preocupes Albachan, te sacaré de aquí.
-Manigoldo...eres tú?
-Degel, estoy aquí enfrente (susurro)
Con mucho trabajo el francés logró llegar hasta él, se encontraban ocultos a un costado del kiosko, bajo las pequeñas escaleras.
-hay!
Albafica soltó un ligero gritito cuando la pálida y fría mano del galo toco su pierna.
-tranquilo Albachan...es Degel.
-Francesito...Jaiba...
-Kardia...aquí mon amour...
-Francesito, estás bien, no te lastimaron.
-no...estamos bien.
-tsk! Tenemos que hacer algo con esta obscuridad, esos malditos sólo están jugando con nosotros.
-si...pero que, a nadie se le ocurrió traer una lámpara.
-mierda...donde está la bruja cuando uno la necesita...
No podía ver la cara de las personas que lo estaba protegiendo pero...por alguna razón...se sentía seguro, sabía que ellos no lo lastimarian y harían lo necesario para salvarlo, en especial el chico que lo tenía en brazos. Temeroso se aferró más al cuello de esa persona, inundando se con un aroma de sudor y sándalo, un aroma que empezaba a parecer familiar.
-creo que puedo hacer algo pero...
-que pasa Kardia?
Una sonrisa nerviosa fue dirigida al galo, Kardia comenzó a soltar el amarre que tenía su mano sujeta a la daga.
-Kardia...que haces es peligroso que...
-confía en mi Francés...
Le dió un rápido beso y dejo la daga, envuelta, a un costado de la escalera.
-cuando ilumine el lugar...salgan de inmediato, entendido!
-que...
-kardia que vas a ...
-Preparense todos!!!
Grito el Heleno mientras corría al centro del jardín y Degel intentaba alcanzarlo. Pero el galo no logró detenerlo. Kardia salió disparado al frente, rezando para no chocar con nada, mientras lo hacía concentró todo su ectoplasma en la mano izquierda, la uña de su dedo índice comenzó a brillar, adquiriendo un tono carmesí, se alargó creando una fina navaja roja que comenzó a incendiarse.
-ahora! Perfora la obscuridad... ANTARES!!!
En segundos el brazo del chico se baño en llamas, Kardia levantó la mano y las llamas salieron disparadas al cielo, chocando con la barrera. Fue algo extraño, como ver una ráfaga de relámpagos carmesí chocar contra una enorme pantalla negra, pantalla que fue perforada. Grietas de fuego comenzaron a aparecer, extendiéndose por el cielo hasta formar la imagen de un escorpión.
-Nooo!
Pandora grito furiosa al ver como el lugar se iluminaba cual atardecer.
-maldito!!!
Hacer eso requería de mucha energía, tanta que el Heleno no tardó en sentir como las fuerzas lo abandonaban y sus piernas flaqueaban, pero no llego a tocar el suelo ya que un fuerte coletazo lo mando a besar el pasto un par de metros lejos, Wyvern lo había golpeado.
Kardia!!!
Degel y Manigoldo miraron asustados lo que pasaba, el italiano estaba por ir a ayudar pero Degel lo impidió.
-saca a Albafica de aquí, rápido!!!
El francés salió disparado donde su bicho, ese horrible dragón negro se lanzaba contra él.
Manigoldo estaba por obedecer, pero al girar se encontró con una garra, el chico logró girarse evitando que el ataque lastimara a Albafica, pero si gano una cortada en la espalda, los dos terminaron en el suelo.
-Minos... maldito!!!
Grifo estaba parado frente a ellos, apañado en el techo del kiosko mirándole con odio infinito.
Manigoldo dejo a Albafica a un costado y se preparó para luchar, apretó con fuerza la navaja lanzándose al ataque.
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-nooo!
Con el cielo iluminado de carmín a Dokho y los demás le resultó más fácil. El chino lograba esquivar las dentadas y zarpazos de basilisco, así como su afilada cola, rodó por uno de los pasillo y se desplazó hasta una gruesa columna, Basilisco le perseguía ferozmente, el reptil era más pequeño que su maestro, por lo que podía desplazarse con facilidad en el estrecho lugar, avanzó rápido reptando por una de las paredes, podía oler perfectamente el aroma de ese humano, estaba tras esa columna listo para ser devorado.
Arremetió contra fuerza estirando el cuello pero, lo que el reptil encontró fue un beso de uno de los contenedores de basura que Dokho utilizo para golpear su rostro, dejando medio aturdido al reptil.
-tragate esto!!
Dokho continuó golpeándole con el artilugio de metal, obligándolo a retroceder, Basilisco terminó en el suelo y el chino aprovecho para darle algunas patadas en la trompa, para después salir corriendo de ahí.
Furioso el pequeño dragón se levantó y fue tras él, Dokho bajo corriendo una pequeña pendiente y salto un barandal, pero no continuó su camino, se agachó y apretó con fuerza la daga, resando interna mente para que funcione, ya que el reptil se acercaba a gran velocidad.
Cuando Basilisco se arrojó contra él se pegó más al barandal y subió las manos con fuerza,la cola atravesó las rejas y corto un poco de su costado logrando que brotara sangre, Dokho grito de dolor pero no bajo las manos. El Dragón había intentado morderlo pero se encontró con la daga de frente, la cual se clavó en una de sus fosas nasales.
-maldita bestia.
Dokho jalo con fuerza cortando la piel y deformando la nariz del animal, que retrocedió chillando, se levantó a trompicones y logró ver como la tierra bajo ese ser se abrían, dejando ver las dos manos esqueléticas de Yum-kimil que arrastraron el alma del moustro de nuevo al Inframundo.
-uf...
Logró tomar un respiro y recargarse en sus piernas, cuidando no cortarse.
-ahhhhh!
En el suelo un chico de cabello grisáceo se retorcía de dolor, mientras intentaba contener la hemorragia de su estropeada nariz.
-lo...lo siento mucho...no te preocupes, ya viene la ayuda.
No dijo nada más y salió a buscar a sus compañeros, mientras se agarraba el costado izquierdo, genial, una operación de la apéndice gratuita.
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-agachate!
Cid alcanzo a quitar a su amigo antes de que ese horrible cíclope lo dejará como calcomanía en el suelo, con ayuda de una banca de concreto que le arrojó.
-tienes más balas?
-no...y tú?
-ninguna.
El bizarro ser de un ojo corrió directo a ellos, golpeó el suelo destrozando la placa de cemento, los policías lograron quitarse de milagro, rodando a los costados.
El español intento cortar su mano, pero ese ser era muy rápido pese a su tamaño.
-carajo, quédate quieto tio!
Movía el cuchillo tan bien como Steven Segal, pero ni aún así lograba cortar. Logró que el ogro retrocediera por un camino lleno de arbustos que simulaban un pequeño laberinto, donde los más pequeños podían jugar sin problemas. El enorme ogro logro dar una vuelta de carro y golpear la mano que sostenía la daga haciendo que termine en el suelo.
-mierda!
Cid alcanzo a esquivar un ceto que el animal le arrojó, por desgracia lastimó su tobillo al caer, el hombre se levantó cojeando y busco con la mirada el arma. La daga de encontraba a unos pasos, justo a los pies del de un solo ojo.
Le costará trabajo recuperarla pero era su única opción. El hombresote rugió molesto y se apresuró a embestir a su enemigo. Un puñetazo, luego otro y otro, todos ellos dirigidos contra la pobre cabra que con trabajo lograba esquivar, aunque no todos, un impacto en su estómago y otro en su frente volvieron a tumbarlo.
El ogro rugió embravecido, junto las dos manos y se dispuso a dar el golpe final al policía, destrozado su espalda. Pero Cid alcanzo a reaccionar, golpeo con fuerza la rodilla de la bestia y se escurrió por un costado.
Derrapando volvió a hacerse del arma, se paró y corrió donde el moustro, tacleaba, mientras lo alejaba con un hombro giro la daga en su mano y senos clavó en el estómago.
El ogro comenzó a gritar de dolor, se retorcía desesperado intentando mantener el alma en ese cuerpo, pero no lo logro, el señor de la muerte no tardó en reclamarla.
Cuando Cid se acercó se encontró con un joven de unos veinte años a lo mucho.
-haz presion aquí para que no te desangres.
Le gustase o no lo necesita con vida para declarar.
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Por su parte Sísifo no la pasaba muy bien, el castaño esquivaba ese extraño polen que el chico mariposa arrojaba, polvo que parecía oxidar las cosas y las macetas dañadas eran un prueba.
Mala suerte, por que le tuvo que tocar un enemigo que vuela.
Logró llegar a un pequeño cuarto donde guardaban herramienta, el azadón, rastrillo y demás no serviría contra esa cosa, solo le ayudaba la daga que tenía en su mano, pero como usarla si esa cosa no baja, no podía arrojarse la y ya, sería una perdida y...y...y qué tal y si se podía arrojar.
Comenzó a buscar entre las herramientas algo que le ayudará.
Papillon continuó revoloteando sobre el pequeño cuarto, esparciendo su veneno para derretir el techo.
La puerta se abrió de golpe y la mariposa descendió a ver, un extraño humo blanco cubrió la entrada elevándose por los cielos, este entro de lleno en los enormes ojos de la bestia que se elevó un poco y comenzó a tallar con fuerza sus glóbulos oculares, los cuales lloraban.
Sísifo le veía desde la entrada, tras la blanca cortina de humo que había creado combinando algunos químicos, traía unos googles que los jardineros usan para podar, un cubre bocas y...un arco muy rudimentario que había hecho rápidamente con unas ramas y cuerda, solo tendría una oportunidad y no podía desperdiciarla.
Mordió sus labios y apunto, no podía estirar mucho el arco o la rama se rompería... ahora!
Para Papillon todo ocurrió en cámara lenta, sus ojos dejaron de arder pero aún lloraban, el revoloteo de sus alas inundaba sus oídos, giro la cabeza al suelo para ver a ese sujeto pero...sus ojos se abrieron asustados (aún más) al ver un filo negro dirigirse a él, giro el rostro pero la daga paso cortando su mejilla, el ardor en esta fue tal que grito.
La tierra se abrió y los brazos del señor de la muerte brotaron, tomo ambas alas y las corto de tajo, el espíritu se dividió en dos, abandonando a su portador, que termino por caer al suelo cual costal, rompiéndose un par de huesos debido a la altura.
-ups!...olvidé que regresaban a la normalidad...niño, estás bien!!!
Sísifo no tardó en correr donde su enemigo...tendría que darle muchas explicaciones al jefe.
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Y se acabó.
La batalla final ya comenzó, como le irá a Manigoldo y los demás contra los tres jueces??
Ojalá y el capítulo les gustará, nos leemos en el siguiente.