-ya se fue?
-mmm....pues...Sí! ya no esta.
-uf!
El chico broto de uno de los contenedores de basura, ubicados a un costado de su escuela, mientras se retiraba los restos de comida Kardia hacia labor de vigilancia.
-carajo, si que es persistente!
-je,je, cierto.
-Manigoldo, estas seguro de lo que dices?
-que si francés! te digo que Albachan esta...
No termino la frase, le dolía mucho imaginar que su amor platónico estaba...en las mismas condiciones que sus amigos.
-Ah! vamos a casa, me duele la cabeza
-pero, tu examen?
-carajo Dégel! a la mierda con el examen!
Los tres chicos se echaron a correr, aunque la gente solo veía a uno, Manigoldo quería llegar a casa y darse un baño, comer algo y tal vez gritar y maldecir un rato.
***...***...***...
Albafica continuo rondando el patio en busca de su compañero, recorría todos los salones, baños, pero nada, ni siquiera regreso a presentar el examen de matemáticas que valía un 50%. Las clases terminaron y se sentó en la entrada a esperar, vio salir a su novio y corrió a hablarle, pero nada, el chico no lo escuchaba sin importar cuanto gritara, maldijo su suerte y regreso a casa. Le dolía tanto el ver llorar a su padre, oír sus suplicas a Dios para que lo regresara, se sentía tan mal, se sentó junto a su progenitor recargando la cabeza en sus rodillas, intentaba reconfortarle pero su voz no le llegaba.
***...***...***...
-como esta?
Kardia y Dégel esperaban en la sala, cuando regresaron Manigoldo se encero en su habitación y no salió de ahí, sus amigos respetaron su privacidad, se quedaron en la sala hasta que Sage llego, el anciano subió a ver a su nieto después de que los otros le contaron lo que sucedió.
-ah, triste, incrédulo, dejemos que descanse esta noche, para mañana estará mejor...espero
A los jóvenes no les quedo de otra mas que aceptar su orden, tomaron su lugar en la sala y se quedaron dormidos. Al día siguiente todo regreso a la normalidad...casi.
-chicos, esto es estúpido!
-cállate!
El vivo caminaba apresurado, cubierto con una sudadera negra con capucha, con las manos en los bolsillos, la mirada gacha y unos lentes obscuros, sus compañeros le veían cual bicho raro, si la policía buscaba un sospechoso...elo ahi. Dégel suspiro resignado, gracias a Dios no veían a Kardia porque... este caminaba al rededor de ellos, con las manos en alto, una simulando un arma, atento a cualquier posible amenaza...o sea Albafica.
-esto es tonto, a lo mejor ya ni se encuentra aquí, tal vez ya cruzó.
Manigoldo se quedo pensando las palabras de su amigo, existía esa posibilidad.
-No, no lo ha hecho.
La voz de Kardia les alerto, el griego señalo la dirección por la que Albafica se acercaba.
-rápido, aun no nos ve!
Manigoldo hecho a correr seguido por Kardia, Dégel les seguía pero... a medio camino se detuvo.
Albafica se sorprendió al ver a ese joven, vestido de forma extraña y parado a media calle, sus ojos se abrieron espantados al ver que no se movie y un carro se aproximaba.